Está claro que la actividad artística ni es la solución a todos los problemas ni tampoco un remedio rápido. Algunos esfuerzos artísticos requieren un equipo y una formación que son difíciles de conseguir en los campos, pero muchas actividades artísticas requieren de un poco más que tiempo e inspiración. Aun cuando uno no sea artista profesional o con formación, si vive en un campo de refugiados hay muchas y buenas razones para dedicarse a las artes, ya sea música, poesía, danza, pintura, dibujo o cualquier otra actividad creativa. He aquí diez razones por las que considero que los refugiados que se encuentran en campos deberían participar en actividades artísticas:
1. Las actividades artísticas ayudan a utilizar el tiempo de forma creativa y productiva. Un recurso del que muchos refugiados disponen en abundancia en el campo es el tiempo. Cuando las oportunidades laborales son limitadas, las actividades artísticas son un modo de emplear el tiempo de manera productiva y creativa, enfocando las propias energías y talento hacia fines importantes. Además, celebrar festivales –como el Día Mundial de los Refugiados, o de tipo festivo con carácter religioso o secular– incluyendo representaciones artísticas puede ayudar a no perder los ciclos temporales de los que es fácil olvidarse cuando se vive en un campo.
2. Las actividades artísticas pueden ayudar a lidiar con el estrés psicológico y emocional de vivir en un campo de refugiados. Dado el predominio de traumas entre los refugiados que viven en los campos, los mecanismos para afrontarlos y curarlos constituyen una de las principales prioridades para el bienestar común e individual de los refugiados. Aunque las actividades artísticas no pueden sustituir a las terapias y cuidados psiquiátricos, el participar en ellas –sean privadas o públicas, oficiales o extraoficiales– puede constituir un medio para expresar las emociones dolorosas y también las agradables, para afrontar los recuerdos difíciles y, a veces, para encontrar una vía de escape.
3. La participación en actividades artísticas puede ayudar a reforzar la sensación de poder y de control. Esto es especialmente así cuando es uno mismo quien las inicia o lidera. Además, el elemento de juego que las artes conllevan puede contribuir a que adultos y niños prosperen por igual, confirmando que es posible disfrutar incluso en el contexto de la vida en un campo de refugiados, y debilitando la aceptación de la pobreza, la migración forzada y la injusticia como norma.
4. Las actividades artísticas pueden servir para conectarse con la propia comunidad espiritual. Tomar parte en prácticas y rituales religiosos puede ser una parte importante de la vida espiritual, y los componentes artísticos de dichos rituales –canciones religiosas, oraciones poéticas, danzas espirituales, instrumentos religiosos decorados, entre otros– desempeñan un papel clave a la hora de que los sentidos participen de la oración y la contemplación. Celebrar festivales religiosos mediante expresiones creativas y procesiones festivas puede ayudar a conectar con la tradición religiosa de la que se forma parte y con la comunidad religiosa que puede haberse dejado atrás.
5. Las actividades artísticas pueden ayudar a conservar la cultura tradicional cuando uno se encuentra lejos de su tierra natal. Cantar canciones tradicionales, hacer manualidades típicas y emplear lenguas nativas para componer poesía u otro tipo de literatura puede ayudar a preservar las prácticas culturales. También puede ayudar a transmitir la herencia cultural a los hijos o a otros niños del campo, incluso si nunca han visto su tierra natal o ya no la recuerdan.
6. Las actividades artísticas pueden ayudar a crear un sentimiento de comunidad con otros refugiados. Aunque remarcar las diferencias entre colectivos en un campo de refugiados puede provocar conflictos y división, las actividades artísticas también suponen una oportunidad para compartir la cultura propia con los demás como gesto de amistad. Participar en actividades artísticas y culturales pertenecientes a otras culturas puede ayudar a aprender acerca de los vecinos del campo y a apreciar sus contribuciones al día a día.
Además, las actividades artísticas pueden ayudar a los miembros de la comunidad a debatir sobre temas complicados, incómodos o tabú. En vez de decirle a la gente lo que debe o no debe hacer, se puede realizar una representación teatral donde se muestre una práctica dañina y sus efectos sobre las personas implicadas. Esto invitará a conversar sobre la cuestión, ofreciendo a los miembros de la comunidad la libertad de debatir dicho tema de manera indirecta a través del teatro. Una vez roto el silencio sobre dicha cuestión, podrá ser abordada de una manera más directa. Los artistas pueden utilizar narraciones, canciones, danzas, artes plásticas y otros medios para poner sobre la mesa una cuestión delicada y dejarla abierta a la consideración y al debate público.
7. Las actividades artísticas podrían contribuir a crear lazos entre los refugiados y las comunidades de acogida. Las relaciones entre los refugiados y las comunidades de acogida son complejas y a menudo tensas. Compartir tus prácticas artísticas culturales y tradicionales con miembros de la comunidad de acogida y aprender acerca de las suyas y de su vida cultural puede contribuir a crear lazos con ellos. Tales interacciones personales y culturales podrían contribuir a generar respeto mutuo, desafiar a los estereotipos de ambas partes y fomentar que se emprendan actividades colectivas.
8. Las actividades artísticas pueden contribuir al aprendizaje de los niños. El uso de canciones, dibujos y otros medios artísticos puede ayudar a los niños a aprender la lección de un modo más efectivo, permitiéndoles usar su imaginación y sus sentidos de una manera más completa que con otros métodos de aprendizaje menos creativos. También resulta mucho más fácil aprender y recordar la información cuando se presenta en forma de poemas y canciones. Las prácticas participativas como la representación de escenas y obras de teatro pueden ayudar a los estudiantes a experimentar sus lecciones de una forma más vivaz y convertirlos en agentes activos de su propio aprendizaje. Como el aprendizaje artístico y creativo es divertido, puede mantener la atención de los niños durante mayores períodos de tiempo que con otros tipos de actividades educativas. Los niños cuyas vidas se han visto interrumpidas por los traumas de las migraciones forzadas pueden haber desarrollado problemas de aprendizaje especiales que necesiten ser abordados, para lo que las artes constituyen unas herramientas educativas y terapéuticas muy apropiadas.
9. Las actividades artísticas pueden ayudar a los adultos a aprender y desarrollar comportamientos que fomenten el bienestar y la salud física y psicosocial de la comunidad. El aprendizaje no se limita a las materias académicas ni la educación es sólo para niños. Por muchas de las mismas razones que las actividades artísticas pueden ofrecer a los niños medios de aprendizaje efectivos, las artes presentan muchas oportunidades para la educación y el desarrollo de los adultos. Los refugiados pueden compartir a través de las artes (música, teatro de calle, poesía, carteles, etc.) información importante sobre temas sociales y relacionados con la salud que les preocupen. Especialmente en las comunidades de refugiados en las que los niveles de alfabetización son bajos, será más eficaz utilizar otros medios para comunicar la información que los panfletos y otros métodos basados en textos escritos.
Las artes pueden ser de especial ayuda a la hora de abordar preocupaciones cuya discusión en público se vería normalmente como una falta de educación o motivo de vergüenza. Cuestiones como los conflictos étnicos, la violencia doméstica o los comportamientos sexuales de alto riesgo pueden examinarse, por ejemplo, a través del teatro de calle con menor riesgo de que la gente se ponga a la defensiva. El debate en la comunidad podría desembocar en el desarrollo de nuevas normas sociales y en la promoción de comportamientos más beneficiosos para la sociedad. Dado que las canciones, los poemas y las imágenes visuales se quedan en la memoria, la divulgación de estas nuevas normas sociales permanecerán más tiempo en la memoria de la gente si se refuerzan por medios artísticos. Cuanto más tiempo y más profundamente sean recordadas, más cambiarán los comportamientos individuales y las normas sociales colectivas, permitiendo la mejora de hábitos y actitudes.
10. Las actividades artísticas pueden ayudar a prepararse para la vida más allá del campo. Aun cuando no se acabe trabajando como profesional de las artes escénicas, literarias o plásticas, las destrezas que se aprenden a raíz de participar en una actividad artística –como autodisciplina, creatividad y paciencia– pueden ser muy útiles cuando por fin se abandone el campo y se empiece una nueva vida.
Las directrices de muchas ONG internacionales señalan las artes como un vehículo potencial y deseable en la promoción de los objetivos humanitarios esenciales para que los seres humanos prosperen. La expresión artística y cultural es incluso un derecho protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño. Con la libertad de disfrutar de este derecho y muchas razones para ejercerlo, los beneficios de las actividades artísticas y la expresión creativa están a nuestro alcance incluso en el limitado contexto de un campo de refugiados.
Awet Andemicael awet@post.harvard.edu es músico y escritora, y cursa estudios doctorales en Teología en la Universidad de Yale.
Su estudio sobre el papel de las actividades artísticas en las vidas de las personas que residen en campos de refugiados fue publicado por ACNUR y se encuentra disponible en línea en www.unhcr.org/4def858a9.html