La retórica que afecta a la protección de las personas desplazadas internas a menudo se centra en mecanismos de protección verticales, internacionales o liderados por el Estado. Los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos de 1998 y otros documentos más recientes como el Marco de soluciones duraderas para las personas desplazadas internas del Comité Permanente Interagencial establecido en 2010 enfatizan la responsabilidad de la comunidad internacional de promover la “protección” y las “soluciones duraderas” principalmente por medio del establecimiento de programas a nivel nacional en los que participen actores adicionales, entre ellos los propios desplazados, cuando sea apropiado. Los puntos fuertes de las agendas de los Estados con respecto a los desplazados internos no consideran en serio que los mayores afectados por el desplazamiento puedan servir como líderes en el diseño y la implementación de sus esfuerzos de reintegración, ni que se les incluya de forma activa en el proceso de definición de los conceptos de “protección” y “soluciones duraderas”[1].
Un ejemplo de ONG confesional que trabaja empoderando a los desplazados internos para que tomen parte en el proceso de estructuración y organización y aborden cuestiones de interés para ellos es el Movimiento Sarvodaya Shramadana en Sri Lanka. En los últimos años, Sri Lanka ha sido víctima de muchos acontecimientos que han provocado desplazamientos, como el tsunami del Océano Índico en 2004, una larga guerra civil y los recientes grandes proyectos de desarrollo económico. Sarvodaya trabaja con un reducido número de unidades nacionales y cientos de organizaciones jurídicamente independientes llamadas Sociedades Shramadana que operan a nivel local en los poblados para abordar cuestiones de desarrollo tras el conflicto a través de un marco espiritual budista de concienciación basado en los conceptos de sarvodaya (el despertar de todos) y shramadana (compartir el trabajo).
El movimiento pretende unir la política, la economía y la fe en un enfoque del desarrollo basado en la participación democrática de los pueblos, la no violencia y la creencia de que distintos colectivos religiosos y étnicos pueden trabajan juntos para mejorar la calidad de vida de la nación. Sarvodaya trabaja con y para colectivos budistas, cristianos, musulmanes e hindúes.
Poder y protección
Deshodaya es una de las iniciativas clave de Sarvodaya. El término budista “Deshodaya” sugiere que la liberación espiritual de las limitaciones socioeconómicas individuales y desiguales desarrolla el potencial humano. El programa emplea la concienciación y el “despertar” para definir la “protección” y las “soluciones duraderas” de modo que ayuden a los aldeanos, en especial a aquellos individuos que se han visto desempoderados por culpa del desplazamiento, a reconocer las dinámicas de poder en juego en el ámbito local, nacional e internacional, cómo afecta a sus vidas y de qué manera pueden emplear este reconocimiento para entender el discurso dominante que subyace a las dinámicas de poder (y cambiarlo).
A los aldeanos se les anima a pensar de forma crítica sobre el poder y sobre la manera en que se promulga a nivel local, nacional e internacional; a crear foros Deshodaya a nivel local, de distrito o regional y colectivos para ejercer presión y para trabajar con el Gobierno y las organizaciones internacionales; y a promover acciones a título individual y comunitario que fomenten la comprensión de la paz, del desarrollo, de la reconciliación tras el conflicto y, lo más importante para las personas desplazadas, de la protección. Los foros Deshodaya nacionales reúnen a los aldeanos (incluidos los desplazados internos) para que conozcan a los actores nacionales e internacionales responsables de las políticas que afectan a sus vidas. A los participantes se les anima a que vean por sí mismos dónde pueden intervenir y actuar con los demás para promover el cambio. Entre el inicio del programa de empoderamiento de la comunidad a principios de 2010 y mayo de 2011 la iniciativa llegó a 500.000 personas en 245 poblados de Sri Lanka, muchos de los cuales albergaban a grandes cifras de desplazados internos[2].
La unidad de “despertar político” de Sarvodaya ayuda a los desplazados internos a registrar sus colectivos legalmente como organizaciones civiles de carácter social. Estas entidades se convierten entonces en el mecanismo a través del cuallos desplazados del poblado, distrito o región se reúnen para debatir y planificar acciones “protectoras” al mismo tiempo que buscan oportunidades de defender su causa en los debates nacionales e internacionales.
Hubo un ejemplo de foro inspirado en la participación y defensa de los desplazados internos en cuestiones que afectan a la protección y a las soluciones duraderas que se dio en los distritos orientales de Trincomalee afectados por la guerra, en los que la unidad de Deshodaya consiguió presionar a las autoridades encargadas del transporte para que ofrecieran servicios adicionales y para adecuar el transporte público de forma que permitiera a los desplazados internos retornados acceder al mercado laboral y obtener estabilidad laboral. La iniciativa también permitió que los niños accedieran a escuelas de la ciudad de Trincomalee y permitió a las familias acceder a los centros de salud urbanos. Mientras tanto en Jaffna, tras la finalización oficial del conflicto, los miembros de Deshodaya se unieron para promover la protección de los niños desplazados retornados mejorando las instalaciones preescolares y recaudando dinero para pagar los salarios de los maestros. En el distrito occidental de Puttalam, donde se halla un gran número de desplazados internos, un colectivo Deshodaya de carácter local habló en foros públicos para concienciar acerca de los problemas de protección infantil a los que se enfrentaban las familias desplazadas retornadas.
Los foros Deshodaya dirigidos por líderes de los poblados (incluidos desplazados internos) han dado lugar a que otros sectores de población también marginados sean reconocidos como participantes y líderes en debates acerca de su protección. Con la creación de estos foros en los que los desplazados internos asumen la responsabilidad de desarrollar su propio camino, los colectivos Deshodaya no están promoviendo una agenda de protección de tipo confesional ni tampoco están discutiendo sobre si el Gobierno y las organizaciones internacionales debieran estar implicadas en las cuestiones de protección de las comunidades desplazadas, sino que más bien sostienen que los ciudadanos desplazados de Sri Lanka, sea cual sea su confesión, deberían tener el derecho y la posibilidad de participar en programas de protección y de definir y liderar dichas iniciativas en conjunto con el Gobierno, las organizaciones internacionales y otras civiles de carácter social. De manera que, además de preguntarse quién define el significado de la protección, los desplazados internos ahora se cuestionan también de qué manera se diseñan e implementan las iniciativas de protección actuales.
Emily Barry-Murphy emily.c.barry@gmail.com es estudiante de Doctorado de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales, y Max Stephenson Jr. mstephen@vt.edu es profesor y director del Instituto del Política y Gobernanza, ambos pertenecientes al Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. www.ipg.vt.edu
[1] Véase el libro de Nancy Fraser (2010) Escalas de justicia en el que ofrece un marco que las ONG confesionales endógenas pueden adoptar para facilitar y catalizar un proceso de acción para los desplazados internos.
[2] Unidad de coordinación de socios de Sarvodaya Shramadana (2011), Final Report: Community Empowerment for Peace, Reconciliation and Development (CEPRD) [Informe final: el empoderamiento de la comunidad para la paz, la reconciliación y el desarrollo].