La crisis medioambiental y el creciente impacto del cambio climático en Bangladesh se han convertido en causas principales de la migración transfronteriza hacia la región india de Sundarbans (ISR, por sus siglas en inglés), donde la pérdida de tierras y de hábitats son dos problemas graves debido al aumento del nivel del mar durante los últimos años. Las poblaciones costeras migran constantemente de una isla a otra en busca de comida y refugio. Hay un constante flujo de migrantes bangladesíes a esta región a los que podríamos llamar “migrantes a causa de las crisis”, que entran en la región india de Sundarbans de forma ilegal en previsión de la posibilidad de sufrir amenazas en su propio país y de quedar atrapados por las crisis humanitarias.
El impacto de las frecuentes inundaciones, los ciclones tropicales y los temporales sobre la población costera de Bangladesh es colosal. La disminución de la superficie terrestre, la erosión de las riberas y la intrusión de aguas salinas en los campos destinados a la agricultura son factores que han obligado a los granjeros a salir en busca de nuevas tierras. Esto está provocando una extendida situación de desposesión de tierras, desempleo, desigualdad en lo que respecta a los ingresos y degradación del hábitat humano. No existen programas de rehabilitación y resulta extremadamente escasa la participación de la mayoría de las personas en decisiones que afectan a sus vidas.
Hay dos tipos de migrantes por culpa del cambio climático: 1) Habitantes de la zona india de Sundarbans que migran constantemente de una isla a otra; y 2) bangladesíes de origen rural que se infiltran a través de la porosa frontera, a los que ni su Gobierno reconoce como ciudadanos bangladesíes ni la India como “refugiados climáticos”. El Gobierno de Bangladesh no corta de raíz el flujo de migrantes ni tampoco readmite a los que son identificados como migrantes ilegales. Dicha migración forzada de Bangladesh simboliza el fracaso de la adaptación oficial al cambio climático. A día de hoy, ni la política medioambiental, de gestión de desastres ni de cambio climático bangladesí incorporan de manera efectiva los problemas migratorios y, por tanto, no existen políticas para los refugiados climáticos.
Debido a la aportación de mano de obra barata procedente de Bangladesh, los partidos políticos de los Estados fronterizos de la India favorecen esta infiltración ilegal. Sin embargo, las preocupaciones humanitarias resultan abrumadoras tanto para la India como para Bangladesh. La trata de personas está floreciendo y cuenta con una red profundamente arraigada a ambos lados de la frontera.
Recomendaciones políticas
- Puede que la apertura de un canal legal de migración sea la opción más factible, de manera que permita la entrada de migrantes y les proporcione un pase que les dé derecho a recibir un salario mínimo y a disfrutar de otros derechos de los que disfrutan los trabajadores indios. Tailandia dispone de un memorándum de entendimiento con Birmania, Camboya y Laos que da derecho a los trabajadores migrantes a recibir los mismos salarios y beneficios que los trabajadores tailandeses.
- La adaptación al cambio climático requiere que se lleve a cabo una evaluación de la vulnerabilidad y una planificación adecuada de medidas paliativas para atenuar las consecuencias del aumento del nivel del mar. En 2005 una Política de la Zona Costera adoptada en Bangladesh sentó las bases de la infraestructura de gestión sobre la que se podrá llevar a cabo una mejor gestión de la costa.
- La India debería ofrecer asistencia humanitaria a aquellas personas que de facto son apátridas mediante negociaciones bilaterales con Bangladesh. La India podría absorber algunos de esos migrantes causados por las crisis u otorgarles la condición de refugiados.
- La India y Bangladesh deberían trabajar de forma bilateral para resolver este problema. El reto para la India será lidiar con los bangladesíes que queden en su territorio. También será difícil persuadir a Bangladesh para que acepte que la migración ilegal es una problemática que debe abordarse.
- La India y Bangladesh deberían trabajar de manera conjunta en la adaptación al cambio climático para preservar el mayor bosque manglar del mundo, que se encuentra en Sundarbans.
El problema de la migración ilegal ha enrarecido las relaciones entre la India y Bangladesh una y otra vez. La comunidad global necesita ampliar su apoyo a los refugiados climáticos y ayudarles a obtener un estatus de protección amparado por el derecho internacional.
Sahana Bose sahanadona@gmail.com es profesora adjunta de la Universidad de Manipal, Karnataka, India. http://manipal.edu