El desplazamiento y la violencia contra las mujeres en Afganistán

Las precarias condiciones socioeconómicas y la pérdida de mecanismos de apoyo parecen ser los factores determinantes en el aumento de la vulnerabilidad de las mujeres desplazadas ante la violencia. 

La violencia contra la mujer es endémica en Afganistán: desde los matrimonios forzosos y prematuros a la violencia doméstica, pasando por los llamados “asesinatos por honor”, las violaciones y la desposesión. Aunque sigue siendo complicado obtener datos fiables sobre la violencia contra las mujeres en el contexto afgano, los hallazgos de un estudio sobre la protección de los desplazados internos realizado en 2012[1] parece respaldar la idea de que el desplazamiento aumenta la vulnerabilidad de las mujeres desplazadas antela violencia de género, y que entre todas las dinámicas que relacionan este tipo de violencia con el desplazamiento, hay dos que son especialmente graves:

En primer lugar, las degradadas condiciones socioeconómicas de los hogares que se encuentran en situación de desplazamiento aumentan el riesgo de que se produzca violencia contra las mujeres. Un ejemplo llamativo fue que las desplazadas internas menores de edad se convirtieran en el objetivo de personas ajenas a la comunidad de desplazados internos para conseguir matrimonios baratos. El estudio mostró que en el 26,9% de los hogares desplazados existía al menos un hijo al que se le había obligado a contraer matrimonio y esto era especialmente cierto entre los hogares liderados por mujeres (de los que hay una proporción más alta entre la población desplazada). Algunas familias de desplazados internos dependen del precio de la novia para sobrevivir:

“No lo hacemos por gusto sino por nuestros hijos. En Ghoryian no lo necesitábamos tan a menudo como aquí. La entregué. La entregué porque necesitaba hacerlo. Su marido nos encontró [...] Vinieron porque sabían que los refugiados estábamos aquí y saben que nuestras hijas son baratas”. (Desplazada interna, 35 años, provincia de Herat).

El hecho de desarraigarse de un entorno familiar y normal, el hacinamiento o simplemente la presión que sufre el cabeza de familia por tener que traer ingresos a casa puede crear un ambiente lleno de ansiedad en el que la violencia doméstica sea más propensa a aparecer. En concreto, este tipo de violencia puede surgir a raíz del complicado proceso de adaptación por el que tienen que pasar los desplazados internos cuando se mudan de una ubicación rural a la ciudad. La negociación de roles sociales que a menudo acompaña al desplazamiento no siempre es favorable para las mujeres que, con su llegada a la ciudad, pueden perder la relativa protección y libertad de movimiento que tenían en su pueblo.

En segundo lugar, las mujeres a menudo pierden sus mecanismos de apoyo y protección tradicionales cuando se asientan en una nueva zona que les resulta desconocida. Cuando se enfrentan a situaciones de riesgo, como los matrimonios forzosos o la violencia doméstica, las mujeres no pueden acceder con facilidad a mecanismos de protección externos como la policía o el sistema judicial sin correr grandes riesgos de ser condenadas al ostracismo o, aún peor, de ser excluidas por su propia familia. El 19,3% de las desplazadas internas que fueron encuestadas en el estudio eran viudas en comparación con el 3,6% nacional[2], lo que significa que en situaciones de riesgo ‒como la negociación de un matrimonio o un intento de romper un compromiso‒ las desplazadas internas no suelen contar con el apoyo de sus parientes varones, lo que las hace más vulnerables a sufrir consecuencias violentas.

Estos hallazgos exigen una mayor investigación acerca de las repercusiones del desplazamiento sobre la violencia contra las mujeres con el fin de ayudar a fundamentar las intervenciones específicas y para sortear el vacío de conocimientos que envuelve a estas cuestiones. Dado que la Política Nacional Afgana sobre Desplazados Internos abre una nueva vía para una mayor protección de los desplazados internos, también debería ofrecer un marco para aumentar la protección de las desplazadas internas con respecto a la violencia contra la mujer.

 

Camille Hennion camille.hennion@samuelhall.orges directora de proyecto de la consultoría Samuel Hall Consulting. www.samuelhall.org

 


[1] Samuel Hall-NRC-IDMC-JIPS (2012) Challenges of IDP Protection. Research Study on the protection of internally displaced persons in Afghanistan (Los retos de la protección de las personas desplazadas internas. Estudio sobre la protección de las personas desplazadas internas en Afganistán). www.nrc.no/arch/_img/9665970.pdf Véase también Majidi N. y Hennion C. (2014) ‘Resilience in Displacement? Building the potential of Afghan displaced women’ (¿La resiliencia en el desplazamiento? La construcción del potencial para las mujeres desplazadas afganas), Journal of Internal Displacement (Revista de desplazamiento interno).http://samuelhall.org/REPORTS/Building%20the%20resilience%20of%20Afghan%20displaced%20women.pdf. Véase también ‘Afghanistan: Women, Peace, and Security – Review of Key Reports (2010-2013)’ (Afganistán: mujeres, paz y seguridad. Reseña de informes clave): reseña literaria de hallazgos clave de los informes desde 2010, especialmente a la luz de la actual transición de seguridad en Afganistán.

http://tinyurl.com/TLO-women-peace-security-2013

[2] Según la última Evaluación Nacional de Riesgos y Vulnerabilidad del Gobierno afgano. http://cso.gov.af/en/page/1726

 

 

 

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