El reconocimiento de que los derechos LGBT son derechos universales, está ganando terreno. La tendencia, finalmente es positiva. Sin embargo, un mayor respeto por los derechos LGBT y la inclusión de las personas LGBT aún no es un movimiento mundial.
Los solicitantes de asilo y refugiados lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) se enfrentan a miles de amenazas, riesgos y vulnerabilidades durante todas las etapas del ciclo de desplazamiento. Es necesario que exista un mayor conocimiento no sólo de las preocupaciones específicas de protección relacionadas con las personas LGBTI, sino también de la jurisprudencia pertinente y la orientación disponible para el personal de la ONU, los socios, las autoridades estatales y quienes toman decisiones.
Muchos migrantes forzados LGBT tienen importantes cicatrices psicológicas que a veces les incapacitan. Los proveedores de salud mental pueden ayudar a documentar el impacto psicológico de la persecución que sufren las personas LGBT y su impacto en la capacidad de éstos para garantizarse la condición de refugiados.
En las últimas dos décadas han habido varios avances positivos que han creado una protección y un apoyo comunitario más robustos en Canadá – pero los recientes cambios legislativos pondrán en peligro la equidad y la justicia para los solicitantes de asilo LGBT.
El Programa de Refugiados Fahamu está ampliando sus recursos para quienes defienden casos basados en la orientación sexual y tiene el objetivo de proporcionar información de país de origen sobre todos los Estados miembros de las Naciones Unidas.
Puede que para los solicitantes de asilo sea todo un reto demostrar que corren riesgo de ser perseguidos, pero tal vez aún lo sea más para quienes son transgénero.
Un creciente número de personas de Kósovo buscan asilo en otros países europeos a raíz de la persecución que sufren a causa de su orientación sexual. Los Estados que consideren dichas solicitudes deben mirar más allá de la aparentemente progresista Constitución de Kósovo y en su lugar atenerse a la bien diferente realidad con la que se encuentran.
Las refugiadas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) se enfrentan a una multitud de desafíos en el contexto del reasentamiento. Las iniciativas prácticas - como la creación de un espacio acogedor, garantizar la confidencialidad, la capacitación del personal, proporcionar recursos esenciales y fomentar espacios de trabajo incluyentes - pueden promover una experiencia de reasentamiento más humana.
Las agencias de reasentamiento de refugiados de los EE.UU. están dedicando más atención y esfuerzo a asistir a los refugiados y solicitantes de asilo LGBT, y están empezando a surgir buenas prácticas.
Puesto que los Estados usan cada vez más las detenciones como medio para controlar los flujos de migración, las minorías de migrantes sexuales acaban en centros de detención donde pueden enfrentarse a diversas violaciones de sus derechos humanos.
EEUU ha dado algunos pasos positivos para mejorar el trato a los solicitantes de asilo gais y transgénero en detención migratoria, pero el Gobierno podría realizar mejoras en cuatro áreas clave..
Que sea posible para alguien expresar su inconformidad para con su orientación sexual y su identidad de género depende de que existan oportunidades sociales, legales, culturales y políticas que ofrezcan un espacio para la exploración y el surgimiento de nuevas identidades. También la protección de las personas dependerá de estos factores.
A pesar de lo complicado del entorno en cuanto a protección se refiere, una ONG de Nairobi ha desarrollado un programa de asistencia a refugiados LGBTI que nos ofrece unos ejemplos de buenas prácticas que podrían reproducirse en otros entornos urbanos.
Las agencias deben tener en cuenta las necesidades especiales de las personas LGBTI que son víctimas de desastres con el fin de mejorar la protección y reducir al mínimo las consecuencias nocivas accidentales de las actividades de asistencia humanitaria.
Los trabajadores humanitarios pertenecientes al colectivo LGBT y sus gerentes se enfrentan a numerosos dilemas a la hora de decidir si el personal LGBT estará seguro –y será aceptado– a la hora de trabajar en determinados países.
Dado que las cuestiones relativas a la orientación sexual y la identidad de género constituyen un campo relativamente nuevo para los proveedores de fondos, tienen ante sí la oportunidad de ejercer una influencia estratégica en un mejor desarrollo de políticas y prácticas.