Desahucios en zonas protegidas de la República Democrática del Congo
Los desplazamientos físicos y económicos inducidos por la protección medioambiental no pueden considerarse un mal menor ya que afectan a las vidas y modos de subsistencia de hasta 17 millones de personas en la República Democrática del Congo (RDC), casi el 25% de la población total.
A mediodía oímos disparos
“A mediodía oímos disparos. Salimos de la casa lo más rápidamente posible. Ya era demasiado tarde. Un grupo de unos 80 hombres del LRA llegó y nos rodearon. Nos ataron y luego dispararon y mataron a mi abuelo justo delante de mí. Nos llevaron a mí y a mis tres hermanos al monte, dejando a mi madre y a mi abuela. Después de una hora de caminata nos separaron y yo me quedé con mi hermano de 14 años, Patrick. Mis otros dos hermanos no han sido nunca más vistos.
Demasiado grande para caer
En la Asamblea General de las Naciones Unidas se revisó el progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y los indicadores de la República Democrática del Congo (RDC) estaban entre los peores del mundo, no sólo los del este del país -donde todo el mundo es consciente de los conflictos existentes y la crisis humanitaria- sino también los del oeste.
RDC: la perspectiva del donante
Junto con el hecho de vivir una de las crisis crónicas más duraderas de África, la República Democrática del Congo (RDC) constituye también el laboratorio de respuesta humanitaria más grande del mundo. La agenda de la reforma humanitaria, lanzada en 2005 e implantada como prueba piloto en la RDC, dispone la puesta a punto de la provisión de ayuda humanitaria haciéndola más responsable, previsible, mejor guiada, mejor coordinada y con una mejor respuesta a las necesidades detectadas.
Planeando el futuro de Kivu del Norte
Diez años de turbulencias políticas e inseguridad dejan a Kivu del Norte con una población convertida en desplazada interna o refugiada en sus países vecinos Ruanda y Uganda.
Vidas en peligro
Annuarite Tagenge, de 17 años, sigue buscando a los supervivientes de su familia; ha pasado casi un año caminando a través de la selva para encontrarlos. Ella y su familia huyeron del territorio de Dungu, al noreste, en diciembre de 2008, tras los ataques rebeldes del Ejército de la Resistencia del Señor (LRA) de Uganda y la consecuente ofensiva por parte de los ejércitos nacionales congoleño y ugandés contra los rebeldes.