Los refugiados africanos empezaron a migrar en 2006 hacia Israel cruzando la Península del Sinaí en busca de asilo y trabajo, incrementándose su número en 2007.2 A finales de 2010 la cifra de migrantes procedentes de África en Israel había aumentado a 33.273 personas, desde las 17.000 del año 2008, registrándose
Los refugiados africanos empezaron a migrar en 2006 hacia Israel cruzando la Península del Sinaí en busca de asilo y trabajo, incrementándose su número en 2007.2 A finales de 2010 la cifra de migrantes procedentes de África en Israel había aumentado a 33.273 personas, desde las 17.000 del año 2008, registrándose en noviembre el mayor número de llegadas.3 La mayoría de los recién llegados huían de la desesperación y buscaban protección (no sólo empleos) en Israel. Los eritreos y los sudaneses conforman los dos mayores colectivos africanos en Israel. La mayoría disponen de protección temporal en forma de “visados condicionales 2A5” renovables cada tres meses, pero viven bajo la amenaza constante de que la protección sea revocada. Pese a que oficialmente los titulares del visado no disponen de permiso para trabajar, algunos empleadores pasan por alto esta norma.
Los solicitantes de asilo financian sus viajes de diversas maneras. La mayoría piden dinero prestado a familiares y amigos para pagar a los traficantes que les llevarán a Israel y, después de cubrir sus necesidades básicas, saldar esta deuda se convierte en una prioridad. Todo el dinero que les sobra lo envían a familiares en su país de origen, aunque la mayoría no dispone de excedente para enviar.
Muchos migrantes comenzaron su viaje por una cantidad acordada pero luego pasaron a manos de otros grupos que exigían un pago adicional. Hemos oído casos en los que grupos de sudaneses y eritreos en Israel han tenido que reunir dinero para pagar un rescate y liberar a un amigo o pariente retenido en el Sinaí.
La mayoría de migrantes piden dinero prestado antes de su partida, aunque hemos escuchado historias de personas que había emprendido su viaje a Israel a sabiendas de que carecían del dinero suficiente para sufragar el trayecto completo. Una mujer confesaba que si le hubiese pedido a su familia el dinero para el viaje por adelantado no se lo habrían dado, pero ella sabía que sí lo harían si llamaba cuando estuviera en apuros durante el trayecto. Pensó que merecía la pena correr el riesgo de quedarse sin dinero porque llegar a Israel era su mayor esperanza de ponerse a salvo.
Poder llegar a Israel se está convirtiendo en algo cada vez más caro y peligroso. Se han denunciado casos de graves abusos y torturas por parte de traficantes beduinos en el Sinaí – violaciones, secuestros y asesinatos- a quienes no podían hacerse cargo de los pagos adicionales. Las personas entrevistadas declararon que los traficantes les habían llevado hasta un radio de 50 metros de la valla fronteriza y luego les dijeron que corrieran y la escalaran. En la etapa final del viaje varios centenares de migrantes han muerto tiroteados por la policía egipcia.
¿Migrantes económicos o solicitantes de asilo?
El Gobierno israelí alega que la mayoría de los que entran en el país son migrantes económicos más que solicitantes de asilo y, de hecho, muchos de los entrevistados reconocieron haber llegado porque no podían mantenerse a sí mismos y a sus familias en Eritrea y Sudán. Sin embargo, la persecución y la falta de sustento están íntimamente relacionadas en estos países, donde es una combinación de factores la que influye en la decisión de migrar.4 Todos los entrevistados mencionaron su deseo de ganar dinero y enviarlo a casa, pero no se citaba este factor como la principal razón para marcharse; estaban huyendo de una situación “muy grave” en su país de origen.
Los recién llegados a Israel intentan encontrar trabajos temporales o por días a través de agencias de empleo o en la esquina de Levinsky Park, al sur de Tel Aviv. Muchos no encuentran trabajo y a muchos otros se les paga mal o ni siquiera se les paga por la labor realizada, lo que pocas veces es denunciado. A finales de 2008 fue cuando el Gobierno comenzó a garantizar la protección temporal de eritreos y sudaneses y, desde entonces, algunos solicitantes de asilo han abierto pequeños negocios como restaurantes, cibercafés y tiendas de ropa orientados a la clientela africana.
Los recién llegados expresaron su alivio por permanecer a salvo en Israel y muchos de los entrevistados declararon que apreciaban la falta de acoso policial y el entorno seguro en general. Aunque también manifestaron su frustración por ser incapaces de ganarse el sustento.
Implicaciones
Israel se considera un destino de emergencia; los refugiados que se trasladan a este país no disponen de suficiente dinero o contactos para llegar a Europa o América y parece que el número de solicitantes de asilo va en aumento. El Gobierno israelí debería aclarar su política de asilo y definir la protección temporal y las condiciones bajo las que tal protección podría revocarse.
Consideramos que a Israel le interesa incluir los derechos socioeconómicos de los titulares en los visados temporales de protección. Garantizar a los solicitantes de asilo el derecho a trabajar estaría en la línea de los estándares sobre refugiados y reduciría la cantidad de recursos estatales necesarios para mantenerles en los centros de detención. Si los solicitantes de asilo tuvieran derecho a trabajar, podrían contribuir tanto en la comunidad israelí, como en sus lugares de origen. En la actualidad el Gobierno planea tomar medidas para bloquear las llegadas —entre ellas la construcción de una valla en la frontera de Israel con Egipto, construir un centro de detención con capacidad para 10.000 personas en Negev e imponer sanciones a los empleadores— pero no parece que estas medidas vayan a frenar los flujos de migración. En todo caso, los solicitantes de asilo emprenderán trayectos por rutas cada vez más peligrosas. Las redes de contactos afianzadas, así como las rutas trazadas por los traficantes, facilitarán la continuación de las llegadas aun cuando los riesgos sean mayores.
Al mismo tiempo que redactamos este artículo (febrero de 2011) se están produciendo dos acontecimientos políticos que tendrán importantes ramificaciones para la migración africana en Israel. El resultado del referéndum de enero en Sudán del Sur a favor de la secesión del país y el consecuente nacimiento de este nuevo Estado en julio de 2011. Según parece, pequeños grupos de sudaneses del sur han retornado voluntariamente a sus hogares desde Israel y parece que este movimiento de retorno va a continuar. La creación del sureño Estado de Sudán del Sur podría reducir la futura migración desde el sur, aunque es poco probable que vaya a influir en las personas que huyen de Darfur. En segundo lugar, los cambios políticos de febrero de 2011 en Egipto crean un espacio para que su nuevo Gobierno pueda abordar las graves violaciones de los derechos humanos que se cometen en el Sinaí y en la frontera con Israel. Falta por ver en qué medida estos cambios radicales influirán en las rutas de los traficantes egipcios.
Rebecca Furst-Nichols es Investigadora Adjunta y Karen Jacobsen es Directora de Investigación en el Centro Internacional Feinstein, de la Universidad de Tufts.
Este artículo está basado en una publicación más extensa que puede consultarse (en inglés) en: https://wikis.uit.tufts.edu/confluence/display/FIC/African+Migration+to+Israel
1 El estudio se basó en 24 entrevistas con solicitantes de asilo eritreos y sudaneses, cinco grupos de discusión y diez entrevistas con informadores clave pertenecientes al personal de organizaciones de atención a los refugiados en Tel Aviv.
2 Human Rights Watch, Sinai Perils: Risks to Migrants, Refugees, and Asylum Seekers in Egypt and Israel (Los peligros del Sinaí: riesgos para los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en Egipto e Israel). Nueva York, noviembre de 2008, disponible (en inglés) en: http://www.hrw.org/en/reports/2008/11/12/sinai-perils-0; Karin Fathimath Afeef, A promised land for refugees? Asylum and migration in Israel (¿Una tierra prometida para los refugiados? Asilo y migración en Israel). Servicio de Evaluación y Elaboración de Políticas de ACNUR, diciembre de 2009, disponible (en inglés) en: http://www.unhcr.org/4b2213a59.html
3 Hotline for Migrant Workers (Línea directa para trabajadores migrantes), 14 de noviembre de 2010. Véase también “Infiltration record: 1,940 illegal aliens entered Israel in Nov” (“Registro de infiltración: 1.940 extranjeros entraron ilegalmente a Israel en noviembre”), Ynetnews,1 de diciembre de 2010, disponible (en inglés) en: http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3992729,00.html
4 H. Young, K. Jacobsen y A. Osman, Livelihoods, Migration and Conflict (Empleos, migración y conflicto). Centro Internacional Feinstein, abril de 2009. Disponible (en inglés) en: http://tinyurl.com/Tufts-April09