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Suplir el vacío de financiación para la protección de la comunidad

Uno de los principales obstáculos con el que se encuentran las comunidades a la hora de organizar su protección es la falta de financiación. Aunque suelen entender mejor que los forasteros los retos a los que se enfrentan y tienen ideas innovadoras para superarlos carecen de financiación para ponerlas en práctica.

Los estudios de investigación del Fondo Mundial de Compromiso y Resiliencia Comunitarios (GCERF, por sus siglas en inglés) han identificado tres razones principales por las que las comunidades locales no consiguen recaudar dinero. En primer lugar, no disponen de las redes de contactos adecuadas; carecen de suficiente información acerca de las oportunidades de financiación —como las de los Gobiernos nacionales, pequeños programas de subvenciones de agencias donantes o las de organizaciones no gubernamentales internacionales o nacionales— o no entran fácilmente dentro de su alcance. En segundo lugar, aunque se conozcan dichas oportunidades, las comunidades locales a menudo no reúnen los requisitos para obtener las ayudas o no pueden solicitar financiación por no estar registradas, no ser capaces de cumplir con los plazos de inscripción o con las propuestas presupuestarias, o bien por no poder llevar a cabo las actividades de seguimiento y evaluación que a menudo se les suele exigir.Y en tercer lugar, es posible que exista una falta de confianza entre las comunidades locales y los potenciales proveedores de financiación, ya sean Gobiernos, donantes bilaterales u oenegés.

El modelo de financiación del Fondo Mundial de Compromiso y Resiliencia Comunitarios intenta superar estos retos de tres maneras. Es un fondo mixto, lo que significa que alberga contribuciones de Gobiernos y otros donantes y ofrece subvenciones bajo el estandarte del GCERF. Esto hace que, a efectos prácticos, la financiación sea neutral para que, de esta forma, se pueda superar la falta de confianza entre las comunidades locales y determinados donantes bilaterales. Además, el GCERF financia a consorcios de iniciativas locales centradas en un receptor principal, a menudo una ONG local, y uno de los principales criterios para su selección es que se llegue a las comunidades locales. Aunque estos principales beneficiarios deben tener algo de experiencia en la gestión de fondos, no es un requisito previo que los beneficiarios secundarios de sus consorcios hayan recibido previamente financiación. Además, se pretende suplir el vacío de financiación de un modo sostenible, aportando rondas de inversión sucesivas de tres años, mientras se respalda al mismo tiempo el desarrollo de sus capacidades y las destrezas para recaudar fondos.

Igual de importante que el apoyo a las comunidades locales vulnerables seleccionadas es el intento de abordar la necesidad de fondos no satisfecha de una forma más sistemática. Uno de los medios que emplea el GCERF es colaborar con diversas partes interesadas –Gobiernos nacionales, sociedad civil, el sector privado y representantes de donantes locales– en el mecanismo de financiación. Así, por ejemplo, a medida que los Gobiernos desarrollan planes de acción nacionales para prevenir el extremismo violento, se destaca la financiación para las comunidades locales como un componente crítico. También se ha incrementado el nivel de concienciación entre los negocios locales sobre el potencial de sus inversiones para ayudar a estabilizar los entornos frágiles.

El enfoque concreto del GCERF se centra en apoyar las iniciativas de la comunidad local[1] para crear resiliencia contra los programas del extremismo violento. Aunque la vinculación entre el extremismo violento y el desplazamiento todavía no se ha explorado del todo, gran parte del desplazamiento actual en todo el mundo se encuentra o procede de sociedades asoladas por él. En algunos casos el GCERF se centra en apoyar directamente a las comunidades desplazadas como, por ejemplo, el de las comunidades rohinyá en Bangladesh. Pero aun cuando las comunidades en cuestión pudieran no estar directamente afectadas por el desplazamiento, lo aprendido a la hora de respaldar la resiliencia entre las comunidades vulnerables contra el extremismo violento se puede aplicar al apoyar a aquellas personas vulnerables que están expuestas a sufrir riesgo de desplazamiento.

Las iniciativas respaldadas por el GCERF en su primera ronda de subvenciones (a mediados de 2016) se dividen en tres categorías. La primera es aumentar la concienciación acerca del extremismo violento, por ejemplo, a través del trabajo con los medios de comunicación locales. Otra es movilizarse contra el extremismo violento estableciendo, por ejemplo, equipos de respuesta de la comunidad. Finalmente, se ha diseñado un conjunto de intervenciones para ofrecer alternativas al extremismo violento a través medidas como la generación de ingresos. Pese a que hay que superar importantes retos –como la supervisión y la evaluación, la seguridad, y el control de los gastos de gestión para garantizar que llega a las comunidades locales la máxima financiación posible– lo importante al final debería ser lo aprendido de esta iniciativa, también para aquellos que respaldan a las comunidades locales vulnerables al desplazamiento.

KhalidKoser k.koser@gcerf.org

Director ejecutivo, Fondo Mundial de Compromiso y Resiliencia Comunitarios (GCERF, por sus siglas en inglés).

 

Amy Cunningham a.cunningham@gcerf.org

Asesora superior, GCERF.

www.gcerf.org



[1]Actualmente en Bangladesh, Kenia, Kósovo, Mali, Myanmar y Nigeria.

 

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