Los centros comunitarios y su papel de protección
Nicolas Martin-Achard
En situaciones de desplazamiento forzado, los vínculos que unen a una comunidad a menudo se debilitan o cortan severamente. Mantener la estructura social de las comunidades desplazadas y promover su convivencia pacífica con las comunidades de acogida puede resultar, por lo tanto, una tarea muy desafiante en los diferentes entornos en los que se encuentran los refugiados, en contextos urbanos y rurales, donde viven junto a sus anfitriones o en campos. Es posible que los refugiados tengan dificultades para encontrar espacios seguros donde reunirse, que carezcan de información y ayuda y que no tengan acceso al trabajo, donde podrían utilizar sus habilidades y capacidades para mantenerse a sí mismos. Todo esto limita su capacidad para participar en las decisiones que afectan sus vidas y para protegerse a sí mismos como individuos y como comunidad. Estos desafíos son particularmente graves en el caso de grupos marginados y personas con necesidades específicas.
Como parte de su trabajo para tratar de abordar estos desafíos, ACNUR trabaja con comunidades locales para apoyar los centros comunitarios o establecer centros nuevos: espacios públicos seguros donde mujeres, hombres, niños y niñas de diversos orígenes puedan reunirse para eventos sociales, recreación, programas educativos y de medios de subsistencia, intercambio de información y otros fines.[1]
Si bien la opción preferida es asegurar que los refugiados puedan acceder, utilizar y participar de manera significativa en los centros comunitarios locales existentes, esto no siempre es posible (por ejemplo, en lugares donde lo refugiados viven en zonas alejadas). En tales casos, los refugiados pueden recibir apoyo para iniciar y llevar sus propios centros comunitarios. En algunos otros casos, como durante las etapas iniciales de las respuestas en caso de emergencia, es posible que ninguna opción sea factible y que ACNUR o una organización asociada (en consulta con la comunidad) tenga que emprender la gestión inicial del centro comunitario. En este contexto, el plan sería traspasar esta tarea de forma gradual a organizaciones locales o grupos de refugiados, como en el caso de Al Ghaith.
Cuando los refugiados somalíes se asentaron por primera vez en campamentos en Yemen, ACNUR comenzó a establecer centros comunitarios en antiguos edificios militares. Más adelante, la gestión de los centros quedó bajo la responsabilidad de ONG asociadas. Mientras tanto, algunos de los refugiados somalíes comenzaron a organizarse ellos mismos e inicialmente les dictaron clases de computación a los miembros de su comunidad, con computadoras usadas que habían adquirido. Finalmente crearon su propia asociación, Al Ghaith, y poco a poco se involucraron más en la organización de actividades en los centros. Cuando la alianza entre ACNUR y las ONG terminó, Al Ghaith asumió la dirección de los centros comunitarios y diseñó e implementó sus propios planes anuales, con el apoyo financiero de ACNUR.
Sostenibilidad
Promover la sostenibilidad suele ser el principal desafío al que se enfrentan las operaciones que apoyan a centros comunitarios, que a menudo incurren en costos de funcionamiento elevados, como alquiler, servicios públicos y personal. Algunos centros comunitarios gestionados por ONG o grupos de refugiados han encontrado maneras de generar ingresos para reducir su dependencia del financiamiento externo. En Egipto, una asociación de mujeres refugiadas sirias que dirige centros comunitarios lleva adelante una exitosa empresa de catering tanto para egipcios locales como sirios. La comida es preparada por las mujeres en el centro. Además, la asociación cobra una pequeña cuota por capacitación y el uso de su jardín de infancia. El dinero se destina a familias que están en riesgo elevado. Asimismo, un comité de personas discapacitadas que dirige un centro comunitario en el campamento Kigeme en Ruanda genera ingresos a través de proyecciones de partidos de fútbol y el alquiler de salones para eventos.
Seguridad y protección:
En el corazón del enfoque comunitario de ACNUR para la protección se encuentra la movilización y construcción sobre las capacidades de las poblaciones de refugiados para preservar y promover su dignidad, autoestima y potencial productivo y creativo. Los centros comunitarios pueden ser un recurso clave en la promoción de la convivencia pacífica a través de actividades conjuntas en las que se reúnan los refugiados y las comunidades de acogida. En el Líbano, por ejemplo, los refugiados y la población local participan en los comités de gestión de centros comunitarios. En Nepal, tanto los lugareños como los refugiados utilizan los centros de desarrollo de la primera infancia en los campamentos de refugiados. En contextos donde las comunidades de acogida y las autoridades pueden ser hostiles, la capacidad de reunirse les da a los refugiados un sentido de pertenencia y seguridad, especialmente a las personas discapacitadas, ancianos y niños no acompañados y separados u otras personas que pueden estar marginados o en riesgo.
Tener acceso a una amplia variedad de servicios y programas que satisfagan a personas de diferentes edades, géneros y perfiles de diversidad en un mismo lugar es muy conveniente para los refugiados cuya movilidad puede verse obstaculizada por la distancia, los costos de transporte o problemas de seguridad. Los centros comunitarios en algunos contextos también trabajan estrechamente con redes de voluntarios/trabajadores de la comunidad, que pueden utilizar los centros como sus oficinas, y a través de su trabajo de divulgación difundirán información sobre los centros comunitarios y los servicios que proveen en zonas alejadas y a personas con movilidad reducida.
Nicolas Martin-Achard martinac@unhcr.org
Asesor de Protección Comunitaria, ACNUR www.unhcr.org
Conocer la propia comunidad
Asociación Al Ghaith
Como suelen decir: "La necesidad es la madre de la invención". La "necesidad" nos inspiró a crear nuestra asociación de refugiados, Al Ghaith. Como refugiados, observamos que había una brecha, y para superarla teníamos que desempeñar nuestro papel para servir a nuestra comunidad. Pese a que ACNUR se esfuerza para proteger a los refugiados, no puede cubrir todas las necesidades de la comunidad de refugiados en todos los aspectos de la vida. Basándonos en esto pensamos en formar una asociación. Después de una larga discusión y de deliberación y planificación meticulosas, fundamos Al Ghaith.
Nuestros objetivos acordados definieron nuestros propósitos y las categorías de personas a las que ayudaríamos, sin mencionar las áreas de desarrollo de la comunidad en las que debemos centrar nuestros esfuerzos. Al ser miembros propios de esta comunidad, llegamos a conocer nuestras debilidades y fortalezas y trabajamos juntos en una tarea común para satisfacer las necesidades de nuestra comunidad. A través de la evaluación de necesidades y diferentes grupos de discusión, identificamos la necesidad de apoyar a personas con necesidades específicas —incluyendo ancianos, personas muy pobres y huérfanos— como nuestra prioridad principal.
Además, gestionamos las donaciones que recibimos para asegurarnos de destinarlas a estas categorías de personas con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria, al tiempo que ponemos énfasis en la educación como una herramienta de protección. También hemos identificado y contratado a miembros cualificados de la comunidad para que se conviertan en maestros, guardias y personal de limpieza en nuestros centros e instalaciones, para así crear algunas fuentes de ingreso.
Los principales desafíos que hemos enfrentado con respecto a la sostenibilidad fueron las limitaciones de presupuesto. Como miembros de Al Ghaith estamos trabajando con recursos muy limitados. A pesar del apoyo de ACNUR, aún no podemos satisfacer todas las necesidades de nuestra comunidad, y la falta de instalaciones adecuadas o equipos afecta nuestra capacidad para organizar algunas actividades recreativas en los centros comunitarios, como fútbol, baloncesto y música, o para proporcionar espacios como gimnasios y parques infantiles.
Mientras que Al Ghaith técnicamente podría responder a las necesidades de la comunidad en diferentes sectores, financiar esas actividades sigue siendo un desafío. Es por esta razón que actualmente enfocamos nuestros esfuerzos principalmente en el desarrollo de capacidades de la comunidad de refugiados.
Promover la armonía
La forma en la que la comunidad ha tenido la oportunidad de gestionar el centro es notable y ha tenido un gran impacto. La lista de nuestras necesidades es extensa, pero, por otro lado, hemos logrado continuar con nuestras actividades sociales a pesar de todas las dificultades que hemos encontrado. Les damos a todos la oportunidad de descubrir nuevos talentos ocultos y luego mejorarlos a través de actividades en el interior y al aire libre, mediante juegos, creación de música, talleres y sesiones de sensibilización. Y le hemos permitido a nuestra comunidad socializar en los centros comunitarios mediante el afecto y la armonía entre los miembros de la comunidad.
Asociación Al Ghaith
[1] Consulte la sección de profesionales de protección comunitaria en UNHCR Exchange www.unhcrexchange.org/communities/9159