- May 2025

Una operación conjunta en el Ocean Viking busca salvar vidas y proteger los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Pero los desafíos regulatorios que se le plantean ponen de manifiesto la necesidad de un entorno más favorable para la acción humanitaria.
En la costa de la muerte, tu viaje terminó.
Tu pequeño corazón, todavía inocente, no lo soportó.
Era todo amor e irradió amor hasta su último aliento.
Nos dejaste, mi amor, mi pequeña.
Tu dulce voz se fue para siempre.
Dejaste atrás a un padre, una madre y una hermana; perdidos, errantes entre el mar y el cielo.
¿Cómo pudo tu noble corazón dejar a tus seres queridos de repente?
Soportaste las dificultades del viaje, la crueldad de las olas, ¿todo para qué?
Por una vida digna.
Sí, y la encontraste, Rahaf. Estás en dicha eterna.
Descansa en paz, mi amor.
Homenaje de un padre a su hija de 7 años, fallecida durante una evacuación médica de emergencia del Ocean Viking en el Mediterráneo central el 28 de enero de 2025.
En enero de 2025, una familia de cuatro integrantes estaba entre un grupo de 92 personas rescatadas de una embarcación en peligro en la zona central del mar Mediterráneo, cerca de Malta. Las trasladaron a bordo del barco de búsqueda y salvamento, el Ocean Viking. Pero antes de llegar al punto de desembarco asignado, la hija de siete años, que tenía problemas de corazón, sufrió un paro cardíaco. Después de intentos fallidos para reanimarla a bordo, el equipo de salvamento solicitó que fuese aerotransportada a un hospital en Malta. Trágicamente, no sobrevivió el viaje. En el homenaje que le dedica su padre, este se pregunta, “Soportaste las dificultades del viaje, la crueldad de las olas, ¿todo para qué?”
Por desgracia, no es la primera menor que pierde su vida en circunstancias evitables en el mar. Y no será la última.
Un número alarmantemente alto de personas mueren y desaparecen en lo que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) conoce como “la ruta migratoria más mortal conocida del mundo”, el cruce del Mediterráneo central entre el norte de África e Italia. Desde que en 2014 se estableció el “Proyecto de Migrantes Desaparecidos” de la OIM, se han registrado más de 31 700 muertes y desapariciones en el Mediterráneo, con aproximadamente 24 600 de estas en la zona central del mar Mediterráneo (y 2475 solo en 2024)[1]. Lo más probable es que sean más. Estas cifras incluyen menores, muchos de los cuales viajaban solos[2].
Existen obligaciones internacionales para los países costeros de proporcionar servicios de búsqueda y salvamento marítimos y para los Estados de abanderamiento de los buques de ofrecer asistencia a las personas que se encuentran en peligro en el mar (independientemente de la nacionalidad o la condición de tales personas o de las circunstancias en que las encuentren) y desembarcar a las personas sobrevivientes en un lugar seguro[3]. Sin embargo, continúan las muertes en el mar y no hay ningún mecanismo coordinado de búsqueda y salvamento marítimo para prevenir muertes y salvar vidas en toda la cuenca del Mediterráneo. Esto indica que los marcos legales y operativos actuales no proporcionan apoyo adecuado a quienes lo necesitan ni previenen la pérdida de vidas en el Mediterráneo.
En un intento de reforzar la respuesta humanitaria donde es insuficiente y rescatar a personas en peligro en el mar, en 2021 la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC, por sus siglas en inglés) se unió a la organización marítima y humanitaria europea, SOS MEDITERRANEE, a bordo de su barco, el Ocean Viking. Esta asociación operativa ha actuado como una operación civil de búsqueda y salvamento marítimo (SOS MEDITERRANEE supervisa las operaciones de búsqueda y salvamento) y como un punto de servicio humanitario en el mar, con IFRC que ofrece asistencia, protección y servicios sanitarios a las personas rescatadas en el Mediterráneo central. Sin embargo, los esfuerzos actuales de búsqueda, salvamento y asistencia a las personas sobrevivientes no son suficientes por sí solos. Las personas seguirán muriendo y desapareciendo si no se hacen esfuerzos para abordar las condiciones estructurales que contribuyen a su vulnerabilidad (y, en última instancia, a su decisión de emigrar).
El enfoque actual de muchos países en la seguridad y la externalización de la gestión migratoria hace que este trabajo sea cada vez más difícil. El énfasis en la seguridad fronteriza, la disuasión y la cooperación con terceros países para que intercepten y devuelvan a las personas migrantes parece eclipsar las consideraciones humanitarias y de protección de los derechos humanos. Este enfoque también incluye la criminalización de la ayuda humanitaria a las personas migrantes en una situación irregular, y esto hace difícil para las organizaciones humanitarias continuar con su trabajo de salvar vidas.
Un marco normativo complejo
A lo largo de la ruta migratoria en el Mediterráneo central, la falta de protección para las personas que se desplazan representa una seria amenaza para sus vidas. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) lo ha calificado de “indiferencia letal hacia personas desesperadas”[4]. Un marco regulatorio cada vez más complejo en la Unión Europea (UE), junto con acuerdos bilaterales con los países de tránsito y origen, están agravando los riesgos y la vulnerabilidad que sufren las personas que se desplazan, en especial las que utilizan rutas ‘irregulares’.
Con su trabajo en el Ocean Viking, la IFRC y SOS MEDITERRANEE han sufrido, de primera mano, los impactos de las políticas actuales sobre las actividades de búsqueda, salvamento y desembarco, incluidas las implicaciones que tienen para las operaciones civiles de búsqueda y salvamento, así como las amenazas a la protección de las personas migrantes y refugiadas.
Por ejemplo, las restricciones a nivel estatal a los salvamentos secundarios[5], que incluyen la serie de requisitos para obtener autorizaciones para llevarlos a cabo y el acceso limitado a las autoridades marítimas competentes en esos momentos, han reducido la capacidad del Ocean Viking de salvar vidas en la zona de búsqueda y salvamento. La designación de puertos lejanos para el desembarco también ha limitado esta capacidad y ha inflado el presupuesto operativo del Ocean Viking. En 2023, el buque viajó más de 21 000 kilómetros adicionales para llegar a 13 puertos lejanos, en lugar de desembarcar en los lugares seguros más cercanos. Se estima que esto costó EUR 500 000 adicionales en combustible.
Además, en varias ocasiones, el Ocean Viking ha sido objeto de prácticas agresivas por parte de la guardia costera que han supuesto riesgos para la seguridad de la tripulación y las personas sobrevivientes. Estas dificultades se han agravado por complicados requisitos para garantizar la seguridad marítima, así como sanciones por incumplimiento, que incluyen multas, la detención de miembros de la tripulación y la incautación de embarcaciones.
En febrero de 2024, el Ocean Viking recibió una orden de detención de las autoridades italianas tras el desembarco de 261 personas sobrevivientes en Brindisi. El equipo legal que representaba a SOS MEDITERRANEE cuestionó la constitucionalidad del marco normativo utilizado para decidir sobre esta cuestión (el Decreto Piantedosi de 2023, decreto legislativo núm. 1/2023), aduciendo que violaba derechos fundamentales, así como los principios de proporcionalidad y de razonabilidad. El tribunal de Brindisi remitió el caso al Tribunal Constitucional italiano y puso en duda la legitimidad del propio decreto. Es un recurso judicial que pone de manifiesto la tensión entre los imperativos humanitarios y los marcos normativos actuales[6].
Mientras tanto, la externalización de la gestión migratoria de la UE, como se ejemplifica en los acuerdos con países como Túnez, Egipto y Mauritania, complica aún más la situación. Esto se vio más recientemente con la ejecución del protocolo de acuerdo migratorio entre Italia y Albania en octubre de 2024[7]. El acuerdo ha sido objeto de importantes desafíos legales y operativos que aún persisten, que se centran en las consecuencias que tiene para los derechos humanos de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes. El comisario para los derechos humanos del Consejo de Europa también ha expresado su preocupación.
A la vez, la Directiva de Facilitación de la UE, que criminaliza el acto de apoyar la entrada, tránsito y estancia de cualquier persona no autorizada, se ha utilizado para perseguir a personas y organizaciones que ofrecen ayuda humanitaria a dichas personas migrantes. Para garantizar que los actores humanitarios, entre ellos el Ocean Viking, puedan realizar su labor guiada por principios y orientada a salvar vidas de forma eficaz, la directiva debería incluir una excepción humanitaria explicita y vinculante.
Hacia un nuevo marco de la UE para operaciones de búsqueda y salvamento
Pese a la situación actual, hay motivos para tener esperanza. Tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo han reconocido la necesidad de mayores capacidades de búsqueda y salvamento, así como de una mejor cooperación entre los actores que están presentes en el mar. Como parte del llamado de la Comisión a establecer un marco más estructurado, fiable y sostenible para las operaciones de búsqueda y salvamento, coherente con las normas de la UE y los estándares internacionales[8], se ha pedido a los Estados miembros y a Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas), mejorar las operaciones proactivas de búsqueda y salvamento mediante el despliegue de buques, equipos y personal suficientes en las principales rutas para garantizar una respuesta eficaz en situaciones de peligro[9]. Además, el Parlamento Europeo ha pedido la creación de una misión integral de búsqueda y salvamento de la UE, que llevarían a cabo las autoridades nacionales y Frontex, para garantizar un enfoque coordinado para salvar vidas en el mar.
Estos llamamientos se han hecho junto con la adopción, en 2024, del Pacto de la Unión Europea sobre Migración y Asilo, concebido para establecer un sistema común de la Unión Europea para la gestión de la migración y el asilo. El Pacto ofrece una oportunidad única para mejorar la situación, pero su eficacia para salvar vidas y reducir las necesidades humanitarias o bien empeorar la situación, dependerá de cómo se aplique.
Mientras continúan las negociaciones sobre las medias de aplicación, la IFRC y otras organizaciones que trabajan con personas migrantes y refugiadas siguen resaltando el imperativo humanitario de sus operaciones y se centran en la prestación de apoyo esencial a las personas que se desplazan.
Ideas finales
La operación de la IFRC y SOS MEDITERRANEE en el Ocean Viking es un ejemplo del imperativo humanitario de salvar vidas y proteger los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Sin embargo, los problemas regulatorios que enfrentan las operaciones de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo central ponen de manifiesto la necesidad de un entorno más favorable para la acción humanitaria basada en principios. Esto supone una mayor coordinación y cooperación entre los Estados miembros de la UE, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones internacionales, que incluya protocolos claros de comunicación y procedimientos estandarizados, para facilitar las operaciones de búsqueda y salvamento, así como prácticas de desembarco justas y eficaces. A la vez, vías más seguras y legales para las personas migrantes ayudarían a reducir la dependencia de rutas marítimas peligrosas y evitar la pérdida de más vidas en el mar.
El padre de Rahaf se preguntó: “Soportaste las dificultades del viaje, la crueldad de las olas, ¿todo para qué? Su respuesta fue: “Por una vida digna.” Es por personas como Rahaf, y los muchos niños, niñas, hombres y mujeres que corren la misma suerte en el Mediterráneo, que juntos debemos trabajar para mejorar la protección de las personas y la prestación de la asistencia necesaria para salvar vidas en el mar.
Anna Bowen
Coordinadora Regional de Diplomacia Humanitaria, Oficina Regional de la IFRC para Europa
Anna.BOWEN@ifrc.org
Las opiniones compartidas en este artículo son las de la autora y no reflejan las de su empleador, sus afiliados ni su personal.
[1] El Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM registra incidentes relacionados con personas migrantes, como personas refugiadas y solicitantes de asilo, que mueren o desaparecen durante el proceso de migración hacia un destino internacional: bit.ly/migrantes-desaparecidos-mediterraneo-oim
[2] Desde que la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC) se asoció con SOS MEDITERRANEE en septiembre de 2021 (y hasta finales de enero de 2025), el Ocean Viking ha rescatado aproximadamente a 2054 menores, 1630 de los cuales viajaban solos.
[3] Regulado de forma general en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM, 1982); regulado de forma más específica en dos tratados de la Organización Marítima Internacional (OMI), el Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar, 1974 (Convenio SOLAS, por sus siglas en inglés) y en el Convenio internacional sobre búsqueda y salvamento marítimos, 1979 (Convenio SAR, por sus siglas en inglés).
[4] ACNUDH (2021) “Lethal Disregard” Search and rescue and the protection of migrants in the central Mediterranean Sea [en inglés]
[5] Todas las operaciones de salvamento marítimo se hacen en consulta con las autoridades marítimas del país correspondiente. La legislación italiana requiere que el Ocean Viking se dirija al ’lugar seguro’ designado por las autoridades marítimas en cuanto se realice un salvamento. Esto significa que no pueden responder a ninguna llamada de auxilio posterior, a menos que esté expresamente permitido o autorizado.
[6] Orav, A (2024) ‘Responsibility for search and rescue of migrants in the Mediterranean’ [en inglés], Servicio de Investigación Parlamentaria Europea.
[7] ‘Protocol between the Government of the Republic of Italy and the Council of Ministers of the Republic of Albania for the Strengthening of Cooperation in Migration Matters’, 2023
[8] Comisión Europea (2020) ‘Recomendación 2020/1365 del 23 de septiembre de 2020 sobre la cooperación entre Estados miembros en relación con las operaciones de búsqueda y salvamento realizadas por buques que sean propiedad de entidades privadas o estén explotados por entidades privadas’
[9] Parlamento Europeo (2023) ‘La necesidad de una acción de la Unión en materia de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo’
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