- May 2025

El preocupante número de muertes y desapariciones en la frontera entre el Afganistán y el Irán podrían reducirse mediante un mejor reparto de responsabilidades a nivel internacional, la exigencia de responsabilidades al Irán por sus políticas migratorias y el refuerzo de los servicios humanitarios en la frontera.
El Irán es uno de los principales destinos para las personas afganas que huyen de la guerra y la pobreza, en gran parte por sus fronteras terrestres con el oeste del Afganistán. Según informes del ACNUR, en la actualidad el Irán acoge aproximadamente a 3,7 millones de personas afganas, de las cuales 761 000 están registradas como personas refugiadas y el resto son solicitantes de asilo o personas indocumentadas que viven en una situación similar a la de las personas refugiadas[1]. La frontera entre el Afganistán y el Irán es bastante porosa y muchas personas afganas cruzan por pasos fronterizos informales debido a las dificultades para obtener pasaportes y visados, y a menudo pagan a traficantes o confían en la información de quienes ya han hecho el viaje. Para la mayoría de las personas afganas, cruzar la frontera hacia el Irán representa una oportunidad de escapar el régimen talibán y buscar mejores oportunidades económicas. Sin embargo, para algunas, esta travesía inicial es solo el principio de un viaje más largo, en su intento de llegar a Turquía y, finalmente, a países europeos. Tras la vuelta de los talibanes al poder en 2021, hubo una entrada importante de aproximadamente 1 millón de personas afganas que cruzaron fronteras terrestres no oficiales hacia el Irán[2].
Al cruzar la frontera entre el Afganistán y el Irán, las personas migrantes afganas se enfrentan a un número de riesgos y dificultades, como violencia y tortura por parte de traficantes y de la policía fronteriza iraní, condiciones climáticas extremas, transporte peligroso y falta de alimentos y agua potable. Como alguien que ha nacido y se ha criado en el Afganistán, crecí escuchando historias de personas jóvenes afganas que desaparecieron después de migrar al Irán o que regresaron con relatos escalofriantes de abandonos por parte de traficantes o torturas por la policía fronteriza iraní. Informes de organizaciones internacionales documentan muertes, acoso, disparos y palizas por las autoridades iraníes en la frontera[3]. También ha habido informes de tortura, acoso sexual y robo por parte de traficantes. Las redes de tráfico de personas recorren rutas a través de montañas peligrosas y terrenos escarpados, lo que aumenta el riesgo de víctimas tanto por accidentes en el camino como por la violencia infligida por traficantes.
Aunque se desconoce el número exacto de personas migrantes que desaparecen o pierden sus vidas en la frontera entre el Afganistán y el Irán, informes de los medios de comunicación señalan la escalada de violencia y abusos que sufren allí las personas migrantes afganas[4]. Esta escalada ha sido especialmente pronunciada desde que los talibanes tomaron el poder en el Afganistán en 2021, lo que llevó a un aumento dramático en el número de personas afganas que intentan entrar en el Irán de forma irregular. Un informe de Amnistía Internacional revela que, solo entre abril y diciembre de 2021, durante los primeros meses de la toma del poder de los talibanes, trabajadores humanitarios y médicos afganos documentaron 59 muertes y 31 heridos entre las personas migrantes afganas que intentaban cruzar hacia el Irán. En 2020, legisladores iraníes propusieron nueva legislación para imponer severas penas de prisión a las personas migrantes indocumentadas y autorizar a los agentes de seguridad a disparar contra vehículos sospechosos de transportarlos. Aunque esta legislación no llegó a promulgarse, numerosos informes han documentado casos en los que la policía iraní abre fuego contra las personas migrantes afganas en la frontera. La muerte de más de 250 personas migrantes en una matanza a manos de la policía fronteriza iraní en octubre de 2024, documentada por Haalvsh, una organización de derechos humanos iraní, es un ejemplo reciente de la violencia en la frontera que ejercen las autoridades públicas.
Para aclarar las experiencias de las personas migrantes afganas que cruzan la frontera hacia el Irán, he examinado testimonios e historias compartidas por personas migrantes en cinco canales de YouTube afganos muy conocidos entre septiembre de 2021 y diciembre de 2024[5]. Estos canales regularmente retransmiten noticias sobre los retos y las realidades que afrontan las personas afganas sobre una gran variedad de temas sociales, políticos y económicos. Mi objetivo era analizar cómo esas personas migrantes perciben sus viajes para cruzar la frontera, los peligros y riesgos a los que se enfrentan, y el tipo de apoyo y servicios que necesitan en el camino.
Experiencias en la frontera
Dado el régimen represivo talibán y el deterioro de las condiciones humanitarias, muchas personas afganas carecen de los medios económicos o del tiempo para obtener documentos de viaje válidos para migrar al Irán. Además, la embajada del Irán en el Afganistán expide visados de una sola entrada que son válidos solo por tres meses desde la fecha de expedición, con la posibilidad de extender la estancia en el Irán por 90 días adicionales. El total de la estancia, incluyendo las extensiones, puede ser de hasta un máximo de 180 días. Teniendo en cuenta los requisitos económicos para obtener los documentos de viaje y la corta duración del visado, la mayoría de las personas migrantes intentan cruzar la frontera sin documentos de viaje válidos y, a menudo, con ayuda de traficantes. Esto no es una garantía de éxito, ya que a las personas migrantes las pueden rechazar en la frontera o las pueden deportar poco después de cruzarla.
Un migrante afgano que fue deportado desde el Irán solo un mes después de cruzar la frontera describe su desgarradora historia sobre la entrada en el Irán a través de las rutas de tráfico de personas:
“[Los traficantes] te garantizan que cruzarás la frontera con total confianza. Pero una vez llegas a la frontera, ves que las condiciones de la carretera son muy malas y hay controles de policía cada 1000 metros. Ni siquiera una mosca podría cruzar esa frontera, y mucho menos una persona.”
Otro migrante afgano describe su experiencia con traficantes y con la policía fronteriza iraní como la experiencia más dolorosa de su vida:
“Desearías que se te tragara la tierra vivo cuando ves el trato de la policía iraní en la frontera. [Los traficantes] nos hacen ir a través de ríos y desiertos que yo no cruzaría ni aunque me pagasen, pero no tenía otra opción. Éramos un grupo de 30 personas. La policía fronteriza empezó a dispararnos. Yo sufrí una herida en la cabeza. Una persona amiga mía se rompió las costillas.”
Un deportado afgano, al explicar sus experiencias de detención y prisión a manos de la policía fronteriza iraní, dijo:
“Las personas afganas no tienen a nadie que las defienda. Puedes tener un pasaporte y un visado válidos y todavía te detienen y te deportan. La razón es que no tenemos un gobierno, no tenemos a nadie que nos apoye. Te dan palizas y te maldicen. A las personas refugiadas afganas las tratan como si no valieran nada en el Irán”.
Evitar muertes y desapariciones
En medio de una prolongada crisis económica y sanciones continuadas, en los últimos años la frustración del régimen iraní se dirige cada vez más contra las personas migrantes afganas. Según un informe del Consejo Noruego para Refugiados, las dificultades económicas del Irán han empeorado desde el restablecimiento de las sanciones estadounidenses en 2018 y la pandemia de COVID-19, lo que afecta a su capacidad para apoyar y acomodar de manera adecuada a las personas migrantes afganas. Además, tanto el gobierno iraní como los talibanes muestran un desprecio flagrante por sus obligaciones internacionales de derechos humanos, lo que ha recibido una amplia condena. Evitar desapariciones y muertes en la frontera exige una estrategia integral y coordinada que no responda solo a las necesidades inmediatas de las personas migrantes en los pasos fronterizos, sino que también tenga en cuenta soluciones sustanciales a nivel local, regional e internacional. En este momento, ningún organismo oficial documenta las muertes y desapariciones de las personas migrantes afganas en la frontera entre el Afganistán y el Irán, ni el régimen talibán, ni el gobierno iraní, ni ninguna organización internacional.
- Rendición de cuentas y reforma migratoria en Irán
La naturaleza arbitraria de las políticas migratorias iraníes con respecto a las personas migrantes afganas se ilustra en sus detenciones frecuentes, el trato en los centros de detención y la fuerza que ejerce la policía fronteriza iraní para evitar la entrada en el país de personas migrantes indocumentadas. El Gobierno del Irán, como signatario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967, está obligado a garantizar que sus políticas de detención y deportación se ajustan a los principios que se establecen en la Convención. El ACNUR debe instar al Gobierno iraní a promulgar políticas claras respecto a la detención y deportación de personas migrantes afganas en el Irán. Los casos de homicidio y tortura de personas migrantes afganas en la frontera requieren una investigación exhaustiva, y es fundamental que las personas y entidades involucradas respondan por sus acciones. En el pasado, las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales han condenado las matanzas de personas nacionales afganas por parte de la policía fronteriza iraní, pero no se han llevado a cabo investigaciones sustantivas.
- Reparto de responsabilidades y coordinación
Es evidente que, dadas las relaciones diplomáticas del Irán con los países occidentales, hay un menor interés por parte de los Gobiernos en todo el mundo en ofrecer apoyo directo al Gobierno iraní para acoger a personas migrantes. Sin embargo, un uso más eficaz de los marcos legales e internacionales existentes podría no solo aliviar parte de la carga que actualmente recae sobre el Irán, sino también salvar vidas en la frontera. Una forma de lograrlo sería incluir y apoyar a otros países en la región para ofrecer otras vías regulares de inmigración a las personas migrantes afganas. La comunidad internacional ha establecido con anterioridad un plan de acción integral en respuesta a la crisis de las personas refugiadas sirias. Jordania, el Líbano y Turquía establecieron programas temporales de protección para ofrecer a las personas refugiadas sirias el derecho al trabajo, vivienda y alojamiento adecuados y condición jurídica. Igualmente, la Directiva de Protección Temporal, otorgó a la ciudadanía ucraniana estancia, residencia y permiso de trabajo acelerados en muchos países de la Unión Europea. A pesar de que por su naturaleza estos programas no ofrecen soluciones permanentes, un modelo similar podría ofrecer vías regulares y alternativas de inmigración a las personas migrantes afganas.
- Salvar vidas con ayuda humanitaria
Aunque hay cientos de cruces diarios a ambos lados de la frontera, actualmente solo se dispone de dos centros de acogida que gestiona la Organización Internacional para las Migraciones para ofrecer servicios humanitarios inmediatos tras la llegada a la frontera. Estos servicios incluyen alojamiento temporal, comidas calientes, transporte hacia el destino final y atención médica. También se ofrecen servicios adicionales como apoyo psicológico y educación sobre los peligros de las minas. Estos centros se encuentran en las principales entradas a lo largo de la frontera en las provincias afganas de Herat y Nimroz. Aunque la mayoría de las personas migrantes afganas utilizan rutas establecidas para cruzar hacia el Irán, las fuertes medidas de seguridad en los cruces de fronteras más importantes obligan a muchas personas migrantes indocumentadas a arriesgar su seguridad al optar por rutas remotas menos vigiladas y más peligrosas. Por ejemplo, en los últimos años, un número cada vez mayor de personas migrantes afganas han entrado en el Irán a través del Pakistán. Utilizan rutas de tráfico de personas en la provincia de Nimroz para cruzar hacia el Pakistán, tras lo cual normalmente emprenden un viaje de tres días, dos de ellos a pie, para entrar en el Irán a través del valle de Kalagan en Saravan, una ciudad situada en la provincia de Sistán y Balochistán, en el sureste del Irán. Al utilizar rutas tan remotas y poco vigiladas, las personas migrantes se enfrentan no solo a la amenaza de violencia y explotación por parte de traficantes y grupos armados, sino también a duras condiciones ambientales y un acceso limitado a recursos esenciales.
Debido al uso cada vez más frecuente de estas rutas más peligrosas, existe la necesidad urgente de programas que ofrezcan servicios esenciales como tratamiento médico, agua, alimento y alojamiento temporal a las personas migrantes. En este contexto, la presencia de organizaciones no gubernamentales es fundamental, ya que pueden no solo ofrecer apoyo práctico a las personas migrantes sino también ayudar a identificar los factores que ponen en peligro sus vidas y ofrecer información sobre el número de muertes y desapariciones en la frontera. Desde la vuelta de los talibanes al poder en agosto de 2021, la comunidad internacional se ha enfrentado a importantes desafíos para formular una respuesta eficaz a la situación en el Afganistán. Una preocupación fundamental ha sido cómo ofrecer apoyo apropiado a las personas vulnerables afganas y, al mismo tiempo, exigir rendición de cuentas a los talibanes por sus acciones y políticas que violan los derechos humanos. Este desafío podría mitigarse con apoyo a las comunidades locales y a organizaciones sin ánimo de lucro imparciales para que lideren los esfuerzos para salvar vidas en la frontera. Los actores locales tienen fuertes vínculos con las comunidades, lo que les ayuda a abordar las complejidades sociales, culturales y logísticas de la región con eficacia. Como reflejan muchos programas humanitarios en curso en el Afganistán, los actores locales pueden coordinarse con las autoridades talibanes para facilitar la ejecución de sus iniciativas sin financiar o apoyar directamente a los talibanes y a sus instituciones[6].
Neela Hassan
Doctoranda
Universidad de Waterloo, Canadá
neela.hassan@uwaterloo.ca
[1] En este artículo, el término ‘persona migrante’ se utiliza como una categoría amplia que abarca cualquier tipo de movimiento transfronterizo, incluidas las personas solicitantes de asilo, las personas refugiadas e individuos que migran por razones económicas.
[2] ‘One of the World’s Largest Refugee Populations, Afghans Have Faced Increasing Restrictions in Iran‘ [en inglés], Migration Policy Institute, 7 de enero de 2025
[3] Entre otros: Agencia de Asilo de la Unión Europea (2022) Iran – Situation of Afghan Refugees [en inglés] https://euaa.europa.eu/sites/default/files/publications/2023-01/2023_01_COI_Report_Iran_Afghans_Refugees_EN.pdf
[4] Por ejemplo, ‘Afghan migrants continue to face abuse from Iranian border guards, traffickers [en inglés]’, Arab News, 13 de agosto de 2022
[5] Los canales de YouTube son, cada vez más, una fuente importante y fiable de noticias, información y entretenimiento para las personas afganas, sobre todo porque los medios de comunicación tradicionales están sujetos a restricciones y prohibiciones importantes bajo el régimen talibán. Los principales canales de los cuales obtuve los testimonios de primera mano son Watan Man, Kabul Fans Media, Afghan Daily y Negin Afghanistan.
[6] Para obtener más información sobre cómo algunas organizaciones abordan este tema, véase United Kingdom Humanitarian Innovation Hub (2023) Navigating Ethical Dilemmas for Humanitarian Action in Afghanistan [en inglés]
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