- May 2025

Mediante un entorno que propició las tareas de búsqueda y salvamento en el Níger, una respuesta humanitaria eficaz fue posible para las personas migrantes en peligro en el desierto. Lecciones para otros contextos.
El Níger es uno de los principales puntos de partida, tránsito y destino en África Central y Occidental. Agadez[1], la región norte del país situada en la intersección de rutas transaharianas clave, está atravesada por uno de los principales ejes migratorios de la región, así como por numerosas rutas auxiliares, sobre todo, hacia el norte de África. La región recibe personas migrantes de múltiples nacionalidades en distintas fases del proceso migratorio; algunas de estas personas se encuentran en tránsito desde y hacia otros países de África Occidental, y otras hacia Europa a través del norte de África y el mar Mediterráneo. Algunas de estas personas han sido expulsadas por la fuerza hacia el Níger desde Argelia y Libia, lugares adonde habían migrado por trabajo. Si bien las necesidades, vulnerabilidades y capacidades de las personas migrantes varían según la fase del proceso migratorio en la que se encuentren, tanto las personas migrantes expulsadas como aquellas en tránsito en el Níger pueden permanecer días varadas con necesidades vitales de protección y asistencia.
A diferencia de la reciente tendencia en varios contextos europeos, el Níger no penaliza las operaciones de búsqueda y salvamento[2] por parte de civiles a migrantes en situación desfavorable, sino que las alienta. Es más, con la reciente revocación de la ley conocida como ‘ley contra el tráfico ilícito de migrantes’ (núm. 2015/036) en noviembre de 2023 y en un contexto geopolítico en constante evolución, el panorama migratorio ha cambiado significativamente en el Níger. Desde su promulgación en 2016 y hasta su revocación, esta ley aplicaba penas efectivas a actividades asociadas a la migración. Como consecuencia del aumento de los controles en las rutas migratorias llevados a cabo por la policía, la gendarmería y las fuerzas armadas, y del creciente temor a la persecución, surgieron rutas clandestinas. En sus trayectos, estas rutas a menudo atravesaban peligrosas zonas desérticas para evadir las patrullas, lo que dificultaba aún más el acceso de las personas migrantes a los servicios básicos.
Según el trabajo de monitoreo y análisis de datos llevado a cabo por Médicos Sin Fronteras (MSF), las personas migrantes han recurrido menos a las rutas clandestinas desde la revocación de la ley. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se ha denunciado la muerte o desaparición de 505 personas migrantes en el desierto del Sahara entre enero y septiembre de 2024. De ese número, 111 pertenecen al desierto de Agadez, en comparación con los 548 casos denunciados para el mismo período en 2023[3]. Sin embargo, las personas migrantes siguen vulnerables a la desaparición, la muerte, la explotación y otros abusos en la región. Las peligrosas rutas migratorias clandestinas siguen siendo utilizadas, ya que persiste la desconfianza en el sistema y la falta de acceso a la información para las personas migrantes.
Personas en peligro en el desierto
MSF es uno de los agentes encargados de las actividades de búsqueda y salvamento a personas migrantes en situación desfavorable en la región de Agadez. Otras organizaciones, como Alarm Phone Sahara (APS) y la OIM, llevan a cabo actividades similares en la región. En 2024, MSF condujo 42 operaciones de rescate o asistencia vital a 535 personas migrantes, incluidas mujeres. Del total, 22 personas migrantes presentaban fracturas; 28, distintas enfermedades, y 122, extrema deshidratación. Todas ellas fueron tratadas por MSF. Además, en mayo de 2024, MSF registró la muerte de 11 personas migrantes tras haber sido expulsadas violentamente de Argelia en condiciones inhumanas.
Desde 2017, sigue siendo elevada la cantidad de personas expulsadas y migrantes desde Argelia que llegan al Níger. Según testimonios de personas migrantes recogidos por MSF, las personas nigerinas expulsadas de Argelia son transportadas por las fuerzas de seguridad argelinas en ‘convoyes oficiales’ hasta la aldea de Assamaka (Níger), donde reciben apoyo para regresar a sus comunidades de origen. Sin embargo, las fuerzas argelinas abandonan en el medio del desierto a las personas migrantes de otras nacionalidades en un lugar comúnmente llamado ‘punto cero’, en la frontera entre el Níger y Argelia. Estas personas quedan perdidas en la inmensidad del desierto, sin comida, agua ni refugio, al menos a 15 km de Assamaka, donde se encuentra el puesto policial fronterizo. Según la OIM, entre enero y junio de 2024 solo se expulsaron poco menos de 8500 personas migrantes en convoyes oficiales[4], mientras que APS registró la expulsión de 14 300 personas migrantes de Argelia al Níger entre enero y mayo de 2024[5], incluidas las personas que viajaban en convoyes extraoficiales.
El intercambio de información y la coordinación de esfuerzos como respuesta
Intercambiar información de manera rápida y transparente facilita la proactiva asignación de equipos de búsqueda y salvamento. Por ejemplo, al recibir información de la policía o integrantes de la comunidad sobre expulsiones en Assamaka, MSF asigna rápidamente un equipo de búsqueda de tres personas: una profesional de enfermería, una educadora comunitaria de salud mental y una promotora de salud —con tareas de enlace y concienciación comunitaria— en un vehículo equipado con agua y medicamentos de emergencia. Estas operaciones proactivas permiten que MSF alcance amplias zonas en el desierto en busca de personas migrantes que podrían estar varadas o perdidas, e imposibilitadas de recibir ayuda. En la situación de las personas migrantes expulsadas, esto podría salvarles la vida: muchas de ellas han denunciado ante MSF la confiscación o el robo de sus pertenencias —documentos de identificación, teléfonos móviles y dinero— durante la expulsión. Las personas migrantes gravemente heridas o enfermas son estabilizadas en el lugar y luego trasladadas hasta el dispensario de salud de MSF más cercano.
Alarm Phone Sahara emplea motocicletas en las tareas de búsqueda y salvamento de personas migrantes que podrían estar varadas, ya que este medio de transporte permite un despliegue más rápido en el desierto. Al detectar a personas migrantes en situación desfavorable, la organización traslada la información mediante una alerta a otras ONG en Assamaka o a autoridades en las cercanías para que las rescaten o para que puedan activar una operación de rescate más adecuada. Por tanto, el rápido intercambio de información por la policía de Assamaka es fundamental para las vitales tareas de búsqueda y salvamento que se llevan a cabo en el desierto de Agadez.
El funcionamiento de líneas de ayuda —una actividad no penalizada ni obstruida por el Estado— también facilita el intercambio de información y la coordinación de esfuerzos. Desde noviembre de 2018, MSF gestiona una línea de ayuda gratuita —que funciona las 24 horas, todos los días de la semana— para personas en peligro en rutas migratorias. Esta línea de ayuda es particularmente útil para quienes migran por el Níger hacia otros países, ya que son frecuentes las averías y los accidentes de vehículos que transportan a personas migrantes y, por lo tanto, la presencia de personas migrantes varadas en el medio del desierto durante largos períodos de tiempo. Las autoridades, los organismos de control o las fuerzas armadas, las comunidades locales o incluso las mismas personas migrantes pueden comunicarse con la línea de ayuda para informar a MSF sobre una situación de desamparo que eleve una alerta para iniciar una operación de rescate.
Asimismo, coordinar y facilitar rescates dirigidos por la comunidad con líderes y conductores locales también aumenta las capacidades de rescate en general, en la región. De este modo, las personas rescatistas no solo están más cerca de los lugares del hecho, sino que además saben cómo moverse en la inmensidad del desierto y son conscientes de sus riesgos o peligros. Los rescates en el desierto exigen poner a disposición recursos públicos y privados en relación con combustible, vehículos, asistencia, personal y equipo voluntario, entre otros elementos. Las autoridades, las fuerzas del orden y las fuerzas armadas nigerinas son parte integrante de todo el proceso; su participación evita obstrucciones o impedimentos en la elevación de alertas, además de actuar activamente para mantener y promover un fluido intercambio de información y coordinación de esfuerzos entre las ONG y otros agentes públicos y privados.
Por otro lado, tras el rescate y dependiendo de las necesidades y los planes de las personas migrantes respecto de continuar con su trayecto o regresar a su país, las fuerzas armadas, la policía y las autoridades locales pueden dirigirlas hacia los agentes y servicios pertinentes en la región. Quienes desean regresar a su país reciben orientación en los centros de tránsito de la OIM en Arlit, Agadez y Dirkou para registrarse en el Programa Retorno Voluntario Asistido y Reintegración; mientras que quienes necesitan atención médica urgente reciben asistencia en centros de salud donde agentes como MSF brindan cuidados sanitarios gratuitos, incluido apoyo psicosocial y de salud mental. Las ONG, en colaboración con las fuerzas del orden y las autoridades locales, también facilitan entierros dignos y adecuados para las personas migrantes fallecidas que no pueden ser identificadas, y contactan a las familias de los cuerpos que pueden identificar.
Luego de viajes extenuantes y de experiencias potencialmente traumáticas que culminan con el rescate, las personas migrantes pueden verse forzadas a recurrir a mecanismos de afrontamiento negativos que puede exponerlas a la explotación. Incluso en el Níger, si bien las personas migrantes que son alojadas tras el rescate en los centros de tránsito de la OIM (dependiendo de la disponibilidad de plazas) tienen acceso a asistencia y protección, otras personas migrantes en tránsito que no encuentran lugar en el centro o muestran renuencia para regresar quedan solas con sus propios recursos de supervivencia. Así, todavía existe la necesidad de aumentar la provisión de servicios integrales de acogida —en particular, para personas migrantes extranjeras en el Níger—, que incluya servicios de protección, canales seguros y lícitos para continuar con su viaje, integración en las comunidades de acogida y oportunidades de cohesión social.
Perspectivas a futuro
Las experiencias de búsqueda y salvamento vividas por MSF en el desierto del Níger contrastan fuertemente con las ocurridas en el mar Mediterráneo. Desde 2015-16, los equipos de MSF han presenciado cómo los Estados miembros de la Unión Europea se han desvinculado gradualmente de su deber de asistencia a las personas en peligro en el mar[6], y han adoptado un enfoque que hace hincapié en las fronteras y el cumplimiento del orden, en vez de hacerlo en iniciativas que salvan vidas. Los equipos de MSF han denunciado el aumento de intentos para obstruir las actividades de búsqueda y salvamento por parte de civiles en el Mediterráneo, dificultando el intercambio de información, difamando, acosando administrativamente y criminalizando a distintas ONG y activistas[7]. En particular, la Ley 15/2023 de Italia, conocida también como ‘Decreto Piantedosi’, ha limitado gravemente la asistencia humanitaria en el mar. En contraposición, en el Níger, incluso con la Ley núm. 2015-036 vigente, ni las autoridades ni las fuerzas del orden o armadas intentaron obstruir o impedir las tareas de búsqueda y salvamento. Para mitigar el sufrimiento y salvar vidas, y para proteger los derechos de las personas migrantes, existe la responsabilidad colectiva de reforzar las tareas de coordinación entre el Estado y otros actores pertinentes, incluidas las comunidades y las propias personas migrantes. Al respecto, el artículo presenta las siguientes recomendaciones:
- Mejorar el alcance de las operaciones de búsqueda y salvamento solidarias facilitando el intercambio de información y apoyando las iniciativas de rescate comunitarias.
Tanto para rescates terrestres como marítimos, resulta fundamental que las entidades estatales lleven a cabo búsquedas proactivas realizadas en un marco humanitario para prevenir la pérdida de vidas. Estas tareas deben complementarse con un oportuno intercambio de información sobre personas migrantes en peligro entre el Estado y los actores privados. Como sucede en el caso del Níger, las comunidades y las propias personas migrantes pueden movilizarse, capacitarse y prepararse para emprender actividades de búsqueda y salvamento con apoyo en logística y coordinación de las autoridades y distintas ONG. Es más, mejorando y ampliando la participación comunitaria con el apoyo de las ONG, las personas migrantes pueden sensibilizarse sobre temas como rutas migratorias más seguras o disponibilidad de servicios para poder emprender un viaje más seguro.
- Atender las alertas de socorro como una emergencia humanitaria y no adoptando un enfoque de cumplimiento del orden que se centre en la seguridad, la vigilancia y la interceptación fronteriza.
Las personas rescatadas de situaciones de peligro no deben ser sometidas a situaciones de estrés físico y psicológico adicionales. Un enfoque humanitario hacia las tareas de búsqueda y salvamento debe abarcar una recepción adecuada, que incluya el acceso a asistencia médica y humanitaria, y a servicios de protección acordes a los marcos jurídicos y estándares internacionales, sin importar la nacionalidad de la persona migrante ni la voluntad de regresar a su país.
- Los Estados deben propiciar y construir entornos que favorezcan las tareas de búsqueda y salvamento.
Los Estados deben despenalizar las actividades asociadas a la migración y atender activamente los obstáculos administrativos y burocráticos impuestos a las actividades de búsqueda y salvamento. Los marcos jurídicos y normativos de carácter restrictivo en relación con la migración, que adoptan prácticas de contención, disuasión y expulsión, tienen consecuencias perjudiciales que perpetúan los patrones de violencia por tierra y mar.
Malvika Verma
Directora regional de Asuntos Humanitarios, MSF
malvika.verma@graduateinstitute.ch
www.linkedin.com/in/malvika-verma-a459259b/
La autora agradece las contribuciones de Aïva Noelsaint, el apoyo provisto por Almudena Puig, Alberto Jodra y Delphine Buyse, y la disposición de APS para analizar las operaciones en Agadez.
[1] OIM (2023) Cartographie des mobilités au Niger [en francés]
[2] Las operaciones de búsqueda y salvamento por parte de civiles hacen referencia a las tareas de rescate llevadas a cabo por las ONG, las ONGI y otros agentes privados, como quienes conducen los vehículos, las comunidades locales, etc.
[3] Datos extraídos de los informes trimestrales de la Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos (DTM, por sus siglas en inglés) del Níger de la OIM. Para 2024, se emplearon los informes DTM Niger – Rapport sur les enquêtes individuelles des flux de populations R15 (Janvier – Mars 2024), R16 (Avril – Juin 2024) y R17 (Juillet – Septembre 2024), y para 2023, se emplearon R11 (Janvier – Mars 2023), R12 (Avril – Juin 2023) y R13 (Juillet – Septembre 2023) [todos ellos en francés] bit.ly/cartography-niger
[4] Datos extraídos de los informes trimestrales DTM del Níger elaborados por la OIM, en particular, R15 (Janvier – Mars 2024) y R16 (Avril – Juin 2024) [en francés]
[5] ‘2024: More than 30,000 people deported from Algeria to Niger’ [en inglés], APS. 30 de diciembre de 2024
[6] Véase el artículo de MSF ‘Search and Rescue’ bit.ly/msf-search-rescue [en inglés]
[7] MSF. 2023 “No one came to our rescue”: The human costs of European migration policies in the Central Mediterranean [en inglés]
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