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El matrimonio infantil en Jordania: romper el ciclo

El desplazamiento prolongado causado por el conflicto sirio ha exacerbado ciertos impulsores preexistentes del matrimonio infantil. La práctica del matrimonio infantil tiene sus raíces en la desigualdad de género, sin embargo los altos niveles de pobreza y la falta de oportunidades para las niñas también contribuyen a esta práctica, siendo cada vez más las familias sirias desplazadas que recurren al matrimonio infantil para hacer frente a las presiones económicas y sociales. Sin embargo, el matrimonio infantil dista de ser seguro.

Tanto los niños como las niñas que se casan siendo menores de edad son vulnerables a abandonar la escuela en una etapa temprana, además, las niñas corren el riesgo de tener embarazos precoces y una serie de graves problemas de salud reproductiva[i]. Las jóvenes casadas con hombres mayores a menudo quedan socialmente aisladas y desempoderadas, dependiendo en gran medida de sus esposos para asegurar sus derechos. Los altos niveles de trauma a los que se enfrenta la comunidad de refugiados sirios también han aumentado el riesgo de que las parejas jóvenes acaben en situaciones abusivas o de explotación. Esto se refleja en el informe del Consejo Superior de Población de Jordania, que señala que el 60% de las mujeres registradas como víctimas de violencia han sido víctimas del matrimonio forzado e infantil[ii]. Debido a que cuentan con oportunidades económicas y educativas limitadas, si es que las tienen, las niñas casadas menores de edad han sido identificadas como el grupo con la menor participación en la economía jordana y, por lo tanto, es más probable que vivan en la pobreza.

En el contexto jordano, cuáles son los componentes del matrimonio infantil es una cuestión compleja. Según la Ley sobre el Estatuto Personal de Jordania, la edad legal para contraer matrimonio es 18 años; los matrimonios con menores de edad de entre 15 y 17 años solo se permiten por el tribunal islámico cuando las circunstancias se consideran en “el interés superior del niño”[iii]. En la práctica, sin embargo, estos matrimonios se aprueban con frecuencia. En julio de 2017, se agregaron nueve restricciones a la Ley sobre el Estatuto Personal con el fin de limitar el poder discrecional de los jueces del tribunal islámico a aprobar un matrimonio con un menor de edad. Si bien algunos han criticado las enmiendas por no prohibir totalmente el matrimonio infantil, se espera que esto conduzca a una disminución de matrimonios infantiles legalmente celebrados.

Los niños y las niñas casados extraoficialmente por jeques locales se encuentran en una situación sumamente vulnerable: no poseen ningún tipo de documentación y podrían enfrentarse a una multa de 1000 dinares jordanos (US$ 1410). Sin la prueba del matrimonio de los padres, los nacimientos no se pueden registrar, con implicaciones posiblemente graves para la protección infantil en el futuro. En los cuatro años desde que se casó a la edad de 14 años, una joven que entrevistamos, Layla, dio a luz a tres niños; su segundo hijo murió a los dos meses sin un certificado de nacimiento ni de defunción, mientras que los nacimientos de su primer y tercer hijo tampoco fueron registrados.

Aun así, muchos hombres y mujeres de la comunidad siria continúan promoviendo la práctica del matrimonio infantil. Una mujer siria de 40 años justifica su decisión de casar a su hija a los 14 años de edad: “Los hombres en nuestra comunidad desean casarse entre los 18 y los 21 años. Y los hombres siempre querrán una novia más joven. Así es como funciona. Si esperas demasiado tiempo, perderás la oportunidad”.

Para combatir esta práctica, es importante comprender las diferentes manifestaciones de consentimiento de los menores. Si bien numerosos matrimonios se llevan a cabo contra la expresa voluntad de la novia, la noción de voluntad suele ser imprecisa. Es posible que exista un elemento oculto de coerción en las novias aparentemente dispuestas a casarse, ya que están bajo una gran presión familiar, social y económica. Las niñas posiblemente tengan muy pocas opciones de vida o una comprensión limitada de sus elecciones vitales, aceptando “voluntariamente” el matrimonio como su destino.

Recomendaciones

La Comisión Católica Internacional de Migración (CCIM) ha trabajado con refugiados en Jordania desde 2007 y con refugiados sirios desde 2012. Sus actividades se centran en la prevención y en la respuesta al matrimonio infantil, teniendo en cuenta la diversidad de circunstancias en las que se da este tipo de matrimonio, los múltiples impulsores del matrimonio infantil, la variedad de agentes involucrados en la toma de decisiones y los posibles impactos negativos. Las siguientes recomendaciones surgen de la experiencia de sus programas:

Cambiar el comportamiento de los agentes clave: los mensajes de concienciación sobre los riesgos que implica el matrimonio infantil y los beneficios de esperar a que los niños alcancen la madurez legal se deben adaptar para que tales mensajes sean apropiados para todos los agentes clave: niñas y niños, padres y cuidadores, jeques, líderes comunitarios, tribunales y personal judicial.

Mantener a los niños y a las niñas en las escuelas: cuando las niñas están inscritas en la escuela, es menos probable que los padres consideren casarlas antes de los 18 años; el abandono escolar temprano está directamente relacionado con un mayor riesgo a ser casadas.

Hacer participar a las niñas y a los niños como educadores entre iguales: tal vez sea muy sencillo lograr que las intervenciones se enfoquen completamente a padres y cuidadores y que ignoren la capacidad de autogestión de los propios jóvenes. Las sesiones de concienciación y los grupos de apoyo pueden ayudar a empoderar a los jóvenes, así como identificar posibles líderes y generadores de cambio que puedan hablar con sus pares y su comunidad en general sobre la cuestión del matrimonio infantil.

Abordar las necesidades básicas: la provisión de artículos no alimentarios y de dinero en efectivo para casos de emergencia puede ayudar a eliminar la necesidad financiera inmediata que puede alentar el uso del matrimonio temprano como un mecanismo negativo de respuesta.

Aumentar los medios de subsistencia para toda la comunidad: permitir el desarrollo de habilidades que conduzca a la generación de ingresos para la población de refugiados puede ayudar a mitigar los impulsores económicos a largo plazo del matrimonio infantil.

A través de iniciativas que apoyan a los niños y las niñas como líderes y que permiten que sus voces sean escuchadas en sus propias comunidades, los jóvenes pueden influir de manera positiva en las percepciones y las prácticas nocivas que rodean al matrimonio infantil, creando así un cambio social sostenible. Una joven siria que asistió a las sesiones de concienciación de la CCIM expresaba cómo actúa esta influencia:

“A mi abuela la casaron siendo menor de edad y a mi madre y a mí nos ocurrió lo mismo. Antes de asistir a estas sesiones, probablemente hubiera casado a mi hija siendo aún una niña. Ahora comprendo que esto le haría daño y quiero algo mejor para ella. Romperé el ciclo”.

 

Georgia Swan Swan@icmc.net

Gerente del Programa de Protección, CCIM Jordania www.icmc.net

 


[i] Si bien el matrimonio infantil es una realidad para niñas y niños, las niñas se ven afectadas desproporcionadamente. La CCIM indica que el 89% de los casos de matrimonio infantil identificados se realizan con niñas.

[ii] Higher Population Council (2017) Policy Brief – Child Marriage in Jordan

 www.share-net-jordan.org.jo/?q=en/node/12144

[iii] Cabe señalar que la edad legal para contraer matrimonio es igual de baja o mucho más baja en otros países. Muchos países también proporcionan múltiples excepciones que permiten celebrar matrimonios con menores de 18 años.

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