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El papel de los Sahwa en la protección de las personas desplazadas y retornadas en Irak

Los factores que han mejorado la seguridad en Irak en los últimos años han sido objeto de gran controversia política; sin embargo, es universalmente conocido que la creación del Consejo Sahwa y las fuerzas Sahwa1 fue un factor crucial en la reducción de la violencia.

Los factores que han mejorado la seguridad en Irak en los últimos años han sido objeto de gran controversia política; sin embargo, es universalmente conocido que la creación del Consejo Sahwa y las fuerzas Sahwa1 fue un factor crucial en la reducción de la violencia. Los Sahwa representan el importante cambio en la posición de los elementos tribales suníes que pasaron de apoyar a los insurgentes yihadistas, a cooperar con las tropas estadounidenses en la lucha contra Al-Qaeda y las milicias chiitas. Una decisión favorecida por el aumento de la presión militar sobre el movimiento yihadista y por la decisión de Estados Unidos de armar y pagar a miembros de las fuerzas extraoficiales Sahwa, que llegaron a contar con 100.000 milicianos, la mayoría de los cuales, aunque no todos, era árabe suní y con una base tribal, local y vecinal.

Las personas desplazadas internamente en Irak lo son por distintas razones. La mayoría asegura haber abandonado su hogar a causa de amenazas directas contra su vida, aunque suele haber otras razones como la falta de seguridad, el miedo y la violencia generalizada. Dado que la falta de seguridad es uno de los principales factores de expulsión que resultan en desplazamiento, la mejora de la seguridad en su lugar de origen es la razón más frecuentemente ofrecida por las personas y las familias que regresan. Otras razones son la disponibilidad de alojamiento o la capacidad para volver a la propiedad abandonada y acceder a servicios como alimentación, cuidados sanitarios y agua potable.

El papel de los Sahwa

El papel de las fuerzas Sahwa consistía en cooperar con las fuerzas estadounidenses para reducir la violencia en las zonas donde se ubicaban. Ayudaban a tomar el mando de los barrios que se encontraban bajo el control de Al-Qaeda o del ejército Mahdi2 para garantizar la seguridad de su población local. Sus puestos de carreteras controlaban el paso de vehículos y mercancías y patrullaban las calles con las tropas estadounidenses arrestando a "criminales", secuestradores y miembros reconocidos de Al-Qaeda. También señalaban a las tropas de EE.UU. las bombas de los caminos y los artefactos explosivos improvisados.

Meses después de la creación de las fuerzas Sahwa empezó a producirse una vuelta a la normalidad, en especial en los barrios de Bagdad donde se habían establecido. Se redujo considerablemente las explosiones y la violencia, los mercados y las tiendas reabrieron sus puertas, se podía ver niños jugando en la calle y se repararon las farolas.
Las fuerzas Sahwa estaban compuestas por hombres del lugar que habían acordado agruparse y luchar contra los elementos que amenazaban la seguridad de sus vecinos, familiares y amigos. Lo mismo ocurre con los miembros del ejército Mahdi y otros grupos armados locales que surgieron de repente en Irak tras la caída del régimen de Saddam Hussein. Los miembros de cada una de las milicias sentían lealtad hacia sus vecinos, además de otras lealtades, como las de carácter tribal, sectario u otras. Del mismo modo la población local se sentía cercana a sus "hermanos" e "hijos" locales, se preocupaba por ellos y les apoyaba.

Como la mayoría de las milicias extremistas, los Sahwa pretendía consolidar su territorio e imponer su autoridad en determinadas zonas. En muchos aspectos usurparon e incluso reemplazaron al Gobierno. El gobierno local y el ejército o la policía iraquíes no se encontraban presentes en aquellos barrios de Bagdad, ni podían controlar a las milicias chiitas extremistas que cometían crímenes contra los suníes (o en algunos casos los apoyaban o hacían la vista gorda). Como consecuencia, la gente se volvió dependiente de las fuerzas Sahwa y confiaban en su protección. Al mismo tiempo, los líderes tribales que encabezaban el Consejo Sahwa y sus fuerzas promocionaron sus propios intereses sectarios y políticos mediante la creación de partidos políticos e intentaron maximizar el poder y la posición suníes.

Los Sahwa y las personas desplazadas y retornadas

Las fuerzas Sahwa no estaban, como norma general, directamente involucradas en proporcionar ayuda o bienestar social a los ciudadanos iraquíes o a los desplazados internos; su función se hallaba en el terreno de la seguridad. Esta es una importante diferencia entre las fuerzas Sahwa y otras milicias armadas que llenaban, aunque no siempre por motivos altruistas, la laguna que había dejado la incapacidad del Gobierno iraquí, la ONU y otras organizaciones para satisfacer las necesidades humanitarias de los ciudadanos, sin mencionar a los desplazados internos. En el momento más álgido de la crisis de Irak en 2006/2007, sólo el CICR y la Media Luna Roja iraquí eran capaces de continuar ofreciendo ayuda humanitaria de manera efectiva.3

La presencia de las fuerzas Sahwa ayudó a restaurar la relativa calma y seguridad en los barrios donde se instalaban, una condición previa al restablecimiento de una vida normal. Las fuerzas armadas estadounidenses contrataron sus servicios para que lucharan y eliminaran a Al-Qaeda, al ejército Mahdi y a otros grupos armados de milicianos. Las fuerzas Sahwa pudieron liberar a varios barrios del dominio de los grupos armados y, por tanto, eliminaron la raíz de las amenazas y el miedo de las minorías sectarias, étnicas o religiosas de esos lugares.
El proceso de segregación sectaria que ya se estaba produciendo contaba claramente con el apoyo y la ayuda de las fuerzas Sahwa junto con el ejército estadounidense. Las fuerzas Sahwa, de mayoría suní, ofrecían un viaje seguro a los compatriotas suníes que huían del acoso, las amenazas y la persecución.

En Bagdad, la seguridad y la calma producidas por su presencia, por los controles, los puestos de carretera y la patrulla de las fuerzas Sahwa permitieron a las agencias humanitarias entrar físicamente en la zona y ayudar en algunos de los barrios más peligrosos, donde antes tenían el acceso denegado. Se sabe que algunos grupos Sahwa compartieron sus conocimientos e información sobre la zona con la Media Luna Roja; identificando a los desplazados internos o a las familias retornadas que necesitaban ayuda, por ejemplo.

Los miembros de las fuerzas Sahwa ofrecieron también a los desplazados internos la oportunidad de conseguir empleos significativos. Durante "el levantamiento”, al ejército estadounidense le interesaba4 que las personas locales, combatientes y demás detuvieran los actos de insurgencia contra su presencia y se unieran a las fuerzas de EE.UU. y multinacionales en la lucha contra Al-Qaeda y otras milicias. En 2006 los oficiales estadounidenses reconocían que la falta de puestos de trabajo constituía un factor clave a la hora de gestionar la insurgencia y una de las causas principales de la falta de empleo fue la prematura decisión de EE.UU. de desmantelar el viejo ejército iraquí, lo que proporcionó miles de potenciales reclutas repentinamente.

Los Sahwa también incitaron a muchos a regresar a sus hogares. Muchos retornados suníes mencionaron la contribución de los Sahwa al barrio como una de las razones por las que habían decidido regresar. La población local de cada vecindario patrullado y controlado por las fuerzas Sahwa les rogaban que devolvieran la vida a la zona y que hicieran todo lo posible para garantizar su seguridad y protección.

Los potenciales retornados declaran que sabían del estado de las casas que habían dejado atrás por familiares y miembros tribales de las fuerzas Sahwa. Éstas han participado directamente en la identificación y protección de las propiedades de los desplazados internos y también en la expulsión o eliminación de individuos o combatientes que habían ocupado las casas abandonadas por los desplazados, además de que se han asegurado de que dichas propiedades no se alquilasen o vendieran sin el conocimiento y consentimiento previos de sus dueños originales; incluso han exigido pruebas de identidad a los dueños antes de permitirles reasentarse en sus propiedades.

Resulta interesante ver cómo en las encuestas realizadas a los locales sobre el papel y la efectividad de las fuerzas Sahwa, se menciona en repetidas ocasiones la protección ofrecida a mujeres y niños, en especial a las viudas y los hogares encabezados por mujeres, incluidos los de las familias retornadas. Estas fuerzas se conocen específicamente por patrullar, controlar y proteger a los hogares y zonas con hogares encabezados por mujeres.

El futuro de los Sahwa

Las fuerzas estadounidenses transfirieron gradualmente la responsabilidad sobre las fuerzas Sahwa al Gobierno iraquí, transferencia que se completó en 2009. Por tanto, ya no puede considerarse un grupo armado “no estatal”. El Gobierno de Irak recelaba de ellas desde el principio ya que temía que sirvieran de refugio a insurgentes no rehabilitados o que presentaran un problema para la toma de poder de los partidos dominantes. Aunque el Gobierno ha reconocido la importancia y el valor del papel desempeñado por los Sahwa, sigue existiendo desconfianza y recelo. El Gobierno iraquí ha prometido incorporar el 20% de las fuerzas Sahwa a las fuerzas de seguridad nacionales y encontrar empleo como civiles para el resto de sus miembros; no obstante esta maniobra ha resultado lenta y el Gobierno no oculta su renuencia. Le cuesta mucho obviar que muchos de los miembros de los Sahwa eran insurgentes activos involucrados en la lucha contra el actual régimen iraquí.

Tanto los insurgentes chiitas, como los extremistas suníes han hecho mucho ruido para denunciar a las fuerzas Sahwa, tachándolas de ser marionetas de EE.UU. Estas presiones y problemas a los que se enfrentan las fuerzas Sahwa, en especial la impresión de que ellos mismos se han convertido en víctimas objetivas del conflicto sectario que existe en el país, abre la posibilidad de que algunos puedan volver a unirse a la insurgencia o se vuelvan contra el actual régimen iraquí. Estos defensores de la seguridad y de los intereses de los civiles podrían convertirse, una vez más, en una amenaza para la seguridad, lo que desembocaría en una total reversión de las condiciones positivas establecidas por su presencia para los civiles suníes, las personas desplazadas internamente o los retornados.

Conclusión

Los Sahwa intervinieron en diferentes aspectos de la sociedad iraquí: el respeto a los líderes tribales (especialmente en las áreas rurales), la eliminación de la violencia brutal y los disturbios de la vida cotidiana y que la comunidad aceptara el intento por protegerles de sus hijos locales. Al margen de sus antiguas identidades como matones, insurgentes o miembros de Al-Qaeda, entre 2006 y 2009 los miembros de las fuerzas Sahwa desempeñaron un papel importante en el restablecimiento de la calma y la seguridad relativas en la provincia de Anbar, en Diyala y en los barrios de Bagdad donde se encontraban. También desempeñaron un papel de vital importancia en la protección,  física y material, de las personas desplazadas y retornadas suníes en las zonas donde operaban.

Cherie Taraghi fue Formadora en Orientación Cultural y Asistente Social en la CCIM (Comisión Católica Internacional de Migración) de Turquía desde 2003 hasta 2008 y en la actualidad es Ejecutiva Senior de Investigación en la empresa KA Research Limited

1 Sahwa es una palabra árabe quesignifica "despertar".

2 Fuerzas paramilitares iraquíes creadas por el clérigo chiita Muqtada al-Sadr en junio de 2003.

3 Numerosas organizaciones estaban también presentes y activas en distintas competencias. Véase el número especial sobre Irak, disponible (en inglés) en: http://www.fmreview.org/iraq.htm

4 En 2007 se incrementó el número de tropas estadounidenses para aumentar la seguridad en Bagdad y en la provincia de Al Anbar.

 

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