¿Qué se pierde cuando una persona migrante o refugiada muere o desaparece a lo largo de trayectospeligrosos? ¿Qué pierden el individuo y sus familias? ¿Qué pierden las comunidades y las sociedades?

¿Cómo participamos de esta tragedia cuando olvidamos las historias que escuchamos, las imágenes que vemos… cuando somos incapaces de imaginar a la persona, sus esperanzas y sus sueños, la angustia de sus familias?

¿Qué significa para nuestra humanidad nuestra obligación moral de proteger la dignidad humana? ¿Para las obligaciones legales y los compromisos que nos hemos comprometido a cumplir?

Este número de la RMF busca ayudar a analizar estas preguntas y ofrecer una ventana a los trayectos peligrosos, tanto marítimos como terrestres, de personas migrantes y refugiadas en todo el mundo. Intenta ilustrar los riesgos y los peligros en el camino, las necesidades humanitarias que siguen sin cubrirse y las consecuencias trágicas que sufren las personas migrantes y refugiadas. Desde 2014, se han documentado más de 74 000 muertes y desapariciones. El número real es mucho más alto.

Los artículos en este número nos obligan a reconocer estas realidades, a reflexionar sobre preguntas fundamentales y a trabajar para prevenir y reducir las muertes, desapariciones y peligros a los que se enfrentan las personas migrantes y refugiadas a lo largo de rutas de movimiento mixto. Los derechos humanos, el cumplimiento de las obligaciones legales internacionales y los compromisos acordados no deben estar supeditados a la política, a objetivos enfrentados ni a restricciones de recursos. Un compromiso firme con el imperativo humanitario, la dignidad humana y el derecho a la vida debe seguir siendo el centro de nuestra acción individual y colectiva.

Los autores y las autoras que han contribuido al número 75 de la RMF ilustran cómo el cambio ya está en marcha. Documentan los esfuerzos incansables de individuos, comunidades, actores locales, organizaciones y gobiernos en todo el mundo. Desde los responsables políticos hasta las personas migrantes y refugiadas. Desde el personal de protección en los barcos de salvamento, hasta los equipos de rescate de montaña, y quienes responden a nivel local para buscar e identificar a las personas desaparecidas. Desde activistas hasta investigadores.

Muchas de estas iniciativas han inspirado acciones multilaterales y de múltiples partes interesadas en apoyo  tanto de personas migrantes como refugiadas. El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, el Pacto Mundial sobre los Refugiados y otros instrumentos y mecanismos internacionales ofrecen marcos para fortalecer la acción y la información sobre los compromisos relevantes. Como parte de estos procesos, se están proponiendo diferentes iniciativas. Estas incluyen compromisos, declaraciones colectivas y las recomendaciones del Secretario General de las Naciones Unidas para fortalecer la cooperación sobre las personas migrantes desaparecidas y prevenir la pérdida de vidas en tránsito, en las que han participado todas nuestras organizaciones y que se presentaron a los Estados Miembros de las Naciones Unidas en diciembre de 2024.

Sin embargo, los esfuerzos actuales no son suficientes. Se necesita un liderazgo más fuerte desde todos los frentes, desde los niveles más altos de poder hasta las comunidades de base. Los artículos nos recuerdan por qué este trabajo es importante, qué se puede hacer, y cuál podría ser nuestro papel en este cambio.

Florian von König (CICR), Sanjula Weerasinghe (IFRC), Mariela Guajardo (OIM) y Samuel Boutruche (ACNUR)[1]

[1] Las opiniones compartidas en esta publicación son las de los autores y las autoras y no reflejan necesariamente las del CICR, la IRFC, la OIM y el ACNUR.

READ THE FULL ISSUE