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La participación del sector privado en la educación de los refugiados

La participación del sector privado en la educación se ha vuelto cada vez más atractiva para una parte creciente de la comunidad internacional. En el contexto sirio, en el que los sistemas de educación pública en Oriente Medio luchan por servir a la creciente población de refugiados, algunas empresas de alto perfil como Goldman Sachs, Google, Hewlett-Packard, LinkedIn, McKinsey & Company, Microsoft y Pearson Education han asumido compromisos de financiación, propuesto nuevas iniciativas y desarrollado acuerdos de asociación para promover la causa de educar a los niños refugiados sirios.

 

A simple vista, la movilización de estos y de otros agentes del sector privado parece admirable. Ante la preocupación por la educación de los refugiados que algunos destacados actores expresan,  es posible que las empresas puedan ayudar a abordar brechas educativas cruciales. Los críticos, sin embargo, sostienen que la implicación del sector privado puede debilitar los sistemas de educación pública, socavar la responsabilidad del Estado e incluso, en contextos de crisis, considerarse una explotación[i].

En la Siria preguerra, el 94% de los niños estaba inscrito en la educación primaria y secundaria inferior. En agosto de 2016, las cifras de inscripción de los niños refugiados sirios en la educación formal y no formal se estimaba en un 52% del total de niños registrados en edad escolar (de 5 a 17 años de edad) en la región de Jordania, el Líbano, Turquía, Irak y Egipto[ii]. A nivel regional, se estima que 739 000 niños y adolescentes refugiados sirios registrados en edad escolar no están inscritos en ningún tipo de programa educativo.

Según los datos recopilados en la segunda mitad de 2016, identificamos 144 organizaciones no estatales dedicadas a la educación de refugiados sirios en el Líbano, Jordania y Turquía, de las cuales el 32% eran empresas y el 10%, fundaciones. De estas, el 77% tenía su sede en el Norte Global (es decir, en países de ingresos altos) y el 62% no incluía la educación como parte de su mandato. Las entrevistas con agentes del sector privado y sus socios, incluidos representantes de empresas, fundaciones corporativas, agencias de la ONU, ONG locales e internacionales y agencias donantes bilaterales, indican algunas áreas principales de preocupación.

Proliferación masiva y coordinación limitada: el aumento de la participación privada en la educación de los refugiados sirios es muy reciente; de hecho, la mayoría de los agentes comenzó a participar solo desde 2015. La prisa por participar se consideró en gran medida problemática debido a la falta de coordinación e intercambio de conocimientos entre los agentes.

Predominio de la tecnología: una forma dominante de participación se da a través de la provisión de tecnología relacionada con la educación, como plataformas digitales de aprendizaje en línea, cursos en línea, tabletas y teléfonos móviles, centrales de WiFi portátiles para usar en las escuelas y el desarrollo de nuevos sistemas operativos. Muchos agentes criticaron este énfasis excesivo en la tecnología, ya que lo consideraron inapropiado a nivel contextual y logístico, así como pedagógicamente problemático, en particular cuando se formuló como una alternativa a los docentes.

Apoyo para la educación privada/no formal: muchos agentes empresariales trabajan en colaboración con gobiernos y ministerios de educación; sin embargo, muchos otros no lo hacen y, en su lugar, ignoran al sector público y establecen escuelas privadas. Los críticos argumentan que dichas escuelas fomentan una falta de responsabilidad, a menudo contratan maestros no sindicalizados y poco capacitados y carecen de una estrategia de salida, lo que puede dejar a los estudiantes a la deriva cuando las ganancias y otras formas de remuneración ya no son suficientes y las escuelas deben cerrar.

Ética de motivación: también existen tensiones éticas entre las motivaciones humanitarias y las lucrativas. Si bien algunos agentes del sector privado expresan objetivos humanitarios, para otros crear mercados, aumentar la visibilidad y desarrollar lealtad de marca son motivaciones centrales.

Descubrimos que, a pesar de las graves preocupaciones sobre sus motivaciones, las empresas y las fundaciones tienen un papel potencialmente importante que desempeñar en el apoyo a la educación de los refugiados sirios. Dada la escala del impacto de la crisis siria, depender en exclusiva de la participación tradicional del sector público en la educación sería tanto limitante como poco realista. Asimismo, numerosos agentes corporativos —tanto empresas como fundaciones filantrópicas— han hecho avances significativos para satisfacer las necesidades educativas, incluida la provisión de apoyo financiero a ONG locales e internacionales que trabajan en este campo.

Sin embargo, nuestro estudio también destaca las limitaciones del sector privado al comprender y trabajar en contextos humanitarios de rápida evolución. La comunidad educativa mundial necesita preguntarse cómo aprovechar la experiencia y los fondos del sector privado de una manera coordinada y ética que tenga presente  la responsabilidad del Estado de ser el principal proveedor y regulador de una educación de calidad.

ZeenaZakhariazeena.zakharia@umb.edu

Francine Menashy francine.menashy@umb.edu

Profesoras asistentes, Universidad de Massachusetts Boston www.umb.edu

 


[i]Investigación realizada en 2016-2017, financiada por Education International. Véase Menashy F y Zakharia Z (2017) Investing in the crisis: Private participation in the education of Syrian refugees

http://bit.ly/Menashy-Zakharia-2017

[ii]ACNUR (2016) 3RP Regional Refugee and Resilience Plan 2017-2018 in response to the Syria crisis: Regional strategic overview http://reporting.unhcr.org/node/16434

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