De la vulnerabilidad a la resiliencia: mejorar la respuesta humanitaria

Las lecciones aprendidas a partir de las respuestas a la crisis de desplazamiento siria pueden aportar información para debates más amplios sobre cómo elaborar respuestas que aborden mejor la vulnerabilidad, apoyen la resiliencia e incluyan a mujeres, niños y jóvenes desplazados en toda su diversidad.

Todos los marcos internacionales recientes hacen referencia a la importancia de fortalecer la resiliencia, tanto a nivel global como individual. Los esfuerzos de resiliencia deben apuntar no solo a regiones, países y sistemas, sino también a individuos y grupos, incluyendo mujeres, niñas y grupos minoritarios. Las partes interesadas que participaban en el proceso de la Cumbre Humanitaria Mundial respaldaron ampliamente una “nueva forma de trabajar” que aborda la necesidad y reduce el riesgo y la vulnerabilidad. Todos estos esfuerzos reflejan el compromiso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que nadie quede excluido.

La respuesta regional a la crisis humanitaria siria desafió y potenció el modo en que la comunidad humanitaria comprende esta “nueva forma de trabajar” y sus implicaciones para la práctica humanitaria. Ante una serie de reducciones en el financiamiento y la transición a una situación de desplazamiento prolongado, los programas humanitarios en el contexto sirio ahora apuntan cada vez más a la asistencia de las personas más vulnerables y a integrar enfoques basados en la resiliencia. La creación de un Centro de Respuesta Subregional en 2013 (con el mandato de trabajar con agentes humanitarios, gubernamentales y de desarrollo en la sostenibilidad de las respuestas) y de planes regionales y nacionales de respuesta para los refugiados y la resiliencia (3RP, por sus siglas en inglés) marcó un cambio importante, que fortalecía la convergencia entre la planificación y las prioridades humanitarias y de desarrollo, mejoraba el papel de los Gobiernos de acogida y atraía a nuevos socios para trabajar con las poblaciones de refugiados[i]. Estos planes incluyen compromisos explícitos destinados a llegar a “los más vulnerables” para construir resiliencia[ii].

La vulnerabilidad y la necesidad por lo general han impulsado el diseño y la implementación de los programas humanitarios. Algunos grupos concretos se definen como vulnerables y se establecen criterios para focalizar en y priorizar a los “más vulnerables”, sin prestar demasiada atención a sus habilidades y capacidades. Sin embargo, vulnerabilidad y resiliencia pueden verse en un continuo. En el extremo del espectro correspondiente a la vulnerabilidad, las evaluaciones e intervenciones abordan las necesidades inmediatas relacionadas con lo material o la protección; en el extremo de la resiliencia, se observan estrategias o capacidades de afrontamiento positivas. Los factores de vulnerabilidad y resiliencia pueden cambiar con el tiempo y según las oportunidades o las intervenciones y se ven afectados por diferentes contextos. Por lo tanto, los enfoques basados en la resiliencia deberían apoyar a individuos, hogares y comunidades a transitar en este espectro mediante el fortalecimiento de sus activos y habilidades, así como su capacidad para afrontar, adaptarse y recuperarse de las tensiones y conmociones que experimentan.

Enfoque basado en la vulnerabilidad: lagunas y prácticas prometedoras

Los organismos de las Naciones Unidas (ONU), los Gobiernos de acogida y las organizaciones no gubernamentales (ONG) que respondieron a la crisis de desplazamiento siria trabajaron en conjunto para establecer criterios de vulnerabilidad más matizados con el objetivo de focalizar sobre la asistencia, particularmente en las intervenciones basadas en dinero en efectivo. Sin embargo, las evaluaciones y los análisis a menudo no logran identificar ni priorizar de manera eficaz y efectiva los hogares con personas con vulnerabilidades combinadas, como las nuevas discapacidades que pueden requerir atención médica adicional y las adolescentes que pueden estar asumiendo cada vez más roles de cuidado. Esta idea de vulnerabilidad combinada también es relevante para los hogares con mujeres, niños y jóvenes, donde la vulnerabilidad respecto a asuntos de protección más amplios, como el abuso, la explotación o la violencia, puede agravarse con la vulnerabilidad económica.

Por ejemplo, el Multipurpose Cash Assistance Programme (Programa Polivalente de Asistencia en Efectivo) en el Líbano, ejecutado por seis ONG internacionales que conforman el Lebanon Cash Consortium (Consorcio de Efectivo del Líbano), clasifica los hogares beneficiarios calculando su gasto mensual per cápita en relación con una serie de variables. Una de esas variables, la “relación de dependencia ajustada por discapacidad”, considera “dependientes” a todas las personas con discapacidad y las clasifica como factores que afectan la vulnerabilidad del hogar en un mismo grado, independientemente de su género, edad, necesidades, habilidades y capacidades. Una evaluación del impacto del programa de 2015 destacaba ejemplos de hogares encabezados por mujeres y hogares con niños con discapacidades que no tuvieron prioridad en la asistencia porque las evaluaciones de vulnerabilidad no lograron reconocer por completo las responsabilidades del cuidado, la falta de oportunidades de producción de ingresos e incluso gastos médicos adicionales[iii]. Recientemente, el Marco de Evaluación de la Vulnerabilidad en Jordania fue actualizado para incluir orientación adicional y preguntas funcionales relativas a la discapacidad[iv]. Es posible que surjan valiosas lecciones sobre cómo reflejar vulnerabilidades cruzadas en dichas evaluaciones a partir del desarrollo y el análisis adicional del Marco.

Las evaluaciones de protección focalizadas en grupos de población, mientras tanto, son mejores para identificar los riesgos de protección y analizar las intersecciones de edad, género y discapacidad. Por ejemplo, los procedimientos operativos estándar (POE) interinstitucionales para la violencia de género y la protección infantil en Jordania demuestran una mayor integración de la inclusión y la participación de personas con discapacidades, reconociendo el género y grupos etarios específicos[v].

Enfoque basado en la resiliencia: lagunas y prácticas prometedoras

Las evaluaciones multisectoriales de vulnerabilidad utilizadas en la respuesta a la crisis de desplazamiento siria, por lo general, no integran las características positivas de afrontamiento o resiliencia al analizar las necesidades. El Marco de Evaluación de la Vulnerabilidad en Jordania reconoce “estrategias de afrontamiento”, pero solo como indicadores adicionales de vulnerabilidad, con un enfoque en mecanismos de afrontamiento extremos o insostenibles (incluyendo la mendicidad, el empleo informal o peligroso y el agotamiento de recursos, ahorros o activos)[vi]. Las estrategias de afrontamiento positivas que respaldan la resiliencia, como aprovechar las redes de apoyo, por lo general no se identifican ni contemplan en estas evaluaciones.

Los esfuerzos comunitarios de protección siguen ocupando un lugar central dentro de los componentes humanitarios y de protección de los 3RP para 2017-2018. Estos enfoques evalúan los recursos, las habilidades y las experiencias disponibles en una comunidad y fortalecen soluciones positivas dirigidas por la comunidad para resolver los problemas de protección. Las comunidades de refugiados y de acogida, no obstante, son diversas y la variabilidad de estatus y poder entre los miembros de la comunidad en ocasiones excluye y margina a determinadas personas y grupos. Los agentes humanitarios rara vez exploran las capacidades de autoprotección, las estrategias positivas de afrontamiento o los activos de mujeres, niños, personas con discapacidades y de otros grupos considerados vulnerables. Como resultado, estas poblaciones suelen quedar relegadas al extremo del espectro, en la vulnerabilidad, considerándolas beneficiarias de la ayuda en lugar de socias para crear capacidades y construir resiliencia.

A nivel individual, el uso en los programas de enfoques basados en fortalezas, y activos, puede fortalecer la resiliencia de las mujeres, niños y jóvenes, incluidos aquellos con discapacidades. Los programas para adolescentes y jóvenes en Irak y el Líbano dirigidos por organizaciones asociadas, que involucran a niños y niñas con discapacidades, se enfocan en el desarrollo de: activos personales a través de formación en capacidades profesionales, comunicación y alfabetización; activos sociales mediante el fortalecimiento de redes sociales de apoyo, participación en deportes y tutorías; y activos físicos mediante el establecimiento de espacios seguros. Los participantes relatan que adquieren nuevas habilidades y extensas redes de protección entre pares conformadas por amigos, moderadores y tutores[vii].

Como grupo destinatario, los niños y niñas con discapacidades son vistos casi exclusivamente desde una perspectiva basada en la vulnerabilidad, pero estos proyectos piloto sugieren que rasgos de resiliencia, tales como habilidades, capacidades y estrategias de protección, pueden identificarse en el mismo continuo en el que se encuentra la vulnerabilidad. Estos rasgos no solo mitigan riesgos, sino que también ayudan a una persona a moverse a lo largo del espectro hacia un resultado más positivo y sostenible.

Próximos pasos

Las respuestas humanitarias rara vez identifican y aprovechan las estrategias de afrontamiento positivas y las capacidades de las mujeres, los niños y los jóvenes y, ciertamente, no logran involucrar a personas de estos grupos en los enfoques basados en la resiliencia. Los agentes humanitarios necesitan más orientación para identificar los factores que permiten el acceso, la participación y el empoderamiento y sobre cómo los programas humanitarios pueden fortalecer y apoyar tales factores. También podemos aprovechar los recursos y la experiencia del sector de desarrollo adaptando y poniendo a prueba la orientación operativa, documentando los resultados y compartiendo el aprendizaje sobre género, resiliencia e inclusión social en contextos humanitarios; alcanzando, a su vez, el objetivo común de no dejar a nadie atrás.

 

Emma Pearce EmmaP@wrcommission.org

Directora asociada, Inclusión Social        

           

Boram Lee BoramL@wrcommission.org

Asesora de discapacidad                          

 

Comisión de Mujeres Refugiadas

www.womensrefugeecommission.org

 

[i] Véase González G (2016) “Nueva arquitectura de la ayuda y aumento de la resiliencia en torno a la crisis siria”, Revista Migraciones Forzadas no. 52 www.fmreview.org/es/soluciones/gonzalez

[ii] PNUD (2016) The State of Resilience Programming: The Syria Regional Refugee and Resilience Plan (3RP) http://bit.ly/UNDP-ResilienceProgramming-2016

[iii] Save the Children y Lebanon Cash Consortium (2015) Impact of Multipurpose Cash Assistance on Outcomes for Children in Lebanon http://data.unhcr.org/syrianrefugees/download.php?id=10526

[iv] Marco de Evaluación de la Vulnerabilidad, Jordania (2016) Disability Universal Indicator to assist Identification http://bit.ly/VulnerabilityAssessmentFramework-Disability-2016

[v] Grupo de Acción sobre POE (2014) Inter-Agency Emergency Standard Operating Procedures for Prevention of and Response to Gender-based Violence and Child Protection in Jordan  www.data.unhcr.org/syrianrefugees/download.php?id=3143

[vi] ACNUR (2015) Vulnerability Assessment Framework: Baseline Survey  www.data.unhcr.org/syrianrefugees/download.php?id=8837

[vii] Comisión de Mujeres Refugiadas (2017) Vulnerability- and resilience-based approaches in response to the Syrian crisis: Implications for women, children, and youth with disabilities

http://bit.ly/WRC-vulnerability-resilience-2017

 

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