Teniendo en cuenta que la educación es contemplada como un factor que mantiene a los refugiados en los campamentos o comunidades de acogida en lugar de alentarlos a regresar a casa, es irónico que no se incluya sistemáticamente como parte de su regreso. Nuestra experiencia en Burundi es que el acceso a la educación no es sólo un derecho, sino que también es esencial para la viabilidad del retorno de los más jóvenes y por tanto para prevenir que vuelvan a desplazarse. El acceso a una educación adecuada respalda la reintegración social de los jóvenes repatriados y por tanto, a largo plazo, la prevención del desplazamiento. La educación debería ser una parte fundamental de los planes de repatriación.
La falta de planificación estructural para los jóvenes, especialmente en cuanto a la continuidad de la educación una vez que han regresado a Burundi desde Tanzania, ha tenido un efecto negativo en su capacidad de integrarse en las escuelas de allí. En la escuela secundaria de Tanzania la matrícula fue un 23% inferior a la de los que se quedaron en Burundi. Paradójicamente después de su regreso el nivel fue un 55% menor que para los que nunca se habían ido. [1]
Nos encontramos con que las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes repatriados incluyen la pobreza, lo que lleva a la incapacidad de las familias para pagar los costes relacionados con la educación sus hijos (uniformes, libros, etc); la limitada capacidad del sistema educativo de Burundi para absorber a los retornados en las escuelas públicas; la falta de certificados de estudios que acrediten el nivel educativo alcanzado en el exilio, lo que les impidió ser admitidos en las escuelas de Burundi; el desconocimiento del idioma de instrucción (la enseñanza de idiomas no sólo ayuda a los jóvenes en sus logros en la escuela sino también a conseguir un sentimiento de pertenencia y de compartir una identidad común); y la necesidad de ponerse al día con los temas que no se incluían en el plan de estudios de Tanzania.
Los repatriados jóvenes entrevistados que no iban a la escuela encontraron más difícil reintegrarse en general, hasta el punto en que ellos recomendarían a los refugiados que siguen en Mtabila, el campo para los refugiados de Burundi en Tanzania, que permanecieran en Tanzania, mientras que los que iban a escuela tenía planes más sólidos para su futuro y se visualizaban fácilmente permaneciendo en su país de origen. En general a las chicas les resultaba más difícil integrarse que los chicos, sobre todo debido al ambiente escolar hostil, según informaron.
Finalmente, para garantizar el éxito de la repatriación de los jóvenes, el compromiso trans fronterizo y la continuidad del apoyo son elementos necesarios para las actividades de educación dirigidas a contribuir a la integración social, la paz, la estabilidad, la reducción de la pobreza y, por tanto, el retorno permanente.
Marina L Anselme anselme@theret.org es Jefa del Programa de Educadión y Directora de Desarrollo en The Refugee Education Trust, http://theret.org/es/home
Barbara Zeus zeus@theret.org es Jefa de misión de RET en Burundi. http://theret.org/es/where-we-work/1/burundi
[1] Basado en un estudio de impacto realizada por el Refugee Educacion Trust ( RET) en Burundi entre septiembre de 2011 y marzo de 2012. Para más detalles, por favor póngase en contacto con el RET.