- May 2024
Las tecnologías digitales pueden catalizar un cambio positivo para las personas desplazadas por la fuerza siempre que cumplan con los requisitos de alfabetización digital necesarios para participar de forma equitativa, significativa y segura en el mundo digital.
Tradicionalmente, el papel fundamental que desempeña la alfabetización digital en los contextos de desplazamiento forzado se ha subestimado, malinterpretado y, en los mejores casos, solo se ha abordado a posteriori.
Sin embargo, debido a la creciente incorporación de las tecnologías a nuestras sociedades, cada vez se reconoce y comprende mejor el papel fundamental que desempeña la alfabetización digital en la inclusión digital y la protección de las personas apátridas y desplazadas por la fuerza. Aunque están cosechándose progresos, es preciso desplegar esfuerzos concertados para mejorar las intervenciones de alfabetización digital y garantizar que las comunidades desplazadas y de acogida emplean las tecnologías de manera eficaz y segura, a la par que se minimiza su exposición a los riesgos digitales.
Este artículo pretende compartir el creciente acervo de evidencias en esta materia y ejemplos de intervenciones de alfabetización digital innovadoras. También reflexionará sobre los obstáculos frecuentes y compartirá recomendaciones para poner en marcha de manera más eficaz intervenciones de alfabetización digital en contextos de desplazamiento forzado.
Definición de alfabetización y competencias digitales
La alfabetización digital es una noción muy amplia que abarca desde competencias mínimas o básicas, como la capacidad de acceder a Internet y a contenidos por medio de un navegador o una aplicación, hasta competencias digitales más avanzadas, como la creación de contenidos digitales, la programación o la ciencia de los datos.
La ausencia de consenso y de estandarización en las definiciones de «alfabetización digital» y «competencias digitales» dificulta el diseño y la implementación de intervenciones. En los contextos humanitarios, esta falta de claridad ha contribuido a la adopción de enfoques ad hoc como manera de mejorar la alfabetización y las competencias digitales de las poblaciones desplazadas por la fuerza. El desaprovechamiento de las oportunidades de intercambio de conocimientos y de aprendizaje suele resultar en programas digitales ineficaces y de mala calidad.
¿Cómo podrían definirse estos términos? Las «competencias digitales» suelen hacer referencia a los aspectos técnicos generales del uso de las tecnologías digitales (el qué y el cómo), mientras que la «alfabetización digital» se centra más en sus aspectos contextuales y de solución creativa de problemas (el porqué, el cuándo, el quién y el para quién). Los avances tecnológicos y sus riesgos digitales asociados emergentes hacen que sea cada vez más importante que las competencias digitales no se limiten a las operativas y técnicas y que incluyan otras competencias generales.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones que trabajan con poblaciones desplazadas están abordando esta nueva realidad al incorporar las competencias digitales bajo el concepto general de la alfabetización digital. La definición de «alfabetización digital» de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) se puede aplicar a los países de ingresos bajos o medianos y a cualquier dispositivo (inclusive teléfonos móviles, dispositivo que a veces queda fuera de las definiciones). Tres de cada cuatro personas refugiadas viven en países de ingresos bajos o medianos en los que la población se conecta a Internet principalmente mediante teléfonos móviles. Por eso, su definición es la más adecuada para aplicarse a los contextos de desplazamiento forzado:
«La alfabetización digital es la capacidad de acceder, gestionar, entender, incorporar, difundir, evaluar y generar información de manera segura y adecuada por medio de dispositivos digitales y de tecnologías en red para la participación de la persona en las esferas económica y social de la vida» (USAID, 2022).
Adoptar una definición de este tipo puede animar a los profesionales humanitarios a incorporar las competencias generales de la alfabetización digital, así como los riesgos digitales, en la elaboración de actividades humanitarias centradas en este tema, lo que complementaría las competencias técnicas en las que tradicionalmente se han centrado en exclusiva dichos programas. Contar con un conocimiento más matizado sobre esta materia también podría instar a adoptar enfoques más coherentes y meditados en todo el sector humanitario, lo que, a su vez, fomentaría el intercambio de aprendizajes sobre buenas y malas prácticas relacionadas con la alfabetización digital.
Ampliación del acervo de evidencias sobre la alfabetización digital
Hasta hace poco, ha habido una patente carencia de evidencias que impedía comprender el grado de alfabetización digital de las comunidades desplazadas por la fuerza,1 sus preocupaciones, sus prioridades y sus necesidades, a pesar de que este es el imprescindible punto de partida para cualquier intervención digital.
En 2022, la Asociación GSMA y ACNUR realizaron un estudio en el Líbano, Papúa Nueva Guinea y Sudán del Sur para entender mejor el uso de los teléfonos móviles en las comunidades desplazadas. Un hallazgo llamativo fue que el analfabetismo digital y la carencia de competencias digitales fueron un obstáculo persistente a la inclusión digital de las comunidades en todos los contextos.
En Papúa Nueva Guinea, casi dos tercios de las personas con teléfono móvil que no utilizaban Internet decían que el principal motivo de esta exclusión digital era «no saber utilizar Internet sin ayuda de otra persona». En todos los contextos, el analfabetismo y el analfabetismo digital fueron los principales obstáculos para las personas mayores o con discapacidad. Estos hallazgos coinciden con un estudio previo a personas con discapacidad en Nairobi (Kenia). En Sudán del Sur y en Papúa Nueva Guinea, el analfabetismo digital y la desconfianza en los sistemas de dinero móvil hacían que la población temiera por la seguridad de su dinero o de su información personal, lo que con frecuencia resultaba en un escaso aprovechamiento de los servicios digitales financieros.
«Yo no entiendo mucho de móviles y mucho menos de dinero móvil… Podría intentar informarme si tuviera un teléfono» – Desplazada interna en Bor (Sudán del Sur).
El vínculo entre la alfabetización digital y la protección
La alfabetización digital no solo es una condición previa para la inclusión digital, sino que también es fundamental para la protección digital2. El analfabetismo digital y la alta exposición a las tecnologías suponen un riesgo para las personas, sobre todo, para las más marginadas.
Un estudio de ACNUR en Uganda concluyó que las personas refugiadas suelen sentirse incapaces de protegerse a sí mismas ante las amenazas en línea y los riesgos digitales. Un estudio en el Líbano descubrió que las estafas relacionadas con el acceso a las ayudas eran muy comunes y que la información falsa sobre los servicios humanitarios dificultaba la prestación y el acceso a estos servicios. Una de cada diez personas que han hecho frente a estafas móviles dijeron haberse visto perjudicadas: por ejemplo, pagar para acceder a programas de reasentamiento falsos, perder el tiempo o creer información falsa sobre la asistencia humanitaria.
Estos ejemplos demuestran que, para cumplir su compromiso con el principio de «no causar daño», el sector humanitario debe garantizar que las personas apátridas o desplazadas por la fuerza cuenten con las competencias y los conocimientos necesarios para minimizar los riesgos asociados a la tecnología. Si no se hace nada al respecto, aumentará el riesgo de que las poblaciones desplazadas se conviertan en víctimas de los depredadores digitales.
Directrices para la implementación de intervenciones eficaces de alfabetización digital
A medida que la tecnología se ha ido convirtiendo en un componente integral de la vida cotidiana, se han ido desplegando tentativas adicionales para capacitar a las poblaciones desplazadas en tecnologías digitales. Sin embargo, las intervenciones de alfabetización digital son difíciles de implementar con éxito y, con frecuencia, no se logran los objetivos a largo plazo esperados con estas capacitaciones (como oportunidades de empleo o de medios de subsistencia, inclusión financiera, mejora de la seguridad en línea, etc.).
Algunos ejemplos de capacitaciones de mala calidad son las formaciones breves y ad hoc (a menudo, de pocos días u horas de duración), las impartidas en dispositivos (por lo general, computadoras portátiles) a los que se deja de tener acceso una vez acaba la capacitación o la enseñanza de competencias técnicas demasiado avanzadas o irrelevantes para el público objetivo.
A partir de las evaluaciones de ACNUR de intervenciones realizadas en un gran número de contextos de desplazamiento forzado, se extrae una serie de factores que es importante tener en cuenta para diseñar e implementar capacitaciones de alfabetización digital eficaces.
- Involucrar a las comunidades en la creación colaborativa, el diseño y la impartición de las capacitaciones
Es fundamental comprender las competencias y capacidades previas y las preferencias de las comunidades locales, en particular, para garantizar que se saca provecho de las iniciativas existentes de fomento de las competencias orgánicas con ayuda de pioneros digitales locales, por ejemplo. - Aprovechar los planes de estudios existentes sobre alfabetización y competencias digitales
Ya se ha probado un amplio abanico de cursos formativos de alfabetización digital. Es importante no reinventar la rueda y no diseñar desde cero estas capacitaciones una y otra vez. También es importante conocer las iniciativas nacionales de alfabetización digital existentes. - Adaptar los contenidos y las capacitaciones a las necesidades y experiencias particulares de cada comunidad
Las capacitaciones de alfabetización digital solo serán eficaces si resultan útiles para la vida y las necesidades cotidianas de quienes las cursan. Esto pasa por comprender al detalle lo que quieren conseguir a través de estas competencias digitales. Para ello, puede ser útil formar a la población local para impartir estas capacitaciones y forjar alianzas con organizaciones expertas para desarrollar y adaptar los cursos a estos grupos específicos. - Analizar en profundidad la manera de impartir con éxito las capacitaciones a grupos marginados
¿Se conoce en profundidad a todos los grupos objetivo, su grado de alfabetización digital, sus necesidades y sus preferencias de aprendizaje? La brecha digital suele ser mayor en los contextos humanitarios, por lo que los programas de competencias digitales han de diseñarse con estos grupos particulares en mente. Las intervenciones de alfabetización digital para grupos marginados solo serán eficaces si se evalúan en profundidad sus necesidades como paso previo a su adaptación al público objetivo concreto. - Incorporar la seguridad digital en las capacitaciones
Es probable que los grupos que ya se encuentran más expuestos a riesgos hagan frente a un riesgo exacerbado (por ejemplo, de uso indebido de datos personales, ciberacoso, desinformación, timos y fraudes, etc.) si no se incorpora la seguridad digital a las intervenciones digitales. - Diseñar un marco de monitoreo y evaluación eficaz
Hay que saber si la capacitación que se ofrece es eficaz y si quienes la cursan están mejorando sus competencias digitales y su confianza en ellas. Es preciso no limitarse a evaluar la asistencia o el grado de satisfacción y aplicar criterios para medir la reacción, el aprendizaje, el comportamiento y los resultados de quienes la cursan (véase el modelo de evaluación de Kirkpatrick). - Plantear la manera de hacer que las capacitaciones sean sostenibles
Para adoptar herramientas y servicios digitales, los usuarios deben contar con numerosas oportunidades de aprender y refrescar sus conocimientos. Las intervenciones limitadas en el tiempo ofrecen un menor valor en comparación con los programas continuos y periódicos de alfabetización digital. Si se colabora con socios, gobiernos, la sociedad civil y el sector privado se pueden conseguir capacitaciones más sostenibles y duraderas que no estén limitadas a un programa puntual.
Enfoques innovadores para la alfabetización digital
Las organizaciones que trabajan en contextos humanitarios están empezando a tener en cuenta estas cuestiones. ACNUR está liderando enfoques innovadores para aumentar la alfabetización digital por medio de su Fondo de Innovación Digital. En Indonesia, ACNUR y otras organizaciones socias están ejemplificando la manera de adaptar los planes de estudios sobre alfabetización digital a las necesidades de la población con ayuda de talleres de creación colaborativa con las comunidades refugiadas. Este proyecto está introduciendo su plan de estudios en centros de aprendizaje existentes, para aprovechar los recursos y la pericia disponibles, a la vez que se fomenta la sostenibilidad de la iniciativa. En colaboración con GOMYCODE en Túnez, se están enseñando competencias digitales más avanzadas, tales como el desarrollo web, que se complementan con sesiones de orientación laboral para facilitar el tránsito de la enseñanza al trabajo remunerado.
Digital Opportunity Trust y GSMA también tienen ejemplos exitosos de capacitaciones de alfabetización digital. Ambas organizaciones conocen bien el valor de identificar y capacitar como formadores a personas locales para potenciar la sostenibilidad y el impacto de sus iniciativas. Digital Opportunity Trust trabaja con líderes comunitarios y embajadores digitales en sus programas. Por ejemplo, en Ruanda, las comunidades están recibiendo capacitación en asesoría profesional digital para ayudar a las personas refugiadas a acceder a becas y empleos en línea.
GSMA colabora con operadores móviles que recurren a agentes de dinero móvil en las comunidades locales para ofrecer cursos basados en su Manual de capacitación para el uso de internet móvil. El Manual es un conjunto de recursos gratuitos que emplean una metodología de «capacitación de formadores» para enseñar a las personas las competencias básicas necesarias para acceder y utilizar el Internet móvil. Algunas de sus secciones versan sobre la gestión de los riesgos digitales. Los contenidos de este Manual se han utilizado en más de 27 países para dotar de competencias digitales a más de 65 millones de personas. En colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), GSMA utilizó los contenidos de su Manual para mejorar las competencias financieras digitales de las mujeres en Somalia y Burundi.
Recomendaciones
A continuación, se recogen recomendaciones para aumentar el grado de alfabetización digital de las comunidades desplazadas por la fuerza:
Adoptar una definición coherente de «alfabetización digital»
Es indispensable adoptar una definición coherente de «alfabetización digital» que reconozca la importancia de las competencias generales necesarias para emplear las tecnologías de manera eficaz y segura; por ejemplo, la comprensión de los riesgos digitales. Esto garantizará que los profesionales humanitarios no se limiten a ofrecer intervenciones digitales centradas en exclusiva en las competencias técnicas y que amplíen su enfoque para lograr resultados a más largo plazo, tales como el empleo digital o la inclusión financiera.
Prestar atención a los obstáculos habituales y aprender de las mejores prácticas
Existen enfoques ad hoc para la promoción de la alfabetización digital en los sectores humanitario y del desarrollo y estas intervenciones cometen los mismos errores de manera reiterada. Para diseñar capacitaciones, es imprescindible prestar atención a los problemas habituales y a la orientación descrita en el presente artículo. Asimismo, es conveniente aprender de otros homólogos en el sector que ofrecen ejemplos innovadores de cómo mejorar la alfabetización digital de las personas desplazadas por la fuerza y alcanzar un amplio abanico de resultados positivos.
Garantizar que la alfabetización digital sea un componente integral de las estrategias digitales
La elaboración de programas digitales no debe limitarse a garantizar el acceso a conexión, dispositivos y servicios digitales, sino que también debe fomentar el desarrollo de la alfabetización digital en las comunidades. La mayoría de las organizaciones humanitarias están poniendo en marcha estrategias digitales y la alfabetización digital debería ser un componente integral en ellas. Por ejemplo, ACNUR reconoce que la alfabetización digital es un requisito previo para poder lograr los tres grupos de resultados previstos en su Estrategia de Transformación Digital 2022–2026 (inclusión digital, protección digital y servicios digitales), por lo que está invirtiendo recursos en este tema central.
En última instancia, los beneficios transformadores de la inclusión digital de las personas apátridas y desplazadas por la fuerza solo podrán materializarse si la alfabetización digital encabeza las intervenciones humanitarias digitales, en lugar de ser algo que se aborda meramente a posteriori.
Jenny Casswell
Especialista en alfabetización digital, ACNUR
jennycasswell@gmail.com X: @jencasswell
1Tradicionalmente, muchos de los estudios sobre el uso de las tecnologías en las comunidades desplazadas provenían del sector del desarrollo de los medios de comunicación y de su intersección con la acción humanitaria, por lo que giraban en torno a nociones como la comunicación con las comunidades, la participación comunitaria y la rendición de cuentas a las poblaciones afectadas. Rara vez se ha incluido la alfabetización digital en estas intervenciones, pese a su importante correlación con los canales digitales, con la confianza en las fuentes de información, etc.
2ACNUR define la protección digital en su Estrategia de Transformación Digital, que busca garantizar que las comunidades puedan disfrutar de sus derechos humanos en línea y estén protegidas ante los riesgos digitales, a la vez que se facilita su acceso a canales confiables, se evita cualquier daño y gozan de autonomía en el proceso de toma de decisiones.