Hoy más que nunca, la tecnología digital es un componente integral en las vidas de las personas desplazadas por la fuerza, así como en los sistemas humanitarios con los que interactúan. Nuestra sociedad conectada tiene el potencial de mejorar el día a día de las millones de personas en desplazamiento. Garantizar que el acceso a estas tecnologías sea equitativo y que tanto los beneficios como los riesgos asociados a su uso se consideran con atención genera una serie de complejos retos.

En este contexto, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha desarrollado su Estrategia de Transformación Digital 2022-2026, que destaca las formas transformadoras en las que la tecnología digital puede repercutir positivamente en las vidas de las personas refugiadas y en el trabajo de ACNUR. Es el marco con el que ACNUR abordará las oportunidades y los riesgos de la tecnología (por ejemplo, el discurso de odio en Internet, la desinformación, la información errónea, el fraude y las estafas) tanto ahora como en el futuro. Igualmente prioritario es consolidar la capacidad de ACNUR de emplear las tecnologías digitales de conformidad con los estándares éticos y de protección emergentes, a la par que se colabora con gobiernos y con el sector privado para promover la materialización de los principios fundamentales de protección relacionados con el uso de estas herramientas en contextos de alto riesgo, como el control de fronteras.

Además, ACNUR ha estado trabajando con sus socios para mejorar las oportunidades que la economía digital ofrece a la comunidad refugiada y lograr un equilibrio entre el acceso seguro equitativo y los riesgos digitales emergentes a través de un proyecto financiado por la alianza PROSPECTS. Si bien la integración en la economía digital puede ofrecer grandes ventajas, deben desplegarse esfuerzos notables para minimizar los riesgos y promover mejores estándares laborales para que los beneficios generales se materialicen. Nos complace ver que estos debates serán el objeto del presente número de la Revista Migraciones Forzadas.

Las barreras económicas, jurídicas y sociales pueden impedir que las poblaciones desplazadas por la fuerza se beneficien de la tecnología digital, por lo que nos comprometemos a desarrollar enfoques holísticos para abordarlas. Los esfuerzos tales como Connectivity for Refugees, una iniciativa de múltiples partes interesadas que aspira a mejorar la conectividad de más de 20 millones de personas desplazadas por la fuerza y de sus comunidades de acogida de aquí a 2030, están dando sus frutos y suscitan un interés creciente, tanto entre los gobiernos como entre los proveedores de servicios del sector privado.

Al igual que sucede en cualquier campo de estudio emergente, hay una gran variedad de perspectivas diferentes en juego. ACNUR se compromete a seguir fomentando debates inclusivos y basados en evidencias y reconoce la importancia de entablar diálogos críticos con el mundo académico, con otros profesionales y, lo que es más importante, con las comunidades con y para las que trabajamos.

Esperamos que la panoplia de agentes implicados en la evolución de la tecnología digital en el sector humanitario tenga cada vez más oportunidades de debatir, discrepar, contactar y avanzar juntos hacia una dirección que marque la diferencia en la vida de las personas afectadas por el desplazamiento forzado.

Innovación y Servicios Digitales, ACNUR
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