La financiación de la respuesta a los desplazamientos forzados no está a la altura de su cometido. Las necesidades de las personas refugiadas y de sus comunidades de acogida exceden por completo los recursos existentes, mientras que el fenómeno del desplazamiento sigue creciendo. La comunidad internacional sigue promoviendo un modelo de ayuda diseñado por un grupo reducido de personas a modo de parche para responder a los problemas a corto plazo. Pese a los numerosos llamamientos para transformar el sistema humanitario y de desarrollo, todavía no se ha replanteado este modelo de ayuda para responder a la realidad actual de las crisis de desplazamientos prolongados y a gran escala. No podemos seguir favoreciendo y dependiendo de un sistema inadecuado que anima a que los actores tradicionales hagan más de lo mismo, sobre todo cuando los fondos escasean. Este enfoque no hace más que perjudicar a los países y las comunidades que cada año reciben aún menos recursos de los donantes, sin que haya un replanteamiento radical del sistema de ayuda.

Para transformar el sistema humanitario, será necesario desmantelar muchos de los modos de trabajo anquilosados y con enfoque descendente que existen en la actualidad. Aunque la asistencia humanitaria a corto plazo puede seguir siendo útil en crisis agudas, el sistema en general debería reorientarse hacia estrategias de financiación y ejecución que puedan propiciar cambios sostenibles. Los actores humanitarios (responsables de la ejecución, instituciones multilaterales y donantes) deben pensar de forma no convencional, ir más allá de la ayuda tradicional y considerar qué se necesita de esos actores locales e internacionales no tradicionales, que están capacitados para identificar oportunidades e invertir en mercados y comunidades de manera eficaz. Tanto a escala mundial como local, precisamos formas nuevas e innovadoras de financiar las respuestas a los desplazamientos.

Identificar los desafíos que obstaculizan una financiación eficaz para la respuesta al desplazamiento forzado y encontrar soluciones creativas a estos desafíos impulsadas por la comunidad es lo que llevó a la Iniciativa de Refugiados de la Fundación Conrad N. Hilton a patrocinar este número de la Revista Migraciones Forzadas. Esperamos que este número inspire a otros donantes filantrópicos a aprovechar su flexibilidad y potencial catalizador para mitigar los supuestos riesgos de invertir de manera directa en organizaciones lideradas por personas refugiadas y en los mercados emergentes en los que habitan. Esperamos que quienes intervienen en la ejecución se sientan en posición de instar a los donantes a que les concedan el margen suficiente para diseñar y trabajar más a largo plazo, de formas que respondan a factores climáticos y al mercado, bajo el liderazgo de las personas refugiadas. Esperamos que las instituciones gubernamentales, bilaterales y multilaterales cumplan con los compromisos que asumieron para priorizar la provisión directa de fondos a las poblaciones y mercados a los que pretenden atender, que dejen de trabajar de manera compartimentada y que permitan a sus socios pensar de manera creativa. Esperamos también que el sector privado siga nuestros pasos, asuma riesgos y realice inversiones significativas (prometemos que el retorno a la inversión también será significativo) en aquello que podamos demostrar que funciona.

Las comunidades desplazadas por la fuerza merecen mucho más. Si estos artículos nos permiten identificar medidas concretas para lograr un modelo más idóneo para responder a los desplazamientos, quizás podamos empezar a transformar el sistema y generar un cambio sostenible.

Lauren Post Thomas y Barri Shorey

Fundación Conrad N. Hilton

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