- November 2024
Las organizaciones lideradas por personas refugiadas (OLR) desempeñan un papel fundamental en la respuesta al desplazamiento, pero podrían tener un impacto incluso mayor si recibieran más financiamiento. El sistema humanitario debe adaptarse para reconocer y financiar a las OLR dentro de la agenda de localización.
Las organizaciones lideradas por personas refugiadas (OLR) tienen sistemáticamente fondos insuficientes, y por mucho tiempo han estado excluidas de oportunidades de financiación y de la respuesta internacional para las personas refugiadas en general. Un estudio reciente sobre la cantidad y calidad de los fondos destinados a las OLR concluyó que solamente USD 26,4 millones llegaron a OLR en 2022[1]. Para poner en contexto la magnitud de la falta de financiación para las OLR, el mismo estudio determinó que los fondos directos totales que podían rastrearse para las ONG locales y nacionales alcanzaron USD 463 millones. De manera similar, la financiación destinada a planes de respuesta para personas refugiadas, que son iniciativas regionales impulsadas por ACNUR para coordinar la respuesta a situaciones que involucran a grandes poblaciones de personas refugiadas, representaron un total de USD 6 400 millones ese mismo año.
Gran parte de la financiación destinada a las OLR procede de iniciativas filantrópicas privadas, y el 83 % de los fondos que reciben las OLR pasa, al menos, por un intermediario. En muchos casos, esto implica que las OLR no tienen relaciones formales con los actores clave que toman decisiones en materia de respuesta humanitaria, como los donantes gubernamentales. Como consecuencia de esto, se está excluyendo a las OLR de muchas decisiones que afectan su trabajo y las comunidades que procuran apoyar.
Importancia de financiar a las OLR y desafíos que enfrentan
La falta de financiación para OLR es un fenómeno que ocurre a pesar de que estas tienen una capacidad singular de articular y responder mejor a las necesidades de sus comunidades, de manera eficiente y eficaz. Hay evidencias comprobables que sugieren que las OLR tienen más probabilidades de liderar respuestas que sean legítimas, consigan impacto y aseguren rendición de cuentas, y que son fundamentales para la provisión de servicios básicos, las actividades de fortalecimiento comunitario y la incidencia a favor de los derechos de poblaciones desplazadas, tanto en entornos urbanos como en campamentos de personas refugiadas[2]. La falta de reconocimiento del papel importante que tienen las OLR en sus comunidades, y en la respuesta humanitaria en general, impide que tengan acceso al financiamiento necesario para ampliar sus programas y apoyar a sus comunidades de manera eficaz.
Las OLR enfrentan diversos desafíos al tratar de acceder a financiación. Un desafío central es la idea equivocada de que financiar a las OLR es ‘demasiado riesgoso’. Esto responde a narrativas que sostienen que las OLR son actores pequeños e informales que tienen menos posibilidades de responder o de mantenerse imparciales en sus operaciones. Por ejemplo, a pesar de que la Kalobeyei Initiative for Better Life es una de las OLR más grandes de Kenia, encuentra dificultades para obtener fondos sustanciales a largo plazo, debido a su condición de OLR. El director de la organización destaca que el elemento distintivo de las OLR es su tamaño e informalidad, y se resisten a la posibilidad de transformarse en mini-ONG con el único propósito de acceder a financiamiento.
A menudo se cuestiona si estas organizaciones pueden administrar subvenciones de gran magnitud o implementar programas con la misma eficacia que otros actores del entorno humanitario. Esto redunda en desconfianza y supuestos problemas de rendición de cuentas en relación con las OLR, lo cual contribuyó a que se establecieran requisitos de diligencia debida rigurosos y, en cierto modo, prohibitivos. Los inconvenientes administrativos, como procesos complejos de presentación de solicitudes, la falta de acceso a la información sobre oportunidades de financiación y el uso del inglés por defecto también representan obstáculos que consumen tiempo y recursos para las OLR. Es importante comprender estos desafíos para encontrar soluciones y comenzar a corregir el desequilibrio en cuanto a oportunidades de financiación.
Integración de OLR en la agenda de localización
En la última década, en el sector humanitario se han dado programas de reforma del sistema de alto nivel que apuntan a localizar las respuestas humanitarias. Hay amplio consenso en cuanto a que la participación significativa de personas refugiadas y otras personas afectadas es fundamental para mejorar las respuestas humanitarias. Conforme al Gran Pacto, existe un compromiso de alto nivel de transferir poder y recursos a actores locales y nacionales. Sin embargo, en el contexto de estas agendas, hay una ausencia evidente de financiación para OLR, y los fondos que se les asignan siguen siendo apenas una fracción del valor total de la asistencia humanitaria a nivel mundial. Esto se debe, en parte, a que la agenda de localización no ha presentado a las personas refugiadas, y por ende a las OLR, como integrantes clave de la sociedad civil y como actores legítimos y competentes en la respuesta.
El Pacto Mundial sobre los Refugiados no describe cómo las OLR podrían recibir apoyo y reconocimiento formal como actores principales en la respuesta humanitaria. Reconocer a las OLR como agentes que contribuyen de manera significativa a la localización a nivel mundial y como instrumentos del liderazgo de las personas refugiadas posibilitaría que estas últimas puedan participar activamente en el diseño de las intervenciones que afectan sus vidas.
La reticencia del sistema humanitario a abordar las desigualdades en las dinámicas de poder e implementar cambios también contribuye a que no haya fondos para las OLR. Quienes están a cargo de la financiación en el sector humanitario necesitan trabajar de diferente manera en lugar de esperar que las OLR se adapten a un sistema de financiación desactualizado y con un enfoque de arriba abajo.
De la retórica a la acción
Se han registrado algunos resultados positivos al reconocer a las OLR e integrarlas en la agenda de localización en general. Estos resultados incluyen un mayor reconocimiento de las OLR en las deliberaciones sobre políticas (apoyado por la nueva definición en común de las OLR), que los donantes prioricen la financiación directa a las OLR, procesos de diálogo en materia de políticas que incluyen a las OLR en los debates y financiación de investigaciones realizadas por personas refugiadas a nivel local, lo cual, a su vez, contribuirá a definir la formulación de políticas.
Definición de OLR
En 2023, ACNUR publicó su definición de OLR como un “grupo u organización donde los principales puestos de liderazgo son ocupados por personas que han vivido el desplazamiento directamente y que se han propuesto alcanzar objetivos y llevar a cabo actividades en respuesta a las necesidades de los refugiados y/o de comunidades relacionadas”. Esta definición, y su posterior aceptación y uso, ha sido de suma importancia para reconocer y formalizar a las OLR. Sin embargo, debe observarse que aunque ACNUR indicó que esta definición se acuñó en el marco de un proceso consultivo, ha sido blanco de algunas críticas[3].
Esta definición compartida es importante para los donantes y sus socios, en tanto brinda un marco en común para su comprensión y genera puntos de acceso para la interacción formal con las OLR en los contratos de asociación. Asimismo, contar con una definición en común y ampliamente aceptada de OLR permitirá a los donantes mejorar los datos disponibles sobre cuánta financiación reciben las OLR y, aun más importante, permitirá impulsar la incidencia para que haya más fondos y rendición de cuentas en las prácticas de financiación de los donantes.
Financiación dirigida a las OLR
Algunos donantes gubernamentales han comenzado a brindar financiación dirigida específicamente a las OLR. El año pasado, los Países Bajos pusieron a prueba una subvención para programas a través de un marco de subsidios por licitación en el área de migración y desplazamiento para apoyar a OLR y a socios locales. La iniciativa se planteó como “financiación directa, bajo la forma de contribución o financiación básica, que debe tener el único propósito de fortalecer el liderazgo y control a nivel local, y beneficiar así las iniciativas locales que impulsan de manera independiente los socios en el país”. Este tipo de financiación es fundamental por su carácter flexible y abarca varios años, lo que apoyará a las OLR en el fortalecimiento de su capacidad institucional, sus programas y su trabajo de incidencia a favor de la formulación de políticas.
En un estudio de metasíntesis sobre cinco evaluaciones externas de impacto que analizaron programas administrados por OLR en el Líbano, Irak, Colombia, Indonesia, Egipto y Uganda, se determinó que las OLR evaluadas tenían acceso al menos a cierto nivel de financiación flexible. Esta financiación les permitió mejorar sus capacidades de organización y ayudó a que tuvieran sistemas y políticas organizacionales eficientes.
Un lugar en la mesa
Tanto OLR como líderes de poblaciones refugiadas tienen cada vez más reconocimiento y participación en el espacio de incidencia y formulación de políticas. Esta participación es relevante, en tanto refuerza la credibilidad de las OLR como actores importantes a quienes no puede excluirse en las deliberaciones sobre políticas. En palabras de un líder de una comunidad de personas refugiadas: “en cualquier sistema donde se distribuyen fondos y se formulan o determinan políticas, las voces de las personas afectadas deben ocupar un lugar central”.
A nivel mundial, se invitó a más de 320 líderes de comunidades refugiadas a formar parte del Foro Mundial sobre los Refugiados (FMR) del año pasado, una cifra cuatro veces mayor que la del primer FMR realizado en 2019. Más Gobiernos donantes también incluyeron a personas refugiadas como parte de sus delegaciones nacionales. En el FMR de 2019, solo Canadá sumó a una persona refugiada en calidad de asesora a su delegación nacional. In 2023, 13 Gobiernos incluyeron personas refugiadas como asesores en sus delegaciones[4]. Hay más acciones que pueden implementarse en futuras oportunidades para mejorar el acceso a foros globales donde se tratan políticas, como el FMR; por ejemplo, prestando apoyo para organizar traslados, incluidas las solicitudes de visas.
En el plano nacional, Suiza, uno de los coanfitriones del FMR 2023, se comprometió a establecer un órgano consultivo para personas refugiadas en Ginebra con el propósito de fomentar la participación significativa de las poblaciones refugiadas que recibe el país. Esto se agrega al Parlamento de los Refugiados, que fue establecido por una ONG Suiza en Ginebra en 2020 y recibió el apoyo de ACNUR, el Gobierno suizo y otros socios con el propósito de brindar a las personas refugiadas una plataforma donde pudieran intercambiar enseñanzas extraídas, cooperar entre sí e iniciar diferentes proyectos relacionados con los desafíos que enfrentan mientras se encuentran acogidas en Suiza.
También se forjó un compromiso entre múltiples partes interesadas para mejorar las alianzas, la protección y la localización que llevó a 61 Estados y 160 actores no estatales a comprometerse a fomentar alianzas y localizar respuestas con socios como las personas refugiadas y las OLR.
Estudios de investigación sobre las OLR que involucran a personas refugiadas como investigadoras
La base de evidencias debe fortalecerse para seguir fomentando la confianza y alentando a los donantes a aportar más fondos a las OLR Las personas que investigan y, a la vez, han experimentado el desplazamiento en primera persona están en buena posición para reunir evidencia, y ahora existe un número cada vez mayor de pruebas generadas a nivel local por parte de investigadores refugiados y otros socios que documentan la existencia y el impacto de las OLR. Un estudio reciente que trazó un mapa de las OLR en Kenia muestra el número de OLR existentes (más de 150), su naturaleza diversa, sus impactos y los desafíos que enfrentan. Estos estudios son importantes porque brindan perspectivas y recomendaciones esenciales a donantes y autoridades gubernamentales interesadas en trabajar con OLR.
También hay esfuerzos impulsados por actores como Regional Durable Solutions Secretariat (ReDSS), que lanzó hace poco una alianza con Refugee-Led Research Hub (RLRH) y Maseno University con el propósito de conectar las evidencias y la investigación que generan las personas refugiadas a nivel local con procesos de formulación de políticas en Kenia. Tal iniciativa es digna de destacarse, pues los encargados de formular políticas, e incluso los donantes, con frecuencia desarrollan políticas y legislación relacionadas con las personas refugiadas sin considerar el análisis y la evidencia que generan ellas mismas o las personas que han tenido experiencias de desplazamiento. Esta iniciativa ayudará a reorientar el poder y el discurso hacia las personas que investigan y, a la vez, han experimentado el desplazamiento en el sur global.
Recomendaciones
La investigación ofrece una serie de recomendaciones para abordar la falta de financiación para OLR. En primer lugar, es importante reconocer a las OLR como actores separados y diferentes en la agenda de localización. Este reconocimiento, a su vez, tendrá un impacto en sus posibilidades de acceder a financiación.
En segundo lugar, los donantes deben apoyar a las OLR para que estas accedan a fondos y los administren de manera directa, y normalizar las alianzas de financiación con las OLR al atraer la atención con respecto a las alianzas que ya mantienen. Los donantes pueden abrirse más a la posibilidad de establecer alianzas con las OLR agilizando y simplificando los procesos de financiación y ampliando algunos de los enfoques innovadores que están liderando las entidades filantrópicas y los intermediarios de las OLR. Esto incluye ofrecer apoyo específico y personalizado a los solicitantes y ser más flexibles en la presentación de solicitudes (entre otras cosas, permitiendo varios idiomas).
En tercer lugar, todas las partes interesadas deben cuestionar las ideas y discursos equivocados que predominan en relación con las OLR, e implementar procesos para que las OLR alerten sobre alianzas injustas y meramente simbólicas sin ser sancionadas.
Por último, los donantes gubernamentales y las organizaciones humanitarias deben aceptar el panorama cambiante de las poblaciones refugiadas y empeñarse en reformar sus estructuras y lineamientos internos, de manera que puedan estar mejor preparados para financiar a las OLR y trabajar con ellas.
Alexandra Spencer
Responsable Principal de Investigación, Grupo de Políticas Humanitarias, ODI, Reino Unido
a.spencer@odi.org
Rufus Karanja
Responsable Nacional de Programas, Migración y Protección, Cooperación Suiza para el Desarrollo
Andhira Yousif Kara
Investigadora asesora y defensora de personas refugiadas
annkakaliya@gmail.com
linkedin.com/in/andhira-kara-a72121a1/
Caitlin Sturridge
Investigadora sénior, Grupo de Políticas Humanitarias, ODI, Reino Unido
c.sturridge@odi.org
[1] Véase ODI (2023) La falta de financiación para las organizaciones lideradas por personas refugiadas: Por qué no funciona el sistema actual y las posibilidades de cambio https://media.odi.org/documents/HPG_report_funding_to_RLOs_master-R-es_419.pdf
[2] Asylum Access (2021) Building Equitable Partnerships: Shifting power in forced displacement [en inglés] bit.ly/equitable-partnerships
[3] Kaldor Centre for International Refugee Law (2023) Defining refugee-led organisations: An analysis of UNHCR’s 2023 definition [en inglés] bit.ly/research-brief-defining-rlo
[4] Refugees Seat (2024) ‘Great leap forward or status quo?’ [en inglés] bit.ly/R-SEAT-reflections-2023-grf
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