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La vulnerabilidad de los refugiados palestinos procedentes de Siria

Más de la mitad de la población de palestinos de Siria –alrededor de 270.000 personas– se ha visto forzada a desplazarse tanto dentro como fuera del país. Si bien el conflicto ha afectado a todas las personas de Siria, sin importar su religión o etnia, las dramáticas consecuencias del conflicto en Siria han puesto de relieve la intrínseca vulnerabilidad de los palestinos.

Aquellos que han huido al Líbano o a Jordania han encontrado escasa ayuda y no pueden retornar a Siria, ya que dos tercios de los campamentos de refugiados palestinos han sido destruidos o han quedado rodeados por el conflicto. La capacidad de Siria de absorber a los refugiados palestinos se originó en primer lugar por las favorables condiciones económicas en ese momento y del relativamente pequeño número de refugiados que llegaron al país hace más de 60 años. Sin embargo, las pérdidas de la economía siria para el año 2012 equivalen al 81,7% del PIB del país de 2010, con un aumento del desempleo del 10,6 al 34,9%. La actual situación económica es extremadamente desfavorable para los palestinos e incluso en la eventualidad de un retorno a Siria tendrían probablemente que enfrentarse a limitadas oportunidades de empleo y discriminación.

Sufriendo una falta de financiación crónica, la UNRWA (la agencia de la ONU con el mandato de asistir a los refugiados palestinos) no ha podido satisfacer sus necesidades básicas en Jordania y el Líbano. La proporción de refugiados palestinos en Siria que necesitan asistencia de parte de la UNRWA se ha incrementado dramáticamente del 6% antes del conflicto, a más del 90% en la actualidad. La parcial independencia de la cual gozaba la comunidad palestina en Siria ya se ha desmoronado, dejándolos básicamente dependientes de la UNRWA y de las financiaciones de la comunidad internacional. El mandato de la UNRWA, limitado a los programas de socorro y obras públicas, no permite que se lleven a cabo actividades de protección.

La vulnerabilidad de los palestinos en el contexto del conflicto sirio es exacerbada por los obstáculos a los que se enfrentan cuando intentan huir del país. Desde el comienzo del conflicto, más de 70.000 palestinos han huido hacia los países vecinos, incluyendo Jordania, el Líbano, Egipto, Turquía e Irak, donde están experimentando cada vez más restricciones para acceder al asilo y son objeto de una creciente hostilidad en los países y comunidades de acogida. Casos de trato discriminatorio, detenciones indefinidas, cierre de las fronteras, detención de menores, violencia, actitudes xenófobas y devolución caracterizan el trato que actualmente reciben los palestinos procedentes de Siria en Jordania, el Líbano y Egipto, por lo que estos países continúan violando sus obligaciones en virtud del derecho internacional.

En Jordania, la frontera ha sido cerrada para los palestinos procedentes de Siria, mientras permanece parcialmente abierta para los refugiados sirios. Los palestinos que logran entrar, o que ingresaron al inicio del conflicto, están sujetos a la detención arbitraria y devolución. En el Líbano, los palestinos procedentes de Siria tienen la prohibición de trabajar en muchas profesiones y deben solicitar una visa de trabajo a través de un procedimiento diferente y mucho más costoso que el de los refugiados sirios. En Egipto también queda clara la diferencia de trato entre los refugiados sirios y los palestinos procedentes de Siria, ya que los sirios pueden registrarse con el ACNUR y por lo tanto tener acceso al reasentamiento a terceros países, atención médica y otras formas de asistencia. El Gobierno egipcio le ha prohibido al ACNUR registrar a los palestinos procedentes de Siria, quienes en consecuencia reciben poca o ninguna ayuda, a pesar de haber huido del mismo conflicto.

Para los refugiados sirios, existe la posibilidad de que en futuro puedan retornar a su país, sin embargo, el retorno de la comunidad palestina a Siria es mucho más complicado. El conflicto en Siria ha causado un rápido deterioro de las condiciones materiales de la comunidad palestina en Siria, que se tendrá que enfrentar amenazas adicionales en la Siria del postconflicto con respecto a la posible capacidad de reintegrarse nuevamente en la sociedad.

A lo largo del conflicto, escuelas, puestos de salud y centros comunitarios para los palestinos han sido atacados y destruidos, tanto en los campamentos como en asentamientos fuera de los campamentos. Lo que se percibía como el “corazón” de la comunidad palestina en Siria, el campamento de refugiados de Yarmouk, en el cual antes del estallido del conflicto sirio vivían 150.000 palestinos, ha disminuido su población a apenas 18.000 personas y ha sufrido ataques por parte tanto de fuerzas del régimen como de la oposición. Se ha prohibido el acceso de la ayuda humanitaria al campamento, lo que ha provocado 128 muertes por inanición, según Amnistía Internacional[1]. A pesar de haberse alcanzado un cese al fuego en enero de 2014, el regreso del ejército a Yarmouk en marzo ha interrumpido nuevamente la distribución de ayuda. Como centro de la vida política y comercial de la comunidad palestina en Siria, su desaparición es representativa de las dificultades que los palestinos tendrán en el futuro para retomar la vida que una vez tuvieron en Siria.

Leah Morrison morrison_leah@hotmail.com se graduó del curso de maestría en Desarrollo y Prácticas de Emergencia de la Universidad Oxford Brookes. www.brookes.ac.uk

 

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