Planificación de la integración de los refugiados y comunidades de acogida en el condado de Turkana, Kenia

El nuevo asentamiento de Kalobeyei se centra en la creación de una planificación territorial para guiar el asentamiento tanto a corto como a largo plazo por el bien de ambas comunidades, la de acogida y la refugiada.

En el pasado ya se sugirieron diversos enfoques para la integración de los refugiados en las comunidades de acogida locales, la mayoría en el ámbito de las políticas a favor de los refugiados y la creación de oportunidades para que tengan actividades generadoras de ingresos. Aunque las últimas estrategias de instituciones como el Banco Mundial están destinadas a la reducción colectiva de la pobreza y al apoyo a los refugiados y a las comunidades de acogida, la financiación humanitaria se sigue destinando principalmente a los desplazados.

En el condado de Turkana, en el norte de Kenia, la existencia del campo de refugiados de Kakuma durante más de 25 años —en la actualidad, hogar de más de 150 000 refugiados procedes de 18 países— ha provocado importantes desigualdades en lo que respecta a las infraestructuras físicas y a las oportunidades económicas donde la comunidad de acogida está en desventaja. En una puja por reducir esta brecha de desarrollo e impulsar el crecimiento regional y debido a la necesidad de ampliar el campo para acoger a los refugiados que llegan desde Sudán del Sur, el Gobierno regional de Turkana firmó un acuerdo con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, cuyo objetivo era repartir la inversión para realizar mejoras entre las comunidades de acogida y de refugiados del condado.

Según este acuerdo, se destinaron 1500 hectáreas de terreno en Kalobeyei, a 15 km al oeste del campo de Kakuma, a un nuevo asentamiento de refugiados. ACNUR y sus socios acordaron desarrollar el recinto como un asentamiento integrado para 60 000 personas —refugiados y miembros de la comunidad de acogida— respaldados por infraestructuras sociales y físicas y por diversas oportunidades económicas. Se invitó a ONU-Hábitat a participar como socio en el proceso de desarrollo del asentamiento por su experiencia en la planificación territorial. El Gobierno del condado de Turkana se implicó de lleno en la planificación, construcción, seguimiento y evaluación del asentamiento y se encargó de gestionarlo a medio-largo plazo y de administrarlo como si se tratara de un asentamiento urbano además de proveerle de los servicios básicos. De esta forma el nuevo asentamiento podría, con el tiempo, generar ingresos tributarios para sufragar los servicios.

En el plan territorial para el asentamiento hace hincapié en repartir la provisión de los servicios básicos entre las dos comunidades y promueve la integración hacia dentro y hacia fuera, donde los espacios de interacción (áreas comerciales, instalaciones públicas y espacios sociales) se proveen dentro y fuera del nuevo asentamiento. Estos espacios se sitúan estratégicamente en nodos conectados mediante redes de transporte eficientes y están abiertos y son accesibles para los refugiados y los miembros de la comunidad de acogida.

ONU-Hábitat ha extraído diversas lecciones clave de este proyecto:

Lección 1: La asignación de terrenos donde se vayan a desarrollar los asentamientos para refugiados debería basarse en una cuidadosa selección del lugar, prestando especial atención a indicadores como la disponibilidad de agua, seguridad, un entorno adecuado, proximidad y comunicación con otras localidades, y acceso al trabajo. Por desgracia, eso no fue posible en el proyecto de Kalobeyei, donde los terrenos ya habían sido asignados.

Lección 2: Un asentamiento integrado necesita tender puentes entre las modalidades humanitarias y de desarrollo. La intervención de ONU-Hábitat en el nuevo asentamiento de Kalobeyei se centró en cerrar la brecha entre las dos comunidades a través de los enfoques humanitarios y de desarrollo mediante la creación de un plan territorial que guiara el reasentamiento y empoderara a las comunidades locales para que fuesen resilientes gracias a diversas actividades laborales y aptitudes para la vida. Esto a su vez reduciría la vulnerabilidad de las comunidades y respaldaría el desarrollo de un marco para que el Gobierno local llevase a cabo un seguimiento y gestionase el crecimiento.

Lección 3: Un asentamiento integrado exige la participación pública y el compromiso de las partes interesadas.

Aunque por todo el mundo se aplican varias formas de participación comunitaria y de compromiso de las partes interesadas en muchos procesos de desarrollo basados en la planificación territorial, existen pocas evidencias de que se estén aplicando a proyectos humanitarios. Esto se debe en gran parte a que estos últimos responden a una crisis, lo que deja poco espacio a la implementación de la secuencia de pasos de los que se compone la planificación territorial.

En el nuevo asentamiento de Kalobeyei, ONU-Hábitat adoptó un enfoque participativo que se implementó a dos niveles: a nivel de la comunidad y a nivel de las partes interesadas clave. La participación (pública) de la comunidad fue a través de encuestas entre las familias y sesiones de planificación comunitaria, en las que el equipo de planificación recibió aportaciones de las dos comunidades sobre diferentes opciones de asentamiento. ONU-Hábitat formó a continuación dos grupos de desarrollo de los asentamientos de la comunidad de acogida y de refugiados, que contaba cada uno con 12 miembros de cada comunidad  representativos en edad, género y niveles de vulnerabilidad. Además de ser la voz de las comunidades durante todo el proceso de planificación, los miembros del grupo también se encargaron de difundir información sobre el proceso de planificación entre el resto de componentes de su grupo y de obtener opiniones que luego se integraban al plan. La participación de la comunidad en el proceso de planificación ha promovido que ésta se comprometa con la planificación espacial y debería ayudar bastante a facilitar su implementación.

El proyecto Kalobeyei, bajo el liderazgo de ACNUR, ha creado —de forma inusual— un claro marco para la participación de las partes interesadas que incluye a las organizaciones humanitarias y de desarrollo, y a las estructuras de gobierno locales. Las alianzas en el proyecto Kalobeyei se están implementando a través de varios grupos de trabajo temáticos donde cada uno cuenta con expertos de entre todas las partes interesadas en el desarrollo del nuevo asentamiento. Por ejemplo, el Gobierno del condado de Turkana y ACNUR codirigen junto a ONU-Hábitat el grupo temático sobre planificación territorial y desarrollo de infraestructuras. Esta estructura de participación ha servido en general para que las comunidades confíen en la autenticidad del proceso. La implicación del Gobierno regional de Turkana, que inició la idea de integración, ha sido crucial para promover que el plan territorial resultante cumpliera con las leyes y normativas vigentes. Una vez que se haya aprobado el plan territorial, será responsabilidad directa del Gobierno del condado llevar a cabo el seguimiento de su implementación.

Lección 4: Alcanzar la integración debería empoderar a las comunidades y garantizar un crecimiento equitativo. La convivencia pacífica y productiva entre las dos comunidades no solo depende de la capacidad de las estructuras de gobierno de realizar un seguimiento y facilitar el crecimiento en la zona sino también de recolectar ingresos para poder ofrecer servicios sostenibles a ambas comunidades. Teniendo esto en cuenta, ONU-Hábitat estableció una estrategia para un desarrollo constante entre las dos comunidades y el Gobierno del condado. Más de 500 personas recibieron formación para obtener diversas aptitudes que tenían que ver con el empleo, la evaluación de las necesidades a nivel local, la planificación territorial, el uso de la tecnología para la construcción de infraestructuras a pequeña escala y el desarrollo de negocios. Los que habían adquirido esas aptitudes ya han sido contratados para operar como empresas comerciales en el nuevo asentamiento. A nivel del Gobierno del condado, se fomentando su capacidad a través de la formación directa en los principios de la planificación, de un constante apoyo a las actividades de planificación, y de la provisión de servicios de asesoramiento a ese Gobierno.

Aunque todavía es demasiado pronto para medir el impacto del proyecto, hasta la fecha la respuesta local ha sido positiva y puede ser considerada una buena práctica acerca de cómo plantear los asentamientos de refugiados en un futuro. Al crear una plataforma para que surja un asentamiento sostenible se están promoviendo las inversiones posteriores y el crecimiento económico. Aunque un objetivo clave del enfoque adoptado era acercar los enfoques humanitarios y de desarrollo, y ofrecer soluciones duraderas y futuros sostenibles, se espera que el resultado aporte algo de esperanza y optimismo a los refugiados y a quienes les acogen.

 

Yuka Terada Yuka.Terada@unhabitat.org

Experta asociada, Subdivisión de Planificación y Diseño Urbanos.

 

David Evans David.Evans@unhabitat.org

Director de la Unidad de Emergencia de Alojamiento y Asentamientos.

 

Dennis Mwaniki denmwa02@gmail.com

Asesor de la Subdivisión de Planificación y Diseño Urbanos.

 

UN-Habitat, https://unhabitat.org/

 

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