Migración con dignidad a través de las fronteras en Kiribati

La política de migración con dignidadforma parte de la estrategia nacional de reubicación a largo plazo en Kiribati.

El programa de migración laboral transfronteriza propuesto por el Gobierno de Kiribati es un ejemplo de respuesta gubernamental a cambios provocados por cuestiones climáticas en la que la demografía se coordina sobre todo a nivel individual o familiar.

Kiribati se compone de 32 atolones distribuidos por el Sur del Océano Pacífico. La habitabilidad a largo plazo de estas islas de poca altitud se ve amenazada por el aumento del nivel del mar. En un esfuerzo por trazar un plan que haga frente a esta situación, se establecieron numerosas políticas y programas para reducir el grado de vulnerabilidad del país frente al cambio climático. Kiribati carece de una opción de migración interna que sea sostenible a largo plazo, ya que sencillamente no existen tierras que estén a una mayor altitud a las que puedan trasladarse y la mayoría de las islas se encuentran a menos de tres metros sobre el nivel del mar. Por tanto, los líderes del país han tratado de buscar opciones para que sus ciudadanos puedan migrar a otros países.

La política de “migración con dignidad” forma parte de la estrategia nacional de reubicación a largo plazo. La primera parte de esta política consiste en dar la opción de emigrar a quienes deseen hacerlo ahora o en un futuro cercano. El objetivo es trasladar a las comunidades expatriadas a diversos países receptores que puedan ofrecer apoyo a los migrantes más a largo plazo como Australia y Nueva Zelanda, y también para aumentar las posibilidades de que se envíen de vuelta remesas de dinero. Como la mayoría de los costes los sufraga el Gobierno, la segunda parte de esta política consiste en mejorar el nivel educativo y la formación profesional a la que se puede acceder en Kiribati para que se equiparen a lo ofrecido en los países donde los residentes vayan a migrar. Se espera que esta formación y la mejora de sus destrezas les permitan migrar “con dignidad” a otros países y establecer convenios laborales transfronterizos.

Sin embargo, esta política solo sirve para allanar el camino a aquellas personas que ya están preparadas para migrar y no alcanza a todo el mundo, en especial a personas cuyo nivel de alfabetismo es limitado o a las que principalmente viven a costa de empleos de subsistencia. Dado que esta política se centra en garantizar el empleo de un reducido número de personas, se queda corta para garantizar unos mecanismos equitativos de protección para todos sus ciudadanos a la hora de migrar. Otra cosa a tener en cuenta es si una política de este tipo dará lugar a resultados positivos a largo plazo en los países de origen y de acogida..

 

Karen E. McNamara karen.mcnamara@uq.edu.au está profesora en la Escuela de Geografía, Planificación y Gestión Medioambiental de la Universidad de Queensland. www.gpem.uq.edu.au

 

 

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