Un enfoque integrado

La clave para abordar con éxito los retos de los desastres naturales, medioambientales y climáticos consiste en integrar las preocupaciones acerca de la migración incluido el desplazamiento en todas las políticas y los marcos para el desarrollo y la reducción del riesgo de desastres relacionados con el cambio climático.

Una de cada siete personas en el mundo es migrante y cada vez son más quienes tienen que trasladarse a otros lugares en un contexto de desastres. Esto ocurre ahora más que nunca debido sobre todo a la concentración de pueblos y de medios de subsistencia en zonas propensas a sufrir desastres. Los migrantes suelen estar entre los más afectados por los desastres al estar más expuestos a los peligros y menos preparados por lo que son menos capaces de lidiar con ellos y de recuperarse de sus repercusiones.

Uno de los principales retos a la hora de proteger y de asistir a los desplazados por los procesos y sucesos medioambientales ‒en especial a través de las fronteras nacionales‒ es la coordinación entre los actores políticos y los profesionales. Existen leyes relevantes y buenas prácticas pero los enfoques varían dependiendo de si las políticas se adoptan como parte de los marcos de migración, de clima, de seguridad o de los derechos humanos. Sigue habiendo carencias proteccionistas e institucionales debido al enfoque fragmentado y a veces parcial a la hora de relacionar el cambio climático y la movilidad humana en muchos entornos políticos regionales y nacionales.

La investigación y la experiencia operativa demuestran que el traslado a otra zona no es algo inevitable ni tampoco necesariamente una consecuencia negativa del impacto medioambiental y del cambio. De hecho, se están realizando numerosos esfuerzos –como parte de la reducción del riesgo de desastres y de la adaptación al cambio climático– para evitar desplazamientos inducidos por cuestiones medioambientales y para asistir a aquellos que se trasladen a otras zonas, así como a las comunidades de origen y de acogida; y para asumir el potencial positivo del traslado en el contexto de los desastres y del cambio medioambiental. No necesitamos otro marco político; necesitamos integrar la migración en los marcos que ya existen a nivel nacional, regional y mundial. Con ello obtendríamos la coherencia necesaria para coordinar una respuesta efectiva.

Recopilar y compartir mejores datos

Los datos sobre el desplazamiento son esenciales para entender la vulnerabilidad, ofrecer asistencia humanitaria y diseñar soluciones duraderas. La mayoría de los datos disponibles no se encuentran desglosados según la duración y la distancia del desplazamiento. Esto hace que sea difícil distinguir entre los distintos tipos y abordar sus diferentes efectos.

La clave para conseguir unos buenos datos es aliarse. Para su informe anual, el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés) emplea datos nacionales para describir el desplazamiento causado por desastres naturales. Los datos nacionales se complementan con la Matriz de Seguimiento de Desplazados (DTM, por sus siglas en inglés) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La DTM ayuda a socios nacionales y locales a recopilar información en una serie de “instantáneas” para mostrar las tendencias de los flujos de desplazamiento y las condiciones de las personas desplazadas.

Es muy necesario recopilar datos cuantitativos y longitudinales acerca del modo en que la migración y la reubicación planificada pueden reforzar las estrategias adaptativas, en especial sobre cómo se pueden detectar los riesgos que palían. Por desgracia, algunas regiones se han estudiado muy poco. Aunque en 2013 casi 9 de cada 10 nuevas personas desplazadas que se habían visto obligadas a trasladarse por culpa de desastres se encontraban en Asia[1], solo el 26% de la investigación global sobre la migración y el medio ambiente –incluido el cambio climático– se centraba en ese continente. Europa (7%) y Oriente Medio (2%) tampoco han sido objeto de muchos estudios, a pesar de los procesos medioambientales susceptibles de provocar desplazamientos de población que se dan en esas regiones.

El proyecto financiado por la Unión Europea Evidence for Policy (Base de información para las políticas) ha desarrollado un análisis comparativo entre seis países pilotos para abordar la falta de datos comparables sobre las poblaciones desplazadas, la migración, el medio ambiente y el cambio climático.[2] Las encuestas realizadas en los lugares de origen y destino de los migrantes internos aportaron fundamento a las políticas acerca de cómo la movilidad humana promueve la capacidad de recuperación y la capacidad para lidiar con el cambio medioambiental. Estas lecciones y las buenas prácticas detectadas se basarán en los tipos de movilidad (migración, desplazamiento, reubicación planificada), más que en las particularidades del país, por lo que ofrecerán una percepción comparativa para otros países con similares poblaciones migrantes y contextos medioambientales.

Fomentar las alianzas

Las Autoridades Nacionales de Gestión de Desastres (NDMA, por sus siglas en inglés) desempeñan un papel clave a la hora de preparar el desplazamiento en casos de desastre y también para responder ante ellos, para gestionarlos, abordarlos y reducir en gran medida los riesgos y las vulnerabilidades. Una prioridad clave sería la creación de alianzas estratégicas y operativas entre las NDMA –y entre éstas y los actores humanitarios– para reforzar sus capacidades antes, durante y después de los desastres.

La mayoría de los países disponen de planes con medidas de respuesta en caso de desastre pero sus enfoques y experiencias son muy diferentes entre sí. Las alianzas entre las NDMA de diferentes lugares del mundo permiten intercambiar experiencias, herramientas y métodos para cubrir todos los aspectos de la gestión de riesgos de desastres. Los mandatos globales y las alianzas entre los actores internacionales ayudan a unir a las NDMA como iguales en todo el mundo. Además, los actores humanitarios internacionales contribuyen con la planificación y la gestión del desplazamiento promoviendo de forma imparcial la asistencia y la protección a los sectores de la población afectados.

Un ejemplo de hasta qué punto podrían emplearse esas alianzas es la Guía MEND (Guía Mundial para la Planificación de las Evacuaciones Masivas en situaciones de Desastres Naturales), publicada en 2014.[3] La experiencia demostraba que faltaban herramientas relevantes para guiar a las NDMA y a los actores humanitarios a la hora de planificar las evacuaciones masivas. Para abordar estos fallos, once países y numerosas organizaciones internacionales junto con expertos teóricos colaboraron bajo el liderazgo de la OIM para producir la Guía MEND, que contiene una plantilla que puede utilizarse y adaptarse para desarrollar los planes nacionales de evacuación.

El aumento del número de migrantes en todo el mundo pone de manifiesto la necesidad de incluir a estos migrantes y la movilidad en los mecanismos de respuesta humanitaria. Los migrantes laborales de Latinoamérica, por ejemplo, se vieron afectados de manera desproporcionada por el huracán Sandy en Nueva York en 2012 y, por lo general, tuvieron menos derecho y menos acceso a la ayuda y a la asistencia para la recuperación que quienes no eran migrantes. En las inundaciones de 2011 que afectaron a Bangkok y a una quinta parte de Tailandia al menos 600 000 migrantes laborales procedentes de Myanmar se quedaron atrapados en las zonas afectadas y tuvieron dificultades para acceder a la información y a la asistencia. Para asistir a estas poblaciones de migrantes fue necesaria la acción conjunta de las autoridades. La iniciativa lanzada en 2014 y liderada por el Estado Migrantes en Países en Crisis (MICIC, por sus siglas en inglés)  busca desarrollar unos principios rectores y unas prácticas efectivas para mejorar la preparación de los Estados y de otros actores a la hora de aliviar el sufrimiento y de proteger la dignidad y los derechos de los migrantes que se queden atrapados en otros países durante una crisis grave, ya sea debido a un conflicto o a desastres naturales[4].

La coherencia en las políticas y en las prácticas

Los esfuerzos de coordinación están muy por debajo de los niveles de los estudios operativos y de las políticas pero si se quieren eliminar estos obstáculos para su coordinación se deben incluir las preocupaciones con respecto a la movilidad humana en los marcos estratégicos a nivel internacional, nacional y comunitario.

A nivel internacional, el Marco de Acción de Hyogo II, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los Objetivos de Desarrollo Sostenibles y la Cumbre Humanitaria Mundial ofrecen oportunidades para avanzar y compartir conocimientos. A nivel regional, los Procesos de Consulta Regionales (RCP por sus siglas en inglés) sobre la migración ofrecen un espacio privilegiado para un debate no vinculante liderado por el Estado acerca de la migración. El progreso en las iniciativas de diálogo y de cooperación sobre la migración y el desplazamiento relacionados con la degradación ambiental y con el cambio climático es en gran medida el resultado de estos Procesos de Consulta Regionales y de su naturaleza de consenso[5]. A nivel nacional, los Planes Nacionales de Adaptación, el Marco de las Naciones Unidas para la Asistencia para el Desarrollo y los planes de desarrollo locales deberían incluir las preocupaciones acerca de la migración para respaldar que la migración interna e internacional se convierta en una elección positiva y segura reduciendo por tanto el desplazamiento y los detonantes de la “migración fruto de la desesperación”, y aumentando la capacidad de recuperación.

Está claro que necesitamos integrar las preocupaciones acerca de la migración ‒incluido el desplazamiento‒ en las políticas sobre cambio climático, reducción del riesgo de desastres y desarrollo a todos los niveles. Es un requisito para ofrecer respuestas coherentes y globales a los cambios y crisis a los que todos nos enfrentamos.

 

William Lacy Swing ODG@iom.int es el director general de la Organización Internacional para las Migraciones. www.iom.int



[1] IDMC (2014) Estimaciones globales 2014: Personas desplazadas por desastres.

http://tinyurl.com/IDMC-2014GlobalEstimates

[2] República Dominicana, Haití, Kenia, Mauricio, Papúa Nueva Guinea y Vietnam. www.environmentalmigration.iom.int/es

[5] OIM (2013) Mecanismos de consulta regional interestatal sobre la migración: enfoques, actividades recientes y repercusiones para la gobernanza mundial de la migración, Migration Research Series Nº 45. http://tinyurl.com/IOM-ResearchSeries45

 

 

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