Mensaje de despedida de Marion Couldrey

Una vez me dijo un refugiado —frustrado porque RMF no podía respaldar su solicitud de asilo— que yo solo tenía trabajo gracias a personas como él. Y tenía razón. Y he tratado de recordarlo a lo largo de mis 28 años como editora de RMF.

También he sido consciente de que cada libra, dólar o euro que los donantes han dado en apoyo a RMF es dinero que podría haberse gastado en programas que ayudasen más directamente a las personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Y, sin embargo, esos donantes consideran que la financiación para RMF es dinero bien gastado, y he tenido el privilegio de que, durante 28 años, me llegasen mensajes de agradecimiento de los lectores, y ejemplos del impacto directo e indirecto de RMF.

Así que, en mi despedida de RMF, me gustaría dar las gracias a todos los lectores, autores y donantes (y a mis compañeros de RMF a lo largo de los años) que han colaborado para hacer de esta una herramienta valiosa y accesible para el intercambio de conocimientos y el aprendizaje, y la inspiración para ayudar a mejorar las políticas y las prácticas en favor de las personas desplazadas. A aquellos de ustedes, cuyas vidas como desplazados han sido debatidas y analizadas en las páginas de RMF, espero que hayamos sido respetuosos y de alguna utilidad.

En estos 28 años, han cambiado muchas cosas.

Cuando la revista se lanzó en 1987 a instancias de la fundadora del Centro de Estudios sobre los Refugiados, Barbara Harrell-Bond, el campo de los estudios sobre refugiados todavía era joven. Antes recibíamos muchos más artículos de profesionales que de investigadores, pero esa tendencia se ha invertido en los últimos años. El tamaño y el aspecto de la revista han cambiado a lo largo del tiempo, pero lo que no ha cambiado es, lamentablemente, la necesidad de este foro.

A lo largo de los años, hemos tratado de cubrir temas de actualidad (sobre todo centrados en países concretos, como Birmania, Irak, la RDC, Afganistán, Siria), temas que están cobrando importancia (por ejemplo, el cambio climático, el desplazamiento urbano, la tecnología) y aquellas cuestiones que merecen mayor atención de la que suelen recibir (como la discapacidad, el VIH-SIDA, las comunidades locales). Con cada edición he aprendido mucho... a veces más de lo que quería saber sobre la inhumanidad, pero más a menudo sobre la resiliencia y la innovación, y la determinación y la compasión.

Dejo RMF en un momento en que el número de personas que se están exiliando de Ucrania está aumentando rápidamente, y la respuesta del mundo ofrece interesantes comparaciones con las que ha dado a otros grandes movimientos de personas que huyen de la guerra y el horror. ¿Quizá el tema de un futuro número de RMF? Ya no seré editora, pero me interesaría mucho leerlo...

Gracias por formar parte de la extensa comunidad que lee, apoya y utiliza RMF. Estoy orgullosa de haber formado parte de ella.

Marion Couldrey

Editora de RMF, 1993-2022

 

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