Prácticas prometedoras para la inclusión de la discapacidad en el abordaje de los desplazamientos por desastres

Las personas con discapacidad se ven afectadas de forma desproporcionada por el cambio climático y los desplazamientos por desastres, pero están surgiendo ejemplos prometedores de planificación y respuestas más inclusivas.

A medida que aumenta nuestra comprensión sobre los desplazamientos en un clima cambiante, también somos más conscientes de que sus efectos no se sienten de manera uniforme. Se calcula que mil millones de personas —el 15 % de la población mundial— viven con una discapacidad. Las desigualdades sociales, económicas y políticas que experimentan aumentan su exposición y vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático y a los desplazamientos por desastres. Se enfrentan a retos únicos antes, durante y después del desplazamiento, ya que a menudo se las excluye de los procesos de evacuación y encuentran barreras para acceder a la ayuda. Por ejemplo, según un representante de las personas con discapacidad de la ciudad somalí de Beledweyne, que se ve afectada regularmente por desplazamientos a causa de las inundaciones:

Las inundaciones son las que más afectan a las personas con discapacidad en esta ciudad. Casi el 30 % de las personas con discapacidad van a rastras para llegar a su destino. No hay vehículos para transportarlas, no hay sillas de ruedas que resistan el agua y la gente no está bien informada de sus necesidades[1].

La limitada disponibilidad de datos sobre las personas con discapacidad exacerba estos problemas y dificulta la evaluación de la inclusividad de las actividades de preparación y las respuestas al desplazamiento.

El Marco de Sendái

El Marco de Sendái para la reducción del riesgo de desastres 2015-2030 fue el primer acuerdo internacional para la reducción del riesgo de desastres (RRD) en hacer una referencia significativa a la discapacidad. Se hizo hincapié en la necesidad de empoderar a las personas con discapacidad para que desempeñaran un papel destacado en la evaluación, el diseño y la implementación de las medidas de RRD. Insta a las partes interesadas a defender los principios del diseño universal[2], garantizar que la información sobre los desastres sea accesible y recopilar datos desglosados por género, edad y discapacidad.

Un total de 187 Estados adoptaron el Marco de Sendái, y sus disposiciones sobre la discapacidad se han incorporado a marcos regionales, declaraciones y leyes nacionales en países como Japón e Indonesia[3]. Pero, a pesar de estos fuertes compromisos, su implementación ha sido lenta. Un examen de su implementación en Europa, por ejemplo, sacó a la luz que los compromisos sobre la inclusión de la discapacidad aún no se habían traducido en prácticas accesibles e inclusivas[4]. Evaluaciones similares a nivel mundial también han puesto de manifiesto la necesidad de aumentar los esfuerzos para desarrollar la capacidad de los Gobiernos de recopilar datos desglosados por discapacidad[5].

Pero hay señales de progreso. La Red para la Inclusión de la Discapacidad en la Reducción del Riesgo de Desastres (DiDRRN, por sus siglas en inglés) —un consorcio de organizaciones afines de personas con discapacidad (OPD, por sus siglas en inglés) y organizaciones de desarrollo y de socorro humanitario “convencionales” y centradas en la discapacidad— tiene como objetivo garantizar la participación significativa de las personas con discapacidad en las políticas y prácticas de RRD, conforme a los compromisos del Marco de Sendái[6]. Esta ha logrado varios hitos en la región de Asia y el Pacífico, como la formación de más de 1300 personas con discapacidad en habilidades inclusivas relacionadas con la RRD, la sensibilización de más de 6600 partes interesadas en la RRD sobre el riesgo y la discapacidad, y la mejora del liderazgo de 26 OPD en su participación en la RRD. La DiDRRN también elabora recursos prácticos y accesibles sobre la recopilación de datos desglosados por discapacidad. Los prometedores ejemplos de Bangladesh y Filipinas demuestran cómo los actores nacionales y locales están tomando medidas para reducir los riesgos relacionados con los desplazamientos y reforzar los planes de preparación. 

El fomento de la capacidad de recuperación de la comunidad en Bangladesh

En Bangladesh, uno de los países más propensos del mundo a sufrir desastres, el Centro para la Discapacidad en el Desarrollo (CDD) dirigió en 2019 un proyecto de sensibilización y preparación en la localidad de Baharchora Union, lugar que ha sufrido cinco grandes ciclones en los últimos 15 años[7]. El CDD colaboró con las autoridades locales y los miembros de la comunidad para posibilitar una serie de simulacros de desastres que promovían la inclusión de las personas con discapacidad en las actividades locales de gestión del riesgo de desastres (GRD). El repaso de los procedimientos críticos —como la evaluación de riesgos, los sistemas de alerta temprana accesibles y los protocolos de evacuación— brindó a los participantes la oportunidad de identificar a los colectivos de mayor riesgo y de delegar mejor las responsabilidades en situaciones de emergencia para garantizar que nadie se quede atrás.

En otros casos, la inclusión de la discapacidad en la capacidad de recuperación de la comunidad exige unas intervenciones integrales que atiendan a las necesidades de las personas con discapacidad antes de que se produzca un desastre. El CDD, la ONG CBM International y la ONG local Gana Unnayan Kendra colaboraron en el desarrollo de un programa en el distrito de Gaibandha, propenso a las inundaciones, para reforzar la capacidad local y situar a las personas con discapacidad y a los grupos de autoayuda que las representan en el centro de la RRD[8]. Se prepararon planes de acción de RRD basados en la comunidad e inclusivos con las personas con discapacidad, con una participación significativa de estas. Las personas con discapacidad recibieron dispositivos asistenciales y atención terapéutica para respaldar su participación en el proceso de RRD.

Los hogares de las personas con discapacidad que corrían más riesgo recibieron ayuda para la subsistencia, lo que les permitió utilizar parte de sus ingresos para reforzar sus casas contra las inundaciones. Se hicieron accesibles los refugios locales contra inundaciones y se construyó un bote de rescate accesible para uso de todos los miembros de la comunidad, incluidos los discapacitados, que pudiera evacuarlos con seguridad. El modelo de Gaibandha recomienda cinco intervenciones interrelacionadas para crear comunidades resilientes e inclusivas, como por ejemplo sensibilizar al Gobierno local sobre la GRD inclusiva. Los enfoques comunitarios que permiten a las personas con discapacidad involucrarse y participar en los procesos de planificación demuestran que son efectivos a largo plazo para cambiar la percepción sobre la discapacidad. 

La mejora de los procesos de evacuación y recopilación de datos en Filipinas

El Plan Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres de Filipinas (2020-2030) hace hincapié en que hay que atender las necesidades de las personas con discapacidad y reconocer y reforzar su capacidad y conocimientos. En la práctica, se han realizado esfuerzos para mejorar la inclusividad de los procesos de evacuación, especialmente por parte de los Gobiernos locales. 

La Red para la Inclusión de la Discapacidad en la Reducción del Riesgo de Desastres de Cebú, por ejemplo, dirige un equipo de personas con discapacidad para formar a los funcionarios sobre cómo integrar la inclusión en la preparación para casos de desastre[9]. Además de enseñarles lengua de signos a nivel básico, los formadores exponen soluciones sencillas que pueden adoptarse para mejorar la accesibilidad. Entre ellas se incluye añadir una luz centelleante a las alarmas de alerta temprana para ayudar a las personas con discapacidad visual, hacer accesibles las rutas de evacuación para las personas con movilidad reducida y garantizar que la información sobre el desastre esté disponible en formato de audio o de texto con letra grande. Además, realizan auditorías de accesibilidad en edificios de toda la provincia.

También se han realizado esfuerzos para fomentar una recopilación de datos más sistemática sobre las personas con discapacidad. Lanzado en 2018, el Sistema de Gestión de Datos Inclusivos (IDMS, por sus siglas en inglés) está diseñado para identificar a las personas con discapacidad y recopilar datos sobre sus necesidades, vulnerabilidades y capacidades antes, durante y después de los desastres[10]. El objetivo es apoyar el establecimiento de un sistema integral de gestión de datos a nivel municipal o local y mejorar los sistemas para abordar las necesidades específicas de las personas con discapacidad en todas las fases de la RRD.

Retos clave y formas de avanzar

Durante las consultas con profesionales que trabajan con personas con discapacidad desplazadas por desastres en Etiopía, Nepal y Somalia, se destacaron varios retos que están entorpeciendo la implementación efectiva de los compromisos en materia de discapacidad. La principal es la idea errónea de que una RRD que incluya a las personas con discapacidad será compleja y requerirá muchos recursos, lo que significa que es menos probable que se le dé prioridad. Los ejemplos de Bangladesh y Filipinas demuestran, sin embargo, que la mejora de la accesibilidad no suele exigir unos enfoques novedosos o complejos; muchas de las soluciones son sencillas, simplemente requieren una acción temprana. Como señaló un profesional de Nepal: 

“Tenemos que centrarnos más en la preparación... de modo que tengamos suficiente tiempo para pensar en la accesibilidad, la integridad física y la seguridad, y en otros problemas a los que puedan enfrentarse las personas con discapacidad”.

Además de reducir el riesgo de fallecimiento o lesiones, abordar los problemas de accesibilidad antes de la fase de respuesta de emergencia también será más eficiente y menos costoso a largo plazo. El principio de abordar las necesidades de las personas con discapacidad en la fase de diseño es pertinente a nivel global y a lo largo de las diferentes etapas del desplazamiento, debe incorporarse a las instalaciones de WASH (agua, saneamiento e higiene), y a los centros educativos y sanitarios en situaciones de desastre para que las personas con discapacidad puedan seguir accediendo a esos servicios a lo largo de su desplazamiento.

Al mismo tiempo, los profesionales señalaron la tendencia de los Gobiernos y los actores humanitarios a ver a las personas con discapacidad como un grupo homogéneo, pero sus riesgos, necesidades y experiencias son diversos. Por tanto, es fundamental adoptar un enfoque interseccional y entender cómo el género, la edad, la etnia, el tipo de discapacidad, el nivel socioeconómico y otras características de una persona influyen en la forma en que se ve afectada por el desplazamiento. Aumentar la recopilación de datos desglosados por discapacidad puede ayudar a comprender mejor lo diversas que son sus necesidades y a implementar las intervenciones adecuadas.

Por último, los profesionales destacaron que sigue faltando en gran medida una participación significativa de las personas con discapacidad y que se les consulte a la hora de planificar y tomar decisiones sobre los desplazamientos. Los ejemplos de Bangladesh y Filipinas ponen de relieve el papel fundamental que pueden desempeñar las personas con discapacidad en la reducción de los riesgos relacionados con el desplazamiento, también mediante proyectos de formación e incidencia política. Empoderar a las comunidades para que lideren las actividades de RRD y las estrategias de adaptación al clima, ayudando a concienciar sobre la discapacidad como un concepto complejo y dinámico, también contribuye a luchar contra el estigma y los conceptos erróneos a los que se enfrentan las personas con discapacidad.

 

Yusra Uzair yusra.uzair@alumni.lse.ac.uk

Consultora, Banco Mundial

 

Louisa Yasukawa louisa.yasukawa@idmc.ch

Investigadora, Observatorio de Desplazamiento Interno

 

Nazmul Bari nazmul.bari@yahoo.com

Director, Centro para la Discapacidad en el Desarrollo

 

Este artículo se ha beneficiado de los conocimientos que han compartido generosamente los profesionales de Humanity & Inclusion Etiopía, la National Federation for the Disabled Nepal (NFDN) y la Somali Disability Empowerment Network (SODEN).

 

[1] IDMC (2021) The impacts of displacement: Flood displacement in Beledweyne, Somalia www.internal-displacement.org/publications/impacts-of-displacement-flood-displacement-in-beledweyne-somalia

[2] El diseño de productos y servicios para que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación o de un diseño especializado.

[3] Véase, por ejemplo, Gobierno de Indonesia (2016) Undang-undang Republik Indonesia Nomor 8 Tahun 2016 tentang penyandang disabilitas www.dpr.go.id/dokjdih/document/uu/1667.pdf

[4] UNDRR Europa (2018) EFDRR 2015-2020 ROADMAP Review www.preventionweb.net/files/57664_efdrrroadmapreview.pdf

[5] Véase, por ejemplo, UNDRR (2020) Status Report on Target E Implementation www.undrr.org/publication/status-report-target-e-implementation-2020

[6] https://sendaicommitments.undrr.org/commitments/20190219_001

[7] www.didrrn.net/inclusive-disaster-preparedness-in-baharchora/internal/

[8] CBM (2018) The Gaibandha Model for disability-inclusive disaster risk reduction www.cbm.org/fileadmin/user_upload/DRR_Booklet_FINAL_-_Online_10MB.pdf

[9] Clarin CB (2021) “Disability inclusiveness vital to risk reduction in the Philippines” PreventionWeb www.preventionweb.net/blog/disability-inclusiveness-vital-risk-reduction-philippines

[10] Centro de Preparación para Casos de Desastres (2021) Inclusive Data Management System Guidebook https://issuu.com/cdpfoundation/docs/idms_guidebook_guidebook_digital_

 

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