Llegadas y muertes de migrantes en el Mediterráneo: ¿Qué nos dicen realmente los datos?

La mirada del sector político y los medios de comunicación se centra en el número de llegadas y muertes de migrantes. Existen problemas con los datos en ambas categorías.

Al analizar las cifras de las llegadas y muertes en el Mediterráneo es importante preguntarse qué tan sólidos son los datos y qué representan. Si queremos estructurar y documentar con mayor precisión los desafíos políticos que afronta Europa, es fundamental que los datos sean de buena calidad, que sean lo más completos posible y que sus limitaciones sean entendidas plenamente.

Datos de las llegadas

Los principales titulares que sugieren que más de 900.000 migrantes han llegado a las costas de los países mediterráneos en 2015 han captado el interés de los medios de comunicación y de los sectores políticos. Estos datos sobre las llegadas se han calculado a partir de fuentes oficiales y por lo general se recopilan en las fronteras. Pueden incluir estimativos de cruces fronterizos ilegales, intentos de cruzar una frontera, detenciones, negaciones de entrada, registros iniciales de intención de solicitar asilo y solicitudes de asilo realizadas. Algunas veces los datos son una mezcla de datos de flujos y de stock y pueden referirse a diferentes períodos de tiempo. Por otra parte, el uso de fuentes administrativas implica que los datos pueden reflejar los cambios en los patrones de migración, pero también los cambios en las prácticas de control fronterizo. Los datos pueden estar relacionados con el número de eventos, en lugar del número de personas, por ello es posible que se realice una doble contabilidad, por ejemplo, cuando una persona es detenida dos veces. En otros casos, puede producirse un subconteo cuando los migrantes cruzan una frontera sin ser detectados. Incluso en un solo país, la combinación de datos de diferentes fuentes produce solamente una aproximación de una medida. Cuando se combinan las cifras de diferentes países, las incertidumbres se agravan.

Sin embargo, la creciente utilización en los últimos años de las mismas fuentes y definiciones implica que existe cierta coherencia y que no cabe duda de la magnitud del aumento de las llegadas en comparación con los años recientes. Las cifras se han más que cuadruplicado de 220.000 en 2014 a casi 900.000 en los primeros once meses de 2015[1]. Los datos recopilados periódicamente sobre el perfil socioeconómico de los migrantes que llegan a Europa son necesarios para diseñar políticas apropiadas. Los datos de las llegadas nos dan una idea de cuántos llegan y de dónde provienen, pero existen pocos informes periodísticos sobre los conocimientos y la educación de los migrantes –lo que perpetúa la impresión que con frecuencia transmiten los medios de comunicación acerca de que Europa tiene que absorber un creciente número de personas que huyen de los conflictos y la pobreza, que tienen relativamente poco que ofrecer al continente. Sin minimizar la necesidad de protección, la realidad es que muchos de los migrantes están más capacitados y formados de lo que comúnmente se percibe.

Los migrantes que mueren raramente son identificados

Al igual que en 2014, se ha demostrado que cruzar el Mediterráneo es extremadamente peligroso, ya que le ha costado la vida a más de 3550 personas en los primeros once meses de 2015, varios cientos más del total del año 2014[2]. A pesar del aumento de los flujos en la ruta oriental del Mediterráneo, la ruta central del Mediterráneo sigue siendo con creces la más peligrosa de las dos. En 2015, más del 80% de las muertes en el Mediterráneo tuvieron lugar en esta ruta, cerca de 2 muertes por cada 100 migrantes que intentaron cruzar[3]. Por otro lado, en el momento en que se escribe este artículo, en el Mediterráneo oriental se han producido más de 590 muertes, es decir, cerca de 2 muertes por cada 2500 viajeros[4].

 

Si bien los datos que tenemos muestran una devastadora pérdida de vidas, las cifras en sí mismas y las metodologías utilizadas en su recopilación están llenas de errores y desafíos. Existen diversas razones para ello; algunas son inherentes a la naturaleza de la migración irregular, mientras que otras están relacionadas con los métodos de recopilación de datos y las fuentes de información utilizadas. Las inherentes a la naturaleza del movimiento clandestino incluyen la falta de listas detalladas de los pasajeros de los barcos de migrantes, la práctica de los migrantes de desechar los documentos de identidad, y los complejos viajes​​ que emprenden, con frecuencia a través de múltiples países. Además, existen otros desafíos como rastrear las muertes a lo largo de las rutas migratorias en otras partes del mundo, debido principalmente a la lejanía del terreno recorrido.

Los datos sobre las muertes no son recopilados de manera sistemática por Frontex ni por los gobiernos nacionales, y los datos recopilados por los guardacostas no suelen presentar información demográfica. Por ello se deben utilizar diversas fuentes para tratar de reconstruir una imagen más completa. Estas pueden incluir medios de comunicación y aquellas organizaciones internacionales y ONG que trabajan en la recepción de supervivientes. En otras zonas del mundo, las fuentes de datos sobre muertes de migrantes son mucho más escasas y casi toda la información procede de medios de comunicación, ONG y, en ocasiones, institutos forenses. No existe un enfoque normalizado para la recopilación de los datos sobre las muertes, ni una definición común sobre qué constituye una muerte relacionada con la migración o relacionada con las fronteras. Debido a todos estos desafíos, las cifras pueden diferir entre organizaciones como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y también entre las ONG europeas.

Los datos que existen son muy incompletos, carentes de toda la información demográfica básica sobre cada individuo, como la nacionalidad, edad, sexo, causa de muerte y si el cuerpo fue identificado o no. Esto se debe en parte a la falta de información –la mayoría de los cuerpos se pierden en el mar y solo quedan estimaciones aproximadas sobre su procedencia y su género. El hecho de que las cifras de los desaparecidos generalmente sean estimaciones basadas en los testimonios de los supervivientes, que con frecuencia no saben cuántas personas iban a bordo del barco, también se suma a las discrepancias entre los datos publicados por diferentes organizaciones.

Cuando grupos enteros de personas mueren en el mar, las familias en los lugares de origen no pueden saber si sus familiares llegaron a la costa, perecieron en la travesía marítima o perdieron el contacto por otras razones. No se sabe cuántas muertes quedan sin ser reportadas. Aun cuando después de los naufragios en el Mediterráneo se realizan estimaciones de los desaparecidos, es muy frecuente que no se encuentren los cuerpos. Incluso si se consideran sólo los cuerpos recuperados en el mar, una reciente base de datos de rastreo de las muertes en el Mediterráneo desde 1990 ha concluido que de los cuerpos que llegaron al sur de Europa, casi dos tercios no habían sido identificados[5]. Ha habido poca discusión acerca de cómo mejorar la identificación y poca cobertura de las consecuencias para las familias que se quedaron, quienes con frecuencia no saben si sus familiares están vivos o muertos[6].

 

En conclusión…

Los datos sobre migración son citados cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación y se utilizan para enmarcar los debates sobre políticas migratorias en Europa. Dado que la manera en que son presentados estos datos puede influir la percepción pública sobre la migración en Europa y sobre las respuestas de los responsables políticos, es importante que se presenten con claridad y precisión.

 

 

Frank Laczko flaczko@iom.int

Director, Centro de Análisis de Datos sobre la Migración Mundial, Organización Internacional para las Migraciones

 

Ann Singleton asingleton@iom.int

Investigadora Superior, Escuela de Estudios Políticos, Universidad de Bristol, adscrita al Centro de Análisis de Datos sobre la Migración Mundial, Organización Internacional para las Migraciones

 

Tara Brian tbrian@iom.int

Oficial de Investigación, Centro de Análisis de Datos sobre la Migración Mundial, Organización Internacional para las Migraciones

 

Marzia Rango MRango@iom.int

Oficial de Investigación, Centro de Análisis de Datos sobre la Migración Mundial, Organización Internacional para las Migraciones www.iom.int

 


[1] Los datos de 2014 son de Frontex; los datos de 2015 son una estimación de la OIM basada en datos de los gobiernos pertinentes.

[2] OIM, Proyecto de Migrantes Desaparecidos, disponible en inglés, http://missingmigrants.iom.int.

[3] OIM, Proyecto de Migrantes Desaparecidos; los datos de las llegadas son una estimación de la OIM basada en datos de los gobiernos pertinentes.

[4] OIM, Proyecto de Migrantes Desaparecidos.

[5] Vrije Universiteit Amsterdam, proyecto Costos humanos del control de fronteras www.borderdeaths.org.

[6] Ver Grant, S. (2011) ‘Identidad desconocida’: migrantes que mueren en el mar, Revista Migraciones Forzadas No. 38, www.fmreview.org/es/tecnologia/grant

 

 

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