Medición factible del aprendizaje en situaciones de emergencia: enseñanzas de Uganda

Un nuevo instrumento de evaluación ayuda a comprender rápidamente el conjunto de necesidades de los alumnos desplazados.

Las evaluaciones que actualmente se están llevando a cabo sobre la educación en situaciones de emergencia se centran en el acceso o buscan comprender la experiencia y la formación de los docentes, en lugar de examinar detenidamente las experiencias y el aprendizaje de los menores[1]. Muchas de las evaluaciones internacionales y nacionales son largas y requieren contar con personal altamente formado que se encargue de recopilar datos, y a menudo no hay nadie disponible justo después de que tenga lugar el desplazamiento. La falta de evaluaciones rigurosas pero factibles que se puedan llevar a cabo en la programación de la educación en situaciones de emergencia (EiE, por sus siglas en inglés) significa que la información sobre las lagunas en el aprendizaje de los menores y sobre las repercusiones de los programas de EiE suelen ser limitadas.

La Evaluación holística de los resultados del aprendizaje y el desarrollo (HALDO, por sus siglas en inglés) está diseñada para llenar esas lagunas de conocimiento[2]. Permite a los profesionales entender las necesidades de los estudiantes de 4 a 12 años en lo que respecta a cuatro dominios de conocimiento: alfabetización, capacidad de cálculo, aprendizaje social y emocional (SEL, por sus siglas en inglés) y función ejecutiva[3]. HALDO también incluye cuestiones sobre demografía y características del hogar, estatus socioeconómico, entorno de aprendizaje en casa y discapacidad[4].

En 2018, HALDO se llevó a cabo de forma experimental en 32 centros educativos y escuelas gestionados por Save the Children y Windle International Uganda en los asentamientos de refugiados de Rwamwanja y Kyangwali en la zona occidental de Uganda. Debido a la reciente afluencia a ambos asentamientos de refugiados procedentes de la República Democrática del Congo (RDC) y a la diversidad de lenguas de origen en que se expresan (se contaron 24 lenguas maternas), a las escuelas les resulta especialmente difícil adaptarse a los alumnos.

Problemas de implementación

Nos encontramos con que HALDO nos ofrecía una medición fiable y válida de los diferentes dominios del aprendizaje y desarrollo de los menores de esos asentamientos. En este artículo nos centraremos en tres retos a los que nos enfrentamos durante el proyecto piloto y que tienen que ver con su aplicación práctica.

Idioma: Tras debatirlo con los organizadores de la comunidad detectamos que el inglés, el suajili y el kinyabusha/kinyarwanda eran las lenguas más apropiadas para la evaluación. Fue necesario que la mayoría de los evaluadores hablaran las tres con fluidez ya que las escuelas no estaban separadas por lenguas. Además, los evaluadores se encontraron con que la traducción al suajili no utilizaba un lenguaje adaptado a los niños; en vez de dejar que los evaluadores reformulasen las preguntas durante las evaluaciones, tuvimos que revisar la redacción de cada uno de los puntos durante la formación para garantizar que se usase una terminología adecuada y coherente. En reconocimiento de la diversidad lingüística, quienes lleven a cabo futuras evaluaciones deberán realizar un mapeo más exhaustivo de los idiomas antes de traducir la herramienta, crear un marco de muestreo basado en las lenguas habladas, contratar a evaluadores que las hablen con fluidez y recomendar que los traductores trabajen con los miembros de la comunidad para incorporar un lenguaje adaptado a los niños.

La formación de los evaluadores: Implantamos un modelo piloto de “formación acelerada para evaluadores” que puede emplearse en los programas educativos en situaciones de emergencia que cuenten con un tiempo y unos recursos limitados. El proyecto piloto en Uganda puso de relieve los retos que conlleva este modelo, entre los que cabe destacar que la consecuencia de implementar este tipo de formación puede hacer que las puntuaciones de los evaluadores sean menos fiables, porque puede que no haya habido tiempo suficiente para que desarrollen una comprensión uniforme de la evaluación y su uso. El modelo piloto nos ayudó a identificar una serie de preguntas específicas con las que los evaluadores tuvieron dificultades —como las tareas cronometradas y la decisión acerca de qué respuestas son apropiadas o no para las preguntas de los SEL—, por lo que pudimos modificar la formación acelerada de evaluadores para ayudarles a entender mejor estas áreas y cómo debían puntuar las respuestas.

La respuesta de los facilitadores: Uno de los objetivos de HALDO es proporcionar a los docentes y facilitadores información completa sobre las brechas de aprendizaje de los menores con los que trabajan, y el proyecto piloto subrayó su importancia. Una forma de respaldar esta respuesta sería  relacionar los resultados de la evaluación con contenidos de aprendizaje adaptados para garantizar que la identificación de las necesidades de aprendizaje y desarrollo vayan acompañadas de instrucciones concretas acerca de los materiales didácticos más adecuados para satisfacerlas.

En el perfeccionamiento continuo de HALDO se incluye la creación de directrices sobre cómo adaptar y traducirlo mejor y la mejora de la formación para los evaluadores para que la herramienta pueda desplegarse rápidamente nada más producirse el desplazamiento. Mediante pruebas y análisis adicionales, utilizaremos los hallazgos de HALDO para fundamentar nuestras recomendaciones a los docentes y facilitadores que trabajan con menores en situaciones de desplazamiento forzado con el objetivo de garantizar que la educación que se impartirá satisfaga mejor sus necesidades.

Nikhit D’Sa ndsa@savechildren.org

Director, Investigación, Evaluación y Aprendizaje

 

Allyson Krupar akrupar@savechildren.org

Especialista Sénior, Investigación sobre el Aprendizaje

 

Clay Westrope cwestrope@savechildren.org

Especialista Sénior, Investigación sobre el Aprendizaje

 

Save the Children www.savethechildren.org

 

[1] Para obtener más información sobre el “buen aprendizaje” en situaciones de desplazamiento, véase Krupar y Anselme en este número.

[2] Para obtener más información sobre HALDO, envíe un correo electrónico a learningassessment@savechildren.org.  

[3] La alfabetización mide factores como el vocabulario, saber reconocer las letras, la precisión de lectura y la comprensión lectora. La capacidad de cálculo mide parámetros como saber contar, reconocer los números, sumar y restar, y los problemas de matemáticas. SEL mide el autoconcepto y la empatía. La función ejecutiva mide la memoria a corto plazo y la memoria funcional a través de preguntas sobre secuencias numéricas.

[4] HALDO incluye tres preguntas sobre discapacidad que se basan en el Short Set on Functioning (Breve cuestionario sobre funcionalidad) del Washington Group http://www.washingtongroup-disability.com/wp-content/uploads/2016/12/WG-Document-2-The-Washington-Group-Short-Set-on-Functioning.pdf

 

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