Diferencia e influencia de la fe: asistencia a los refugiados en Ghana y Kenia

Un estudio de caso de Ghana evalúa la importancia de una respuesta religiosa a los desplazamientos en África occidental, mientras que un ejemplo de Kenia pone de relieve los problemas que pueden surgir en la colaboración entre organizaciones seculares y religiosas. 

Las organizaciones confesionales han sido fundamentales para la respuesta de Ghana a la crisis de los refugiados de Liberia. Las Iglesias cristianas evangélicas y pentecostales, dirigidas por los refugiados y los ghaneses, fueron las primeras en responder y luego ofrecieron un plan de reserva cuando la ayuda oficial se redujo drásticamente. Cuando los primeros liberianos huyeron a Ghana en 1990, Ghana no tenía la infraestructura humanitaria oficial para hacer frente a lo que se convertiría en una gran crisis con la llegada de más de 30.000 refugiados liberianos. En la mayoría de los casos, el Consejo Cristiano de Ghana –que consta de 15 Iglesias cristianas de larga data en Ghana, como la Iglesia presbiteriana– fue fundamental para la prestación de ayuda a los refugiados en las primeras etapas de la crisis.

Las comunidades eclesiásticas y sus miembros a nivel individual proporcionaron alojamiento, comida y otros artículos de socorro antes de que el gobierno de Ghana formara un comité sobre refugiados y designara al recinto de Gomoa Buduburam, en la Región Central de Ghana, como campamento de refugiados. Después de que el gobierno de Ghana solicitó la asistencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y el proceso de ayuda y registro se volvió más estandarizado, las organizaciones religiosas desempeñaron un importante papel en la mejora de las condiciones en el campamento.

Muchos de los refugiados liberianos que llegaron a Buduburam eran carismáticos bautistas, una religión que hizo eco en la religiosidad de los equipos de intervención temprana de Ghana y las ONG evangélicas. A pesar de que la respuesta humanitaria general a la crisis de los refugiados estuvo plagada de problemas, los esfuerzos de asistencia religiosa en Buduburam encontraron una respuesta positiva, precisamente porque podían enmarcarse en un marco religioso comúnmente compartido. Por otra parte, muchos liberianos en Buduburam recurrieron a su religiosidad para explicar el pasado, movilizar recursos para el futuro, crear redes de intercambio económico y promover la reconciliación entre los grupos étnicos. En previsión de los percibidos beneficios de la religiosidad pentecostal, innumerables liberianos se unieron a las Iglesias pentecostales y evangélicas del campamento. Los refugiados liberianos contactaron a miembros de la Iglesia en el extranjero, sobre todo en los EE.UU., para solicitar apoyo financiero para sus Iglesias, becas para los feligreses y algunos servicios sociales. Hoy en día, muchos de los pocos proveedores de ayuda que quedan en el campamento son religiosos.

Diferencia de creencias

En contraste con el éxito que han tenido las organizaciones religiosas en Ghana, la investigación en el oriente de África pone de relieve las formas en que un enfoque religioso aplicado a la asistencia humanitaria puede causar problemas en la implementación de los programas o en la prestación de servicios a los refugiados, en particular cuando las creencias religiosas de la organización y su empleados están en contraste con los objetivos del proyecto.

Muchos de los socios implementadores de organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan con el ACNUR en los campamentos de refugiados en el oriente de África son organizaciones religiosas; algunas son grandes organizaciones internacionales, mientras que otras son locales. En un campamento de refugiados en particular, gran parte de la educación y divulgación sobre salud sexual y reproductiva es gestionada y dirigida por una organización religiosa local cristiana, como socia implementadora del ACNUR. Una organización internacional laica, que no había estado activa previamente en el campamento, intentó poner en práctica una campaña de salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes, en la cual las dos organizaciones capacitarían conjuntamente a trabajadores comunitarios refugiados para educar a los miembros de sus comunidades de refugiados en temas de salud sexual y reproductiva que concernían a los refugiados adolescentes.

El objetivo de la ONG internacional era educar a los jóvenes refugiados en temas como las infecciones de transmisión sexual y la planificación familiar. Sin embargo, las dos organizaciones tenían diferentes creencias con respecto a las relaciones sexuales prematrimoniales, el uso de anticonceptivos, el comercio sexual y la homosexualidad. La organización laica estaba más preocupada por la protección de la salud de los adolescentes a través del fomento del uso de anticonceptivos para protegerse de las ITS y los embarazos no deseados. El personal de esta organización no expuso creencias particulares a favor o en contra de la homosexualidad, el comercio sexual o el sexo entre adolescentes/prematrimonial. A diferencia de este enfoque, el personal de la organización religiosa expresó su creencia de que los adolescentes son demasiado jóvenes para casarse y que no deben tener relaciones sexuales prematrimoniales; su enfoque hacia la salud sexual y reproductiva de los adolescentes era alentar la abstinencia hasta el matrimonio tanto como sea posible y sólo recurrir a prácticas sexuales seguras cuando estas medidas fallaran.

Las firmes creencias acerca de la sexualidad y la reproducción no están, por supuesto, restringidas a las organizaciones religiosas o a su personal. La sexualidad y la reproducción son ​​temas muy controvertidos vinculados a nociones de moralidad, pureza y salud pública. Pero no es de extrañarse que una organización secular y una organización religiosa puedan estar en desacuerdo sobre los enfoques de salud sexual y reproductiva de los adolescentes. Una diferencia de este tipo podría fácilmente reducir el éxito del logro de los objetivos del proyecto, dar información contradictoria a los refugiados y, en última instancia, empeorar los resultados de salud sexual y reproductiva de los adolescentes.

 

Elizabeth Wirtz wirtz@purdue.edu y Jonas Ecke jecke@purdue.edu son candidatos a doctorado[1] en el Departamento de Antropología de la Universidad de Purdue. www.purdue.edu



[1] Financiación generosamente proporcionada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico, el Instituto Kellogg de Estudios Internacionales, la Fundación Nacional para la Ciencia, el Colegio de Artes Liberales de Purdue y la Fundación de Investigación de Purdue.

 

 

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