Cuando los dos mares se encontraron: reubicación preventiva y autogestionada de la comunidad Nova Enseada en Brasil

Una colaboración entre miembros de la comunidad e investigadores analiza la forma en que una comunidad costera tradicional de Brasil superó los desafíos ambientales y legales para gestionar su propia reubicación.

La Isla de Cardoso en el estado de São Paulo, en la costa sudeste de Brasil, es el hogar de la comunidad de Enseada da Baleia. Como pueblo caiçara, sus medios de vida dependen de las características particulares del lugar en el que viven, y entre ellos se incluye la agricultura itinerante, la pesca artesanal, el extractivismo, el turismo comunitario y las actividades artesanales. Enseada está situada entre dos mundos: el mar y el estuario. Esta ubicación física forma parte de su identidad tradicional, pero también ha contribuido a la vulnerabilidad socioambiental de la comunidad a lo largo de los años.

La isla se ha visto afectada durante mucho tiempo por la erosión causada por la fuerza destructiva de un mar cada vez más impredecible. Además, su nombramiento en 1962 como parque estatal de conservación provocó la expulsión de muchas comunidades caiçaras y hace que, para las que siguen estando allí, sea difícil mantener un modo de vida sostenible. Tras varios años, la combinación de estas fuerzas destruyó el lugar donde se encontraba Enseada, dividiendo la isla en dos y obligando a la reubicación de las comunidades.

La decisión de reubicarse

“Necesitamos comenzar de nuevo, nuestra familia es un gran árbol y necesita ir a un nuevo lugar y plantar sus raíces”. Malaquias Cardoso[1]

Según los miembros de Enseada, los efectos de la erosión comenzaron a volverse críticos en la década de los 90, lo que les llevó a construir un muro de contención. En 2008, la Fiscalía del Estado inició una investigación sobre la situación y, en 2013, la Fundación Forestal —la administradora del parque— instituyó un grupo de trabajo para monitorear el área. La Defensoría Pública del Estado comenzó a participar en las reuniones del grupo de trabajo a petición de la comunidad para garantizar que se respetara el derecho a permanecer en la isla, en vista de los debates que se estaban celebrando acerca de una posible reubicación. Sin embargo, estos primeros intentos de organizar la reubicación no dieron ningún fruto.

Entre 2015 y 2016, el proceso erosivo se aceleró como consecuencia de fuertes y frecuentes oleajes, lo que provocó que se redujera la franja de arena que separa el canal del mar abierto de 22 a 12 metros. En octubre de 2016, una resaca intensa redujo a dos metros el cordón arenoso y eso empujó a la comunidad a iniciar el proceso de reubicación. La ruptura total del cordón de arena dejaría a la comunidad sumergida en cuestión de horas. Su única opción era marcharse. La gran pregunta era cómo reunir el valor para abandonar el único hogar que conocían, y fueron necesarias muchas negociaciones y consultas con la comunidad para llegar a un acuerdo.

Los criterios para elegir una nueva zona de la isla donde reubicarse fueron la seguridad (desde el punto de vista geográfico) y la posibilidad de mantener las actividades tradicionales y la generación de ingresos sostenibles. A petición de la comunidad, se corroboró la viabilidad de la nueva ubicación mediante un estudio realizado por un grupo de investigadores[2]. El vínculo personal con el territorio fue lo que finalmente determinó su identificación, ya que había sido habitado en el pasado por la antigua matriarca, quien aseguraba que contaba con todos los recursos esenciales: agua potable, árboles frutales y lugares de pesca.

Dificultades

Las autoridades estatales y municipales ofrecieron dos soluciones a los miembros de Enseada: la integración dentro de otra comunidad de la isla o el traslado a la periferia de la ciudad más próxima. Ambas opciones fueron rechazadas por la comunidad, ya que básicamente cambiarían sus relaciones (tanto dentro de la comunidad como con otras comunidades), su estilo de vida, sus tradiciones y su sistema de organización sociopolítica. Desde 2010, la comunidad se había venido organizando de acuerdo con un sistema de feminista de economía solidaria, que ha sido clave en el proceso de reubicación. 

La autorización para que la misma comunidad  pudiera organizar su propia reubicación solo se produjo tras un difícil proceso en el que intervinieron la Defensoría Pública, la Fiscalía y la Secretaría del Medio Ambiente. La negociación de la reubicación dentro de un área de conservación, especialmente en un entorno político nacional que cuestiona los derechos de las comunidades tradicionales, era extremadamente difícil. Fue necesario reunir a las diferentes entidades involucradas, obtener el apoyo de los organismos públicos y hacer un llamado a la sociedad en general para lograr un diálogo efectivo con los organismos de gestión del parque. Toda esta articulación fue llevada a cabo por las mujeres de Enseada, que se habían organizado como la Asociación de Residentes de Enseada da Baleia (AMEB, por sus siglas en portugués).

“Pueblo que trabaja no se cansa porque todo es para el bien común”. Jorge Cardoso

A pesar de haber recibido autorización no hubo ayuda financiera por parte del Estado, obstáculo que fue sobrellevado por la comunidad gracias a su creatividad, solidaridad, tradiciones y mucho trabajo. La AMEB organizó la división de los terrenos para las viviendas y estableció una pirámide de prioridades en la que se colocó a los más vulnerables en primer lugar. Toda mejora de las estructuras originales de las viviendas debía negociarse con los administradores del parque, ya que no estaba permitido exceder el número original de metros cuadrados de cada una de las casas que se reconstruyeran en la nueva ubicación.

Estrategias

Para lograr sus objetivos, la comunidad convocó mutirões, un sistema de movilización colectiva para alcanzar un objetivo común basado en la ayuda mutua y gratuita. Los cuales vieron la participación de la comunidad extendida (turistas, amigos y familiares de otras regiones y países). A través de estas redes comunitarias, se recaudaron fondos para cubrir los costos de las actividades y los materiales de construcción y se organizó su transporte.

“Sin recursos, comienza la prueba: hay que comprar y transportar el material... Todo eminentemente bajo un régimen de mutirões”. Tatiana Cardoso

A lo largo del proceso, todos los miembros de la comunidad dedicaron cada día a reconstruir sus casas, una labor que les impidió buscar cualquier otra actividad generadora de ingresos. Las mujeres trabajaban la tierra, cocinaban para la comunidad y calmaban a los niños que echaban de menos sus hamacas en los árboles. La salud de muchas personas se deterioró debido al esfuerzo físico y emocional requerido.

Las personas mayores llevaban tiempo viviendo con el temor de la reubicación, pero para los jóvenes supuso una época de renovación y de oportunidad de buscar y utilizar nuevas fuentes de conocimiento. Esto atrajo a jóvenes de la comunidad que habían emigrado a las ciudades en busca de trabajo. La comunidad veía su labor como un ejemplo de resistencia en el que las tradiciones se combinaban con la capacidad de reinventar habilidades. La comunidad se instaló en este nuevo lugar llamado Nova Enseada en junio de 2017. Para cuando la fuerza del mar finalmente quebró la franja de arena en agosto de 2018 y destruyó gran parte de las antiguas posesiones de la comunidad, esta ya había alcanzado con éxito un nuevo comienzo.

Nuevos desafíos

“Mucha tristeza me da salir de aquí, pero estamos obligados por el peligro”. Erci Malaquias (antigua matriarca)

Los efectos de la crisis climática continúan modificando la dinámica de la pesca, la salinidad del agua y la vegetación de la isla. Otras comunidades que viven en ella también están experimentando cambios y está comenzando una nueva era: la del diálogo entre las comunidades en un intento por comprender lo que está sucediendo. Al continuar la labor que se ha iniciado, y con el espíritu de solidaridad creado a través de este largo y difícil proceso de reubicación, los isleños albergan la esperanza de hallar la forma de proteger su comunidad antes de que una nueva crisis surja. En la actualidad, tienen previsto seguir defendiendo su territorio, especialmente frente a la especulación del sector privado y de la propuesta respaldada por el Estado de privatizar la gestión de la isla que amenazan la integridad del territorio, la vida y la permanencia de las comunidades caiçaras en la Isla de Cardoso.

¿Qué hemos aprendido?

“Cada comunidad tiene su estilo, su manera de trabajar, su manera de vivir”. Antonio Mario Mendonça

La experiencia de la comunidad de Nova Enseada es un caso exitoso de reubicación que ha sido posible gracias a años de empoderamiento y de concienciación política. Pero también es un caso de injusticia climática por su abandono por parte del Estado. A pesar de la aceptación a nivel mundial sobre la necesidad de reconocer y proteger a los afectados por los efectos del cambio climático, muchas comunidades locales siguen siendo invisibles por varias razones. En el caso de Enseada identificamos las siguientes:

Invisibilidad legal: La falta de gobernanza normativa e institucional para estos contextos hizo que la comunidad tuviera que elaborar una serie de estrategias ad hoc. Esta invisibilidad legal aumenta la vulnerabilidad y la precariedad de la comunidad, exacerbada por el estrés emocional y económico y por los conflictos entre las distintas partes que participan directa o indirectamente (comunidades vecinas, gestión del parque y autoridades locales).

Invisibilidad política: La estrategia de autoidentificación como población tradicional caiçara que experimentaba una situación de vulnerabilidad frente a las fuerzas de la naturaleza fue esencial en su lucha por permanecer en el territorio y asegurarse de que el Estado respetara su identidad, cultura y derechos. La sabiduría tradicional combinada con los estudios académicos y científicos confluyó en la armonización de los diferentes sistemas de conocimiento para facilitar una reubicación efectiva y más justa. La utilización de mutirões demostró que las soluciones basadas en la comunidad son menos intrusivas y más eficientes que las estrategias creadas con un enfoque de arriba a abajo. Y de estas prácticas surgió una capacidad intercomunitaria para sobrellevar los riesgos y obstáculos compartidos. Sin embargo, la falta de respuesta política por parte del Estado a las frecuentes tormentas y a la incesante erosión que obligó a llevar a cabo esta reubicación demuestra que hay una falta de correspondencia entre la narrativa en los escenarios internacionales y las realidades locales.

Invisibilidad emocional: Las autoridades locales no tuvieron en cuenta las repercusiones emocionales. Los miembros de la comunidad de Enseada sabían que era crucial no perder el ánimo durante el proceso de reubicación y que todos se sintieran incluidos en la toma de decisiones. Asimismo, admitieron que dicho proceso no estaría completo hasta que no hubieran reconstruido las mismas estructuras físicas que antes, pero también hasta que no hubieran aprendido a comprender y a adaptarse al entorno cambiante, y a crear recuerdos que les vincularan con el nuevo lugar.

“Yo voy con mi corazón partido… Fue aquí donde nosotros nos creamos, nos unimos y se vivió lo que se tenía que vivir”. Débora Mendonça

 

Giovanna Gini g.a.gini@qmul.ac.uk
Doctoranda, departamento de Geografía, Universidad Queen Mary, Londres www.qmul.ac.uk

Tatiana Mendonça Cardoso enseadadabaleia@gmail.com
Estudiante de Ciencias Sociales, residente caiçara de la Comunidad Enseada da Baleia e integrante del Grupo de Mujeres Artesanas de la Enseada da Baleia (MAE), Ilha do Cardoso, Brasil

Erika Pires Ramos contato.resama@gmail.com
Doctora en Derecho Internacional, Universidad de São Paulo; fundadora e investigadora de la Red Sudamericana para las Migraciones Ambientales (RESAMA) https://resama.net

 

[1] Todas las citas son de miembros de la comunidad y fueron extraídas de los siguientes registros audiovisuales: Tomorrow has come oamanhaehoje.com.br/eng/; Vazantes curtadoc.tv/curta/cultura-popular/vazantes/; Alta da maré expulsa pescadores de vila centenária www.youtube.com/watch?v=NrRdQ-8EDs4; Ajude a Nova Enseada! Ilha do Cardoso www.youtube.com/watch?v=qu1b5AhfWIc&feature=youtu.be

[2] Basado en el NUPAUB, centro de investigación de la Universidad de São Paulo. NUPAUB-USP (2016) “Informe de evaluación técnica del área de reasentamiento de la comunidad de Enseada da Baleia bajo los aspectos de seguridad antropológica, ambiental y geológica frente al proceso de erosión en la Isla de Cardoso”, Cananéia-SP, Processo Administrativo de Tutela Coletiva No. 07/15/PATC/CDR/DPVR/UR

 

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