La visión de los indígenas sobre las cuestiones de género, el poder y los desplazamientos relacionados con cuestiones climáticas

Los pueblos indígenas, a lo largo de la subregión del Gran Mekong, están empleando una serie de estrategias para responder a los efectos del cambio climático y a los desplazamientos relacionados con cuestiones climáticas.

Los efectos del cambio climático son peores para quienes viven más cerca de su hábitat natural. Los pueblos indígenas de la subregión del Gran Mekong, en el Sudeste Asiático, ven amenazados sus medios de subsistencia y su forma de vida tradicional, y se están viendo obligados a migrar como estrategia de adaptación. En el seno de estas comunidades, las mujeres cargan con la mayor parte del trabajo de adaptación, ya que, culturalmente, son las responsables del suministro de alimentos y del cuidado del ganado.

En este contexto, la iniciativa Climate Smart Women[1] llevó a cabo trabajos de campo sobre los poblados en una selección de comunidades indígenas de Myanmar, Laos, Camboya y Vietnam cuyo objetivo era entender los efectos del cambio climático en el plano comunitario desde el punto de vista del género y de qué modo están respondiendo las comunidades para adaptarse, compartir conocimientos y fomentar la resiliencia. En un encuentro celebrado en Bangkok, en diciembre de 2019, se reunieron líderes indígenas, encargados de la formulación de políticas y representantes de la sociedad civil de toda la región para intercambiar conocimiento y establecer contactos en respuesta a esta creciente crisis[2].

Impactos de género

Las desigualdades que ya existían se ven exacerbadas por el cambio climático y esto provoca diferentes vulnerabilidades. Para entender estos impactos a nivel comunitario, los equipos de investigación examinaron los roles de género dentro del hogar y los roles laborales vinculados a los medios de vida.

Las experiencias variaban entre las comunidades, en especial en lo que respecta a la alfabetización y a la participación de las mujeres. En las comunidades de Laos, el bajo nivel de alfabetización de las mujeres limitaba su capacidad de participación en los foros para la toma de decisiones. Una de las personas encuestadas afirmó que: “[...] solo los hombres van a las reuniones y las mujeres se quedan en casa. Así que ellas no saben nada acerca del cambio climático ni de la adaptación al mismo”. Sin embargo, en Camboya las mujeres tenían más poder dentro de la familia: “En el poblado de Krang Teh, las mujeres siempre buscan activamente el asesoramiento de las autoridades locales para lidiar con la situación de sequía y una de ellas incluso animó a su marido a comprar una máquina de bombeo para rescatar sus arrozales y otros cultivos”.

Aunque toda la familia contribuya al sustento del hogar, existen distintos roles de género en la división de las labores. En la agricultura, las mujeres están más en primera línea y se dedican más a sembrar, desbrozar y cultivar huertos domésticos, lo que significa que son las primeras en experimentar las consecuencias de unas pautas meteorológicas impredecibles y extremas. Mientras buscan nuevas formas de gestionar estos recursos, sufren cada vez más la “pobreza de tiempo” debido a los roles adicionales relacionados con los cuidados y la cocina que también desempeñan en el hogar. Los hombres asumen trabajos más exigentes desde el punto de vista físico —ya sea en sus tierras, en el bosque o como mano de obra contratada— y suelen ser los primeros en marcharse en busca de empleo cuando los recursos escasean, ya que no tienen las mismas obligaciones domésticas que las mujeres.

Una mujer nos contó en Myanmar que, cuando su marido migró a Malasia en busca de mejores oportunidades laborales, ella tuvo que hacerse cargo de gestionar todas las labores domésticas como la producción agrícola y de administrar las remesas que le enviaba. Sin embargo, a pesar de lo que podría considerarse como avances en cuanto a igualdad de género, el estatus de la mujer sigue siendo inferior al del hombre. Los hogares encabezados por mujeres siguen estando en comunidades que no reconocen a la mujer el mismo estatus que al hombre y, por consiguiente, lo sufren.

Muchos temporeros abandonan el pueblo con toda su familia durante los periodos de escasez, cuando no hay trabajo en la agricultura. Esto se ha convertido en algo tan común que es visto como una adaptación de los medios de vida al cambio climático. Pero los participantes expresaron su preocupación en los debates celebrados durante el congreso por la forma en que la migración está aumentando la vulnerabilidad de personas que ya eran marginadas, así como el riesgo de sufrir violencia de género para las mujeres.

Las entrevistadas en Laos también señalaron el impacto diferencial del desplazamiento para las mujeres. Manifestaron que estas no disponen de información sobre la migración segura y se ven obligadas a migrar sin pasaportes ni permisos de trabajo, y que viajar solas no es seguro para ellas; que no tienen independencia para viajar en busca de trabajo; que los desastres han destruido sus hogares; y que carecen de ingresos y trabajo en la comunidad. En caso de desastres naturales como ciclones, tifones o inundaciones, el hecho de que las mujeres tengan que responsabilizarse de los niños y los ancianos puede obstaculizar su propia huida, el acceso al refugio o a la atención sanitaria, como se ocurrió cuando el ciclón Nargis azotó Myanmar en 2008.

Una cuestión de poder sobre las tierras

Los pueblos indígenas tienen derechos ancestrales sobre sus tierras, pero estos no siempre se reconocen o protegen, incluso cuando existe una legislación adecuada. En Camboya, una política nacional proporciona directrices sólidas hacia el respeto y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y de su papel en la gestión sostenible de los recursos naturales. Pero las amenazas de las empresas privadas ponen en conflicto estos derechos con los intereses de los constructores, lo que ha provocado una rápida degradación ambiental, la deforestación y la pérdida de las tierras.

En Laos, es el gobierno quien asigna las tierras, pero a las familias les entregan unas parcelas más pequeñas de lo que necesitarían para poder producir suficientes alimentos con sus prácticas agrícolas tradicionales sin tener que recurrir a herbicidas. En otros casos se han vendido las tierras a empresas privadas. Algunas comunidades se han visto desplazadas por grandes proyectos hidroeléctricos y han sido reubicadas en lugares donde no tienen acceso a tierras. Pero, en palabras de un activista, “Los pueblos indígenas y los bosques no pueden ir separados; sin bosques, sus vidas desaparecerán”.

El intercambio de conocimiento y otras estrategias de adaptación

Existe una gran diversidad de opiniones y perspectivas dentro de las comunidades en lo que respecta a las adaptaciones al cambio climático:

"Los pueblos autóctonos no tienen esperanzas y no saben qué hacer con su futuro debido a que el tiempo es diferente. No saben cómo resolver estos problemas. Ni siquiera yo misma sé cómo lidiar con esto, pero intento mejorar la productividad de los cultivos”. (Mujer de Myanmar, indígena y lideresa)

“Cuando hay una inundación, sabemos trasladarnos a tierras altas con nuestra familia para poder sobrevivir. Los árboles son uno de los recursos para protegernos de las inundaciones. Sabemos cuáles cortar y cuáles conservar para prevenir los efectos del cambio climático”. (Extraído de las declaraciones de las mujeres camboyanas)

A juzgar por el estudio de investigación llevado a cabo por la iniciativa Climate Smart Women, parece que las comunidades seleccionadas en Camboya han empleado unas estrategias de adaptación exitosas y son capaces de mantener sus medios de vida sin necesidad de abandonar su entorno a diferencia de lo que ocurre con las de Laos y Myanmar. Sin duda, es relevante el que en Camboya haya una mayor presencia de ONG internacionales —de las que las comunidades hablaban favorablemente— que en Laos o Myanmar.

En el poblado de Pu Chhorb, en Camboya, por ejemplo, las ONG han ayudado a la adaptación al cambio climático trabajando con las partes interesadas de allí (incluidas las redes de mujeres y jóvenes indígenas) para construir un pequeño embalse que abastezca de agua a la localidad durante todo el año, tanto para el consumo doméstico como para el riego de los huertos familiares. En Krang Teh, en Camboya, nos encontramos con otras experiencias similares en las que la creación de grupos de ahorro dirigidos por las ONG ha contribuido al empoderamiento económico de las comunidades indígenas. Los miembros participan ahora de forma más activa en los grupos de empresarios y comerciantes de la comunidad; han implementado con éxito un prototipo de grupo de agricultores y productores, han establecido cooperativas agrícolas y redes de agricultores, han contribuido a los sistemas de riego y se ha fomentado la capacidad de gestión empresarial.

Sin embargo, la dependencia de la intervención de las ONG no puede ser el cimiento de la respuesta al reto que suponen los desplazamientos por cuestiones climáticas. En Camboya, las comunidades indígenas aseguran que: “Creemos que debemos tener un mejor acceso a la información. Queremos que el Gobierno camboyano cuente con representantes indígenas a todos los niveles, especialmente en el comité de desastres”.

En Myanmar, con el apoyo del Programa de Desarrollo de la ONU, se crearon organizaciones locales de carácter civil dirigidas por mujeres (conocidas como “grupos de liderazgo de la comunidad”) para establecer redes de apoyo a las actividades generadoras de ingresos, para desarrollar las capacidades de las mujeres rurales y ofrecer formación profesional y talleres de concienciación sobre trata y violencia de género, y sobre salud y nutrición. Estos grupos que al principio eran particulares de cada poblado fueron formando gradualmente conglomerados mayores en aras de una mejor coordinación, luego se organizaron a nivel regional y, por último, crearon la primera red nacional de mujeres rurales del país —May Doe Kabar (Red Nacional de Mujeres Rurales[3])— con el objetivo de ponerlas en contacto y compartir sus necesidades con los donantes, los actores de desarrollo y el Gobierno.

Existe una cultura de aprendizaje e intercambio de conocimientos entre las mujeres indígenas debido a que comparten entre ellas sus conocimientos sobre prácticas agrícolas y de adaptación y también los transmiten de una generación a otra. De los 18 mensajes y recomendaciones clave que surgieron en el congreso Climate Smart Women Connect, celebrado en Bangkok en diciembre de 2019, la mitad incidía en la necesidad de compartir e intercambiar conocimiento[4].

Un constante reto para esto a nivel local gira en torno a la lengua: existe una enorme diversidad de idiomas entre los pueblos indígenas de Asia Sudoriental, no solo entre países, sino también dentro de los mismos. La realidad es que gran parte de la información sobre el cambio climático, los derechos humanos y la igualdad de género está disponible principalmente en inglés.

Una herramienta que se está utilizando para el intercambio de conocimientos en Myanmar es la aplicación iWomen Inspiring Women, desarrollada por MDK para permitir a las mujeres rurales que puedan hacer oír su voz mediante sondeos de opinión, encuestas detalladas y la narración de historias. Así, estas pueden recabar testimonios a través de la aplicación sobre cuestiones de interés como la violencia de género o la migración segura, que luego podrán compartir con otras mujeres rurales y con el Gobierno local y el nacional. A fecha de mayo de 2020, la aplicación cuenta 1000 usuarias en 31 municipios diferentes.

Recomendaciones para el diseño de programas

Debido a la naturaleza intergeneracional de esta puesta en común de conocimiento entre los miembros de la comunidad y la forma en que familias enteras participan en las actividades de subsistencia, toda formación o taller sobre estrategias de adaptación al clima o de igualdad de género debería adoptar un enfoque orientado a la familia. Este método se utilizó en Laos como parte del programa de CARE Remote Ethnic Women[5], donde empezó a romper exitosamente normas sociales y barreras de género.

De este estudio surgió un claro llamamiento al desarrollo de capacidades específicas para mujeres para aumentar sus niveles de alfabetización, su capacidad de liderazgo y su participación política a nivel local. El de MDK es un ejemplo de cómo los colectivos locales de los poblados pueden evolucionar hasta convertirse en redes nacionales. Pero las mujeres necesitan contar con las aptitudes necesarias para poder participar.

El papel de los agentes externos debería limitarse a respaldar las intervenciones lideradas por la comunidad y a utilizar su influencia para tender puentes con otras redes más amplias. En los ejemplos de Camboya y Myanmar está claro que la asistencia técnica proporcionada por las organizaciones de desarrollo ha sido útil. Pero, a menudo, se necesita algo más que una simple intervención técnica para cambiar las normas de género, y es la población local la que sabe lo que se necesita en sus comunidades.

Una recomendación final es documentar los conocimientos y las prácticas tradicionales para preservar el saber de los indígenas e influir en las políticas. Como comentó una participante de Bangkok:

Después de asistir al congreso, me he dado cuenta de que las mujeres de otros países también se enfrentan a los mismos retos que tenemos en Myanmar y he aprendido de ellas... Por tanto, tenemos que trabajar juntas a nivel político para que las mujeres participen en los procesos de toma de decisiones sobre el cambio climático y [compartir información sobre] nuestros retos”.

 

Sarah Pentlow sarah.pentlow@gmail.com
Consultora en Igualdad de Género, hasta hace poco en Cuso International https://cusointernational.org

 

[1] Este proyecto de un año de duración, implementado por Cuso International y Asia Indigenous Peoples’ Pact, fue fundado por el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo como parte de su Fondo de Colaboración Estratégica y por el Programa de Cooperación y Voluntariado del organismo Global Affairs Canada. Se puso el foco en la colaboración con las mujeres indígenas del Sudeste Asiático para alcanzar un diálogo más inclusivo sobre cuestiones climáticas.

[2] Se trata de un proyecto conjunto de investigación y de intercambio de información entre Cuso International y el Asia Indigenous Peoples’ Pact. bit.ly/2Sxzdxu

[3]También conocida fuera de Myanmar como la Red de Mujeres Rurales de Myanmar.

[4] bit.ly/2HurOJd

[5] Véase bit.ly/CARE-Laos-Remote

 

Renuncia de responsabilidad
Las opiniones vertidas en los artículos de RMF no reflejan necesariamente la opinión de los editores o del RSC.
Derecho de copia
Cualquier material de RMF impreso o disponible en línea puede ser reproducido libremente, siempre y cuando se cite la fuente y la página web. Véase www.fmreview.org/es/derechos-de-autor para más detalles.