La internacionalización del reasentamiento: lecciones aprendidas de Siria y Bután

Existe una clara voluntad política de un mayor compromiso en las cuestiones que afectan a al reasentamiento de los refugiados. Una característica de este esfuerzo es su internacionalización.

A grandes rasgos, la internacionalización del reasentamiento implica una mayor cooperación y coordinación entre los Estados y ACNUR —la Agencia de la ONU para los Refugiados— en tres esferas interrelacionadas: la planificación operativa y la experiencia compartida entre los Estados de reasentamiento, tanto los tradicionales como los nuevos o emergentes; el aumento del número de lugares de reasentamiento; y la promoción del diálogo con los países de acogida.

Establecidos a mediados de la década de los 90, el Grupo de Trabajo sobre el Reasentamiento (WGR, por sus siglas en inglés) y las Consultas Anuales Tripartitas sobre Reasentamiento (ATCR, por sus siglas en inglés) son las principales instituciones multilaterales en las que los Estados, ACNUR y las organizaciones no gubernamentales (ONG) abordan cuestiones específicas que atañen al reasentamiento de los refugiados. Uno de los resultados de los foros del WGR y las ATCR ha sido el acuerdo de los Estados de reasentamiento y de ACNUR de crear grupos “centrales” y de “contacto” para cooperar en el reasentamiento de determinados sectores de la población. Los grupos centrales están orientados a la defensa de la causa, las políticas y las operaciones mientras que los de contacto se centran principalmente en la parte operativa.

En principio los grupos centrales y de contacto están liderados por el Estado pero ACNUR desempeña un papel catalizador a la hora de hacer que los países se unan para obtener resultados. ACNUR se encuentra bien posicionado para identificar las necesidades de protección pero también desempeña una importante labor de establecimiento y ofrece apoyo técnico a los Estados para el diseño de sus programas de reasentamiento, así como en los procesos de selección, adjudicación y establecimiento. La implementación de programas de reasentamiento efectivos a través de modelos de procesamiento eficientes y de gran calidad junto con una fuerte salvaguarda de la integridad y la gestión de las expectativas de los refugiados son los objetivos claves de la internacionalización del reasentamiento.

Colaboración en Siria y Bután

Los ejemplos de Siria y Bután surgieron a raíz de contextos muy diferentes. El Grupo Central Butanés (BCG, por sus siglas en inglés) se formó en 2005 tras décadas de desplazamientos y 15 rondas fallidas de conversaciones entre Bután y Nepal sobre sobre repatriación e integración local. El Grupo Central Sirio (SCG, por sus siglas en inglés) se formó en 2013, muy pronto durante la fase de emergencia de la respuesta siria.

La respuesta firme de reasentar a la población siria dio lugar a los mayores compromisos de reasentamiento y al procesamiento más rápido de la historia reciente, para lo que se probaron con éxito nuevos enfoques de procesamiento. Se desarrollaron herramientas como plantillas orientativas para responder a las preguntas que los refugiados hacían con más frecuencia sobre el proceso y una página web de recursos con vistas a mejorar la provisión de información para aquellas personas que buscaban ser reasentadas. El SCG ha supuesto un foro para que los Estados se presten apoyo mutuo a la hora de defender el respeto por los principios de protección internacional en el diseño y la prestación de los programas de reasentamiento.

El Grupo central butanés (BCG) respaldó a varios países en la tramitación de los casos de los refugiados butaneses en Nepal como miembros de un colectivo que había sido definido como “con necesidad de reasentamiento”. Esto supuso un gran ahorro de tiempo y recursos. Los miembros del BCG también intercambiaron información sobre la prevención de fraudes y compartieron el centro de tránsito de la OIM construido para ese fin en la capital nepalesa, Katmandú. Su diálogo dio lugar a una convergencia operativa y política y a una voluntad de trabajar juntos por unos estándares.

El SCG pretendía garantizar unos compromisos sostenibles y que durasen años por parte de los Estados de reasentamiento, tanto de los tradicionales como de los emergentes. El éxito hasta la fecha ha sido impresionante, con más de 224 000 espacios garantizados como otras vías de reasentamiento. El SCG hizo que las ONG participaran en la movilización del apoyo nacional para aumentar los reasentamientos y las vías complementarias al hacer que los políticos prestaran más atención sobre estas cuestiones.

Aunque el BCG no consiguió tanta atención política como el SCG, consiguió que con el tiempo aumentaran los compromisos sobre el reasentamiento. Finalmente, más de 100 000 butaneses fueron reasentados[1]. Los Estados miembros del BCG emitieron un comunicado en el que anunciaban sus compromisos de reasentamiento colectivo e instaron a Nepal y a Bután a unirse a ellos en su búsqueda de otras soluciones duraderas[2].

Implicación del país de acogida

La colaboración con los países de acogida busca profundizar en la comprensión del proceso de reasentamiento y que los Gobiernos de acogida lo entiendan en una respuesta humanitaria más amplia. Esta colaboración reconoce la contribución actual de los Gobiernos de acogida a la protección de los refugiados (por ejemplo, manteniendo las fronteras abiertas, facilitando el registro u ofreciéndoles acceso a las escuelas u hospitales). También aumenta el grado de concienciación acerca de la escala del reasentamiento y de los recursos implicados mientras busca un apoyo vital por parte del país de acogida para facilitar más el proceso de reasentamiento. ACNUR desempeña un papel vital para que se produzca esta colaboración porque trabaja con un gran abanico de agencias de los Estados de acogida que se dedican a la seguridad, la sanidad pública, la educación, la diplomacia y los servicios sociales. Reunir a esos funcionarios puede aumentar la concienciación acerca del modo en que su trabajo puede afectar al reparto de las cargas en los esfuerzos de reasentamiento y es especialmente efectivo cuando los países de reasentamiento emergentes y los países donantes empiezan a dialogar con los países de reasentamiento tradicionales.

En Ginebra se formó un Grupo sobre el Reasentamiento en el País de Acogida perteneciente al SCG que contó con participantes procedentes de Jordania, Irak, el Líbano, Turquía y Egipto para aumentar la concienciación. También se celebraron reuniones del SCG en las capitales regionales. El apoyo del grupo central que habla en nombre de más de veinte países aporta peso al diálogo con los países de acogida, lo que puede facilitar más las cosas o ayudar a conseguir un enfoque más cooperativo. Las comunidades de acogida desarrollan un sentido de la solidaridad que va más allá de la ayuda financiera.

Conclusión

Estos grupos centrales nos han enseñado que la internacionalización del reasentamiento requiere de un fuerte liderazgo estatal y una presidencia activa, y que debe construirse sobre una relación en sentido más amplio entre ACNUR y los Gobiernos de acogida. Y que los esfuerzos de la sociedad civil por buscar unas respuestas más sólidas a la hora de ayudar a los refugiados, incluso a través del reasentamiento, puede servir para conseguir la tan necesaria acción y voluntad políticas. Pero tal vez lo más importante sea que los propios refugiados necesitan información clara, consistente y relevante sobre el proceso de reasentamiento para poder tomar decisiones fundadas sobre su futuro. Los asesoramientos genéricos han ido abordando esta cuestión como podían.

Estos esfuerzos internacionalizados han supuesto importantes beneficios a la protección en ambos contextos que incluyen la ampliación del espacio de protección en los países de acogida y una menor presión sobre los servicios sociales y sanitarios básicos al reasentar a los más vulnerables. Los esfuerzos multilaterales generaron un efecto multiplicador por el que más países se implicaron y se ofrecieron más espacios de reasentamiento. La internacionalización proporciona los medios para perseguir objetivos más elevados como los definidos en el concepto del uso estratégico del reasentamiento[3]; trata sobre el modo en que hacemos las cosas no sobre el por qué las hacemos o qué esperamos conseguir.

El reasentamiento se deja de lado a menudo en debates más amplios sobre soluciones porque se considera que su alcance es demasiado limitado como para que importe, pero constituye una herramienta de protección vital que salva vidas y que debe ser accesible para aquellos que necesitan protección, especialmente en supuestos en los que no son posibles otras soluciones. La atención que se prestó a la expansión del reasentamiento y otras vías legales en la Cumbre de la ONU de septiembre de 2016 sobre los Refugiados y los Migrantes fue motivadora[4].

 

Carol Batchelor batchelo@unhcr.org

Directora, División de Protección Internacional, ACNUR

 

Edwina O’Shea OSHEA@unhcr.org

Asesora, Servicio de Reasentamiento, División de Protección Internacional, ACNUR.

www.unhcr.org



[3] Véase ACNUR (2013) Great expectations: A review of the strategic use of resettlement [Grandes expectativas: revisión del uso estratégico del reasentamiento]: www.refworld.org/docid/520a407d4.html

[4] Véase la Declaración de Nueva York: https://refugeesmigrants.un.org/es/declaration

 

 

Renuncia de responsabilidad
Las opiniones vertidas en los artículos de RMF no reflejan necesariamente la opinión de los editores o del RSC.
Derecho de copia
Cualquier material de RMF impreso o disponible en línea puede ser reproducido libremente, siempre y cuando se cite la fuente y la página web. Véase www.fmreview.org/es/derechos-de-autor para más detalles.