El reasentamiento de los refugiados polacos tras la Segunda Guerra Mundial

No cabe duda de que la aprobación de la Ley de Reasentamiento polaca y la creación de los diferentes organismos asociados a ella supusieron una respuesta sin precedentes al reto de la migración en masa en el Reino Unido. 

Cuando al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 quedó claro que las fuerzas y los refugiados polacos en el extranjero no podrían regresar a su lugar de origen, el Gobierno británico se hizo responsable de ellos. El primer paso fue la fundación del Cuerpo Polaco de Reasentamiento (PRC, por sus siglas en inglés) en mayo de 1956. Casi un cuarto de millón de militares polacos que apoyaban a los aliados occidentales se encontró con que no podía regresar a su hogar. Los soldados y los aviadores que sirvieron en el extranjero tuvieron que recibir ayuda a través del Cuerpo para poder quedarse en en Reino Unido y establecerse como civiles allí. Se pretendía que el servicio que prestaban en el Cuerpo fuese una oportunidad de volver a formarse y a estudiar. Se acordó con los sindicatos británicos que solo se podría contratar a empleados polacos si procedían del Cuerpo Polaco de Reasentamiento y que se les destinaría a puestos de trabajo “autorizados” por el Ministerio de Empleo.  

El objetivo de la Ley de Reasentamiento Polaco de 1947 era reasentar a los refugiados políticos en el Reino Unido cuando se estaba a punto de entrar en una era de considerable crecimiento de la población, debido en gran parte a la inmigración. Esta ley concedía a los refugiados polacos en el Reino Unido el derecho al trabajo y a percibir prestaciones por desempleo. Asimismo establecía las responsabilidades de diversos departamentos del Gobierno de proveer a los polacos de servicios sanitarios y de concederles el derecho a la educación y a percibir pensiones.

La Ley fue bien acogida en el Parlamento, lo que se consideró como un acto de gran habilidad política, ya que cambiaría la actitud de la gente hacia los extranjeros que llegaban. La Ley permitió a los polacos integrarse en el Reino Unido de forma que pudieron contribuir aportando la mano de obra que la economía británica necesitaba para recuperarse de la guerra. A finales de 1949, 150 000 soldados polacos y los familiares a su cargo se habían establecido en el Reino Unido y sus descendientes siguen muy presentes en la comunidad polaca en Reino Unido tal y como existe hoy en día. En su día, los polacos resultaron ser unos comprometidos contribuyentes a la reconstrucción de la economía del Reino Unido, y se convirtieron en uno de los colectivos de inmigrantes más prósperos de ese Estado.

Fue la primera vez en la historia de la migración en el Reino Unido que se promulgaba una legislación de ese tipo, dirigida a un colectivo de refugiados en concreto. La Ley demostró que si se ofrecen unos recursos adecuados y se responde a las necesidades de los refugiados, el proceso de integración en la sociedad de acogida puede volverse mucho más sencillo.

Gran parte del trabajo relacionado con esta Ley implicó la creación de los Campos de Reasentamiento Polacos. Se utilizaron los antiguos campamentos militares y aéreos como alojamiento provisional para las tropas polacas y sus familias. En octubre de 1946 unas 120 000 habían sido acuarteladas en 265 campos en el Reino Unido. A lo largo de los años, también trajeron a sus esposas y familiares a su cargo para que se unieran a ellos, lo que resultó en un total estimado de más de 249 000 personas. Por lo general los campamentos se encontraban en lugares remotos y estaban compuestos por barracas Nissen o viviendas de baja calidad en las que vivía más de una familia. Las barracas estaban equipadas con luz eléctrica y se calentaban mediante estufas de combustión lenta pero tenían poca luz y escasa ventilación natural. Sin embargo, para la primera generación de polacos se convirtieron en un símbolo de estabilidad y la segunda generación recordaba los campamentos como lugares felices, llenos de libertad.

Junto con las necesidades básicas de los recién llegados en lo que respecta al alojamiento, la salud, las prestaciones sociales y el empleo, hubo una considerable demanda de educación. En 1947 se estableció el Comité para la Educación de los Polacos, cuyos gastos fueron sufragados en su totalidad a través de los fondos que ofrecía el Parlamento. El principal objetivo de este Comité era “prepararlos [a los polacos] para su inserción en las escuelas y en las carreras británicas mientras mantenían su deseo natural de seguir conservando su cultura polaca así como los conocimientos de Historia y Literatura de su país”[i]. Esto implicó que se les enseñara lo necesario de inglés y del estilo de vida británico a través de la educación en las instituciones británicas adecuadas con el fin de prepararles para que se reasentaran en el Reino Unido o en el extranjero.

Se estima que el gasto anual del Comité fue de alrededor de 1 000 000 de libras esterlinas durante su primer año de existencia y que en 1948-49 se incrementó hasta 1 500 000 libras. Durante los siete años y medio que existió, el gasto del Comité ascendió a un total de nueve millones de libras.

No es ninguna sorpresa que para la primera generación de recién llegados la experiencia de establecerse fuese más dura y larga de lo que esperaban, pero el camino hacia la adaptación para los polacos más jóvenes, la integración e incluso la asimilación gradual fue un proceso más natural y el hecho de que tuvieran acceso a la educación ayudó muchísimo. El aprendizaje de la lengua inglesa se convirtió en el paso básico que debían dar para alcanzar sus ambiciones.

A partir de marzo de 1948, el Secretario del Interior anunció que se aceptarían las solicitudes de nacionalidad británica de ex militares polacos y que a los polacos se les concedería el derecho a convertirse en ciudadanos británicos naturalizados. Al final resultaron ser unos comprometidos contribuyentes que ayudaron a reconstruir la economía británica. Los que consiguieron obtener títulos de educación secundaria o superior encontraron puestos de trabajo bien remunerados y, a veces, prestigiosos en el mercado laboral británico y sus carreras profesionales fueron exitosas. Su cultura y tradición diferentes, junto con el hecho de haber compartido la traumática experiencia de los tiempos de guerra, poco a poco llegaron a considerarse activos que contribuían a la vida en la comunidad. El objetivo del Comité de adaptar a los exiliados polacos a una nueva vida se estaba alcanzando poco a poco. Como dijo un artículo de un periódico local de la época, “puede que sus recursos y aficiones difieran pero esa diferencia es un activo para el conjunto de la comunidad en la ciudad”[ii]

 

Agata Blaszczyk caucor@hotmail.com



[i] Memorando del Ministro de Educación y del Secretario de Estado para Escocia, ED128/146, ppl-2.

Informe sobre el plan de estudios y el personal de las Escuelas Polacas establecidas por el Comité, 13 de julio de 1948, ED128/5, p3.

[ii] Melton Mowbray Times, julio de1952

 

 

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