Los riesgos que se encuentran tras una expulsión forzada: las experiencias de retorno de los jóvenes afganos

Nuevos estudios documentan los resultados de los jóvenes solicitantes de asilo que han sido expulsados de forma forzada del Reino Unido y enviados de vuelta a Afganistán. Sus conclusiones subrayan tanto las dificultades a las que se enfrentan los retornados como la necesidad de que se lleve a cabo un seguimiento constante.

A lo largo de los últimos nueve años el Reino Unido ha llevado a cabo la expulsión forzada1 a Afganistán de 2018 jóvenes afganos que llegaron como menores no acompañados solicitantes de asilo y que pasaron su adolescencia y su periodo formativo bajo su sistema asistencial. Se les devuelve a situaciones que a menudo son precarias y peligrosas.

Hace unos años los estudios preliminares realizados por la red de apoyo al refugiado Refugee Support Network (RSN, por sus siglas en inglés) con sede en Reino Unido revelaron algunos de los retos claves para este grupo de jóvenes que se enfrentaban al retorno forzoso2. Estos retos se vieron exacerbados en primer lugar por la abrupta transición de ser niños a los que “cuidaban” a ser solicitantes de asilo fallidos y adultos con derechos limitados, todo ello de un día para otro; y, en segundo lugar, por la falta de contacto y de enfoques conjuntos entre el sector de la ayuda a los refugiados y solicitantes de asilo en el Reino Unido mientras están allí y con el sector de desarrollo internacional tras su retorno a su país de origen. En una de las fases más precarias de su trayectoria vital, los solicitantes de asilo que habían sido menores no acompañados se encontraron con que los dejaron desamparados y tenían que enfrentarse a un futuro incierto.

En respuesta a esto, RSN estableció su programa Youth on the Move (Jóvenes en movimiento) para dar apoyo a solicitantes de asilo que habían sido menores no acompañados que no habían conseguido protección como refugiados y que ahora se enfrentaban a una posible expulsión forzada de vuelta a Afganistán. Los objetivos finales y a largo plazo del programa eran que ninguno de los que habían sido menores no acompañados se quedara solo y sin apoyo ante una potencial expulsión forzada de vuelta a Afganistán, y también realizar estudios para llevar a cabo un seguimiento de los resultados de estos jóvenes con el fin de desarrollar un enfoque con más fundamento y más compasivo en el Reino Unido. Tras el acuerdo anunciado en octubre de 2016 entre la UE y el Gobierno afgano que obligaba a este último a recibir a muchos más solicitantes de asilo rechazados, las pruebas acerca de la realidad sobre el terreno para los retornados son más necesarias que nunca.

Investigar los resultados

Durante un periodo de 18 meses entre 2014 y 2015, RSN supervisó sistemáticamente qué ocurría con los solicitantes de asilo que habían llegado cuando eran menores y que habían sido expulsados de manera forzosa a Afganistán al cumplir los 18 años, documentó sus experiencias y por primera vez llenó un vacío vital en cuanto a pruebas se refiere en la evaluación de su reintegración, seguridad y protección, educación, empleo, salud y bienestar3. Llevamos a cabo 153 entrevistas semiestructuradas en profundidad con veinticinco jóvenes que habían sufrido expulsiones forzadas por el Reino Unido4.

Nuestro primer reto durante el proceso de investigación consistió en establecer contacto con los jóvenes en proceso de retorno. Cuarenta y cinco jóvenes fueron remitidos al oficial de seguimiento de RSN en Kabul en el momento de la expulsión forzada, aunque dieciséis de ellos no se pusieron en contacto con él y no se pudo contactar con ellos después de su retorno. No se sabe por qué estos jóvenes no quisieron o no pudieron ponerse en contacto con el oficial de seguimiento pero resulta preocupante que fuese imposible encontrar a un número tan significativo de jóvenes retornados (36 % del total de remitidos).

El segundo reto fue mantener el contacto con los retornados para facilitar varias entrevistas a lo largo del periodo de investigación. Seis de los jóvenes abandonaron Afganistán durante el proceso de investigación y otros doce se mudaron de Kabul. Cuando fue posible, se llevaron a cabo exhaustivas entrevistas telefónicas en profundidad o por Skype con jóvenes que ya no estaban en Kabul. En el caso de once de estos jóvenes, el contacto cesó antes de que finalizara el proceso de investigación porque los datos de contacto de los que disponía el programa ya no servían y su paradero o bienestar sigue siendo una incógnita. Puede que algunos hayan ocultado sus nuevos datos de contacto de forma deliberada por razones de seguridad.

A lo largo del estudio, estaba claro que muchos de los jóvenes querían ocultar el hecho de haber estado en el Reino Unido por si, por ejemplo, su retorno se considerase un fracaso o se relacionase con la delincuencia y su supuesta occidentalización, lo que a su vez afectaría a su capacidad de asegurarse un trabajo y una vivienda y de volver a conectar con su familia. Cuando viajaban a zonas controladas por los talibanes en particular, no querían que les escucharan hablar inglés o que vieran que tenían contactos internacionales en sus teléfonos. La seguridad de los jóvenes es fundamental y no se les debería presionar para que mantengan el contacto si eso supusiera ponerlos en peligro.

Hallazgos y resultados del estudio

Además de identificar al importante número de jóvenes retornados que habían vuelto a marcharse de Afganistán, el estudio destacó un abanico de retos interconectados a los que se enfrentan los que fueron solicitantes de asilo menores tras su expulsión forzada a Afganistán. Entre ellos se incluyen los siguientes:

●      El impacto de que las relaciones familiares o las redes sociales hayan desaparecido o se hayan visto debilitadas.

●      El miedo a que el estigma y la discriminación les impidan crear nuevas redes sociales, y eso a su vez aumente su nivel de aislamiento.

●      Los retos a la hora de acceder a la ayuda institucional y la confianza en la asistencia humanitaria ad hoc de la gente en el Reino Unido.

●      La inseguridad y la victimización generalizadas debido a cuestiones relacionadas con la solicitud de asilo original o con su identidad como retornados.

●    La casi imposibilidad de continuar con sus estudios tras el retorno forzoso debido a su coste, la priorización de ganar dinero para subsistir, la falta de formación afgana y la irrelevancia de los estudios cursados en el Reino Unido.

●      La dificultad de encontrar un trabajo sostenible y su impacto en la capacidad de los jóvenes retornados para sobrevivir o quedarse en Afganistán.

●      Problemas de salud mental y de deterioro prolongado del bienestar emocional, con dificultades concretas para aquellos cuyos cuidados especializados y medicación fueron interrumpidos durante la expulsión.

●      Un acceso limitado a la ayuda esencial y a los cuidados sanitarios.

Más de tres cuartas partes de los jóvenes a los que se les realizó el seguimiento señalaron la falta de seguridad como una cuestión crítica. Siete de ellos denunciaron incidentes en los que ellos u otros retornados cercanos a ellos habían sido tomados como objetivos por el mero hecho de ser retornados. Uno de estos jóvenes se encontraba especialmente afligido cuando nos dijo lo siguiente:

“Solo he hecho un amigo aquí. [...Él] me dijo que no podía quedarse, que iba a volver a la UE. Le dije que no se fuera pero los talibanes lo detuvieron de camino a Irán... y lo mataron porque llevaba encima toda su documentación internacional y su tarjeta bancaria. Lo mataron cortándole la cabeza y lo dejaron en la calle”.

Los siguientes pasos

Hacen falta más estudios acerca de los resultados del retorno para generar datos sólidos sobre las realidades en torno a él para aquellos que han pasado tiempo en el Reino Unido como solicitantes de asilo. La prueba del valor de dichos datos está en la mención del informe de investigación de RSN After Return (“Tras el retorno”) en las directrices de ACNUR para evaluar las solicitudes de asilo afganas y en el uso del informe por los abogados que representan a los que fueron menores no acompañados que ya han cumplido 18 años pero que siguen dentro del proceso de asilo del Reino Unido.

Nuestra esperanza es que se sigan reconociendo debidamente los riesgos de sufrir persecución a los que se enfrentan los jóvenes por el simple hecho de ser retornados, con independencia del contenido de sus solicitudes de asilo originales. En la actualidad resulta significativo que nos estemos centrando en traer a los menores no acompañados al Reino Unido desde Calais o desde otras zonas de la Unión Europea. Es importante que todos los implicados —encargados de la formulación de políticas, grupos de presión que luchan para que se traiga a más menores no acompañados al Reino Unido, y los abogados que les representan en sus casos de asilo— sean conscientes de que, a menos que el menor tenga una buena representación legal en una primera instancia, los resultados de las expulsiones forzadas experimentadas por los jóvenes afganos podrían ser los mismos para ellos también.

Asimismo, es importante ayudar a los jóvenes al final del proceso de asilo a acceder a la asistencia jurídica, práctica y psicosocial y a hacer planes de emergencia cuando sea necesario y cuando todas las opciones de quedarse se hayan agotado, ante la posibilidad de un retorno forzado. En un intento de reunir lo que hemos aprendido sobre la asistencia a la gente joven al final del proceso en el Reino Unido y sobre la vida tras el retorno, hemos creado una guía para otros profesionales como un paso para reducir la brecha que separa a las organizaciones de refugiados con sede en Reino Unido y al sector de desarrollo internacional, con vistas a mejorar la ayuda que se brinde a los jóvenes que atraviesan estos dos contextos en sus viajes migratorios6.

 

Emily Bowerman ebowerman@refugeesupportnetwork.org

Directora de programa, Refugee Support Network www.refugeesupportnetwork.org

 

1 El término “deportación” se utiliza comúnmente para referirse a la partida ejecutada o que se puede ser ejecutada por el Estado de una persona que no es ciudadana del país. Sin embargo, la deportación es un término específico que el Gobierno del Reino Unido emplea para referirse a las personas cuya expulsión del país se va a hacer “por el bien público”, a menudo con relación a una pena por un delito que conlleva una pena de prisión. “Expulsión forzada” es, por tanto, un término preferible para referirnos a estos jóvenes afganos.

2 Gladwell C (2013) “Ya no es un niño: del Reino Unido a Afganistán”, Revista Migraciones Forzadas número 44 www.fmreview.org/es/detencion/gladwell

3 Véase Refugee Support Network (abril de 2016) After Return: documenting the experiences of young people forcibly removed to Afghanistan [Tras el retorno: documentación de las experiencias de los jóvenes que ha sufrido una expulsión forzada a Afganistán] www.refugeesupportnetwork.org/resources/after-return

4 Las entrevistas fueron realizadas en Kabul por el oficial de seguimiento de RSN y tres otros miembros de la plantilla de personal que realizaron visitas sobre el terreno para respaldar el proceso de investigación.

5 ACNUR (2016) Directrices de elegibilidad del ACNUR para la evaluación de las necesidades de protección internacional de los solicitantes de asilo de Afganistán www.refworld.org/docid/570f96564.html

6 www.refugeesupportnetwork.org/resources/ARE-practitioner-guide

 

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