- May 2025

Las políticas migratorias restrictivas han aumentado el peligro que entrañan las montañosas fronteras alpinas de Europa para las personas migrantes que las cruzan. Pero, en los altos Alpes, el salvamento en montaña ha adoptado un planteamiento ciudadano peculiar que contribuye a reducir los riesgos.
Desde que en 2015 Francia reintrodujo los controles en las fronteras con Italia, las medidas de contención han aumentado en la zona costera fronteriza y en las principales líneas de tren y autobús. Como consecuencia de ello, cada vez es más frecuente que las personas migrantes que llegan por las rutas de los Balcanes y el Mediterráneo se desvíen en su recorrido hacia la región alpina adyacente[1]. Cuando empezaron a cruzar de noche el escarpado terreno cubierto de nieve, se dieron los primeros casos de hipotermia, congelación, amputación y muerte en los altos Alpes.
Quienes vivían allí y tenían un buen conocimiento del terreno iniciaron las primeras labores de salvamento, que acabaron convirtiéndose en las maraudes, unidades móviles estructuradas dirigidas por personas voluntarias. Estas unidades garantizan la presencia nocturna en las montañas, además de las labores diurnas para asegurar y nivelar los caminos cubiertos de nieve. En un intento por adoptar un planteamiento conjunto, la organización local Tous Migrants y Médicos del Mundo se asociaron para crear unidades móviles de salvamento y asistencia que reunieran a profesionales de la medicina, habitantes de la zona que conocieran el terreno y participaran en las maraudes, y personas voluntarias de otras regiones[2]. Las operaciones de las unidades móviles están íntimamente ligadas al paisaje y contrastan de diversas maneras con el salvamento en otros terrenos. Debido a la naturaleza del terreno y al tipo de movilidad transfronteriza, los datos sobre el cruce de fronteras son incompletos. Sin embargo, se sabe que, entre 2016 y 2023, en el puesto fronterizo de Montgenèvre, en los altos Alpes, se registraron más de 20 000 devoluciones sumarias y que al menos 145 personas migrantes han fallecido en las fronteras alpinas desde 2015[3].
Las labores humanitarias en la frontera alpina han generado una gran riqueza de conocimientos debido a los obstáculos a los que se han tenido que hacer frente y las experiencias que se han adquirido. Cabe destacar tres planteamientos para salvar vidas y reclamar justicia para las personas migrantes que cruzan fronteras montañosas: 1) la creación de unidades móviles de salvamento copilotadas en las montañas, 2) la colaboración con las fuerzas fronterizas y la difusión de orientaciones jurídicas y 3) la investigación de los decesos en las fronteras y el reclamo de justicia.
Creación de unidades móviles de salvamento copilotadas
En respuesta al creciente número de personas heridas o fallecidas en la frontera y a los cada vez más numerosos obstáculos a la ayuda, Tous Migrants y Médecins du Monde firmaron una alianza en 2019 para crear unidades móviles conjuntas. El acuerdo de asociación detalla las responsabilidades de cada organización y señala que las unidades móviles deben copilotarlas una persona de Tous Migrants miembro de una maraude y con un gran conocimiento del terreno y una persona de la profesión sanitaria de Médicos del Mundo. La última es responsable de todas las decisiones médicas, mientras que la primera está encargada de todas las decisiones logísticas relacionadas con el contexto geográfico y climático.
Estas unidades móviles de ciudadanía voluntaria patrullan por la noche los senderos de montaña de los altos Alpes entre Briançon, Montgenèvre y el valle del Clarée para ayudar a las personas migrantes en situación desfavorable. Esta tarea incluye proporcionar mantas de emergencia, té caliente y ropa seca, hacer valoraciones de salud rápidas, llevar a la gente a un lugar seguro y protegido y llamar a los servicios estatales de salvamento en las situaciones más graves. Las operaciones siempre tienen como único objetivo reducir los riesgos y ayudar a las personas en situación desfavorable para evitar la pérdida de vidas humanas. Como señala el coordinador del Programa de Migración Transalpina de Médicos del Mundo, cualquier persona que camine por la montaña en una oscura noche de invierno, salvo que sea alpinista profesional, corre inevitablemente un riesgo, por lo que ayudar se convierte en un deber más que en un delito. Usando una comparación que trae a la mente el salvamento en el mar, el coordinador equiparó el vehículo de su organización a un buque humanitario: “Al igual que pasaría en una embarcación, mientras las personas estén en este vehículo, [la guardia fronteriza] no debería impedirnos hacer nuestro trabajo. Debemos ponerlas a salvo”[4].
En este modelo de copilotaje, Médicos del Mundo aporta el vehículo de ayuda humanitaria con su logotipo y alguien de Tous Migrants lo conduce. Esta organización local, con sede en Briançon, posee los conocimientos necesarios de la zona y la experiencia para transitar el territorio fronterizo, especialmente en la oscuridad. Por otro lado, Médicos del Mundo brinda asistencia médica básica a las personas migrantes, al tiempo que trabaja para conseguir un mayor reconocimiento de las cuestiones que están en juego. Recientemente, la oficina de la prefectura reconoció la legitimidad del vehículo de Médicos del Mundo, con lo que disminuyó el número de obstáculos que dificultan el acceso humanitario. Además, aprovechar la autoridad médica en las negociaciones fronterizas puede ser fundamental para resolver situaciones de emergencia y garantizar que se da prioridad a las necesidades médicas durante los procedimientos conexos.
El ejemplo alpino pone de relieve un planteamiento peculiar del salvamento y la solidaridad que combina los principios de asistencia del montañismo con los conocimientos médicos y humanitarios especializados. En 2017, Guides Sans Frontières dirigió una carta abierta al presidente francés en la que expresaba su preocupación por los peligros a los que se enfrentan las personas migrantes en las fronteras alpinas. En representación de un colectivo de profesionales de la montaña, subrayaron que la seguridad, el salvamento y la solidaridad constituyen el núcleo del esprit de cordée (espíritu de cordada) de su profesión. Esta expresión, comúnmente utilizada para denotar espíritu de equipo y camaradería, tiene su origen en la palabra corde, o cuerda, un símbolo montañero de ayuda mutua e igualdad. Este esprit de cordée pone en entredicho las jerarquías tradicionales del trabajo humanitario, ya que las primeras labores de salvamento y asistencia en montaña se basaban en la igualdad y la interdependencia de todas las personas implicadas.
Colaboración con las fuerzas fronterizas y difusión de orientaciones jurídicas
El papel de las fuerzas del orden en la frontera de los altos Alpes es a un tiempo importante y complejo. El cuerpo, con unos 250 agentes en puestos a lo largo de la montañosa frontera[5], está compuesto por miembros de la policía fronteriza, con asistencia de agentes de escuadrones de la gendarmería móvil, reforzados en ocasiones por militares de la operación Sentinelle. Todas estas entidades operan en el marco de jerarquías diferentes, siguen directivas independientes y utilizan equipos distintos. Los escuadrones de la gendarmería móvil se despliegan con mandatos de tres semanas y a menudo solo reciben una capacitación previa limitada sobre el contexto fronterizo o la legislación en materia de asilo. Tous Migrants, que ya había presenciado varios casos de tácticas de emboscada y persecución que habían causado lesiones graves y habían puesto en peligro la vida de personas migrantes, pronto detectó la necesidad de colaborar con las fuerzas fronterizas y elaborar material educativo para evitar la pérdida de vidas humanas.
En colaboración con los États Généraux des Migrations (Estados Generales de las Migraciones)[6], Tous Migrants publicó una guía para agentes del orden titulada Au nom de la loi (En nombre de la ley). Este folleto de fácil lectura describe los derechos y obligaciones de este grupo de profesionales durante los procedimientos fronterizos en relación con el respeto a la vida, la asistencia a las personas en situación desfavorable y el uso de la fuerza. En él se citan marcos jurídicos internacionales, regionales, bilaterales y nacionales, así como el Código de Seguridad Interior (artículo R. 434-5) y el Código Penal (artículo 122-4) del país, que consagran el derecho del funcionariado a negarse a obedecer órdenes manifiestamente ilegales que comprometan gravemente el interés público y su responsabilidad personal al ejecutarlas.
La guía, ya en su segunda edición, ha supuesto un recurso fundamental, y se han entregado cientos de ejemplares a agentes del orden durante encuentros fronterizos. No obstante, se han extraído enseñanzas que servirán para redactar la tercera edición. Desde 1945, Francia ha aprobado, de media, una nueva ley de inmigración cada dos años y un total de 118 textos legislativos que abordan directamente la inmigración[7]. Esta hiperactividad legislativa obliga a que agentes de la ayuda humanitaria adapten y actualicen constantemente las orientaciones para que no queden obsoletas y pierdan credibilidad. A fin de superar este escollo, Tous Migrants tiene previsto basar la próxima edición aún más en los derechos fundamentales y limitar las referencias a leyes y políticas fluctuantes, garantizando así que la pertinencia de la guía sea más duradera. Lograr un equilibrio entre la necesidad de responder a los frecuentes cambios en las políticas y la de proseguir al mismo tiempo con sus propias actividades sigue siendo un reto importante para el personal humanitario en la frontera. Parte considera que estas modificaciones constantes son una táctica para sembrar la confusión, agotar a quienes intentan ayudar y desviar la atención de la sociedad civil y las organizaciones humanitarias. Por tanto, estas deben encontrar un equilibrio entre la necesidad de movilizarse en torno a los cambios jurídicos y políticos y, al mismo tiempo, no dejar que los términos de estos diálogos les impidan centrarse en evitar la pérdida de vidas humanas. La tercera edición terminará con varios testimonios anónimos reales de agentes que han logrado desafiar órdenes ilegales en la frontera, lo que dará más fuerza al folleto.
Investigación de decesos en las fronteras y reclamos de justicia
A pesar de las considerables labores de salvamento llevadas a cabo, desde 2015 han fallecido en las fronteras alpinas al menos 145 personas migrantes. Concretamente en la frontera de los altos Alpes, fallecieron 11 y desaparecieron cinco[8]. Una de esas personas era Blessing Matthew, una mujer nigeriana cuyo cuerpo apareció en el río Durance en mayo de 2018, dos días después de que agentes de la gendarmería móvil intentaran detenerla en el pueblo de La Vachette, río arriba. Las autoridades francesas abrieron una investigación sobre su muerte y posteriormente la archivaron sin atribuir responsabilidades. En su búsqueda de la verdad y la justicia, la familia de Blessing y Tous Migrants emprendieron otras investigaciones sobre las circunstancias que condujeron al deceso.
En colaboración con la agencia de investigación Border Forensics, llevaron a cabo una contrainvestigación utilizando análisis espaciotemporales, el testimonio de otra persona que viajaba con Blessing e informó de una persecución policial, pruebas cartográficas y una reconstrucción espacial de los hechos. Los resultados ponen de manifiesto incoherencias entre las declaraciones de los miembros de la gendarmería móvil y revelan una secuencia de acciones y omisiones que probablemente sean la causa de que Blessing cayera y se ahogara en el Durance. Esta contrainvestigación se basa en un corpus creciente de iniciativas de grupos como Forensic Architecture y Forensic Oceanography, que emplean métodos científicos y visuales para investigar y documentar la violencia. Utilizar estos métodos innovadores y corroborar las pruebas para reproducir las imágenes que faltan es especialmente importante en terrenos montañosos, donde el accidentado paisaje puede ocultar la violencia.
Aunque se invirtieron tiempo, esfuerzos y recursos considerables en llevar el caso de Blessing ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en enero de 2024 este lo consideró, pero se negó a reabrir la investigación. Desde un punto de vista jurídico, la contrainvestigación se considera, por tanto, infructuosa. No obstante, desde una perspectiva más amplia, es cierto que llamó la atención del público y los medios sobre la necesidad de investigar de forma crítica las causas de las muertes de personas migrantes, que muy frecuentemente se clasifican como ‘accidentales’ o causadas por ‘elementos naturales’, con lo que sus casos se cierran pronto. Según Border Forensics, este contexto hace “aún más importante que se escuche la voz de las personas sobrevivientes, y que estas investigaciones se presenten más allá de los foros de la ley, incluso en espacios culturales, para que podamos negarnos colectivamente a que la ceguera de la ley se convierta en la nuestra”[9].
Trasposición de las enseñanzas extraídas más allá de los Alpes
Este estudio de caso arroja luz sobre las contribuciones, importantes aunque a menudo pasadas por alto, de los planteamientos locales y ciudadanos del salvamento y la asistencia en los peligrosos trayectos montañosos. Las personas migrantes llevan mucho tiempo recorriendo complicados senderos a gran altitud para cruzar los Andes, el Himalaya o los Pirineos, y las políticas migratorias y las prácticas fronterizas determinan y agravan los peligros de estos trayectos. En este contexto, el presente estudio pone de relieve planteamientos innovadores para salvar vidas y reclamar justicia en los Alpes, que combinan los principios humanitarios, la ética médica y la solidaridad montañera. El modelo de copilotaje de unidades móviles demuestra que las organizaciones humanitarias y la población local con un profundo conocimiento del terreno pueden colaborar para conseguir transitar terrenos extremos, reducir riesgos y salvar vidas, y es un marco que podría adaptarse al salvamento en bosques, desiertos y otros paisajes hostiles.
Elisa Sisto
Doctoranda, Centro de Estudios sobre Refugiados, Departamento de Desarrollo Internacional, Universidad de Oxford
elisa.sisto@qeh.ox.ac.uk
Extiendo mi agradecimiento a Tous Migrants, Médicos del Mundo, Association Refuges Solidaires y a la totalidad de las organizaciones humanitarias que operan en la frontera franco-italiana, cuyo trabajo y conocimientos han sido fundamentales para la redacción de este artículo. Les agradezco que me hayan transmitido con gran generosidad sus experiencias y observaciones durante mi investigación en los Alpes.
[1] En este artículo, el término ‘persona migrante’ se utiliza de forma colectiva para hacer referencia a personas refugiadas, solicitantes de asilo y otras personas en tránsito por la frontera franco-italiana.
[2] El término ‘salvamento’ engloba las actividades de asistencia médica, refugio y reducción de riesgos que llevan a cabo las unidades móviles, denominadas maraudes y unités mobiles de mise à l’abri (UMMA, por sus siglas en francés).
[3] Tous Migrants (2024) L’accueil des personnes exilées dans le Briançonnais et dans les Hautes-Alpes – Annexe 1 : aperçu quantitatif [en francés] ‘Commémor’action à Briançon : dénoncer et rendre hommage’, Médecins du Monde, 25 de febrero de 2025 [en francés]
[4] Entrevista con el coordinador del Programa de Migración Transalpina de Médicos del Mundo, 23 de agosto de 2024. Traducción de la autora.
[5] Fassin D y Defossez A-C (2024) L’Exil, toujours recommencé. Chronique de la frontière, Seuil [en francés]
[6] Los États Généraux des Migrations reúnen a organizaciones locales o nacionales que trabajan en pro de las personas extranjeras en Francia y de la reforma de la política migratoria.
[7] ‘Une « nouvelle loi » sur l’immigration qui s’ajoutera à une longue série de 118 textes depuis 1945’, Le Monde, 14 de octubre de 2024 [en francés]
[8] ‘Commémor’action à Briançon : dénoncer et rendre hommage’, Médicos del Mundo, 25 de febrero de 2025 [en francés]
[9] Visionscarto (2023) From the Sea to the River, the deadly violence of Europe’s borders [en inglés]
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