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Prestación de atención médica de emergencia en la frontera entre Bielorrusia y Polonia
  • Rafal Zadykowicz, Judyta Kuc, Joanna Ladomirska, Federica Zamatto y Sylvia Lim
  • May 2025
Un médico de MSF administrando una vía intravenosa a un paciente en la frontera. Crédito: Małgorzata Klemens

Médicos Sin Fronteras (MSF) aplica un enfoque flexible para prestar atención médica en la frontera entre Belarús y Polonia. Su modelo destaca la colaboración con la sociedad civil, desafía barreras estructurales y se puede adaptar y replicar.

En los últimos años, Europa se ha enfrentado a emergencias humanitarias en sus fronteras debido a las estrictas políticas de inmigración, el aumento de las medidas de seguridad y la externalización del control migratorio. Estos enfoques crean riesgos importantes para la salud y exponen a la violencia a las personas migrantes que cruzan los bosques en la frontera entre Belarús y Polonia, la mayoría provenientes de países afectados por conflictos como Siria, Somalia, Yemen, Etiopía y Eritrea[1]. MSF trabaja en este contexto desde 2022 y ha prestado atención a casi 450 personas migrantes en áreas de naturaleza salvaje. Casi un tercio de las personas atendidas por MSF eran mujeres y menores.

Este estudio de caso examina cómo MSF responde a las necesidades humanitarias en el área de la ‘frontera verde’ de Polonia, la región boscosa entre Polonia y Belarús, y cómo la organización se adapta a las políticas nacionales y regionales en contaste cambio. Intenta presentar el esquema de un modelo de respuesta médica humanitaria que pueda replicarse en entornos con dificultades logísticas, inseguridad y tensión política. Contiene ejemplos de colaboraciones con organizaciones de la sociedad civil (OSC) en la respuesta a las necesidades en la zona fronteriza, y discute la importancia, la utilidad y los desafíos de recopilar datos para informar la toma de decisiones operativas y la incidencia.

Prestar atención médica urgente en el bosque

Prestar atención médica a personas migrantes en las zonas fronterizas entre Belarús y Polonia, particularmente en el bosque de Bialowieza, presenta importantes desafíos logísticos. Para llegar a las personas migrantes en uno de los espacios naturales más antiguos de Europa (inaccesible para ambulancias y otros vehículos), el equipo médico de MSF a menudo tiene que atravesar a pie densos pantanos y ríos, cargando grandes mochilas médicas. Cualquier evacuación de pacientes debe realizarse a pie. Una intervención típica dura aproximadamente cuatro horas y media, y algunas pueden durar hasta 12 horas. No todas las personas migrantes reciben atención con la suficiente antelación: en el 17 % de los casos, ni siquiera se llega a localizar a las personas que necesitan asistencia médica, y entre 2021 y 2024, se registraron 89 muertes. Las personas atendidas continúan informando haber encontrado cuerpos sin vida durante sus trayectos[2].

Para adaptar su respuesta a este entorno, MSF trabaja con personal médico local en la prestación de atención, ya que necesita personas que conozcan bien la zona y que estén en buena condición física para recorrer largas distancias a pie cargando mochilas pesadas. Para prestar atención adecuada, MSF ha creado y adaptado protocolos médicos para tratar enfermedades comunes teniendo en cuenta considerables limitaciones, como barro, lluvia, frío y oscuridad. Igualmente, se ha homogeneizado el contenido de las mochilas médicas, teniendo en cuenta el peso y el espacio de los artículos esenciales, así como su fiabilidad en bajas temperaturas y condiciones adversas. Además, el equipo debe trabajar siguiendo estrictos procedimientos operativos de seguridad y está equipado con herramientas de localización para garantizar su seguridad. Esto es tanto para prevenir la criminalización como para proteger a los equipos de respuesta.

En emergencias médicas típicas en la naturaleza o en medicina forestal, se estabiliza a las personas con necesidades médicas en el lugar y luego se las trasladada a un centro médico para su seguimiento. Sin embargo, en este contexto, no siempre se pueden garantizar las derivaciones para tratamiento adicional. A veces, las personas atendidas se niegan a ir al hospital por miedo a ser deportadas o devueltas a través de la frontera bielorrusa. Incluso si acceden, pueden sufrir discriminación por parte del personal de ambulancias y los servicios de salud estatales. En algunas ocasiones, la guardia fronteriza polaca ha interferido en el proceso de derivación, ya sea causando retrasos importantes o intimidando a los equipos de respuesta y a las personas en necesidad de atención médica. Por ello, los médicos de MSF a menudo tratan en el bosque problemas de salud como la hipotermia y el pie de trinchera, que normalmente requerirían atención adicional en un centro médico, y adaptan los protocolos de tratamiento a las limitaciones del contexto.

Los cambios de política en Polonia en 2024 siguen agravando los desafíos que enfrentan las personas migrantes y las organizaciones humanitarias. El proyecto Escudo Este, que busca reforzar las fronteras orientales de Polonia con tecnología avanzada de vigilancia, barreras físicas y guerra electrónica, ha generado preocupación sobre el acceso humanitario y la violencia contra las personas migrantes[3]. La creación de una zona de seguridad, el despliegue masivo de fuerzas militares, la ampliación de la valla fronteriza, la suspensión de los derechos de asilo y una enmienda legal que permite el uso preventivo de armas de fuego por parte de la guarda fronteriza han contribuido al aumento de la violencia contra las personas migrantes. En 2024, el 42 % de las personas atendidas por MSF dijeron haber sufrido agresiones, en comparación con el 17 % el año anterior. Esta tendencia creciente se refleja en las lesiones tratadas por MSF, como hematomas, heridas y cortes. El número de personas atendidas que reportaron ataques con gas lacrimógeno o el robo o la destrucción de sus pertenencias se duplicó entre 2023 y 2024. Debido a las patrullas adicionales y las zonas prohibidas, MSF y otras organizaciones se enfrentan a restricciones adicionales de acceso.

Coordinar las respuestas con actores locales

Las intervenciones efectivas y sostenibles en la frontera entre Belarús y Polonia exigen una fuerte coordinación entre diversos actores. El trabajo de MSF está completamente integrado en la respuesta humanitaria más amplia de la sociedad civil en la frontera e implica una estrecha colaboración con organizaciones de la sociedad civil (OSC) e iniciativas lideradas por las comunidades. Esta colaboración es esencial para garantizar el acceso, encontrar soluciones a largo plazo y asegurar la sostenibilidad de las intervenciones más allá de la participación directa de MSF.

En Polonia, MSF destaca la importancia de apoyar y fortalecer las iniciativas locales, especialmente en el ámbito de la protección en los que la organización no tiene experiencia especializada. Al asociarse con OSC, MSF busca incorporar las intervenciones lideradas por estas como parte de las soluciones duraderas en la respuesta migratoria, así como promover la solidaridad, la validación mutua y el intercambio de conocimientos. Estas colaboraciones, en definitiva, mejoran la eficacia de los esfuerzos humanitarios, especialmente en la prestación de una atención más integral a las personas migrantes en el bosque y en la labor de incidencia para lograr cambios en las políticas.

Normalmente, MSF realiza intervenciones conjuntas en el bosque con organizaciones locales de la sociedad civil. Integrantes de las OSC, junto con un personal médico de MSF, recorren el bosque a pie para localizar a las personas migrantes que han solicitado asistencia a través de las OSC. Una vez localizadas, el personal médico atiende a las personas migrantes por lesiones y otras necesidades médicas, mientras que las OSC les proporcionan agua potable, comida caliente, ropa y apoyo legal.

Al trabajar de esta forma, las OSC comparten con MSF sus conocimientos sobre cómo adaptar las respuestas en el bosque, su comprensión de las dinámicas políticas en la frontera y su conocimiento de las políticas y la cultura locales. A cambio, MSF comparte sus conocimientos médicos y su experiencia trabajando en entornos de emergencia, y promueve el reconocimiento del trabajo de las OSC. A nivel práctico, MSF forma al personal de las OSC en primeros auxilios y cuidado básico de heridas. MSF también ha iniciado y planea continuar ofreciendo talleres para organizaciones médicas locales sobre las necesidades de salud de las personas migrantes, para abordar problemas de discriminación y estigma, y para atraer voluntarios. Con sus esfuerzos de incidencia, MSF ayuda a amplificar la visibilidad y las motivaciones de las OSC, y a aumentar su alcance y credibilidad ante los principales responsables de la toma de decisiones. Esta cooperación no solo refuerza la respuesta inmediata y potencia los esfuerzos de incidencia conjunta, sino que también busca legitimar las acciones humanitarias ante los actores estatales para contrarrestar la creciente criminalización de la ayuda. Al defender y destacar de manera constante las capacidades de las organizaciones locales, las ONGI como MSF pueden contribuir a cambiar percepciones.

Igualmente importante es la relación de MSF con los actores estatales. El diálogo con las autoridades gubernamentales locales y nacionales es necesario para obtener los permisos y la aprobación de las operaciones requeridas para funcionar de manera efectiva. Sin embargo, la coordinación con las autoridades estatales sobre las zonas fronterizas presenta desafíos complejos debido a las dinámicas de poder prevalecientes. Además, la falta de mecanismos formales de coordinación entre actores gubernamentales y no gubernamentales puede ocasionar retrasos importantes en las respuestas. La incidencia continua con los agentes estatales es fundamental para garantizar un espacio humanitario neutral, mantener el acceso oportuno a quienes lo necesitan y visibilizar la violencia que sufren las personas migrantes. MSF también continua el diálogo con las autoridades estatales sobre derechos de los pacientes y ética médica ya que estas negociaciones son fundamentales para mantener el acceso a las poblaciones vulnerables y poco a poco eliminar las barreras estructurales a la acción humanitaria.

Recopilación de datos

Los datos juegan un papel fundamental en el trabajo de MSF en todo el mundo. MSF depende de los datos no solo para definir sus estrategias de intervención y cuidados, sino también para documentar las necesidades humanitarias y la violencia, como en la frontera entre Belarús y Polonia. Sin embargo, la recopilación de datos en este entorno es difícil debido a las duras condiciones de trabajo, el tiempo de contacto limitado con las personas que necesitan asistencia y las barreras lingüísticas (la cobertura irregular de internet a veces afecta el uso de las aplicaciones de traducción). A menudo, las personas atendidas por MSF sufrían más de un problema médico, y muchas estaban emocionalmente angustiadas y agotadas. Como MSF tenía pocos indicadores médicos estandarizados para programas relativos a la migración, se han desarrollado y adaptado herramientas a nivel de proyecto. Con el tiempo, los datos recopilados han reflejado las consecuencias para la salud que se pueden relacionar con los cambios en las políticas migratorias, y esto es fundamental para el trabajo de incidencia que lleva a cabo MSF para defender el acceso humanitario.

MSF recopila tanto datos cuantitativos como relatos para obtener una comprensión integral de las personas migrantes en movimiento. Los datos cuantitativos recopilados de forma habitual reflejan el impacto psicológico de los trayectos de las personas migrantes, como los casos de trauma documentados y los efectos de la exposición prolongada en el bosque. En la primera categoría, el 50 % de las personas atendidas por MSF en 2024 presentaban lesiones causadas por otras personas, como hematomas por balas de goma y mordeduras de perros, o cortes y fracturas producidas por los intentos de escalar vallas con alambre de púas. Igualmente, el 50 % presentaban lesiones debidas al frio, como hipotermia, congelación y pie de trinchera, afecciones que se adquieren después de pasar un tiempo considerable moviéndose y escondiéndose en el bosque para evitar la detención y las devoluciones sumarias. A un cuarto de las personas atendidas por MSF se les trató por infecciones gastrointestinales, que contrajeron al beber agua superficial de estanques y pantanos. La frecuencia de ciertos problemas médicos se puede relacionar con políticas gubernamentales concretas y MSF utiliza esta información para defender a las personas en necesidad de asistencia médica. Por ejemplo, cuando se introdujo la zona de seguridad en 2024, MSF documentó las primeras lesiones por balas de goma y la consiguiente duplicación de heridas relacionadas con la violencia deliberada en comparación con 2023. Con información de la jurisdicción local, MSF cuestionó a las fuerzas policiales sobre situaciones específicas de personas que necesitaban asistencia médica e informó al público sobre el impacto de la zona de seguridad.

Además, MSF ha realizado importantes esfuerzos para conseguir relatos sobre sus trayectos de las personas migrantes, cuyas voces a menudo se ignoran en el discurso político dominante sobre las políticas migratorias. Estos testimonios anónimos se recopilaron solo después de que las personas atendidas hubieran llegado de forma segura a otro lugar y hubieran dado su consentimiento informado. Dicha información es fundamental, ya que permite entender las experiencias individuales de abusos y violaciones de derechos que las estadísticas por sí solas no pueden reflejar. Esas historias humanizan los debates sobre la política migratoria, promueven la empatía y generan conciencia, todos factores importantes para impulsar cambios en las políticas.

Un modelo replicable

La decisión de MSF de dar prioridad a la flexibilidad en sus operaciones y estrategias de incidencia en la frontera entre Belarús y Polonia ha sido clave para responder a las necesidades médicas inmediatas, desafiar barreras estructurales y evitar la complacencia en perspectivas establecidas sobre las respuestas humanitarias. Este enfoque permite a MSF continuar respondiendo a las necesidades cambiantes sobre el terreno y sortear un entorno a menudo hostil.

Es un modelo que ofrece a la organización una forma diferente de prestar atención médica en situaciones con dificultades logísticas, inseguridad y tensión política y que es tanto adaptable como replicable. Este modelo destaca la importancia de crear y mantener la solidaridad con las OSC, mediante esfuerzos de incidencia conjuntos y el intercambio de recursos y conocimientos. El modelo se centra en obtener datos de calidad, ya que los datos son fundamentales para una incidencia fuerte y para dar testimonio de las violaciones de derechos, exigir responsabilidades a las autoridades y reducir la violencia. Aunque sigue cumpliendo con su carta fundacional, la forma de trabajar que MSF ha adoptado en Polonia representa un cambio importante respecto a sus métodos operativos habituales que son más autónomos. De cara al futuro, MSF espera continuar y adaptar su modelo de repuesta en este y otros contextos similares.

 

Rafal Zadykowicz
Gestor de Actividades Especializadas de Misión, Médicos Sin Fronteras
msfocb-poland-medcosupport@brussels.msf.org

Judyta Kuc
Apoyo al Jefe de la Misión e Incidencia, Médicos Sin Fronteras
msfocb-poland-advocacy@brussels.msf.org

Joanna Ladomirska
Coordinadora Médica, Médicos Sin Fronteras
msfocb-poland-medco@brussels.msf.org

Federica Zamatto
Líder del Equipo Médico Regional, Médicos Sin Fronteras
federica.zamatto@brussels.msf.org

Sylvia Lim
Asesora de Investigación Operacional, Médicos Sin Fronteras, LuxOR (Investigación Operacional Luxemburgo)
sylvia.lim@luxembourg.msf.org

 

[1] Médicos Sin Fronteras (2024) ‘EU policies promote violence by denying safety and protection to refugees and migrants’ [en inglés] ; Human Rights Watch (2021) “Die Here or Go to Poland”: Belarus’ and Poland’s Shared Responsibility for Border Abuses [en inglés].

[2] We Are Monitoring Association https://wearemonitoring.org.pl/en/home

[3] Human Rights Watch (diciembre de 2024) ‘Poland: Brutal Pushbacks at Belarus Border’ [en inglés]

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