- November 2024
En muchos casos, las conversaciones sobre los desplazamientos forzados siguen centrándose en la dicotomía entre clima y conflicto. Sin embargo, son muchos los factores combinados que hacen de detonantes, lo que requiere un enfoque más analítico de la financiación para la respuesta al desplazamiento forzado.
Ante el marcado aumento en el número de personas desplazadas por la fuerza, los actores internacionales han pasado a subrayar la importancia de los efectos del clima en el desplazamiento de poblaciones a gran escala. Esto se refleja en los mecanismos de financiación disponibles para la respuesta a las crisis humanitarias, como la Cuenta de Acción Climática del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF, por sus siglas en inglés) y el Fondo de Respuesta a las Pérdidas y los Daños de las Naciones Unidas, inaugurado recientemente. Sin embargo, adoptar una perspectiva limitada de los choques climáticos no permitiría analizar la complejidad de los factores que contribuyen al desplazamiento forzado.
Los vínculos entre los choques climáticos y el conflicto
Algunas personas destacadas en el activismo han logrado posicionar la financiación climática en un lugar prominente en los presupuestos humanitarios en general, fruto de la necesidad de apartar las conversaciones sobre migración forzada de la simple cuestión del desplazamiento de poblaciones derivado de los conflictos y orientarlas hacia la acción en materia de inseguridad climática. Sin embargo, esta presunta dicotomía que opone al clima frente al conflicto es falsa. Si bien es cierto que los choques climáticos a gran escala pueden contribuir a que una región se desestabilice, las regiones catalogadas como las más vulnerables al clima suelen ser también las más vulnerables a los conflictos. Como señala ACNUR, “…casi dos tercios de todas las personas refugiadas y solicitantes de asilo en 2022 procedían de 15 países con alto grado de vulnerabilidad a los impactos del cambio climático”.
El cambio climático puede exacerbar los riesgos para la protección que ya afectan a las comunidades desplazadas o crear nuevos riesgos, al influir en los factores que propician los conflictos. Esto podría generar un desplazamiento secundario o terciario, que implique que una comunidad que en un primer momento se vio desplazada por un conflicto acabe expuesta a un riesgo adicional debido a un choque climático. Si bien los estudios han demostrado que no se puede establecer una relación de causalidad directa entre los conflictos y los factores climáticos, ambas causas suelen combinarse en las dinámicas del desplazamiento forzado. El grado de incidencia que tiene cada uno de estos factores en el desplazamiento de las poblaciones y la forma en que se interrelacionan suele depender del contexto y, en mayor medida, de las dinámicas locales.
ACNUR reconoce este nexo y expone en detalle la manera en la que se podrían incorporar las consideraciones climáticas en un análisis más tradicional para determinar la condición de refugiada de una persona, o bien la necesidad de contar con otras formas jurídicas de protección legal internacional:
“No existe ningún reglamento especial para dirimir una solicitud de refugio emitida en el contexto de los efectos adversos de los desastres y el cambio climático. Sin embargo, la evaluación de las solicitudes de protección internacional, que tramitan las autoridades de asilo nacionales, no debería limitarse ni centrarse en exceso en los episodios o desastres climático asociados en exclusiva o principalmente a los peligros naturales. Una concepción tan limitante puede no llegar a identificar los elementos políticos y sociales que contribuyen a los efectos del cambio climático y a los efectos de los desastres o que se ven agravados por ellos, como tampoco su interrelación con otros factores que propician el desplazamiento, como los conflictos o la discriminación”.
El argumento a favor de un análisis multifactorial del origen de los desplazamientos
La realidad es que el clima y los conflictos son solo dos de los múltiples factores interconectados que contribuyen a desencadenar desplazamientos forzados a gran escala, aunque son dos de los factores de mayor peso cuando se analizan los factores subyacentes en general. Entre otros factores que contribuyen al riesgo de desplazamiento relacionado con el clima se pueden mencionar la desigualdad, las tensiones sociales, la infraestructura precaria, la escasez en los medios de subsistencia, el acceso local a recursos, la titularidad de los recursos, la marginalización política, la histórica ausencia de inversión, la mala gobernanza, las presiones socioeconómicas y la falta de voluntad política para responder a estas cuestiones. En consecuencia, la financiación relativa al desplazamiento forzado debería adoptar un modelo más multifactorial, en el que el peso ponderado de cada factor dependa de la manera en la que dicho factor afecta a la resiliencia local en cada contexto.
Resulta lógico adoptar un análisis que considere los múltiples factores que detonan los desplazamientos forzados si se toman en consideración los contextos del mundo real, ya que un factor por sí solo no suele bastar para propiciar el desplazamiento masivo a largo plazo. Por ejemplo, un episodio climático severo aislado no siempre ocasiona el desplazamiento de una población.
Estudios de caso: los efectos de los choques climáticos en las poblaciones de India y Estados Unidos
Los eventos climáticos a gran escala pueden conllevar un menor grado de desplazamiento de la población si afectan a comunidades con mejor infraestructura y resiliencia económica. Las conmociones a menor escala pueden provocar un mayor desplazamiento de la población si azotan a comunidades empobrecidas con infraestructura deficiente y un acceso limitado a recursos y medios de subsistencia. Esto se observó en un estudio sobre los efectos de las inundaciones en distintas áreas de India.
La inundación que tuvo lugar en 2018 en Kerala tras unas precipitaciones de 2346 mm afectó a 5,4 millones de personas (de las que 1,4 millones tuvieron que desplazarse) y provocó daños económicos mucho mayores que los de la inundación de 2007 en Bihar, fruto de precipitaciones de apenas 83 mm, que causó menos daños económicos pero afectó a 20 millones de personas. Que Bihar sufriera menos daños económicos posiblemente se debió a que había un menor grado de desarrollo económico antes de la inundación, lo que probablemente también sea una de las causas de que muchas más personas se vieran afectadas por las inundaciones[i].
Las variaciones en los efectos de los choques climáticos también pueden apreciarse en regiones con mayor desarrollo económico. En Estados Unidos, el huracán Katrina alcanzó la categoría 3 al tocar tierra en Nueva Orleans en 2005 y desplazó a más de 250 000 residentes. En comparación, el huracán Harvey, que fue más fuerte al ser de categoría 4, azotó a Houston en 2017 y solo desplazó a 40 000 residentes. De media, ambas tormentas causaron daños por valor de 125 000 millones de dólares[ii]. La disparidad en las cifras de desplazamiento entre Katrina y Harvey se atribuye, en gran medida, a la infraestructura y la preparación ante los desastres. Houston había incrementado las medidas de resistencia ante las inundaciones y, en el marco de estas medidas, había instalado sistemas de diques (contenciones) y muros elevados para protegerse de las inundaciones.
El uso de un análisis multifactorial para predecir desplazamientos
Cuando se combinan varias conmociones al mismo tiempo, si entre todas alcanzan una intensidad suficiente, el desplazamiento que provocan intensifica los patrones de migración preexistentes. Por ende, el verdadero motor tras la migración forzada a gran escala es la falta de resiliencia ante el efecto combinado de múltiples factores que, al conjugarse, limitan la posibilidad de una comunidad de sobrevivir en su hogar. El desafío radica en planificar de forma anticipada, antes de que los diversos factores se agraven lo suficiente como para mellar la resiliencia y obligar a las personas a trasladarse. Los mecanismos de financiación deben ajustarse para poder o bien mitigar o bien responder con rapidez a los factores que desencadenan el desplazamiento a gran escala.
Una forma de promover un análisis multifactorial es formular modelos predictivos que asignen importancia a los distintos factores que influyen en un determinado contexto local (las tensiones locales, la vulnerabilidad climática, la resiliencia de las infraestructuras, la riqueza y los recursos comunitarios, la solidez de la gobernanza, la marginalización de determinados grupos sociales, etc.), a fin de determinar la probabilidad de que se desencadene un desplazamiento forzado en el futuro. Cada uno de los factores puede ponderarse en función de su importancia y probabilidad en cada contexto.
Algunos modelos de análisis predictivo han empezado a adoptar este tipo de enfoque, aunque la preponderancia de los distintos factores depende de dónde ponga foco cada actor. Por ejemplo, el modelo predictivo de conflictos “fatalities002” del Violence and Impacts Early-Warning System (VIEWS), creado por un consorcio de investigación liderado por la Universidad de Uppsala y el Peace Research Institute Oslo (el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo), utiliza el contexto político, índices de democracia, indicadores de desarrollo y datos climáticos como datos que introducir en el modelo. También existen organismos humanitarios que están adecuando su análisis: el proyecto Jetson de ACNUR hace predicciones sobre desplazamiento forzado y el Programa Mundial de Alimentos cuenta con un modelo para prever la inseguridad alimentaria. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja implantó un modelo de financiación basado en proyecciones para posibilitar la movilización rápida de recursos como respuesta temprana. Estos tipos de iniciativas o herramientas podrían integrarse en todas las regiones y a todos los niveles de ejecución, en particular, a nivel de base.
Los análisis multifactoriales también deberían instar a los agentes humanitarios a trabajar con mayor eficacia en el nexo entre la labor humanitaria y la del desarrollo, sobre todo cuando este análisis coordinado podría ayudar a los organismos humanitarios a asignar recursos de manera más eficiente y a prepararse ante la respuesta a potenciales desastres. Una mejor coordinación entre los actores del sector humanitario y del desarrollo podría contribuir a paliar el riesgo de que las comunidades se desplacen por segunda o tercera vez.
El camino a seguir
Un análisis multifactorial podría influir en la financiación disponible para la respuesta de emergencia al desplazamiento forzado. Tanto la coordinación como la financiación deberían tener la suficiente flexibilidad para identificar y responder a las causas subyacentes, tanto para la prevención como para la reacción a una crisis que ya se haya desatado, para así evitar que la programación humanitaria y d´el desarrollo operen de manera compartimentada. Los mecanismos de financiación ya establecidos, como el CERF, pueden abordar esta situación creando fondos mancomunados reservados en particular para las necesidades humanitarias y de desarrollo y para afrontar las respuestas al desplazamiento.
Una segunda sugerencia sería establecer un modelo de gestión del riesgo que incorpore un marco de análisis multifactorial para anticipar las crisis de desplazamiento. Se pueden utilizar parámetros como la vulnerabilidad climática, la posibilidad de conflictos y otros factores contextuales como medidas de referencia estandarizadas para orientar una asignación eficiente de recursos. Si bien, por lo general, se suele solicitar la recaudación fondos para la respuesta a emergencias humanitarias una vez que se ha iniciado el desplazamiento masivo de la población, permitir que se usen fondos para el desarrollo en la respuesta a las crisis implicaría reconocer de forma explícita que la infraestructura precaria y la escasez de medios de subsistencia son, de por sí, elementos que contribuyen de manera significativa a tales desplazamientos.
También son importantes los mecanismos para dicha financiación. Algunos fondos climáticos en el sector del desarrollo están destinados a desarrollar negocios con fines de lucro o son préstamos que deben devolverse y que, según el planteamiento o la aplicación de sus condiciones, pueden sumir a las comunidades en una situación de endeudamiento que obstaculice aún más su posibilidad de recuperación. Con este fin, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han dispuesto suspensiones en el reembolso de las deudas y otros procesos de condonación para determinados casos. También existen ciertos fondos de desarrollo relacionados con el clima disponibles a modo de subvenciones. Los fondos climáticos de Canadá para los países en desarrollo, el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación del Banco Mundial, el Fondo Especial para el Clima del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo de Adaptación de las Naciones Unidas ofrecen, en todos los casos, subvenciones para la adaptación, la mitigación y la reducción del riesgo de desastres. Estos son ámbitos de trabajo que, en teoría, también buscan abordar las inquietudes de un desplazamiento poblacional masivo. Sin embargo, las subvenciones ya de por sí son limitadas y, a diferencia de los préstamos con condiciones de reembolso favorables, podrían concluir tras el pago inicial y no reanudarse para brindar más apoyo en el futuro. Que los sectores humanitario y del desarrollo coordinen su labor es fundamental para determinar cuáles son las mejores soluciones en cada contexto.
Si bien existen distinciones claras entre los tipos de actividades que deberían financiar y que financian tanto el sector de la respuesta humanitaria como el sector del desarrollo internacional, estas distinciones se desdibujan cada vez más a medida que aumentan en todo el mundo las cifras de personas desplazadas por la fuerza. En este contexto, el análisis del desplazamiento forzado y la financiación que se moviliza en respuesta a este debe considerarse una responsabilidad compartida y multisectorial.
Purvi P. Patel
Investigadora visitante en migración y desplazamiento climáticos, Gateway House: Indian Council on Global Relations (Consejo de Relaciones Globales de Inida), India
Investigadora de Asuntos Internacionales en India, Consejo de Relaciones Exteriores, EE. UU.
linkedin.com/in/purvippatel
Adithya Prakash
Asistente de investigación, Gateway House: Indian Council on Global Relations, India
linkedin.com/in/adithya-prakash-a6054a217/
[i] Las precipitaciones son de por sí una métrica imperfecta, ya que hay muchos otros factores en juego, como la topografía, la saturación previa del suelo y la ineficacia de las presas y los diques, entre otros factores que también podrían incidir en que se desencadenen inundaciones severas. No obstante, en la actualidad no existe un sistema de medición estandarizado para determinar la gravedad de las inundaciones, como sí tienen otros desastres naturales, como los huracanes, los tifones o los terremotos.
[ii] The Data Center (2016) Facts for Features: Katrina Impact [en inglés] bit.ly/katrina-data
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