- November 2024
La invasión rusa ha propiciado un nuevo fenómeno: un flujo significativo de remesas inversas que se envían desde Ucrania a personas ucranianas desplazadas que están en otros países. Esto tiene implicaciones para las personas que las reciben, los países de acogida y para Ucrania misma.
Hace apenas unos años, era impensable que la población ucraniana gastara miles de millones de dólares en el extranjero cada mes. Ucrania tiene una vasta población de trabajadores y trabajadoras migrantes repartida por el mundo y ha sido, tradicionalmente, un país receptor de remesas. Sin embargo, el ataque que inició Rusia en febrero de 2022, sin ser provocado, hizo que la situación cambiara radicalmente. Durante la guerra, millones de personas ucranianas, en su gran mayoría mujeres, niños y niñas, se vieron obligadas a huir de sus hogares para escapar de la agresión rusa. Esas personas gastan activamente el dinero ganado inicialmente en el país, que les enviaban sus familiares y amistades.
Según datos del Banco Nacional de Ucrania (BNU, por sus siglas en inglés), en 2022 las personas migrantes ucranianas gastaron al menos USD 2 000 millones en el extranjero cada mes.[i] El monto anual estimado de las remesas inversas – de USD 24 000 millones – excede de manera dramática al de las remesas tradicionales que siguen llegando a Ucrania, que en 2023 fueron de USD 11 400 millones.[ii]
Restricciones a las transferencias de fondos al extranjero
El volumen de fondos procedentes de Ucrania que personas ucranianas desplazadas gastan en el extranjero sigue siendo alto, a pesar de que el BNU impuso restricciones significativas a la posibilidad de transferir divisas desde el país a partir de la invasión. El BNU adoptó de inmediato nuevas normas[iii] que rigen la operación del sistema bancario durante un período de ley marcial con el propósito de garantizar la estabilidad del mercado de la moneda nacional y, de este modo, reducir el riesgo de que haya especulaciones sobre dicho mercado y evitar la salida de capitales desde Ucrania.
A pesar de que se aligeraron algunas restricciones sobre el funcionamiento del sistema bancario desde que empezó la guerra, siguen habiendo limitaciones para las personas. Por ejemplo, prácticamente se encuentra prohibido realizar transferencias SWIFT desde Ucrania hacia el extranjero. Las únicas excepciones previstas son para el pago de estudios en instituciones educativas extranjeras y tratamientos de salud en otros países. También se aplican restricciones especiales al retiro de dinero en efectivo con tarjetas bancarias ucranianas en el exterior. Desde cuentas en grivnas (la moneda nacional de Ucrania), el límite es el equivalente a 12 500 grivnas por semana calendario (aproximadamente 275 euros). El límite para retirar efectivo usando tarjetas de cuentas ucranianas denominadas en moneda extranjera es mucho mayor y equivale a 100 000 grivnas por día (aproximadamente, 2 200 euros).
Las restricciones que establecieron las autoridades regulatorias no han tenido un impacto significativo en el volumen de remesas inversas desde Ucrania. Por el contrario, solo en 2022, como mínimo se triplicaron en términos interanuales. Resulta claro que los principales destinatarios de estos fondos que provienen de Ucrania son personas ucranianas que se han visto forzadas a migrar.
Investigación de campo en Alemania y Austria
Ante el carácter novedoso de este fenómeno y el impacto que podría tener en todas las partes interesadas, decidí realizar varias entrevistas cualitativas a personas ucranianas que se encontraban en situación de migración forzada en Alemania y Austria, con el propósito de que respondieran a preguntas de actualidad, como las siguientes:
- ¿Qué vías para la asistencia financiera desde el lugar de origen usan de manera más habitual las personas refugiadas ucranianas (transferencias bancarias, pagos en línea, criptomonedas, efectivo, etc.)?
- ¿Cuán significativo es este apoyo para las personas ucranianas desplazadas que están en el extranjero y en qué se suelen gastar los fondos que reciben?
- ¿Qué desafíos enfrentan las personas refugiadas en relación con las remesas inversas (restricciones en cuanto a la cantidad de dinero que se puede transferir o retirar con una tarjeta, comisiones elevadas de conversión de divisas, etc.)?
- ¿Influye el género de las personas ucranianas desplazadas en la dinámica y las características de las remesas inversas?
Por último, los hallazgos de la encuesta procuraron esclarecer las implicaciones de las remesas inversas tanto para Ucrania como para los países de acogida, con el fin de formular recomendaciones que potenciaran los efectos positivos, y mitigaran los efectos negativos, de tales transferencias para todas las partes interesadas.
Acceso al apoyo financiero que se envía desde el lugar de origen
Casi todas las personas ucranianas que se entrevistaron y que se habían visto forzadas a migrar confirmaron que habían recibido remesas desde Ucrania o que seguían recibiéndolas. La frecuencia de estas remesas inversas era mayor durante el período inmediatamente posterior a la llegada al país de acogida. En la mayoría de los casos, la periodicidad de estas transferencias desde Ucrania comenzó a disminuir con el tiempo. Algunas personas ya no recibían fondos desde Ucrania, principalmente debido a que se integraron en la sociedad de acogida y, en particular, en el mercado laboral local.
No obstante, hay otros motivos por los cuales el flujo de remesas inversas se ha reducido. Por ejemplo, una mujer ucraniana dijo al respecto:
“En Ucrania, las circunstancias cambiaron. Antes mi esposo podía transferirnos dinero, pero ahora ya no puede hacerlo porque sus gastos aumentaron mucho, mientras que su salario sigue siendo el mismo”.
Los patrones de gastos en los que incurren las personas ucranianas en los dos países donde se llevó a cabo la investigación parecen ser bastante similares y limitados. Los gastos se destinan, principalmente, a alimentación, vestimenta, educación y entretenimiento. Esto último incluye visitas a museos y exhibiciones, centros de entretenimiento infantil, cines y lugares semejantes.
Al preguntarles de quiénes recibían las remesas inversas, las personas entrevistadas a menudo mencionaban a sus esposos y a otros familiares. La mayoría de las personas que respondieron a la encuesta fueron mujeres, ya que las mujeres, las niñas y los niños representan más del 80% de la población procedente de Ucrania que se vio obligada a migrar. Entre otras fuentes de ingresos, a menudo también se mencionaban salarios pagados en Ucrania y ahorros propios.
Los resultados de la encuesta indican que las rigurosas restricciones impuestas por el BNU al retiro de fondos en el extranjero han ocasionado que el uso de las tarjetas emitidas por bancos ucranianos sea la principal opción para que los ucranianos puedan acceder a su dinero fuera de Ucrania. Las tarjetas se usan de dos formas: ya sea para pagar en forma directa en cajas o para retirar la cantidad de efectivo que se precisa en un cajero automático. En ambos casos, las grivnas se convierten en forma automática a la moneda local (en este caso, el euro). Diversas personas encuestadas comentaron que este método, aunque sea la única opción, ofrece algunas ventajas evidentes, como la practicidad, la velocidad y el acceso a la banca en línea desde donde pueden llevar un seguimiento de operaciones y saldos.
Un número limitado de participantes mencionó haber retirado dinero en efectivo desde Ucrania, ya sea para uso personal o para terceros. Un dato curioso es que ninguna de las personas entrevistadas mencionó los sistemas de pagos internacionales en línea o las criptomonedas como forma de transferir dinero desde Ucrania.
Continuidad de la dependencia
Se identifican dos tendencias principales vinculadas con la importancia que siguen teniendo los fondos recibidos desde Ucrania. Para una amplia proporción de las personas encuestadas, las transferencias que reciben desde su lugar de origen siguen siendo un sostén significativo en el país de acogida, en particular cuando esas personas directamente no tienen un empleo remunerado o reciben un salario bajo. Con frecuencia, los pagos de seguridad social que otorgan los gobiernos de acogida no son suficientes para que las personas refugiadas cubran por completo sus necesidades básicas, en especial en el caso de familias con niños y niñas o personas con discapacidad. En tales situaciones, las remesas inversas ayudan a las personas a sobrellevar distintas dificultades económicas y necesidades imprevistas. Algunas de las personas entrevistadas también indicaron que recibir periódicamente ayuda económica desde Ucrania es fundamental para mantener el alto estándar de vida que tenían en su país de origen antes de la guerra.
Un grupo más reducido indicó que las remesas inversas ya no les representan una diferencia significativa. Si bien dependían mucho de ellas en un primer momento, eso ha cambiado, ya que han conseguido empleo en el país de acogida. Una entrevistada en Austria, señaló que el hecho de que su dinero proceda de Ucrania le representa, en cierto modo, una carga:
“Sigo trabajando de manera remota en Ucrania, pero el tiempo y la dedicación que mi empleador espera de mí son excesivos e injustificados. Sí, gano algo de dinero en mi país de origen que puedo gastar aquí. Sin embargo, es una cifra muy ínfima de la cual ya prácticamente no dependo”.
Todas las personas que migraron de manera forzada de Ucrania y a quienes entrevistamos señalaron que no atraviesan dificultades vinculadas con transferir fondos ni gastar su dinero en el país de acogida. Las personas ucranianas son bastante comprensivas con respecto a las comisiones que cobran las instituciones bancarias para convertir grivnas a euros. Dado que los montos que suelen retirar de cajeros automáticos o que gastan en terminales de caja son bastante modestos, tales comisiones no les resultan demasiado elevadas. Lo mismo cabe afirmar sobre las restricciones que impuso el BNU. Son muy pocos los casos en que las personas entrevistadas superaban los límites establecidos por dicha entidad.
Diferencias de género en las respuestas
Los hombres tuvieron una representación mucho menor entre las personas encuestadas y sus respuestas se diferenciaron, en cierto modo, de los hallazgos generales. En primer lugar, algunos de ellos no recibían directamente remesas inversas desde Ucrania. Asimismo, señalaron que se mantenían exclusivamente con el empleo conseguido en el país de acogida y que no dependían de asistencia económica enviada desde su lugar de origen. En segundo lugar, quienes sí usan fondos procedentes de Ucrania dependen exclusivamente de sus salarios, del pago que reciben por el trabajo remoto que realizan o de ahorros. No se mencionó recibir asistencia de familiares, salvo en un único caso:
“No necesito asistencia sustancial de mis familiares en Ucrania. Soy yo quien tiene que ayudarles. Sin embargo, en algunas ocasiones excepcionales, recibo sumas modestas que me envían. Por ejemplo, podría ser un obsequio financiero que mandan mis padres cuando cumple años alguno de sus nietos. Ese es el único motivo por el que les permito que me envíen fondos”.
Principales hallazgos y recomendaciones
La investigación confirmó que las personas refugiadas ucranianas dependen en gran medida de remesas inversas, sobre todo en el período inmediatamente posterior a trasladarse al extranjero. También demostró que las limitaciones legales y los aranceles vigentes no impiden la transferencia, la conversión ni el uso de fondos que se reciben desde Ucrania. Las entrevistas no revelaron que haya diferencias fundamentales entre las respuestas en Alemania y Austria. Por consiguiente, sería razonable suponer que podrían obtenerse hallazgos similares a través de encuestas en otros países, principalmente dentro de la Unión Europea, que han acogido a personas que migraron de manera forzada desde Ucrania en los últimos dos años. De hecho, podría observarse un uso incluso más significativo de remesas inversas por parte de personas ucranianas en países que no brindan el mismo nivel de protección social y económica y oportunidades laborales como Alemania y Austria. De existir tales discrepancias, podrían revelarse en próximas investigaciones.
Los hallazgos de la encuesta posibilitan que se formulen recomendaciones para todas las partes interesadas y responsables de políticas relevantes:
- Para personas en situación de migración forzada
El deseo expresado por la mayoría de quienes respondieron, de dejar de depender de tales transferencias tan pronto como sea posible, podría lograrse mediante una integración más activa en las sociedades de acogida. Sin duda, la adquisición de conocimientos de idioma y el empleo formal en el país de acogida contribuirán a reducir y, en última instancia, poner fin al flujo de remesas inversas. - Para los países de acogida
Que haya personas refugiadas ucranianas que todavía dependan de asistencia económica desde Ucrania manifiesta la necesidad de seguir ofreciendo diversas formas de apoyo, que incluyen cursos de integración accesibles, beneficios sociales y económicos y asistencia para encontrar empleo. Reducir o interrumpir dicha asistencia tendría un impacto negativo considerable en la situación socioeconómica de estas personas desplazadas. - Para Ucrania
Las autoridades ucranianas deberían intensificar el diálogo con sus socios extranjeros con respecto a continuar el apoyo socioeconómico para las personas ucranianas en el extranjero. Cualquier sugerencia por parte de políticos ucranianos de que esta ayuda debería interrumpirse con el fin de alentar a que las personas refugiadas regresen al país sería una medida contraproducente[iv]. Mientras persista la guerra, la mayoría de las personas que se vieron forzadas a migrar no regresarán a su país, pero si se reduce el apoyo que brindan los países de acogida, entonces se incrementará el grado de dependencia que tienen esas personas de las remesas inversas. Esto, a su vez, agudizará las dificultades que atraviesa el sistema financiero y monetario de Ucrania en la actualidad[v].
Taras Romashchenko
Profesor visitante y catedrático principal, Universidad de Bielefeld, Alemania, y
profesor asociado de Economía Internacional, Universidad Nacional Bohdan Khmelnytsky de Cherkasy, Ucrania
taras.romashchenko@uni-bielefeld.de
linkedin.com/in/taras-romashchenko
[i] The New Voice of Ukraine, ‘Ukrainians’ expenditures abroad triple to $2 billion a month’ [en inglés], 12 de diciembre de 2022 bit.ly/ukrainian-expenditure-abroad
[ii] Banco Nacional de Ucrania, ‘External sector statistics’ [en inglés] https://bank.gov.ua/en/statistic/sector-external
[iii] Banco Nacional de Ucrania (2022), Resolution on the working of the banking system in the period of martial law [en ruso] bit.ly/ukraine-martial-law-banking
[iv] Véase ‘Asesor en Kiev: Las personas refugiadas ucranianas deberían regresar a su patria’ [en alemán], Tages Anzeiger, 20 de enero de 2024 bit.ly/ukraine-refugees-should-return
[v] Expreso mi sincero agradecimiento a mis colegas, la Prof.a y Dra. Antje Missbach y el Prof. y Dr. Mathias Czaika, por la inspiración y las ideas valiosas que aportaron durante nuestra colaboración. También agradezco especialmente a todas las personas entrevistadas por el tiempo dedicado y la predisposición que demostraron.
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