- May 2024

Un equipo de cuatro expertas duchas en el perfeccionamiento de las competencias de las personas refugiadas, la facilitación de los vínculos laborales, la inversión de impacto y la investigación sobre la inclusión económica que, además, cuentan con experiencia vivida como refugiadas, analizan los obstáculos a los que se enfrentan las comunidades desplazadas a la hora de acceder al empleo digital y la manera de superarlos.
En teoría, el trabajo digital beneficia tanto a las personas refugiadas como a las comunidades de acogida. Las personas refugiadas pueden ganarse la vida sin competir con la comunidad anfitriona por los puestos de trabajo a nivel local y las empresas pueden lograr una mano de obra diversa. Sin embargo, las personas desplazadas a menudo hacen frente a barreras significativas a la hora de acceder al trabajo formal e informal en el sector digital, que van desde el perfeccionamiento de las competencias propias para adaptarlas al mercado hasta el acceso a oportunidades remuneradas tras la formación, pasando por el desbloqueo de capital para financiar los medios de vida digitales. Este artículo analiza la manera en la que se pueden abordar estos retos.
La experiencia de Andhira con el empleo y las competencias digitales
Soy una refugiada sudanesa y vivo en Kenya desde hace 20 años. Para las personas desplazadas de larga data, como yo, la formación para el empleo suele ser un factor clave para abrir oportunidades. El trabajo digital supone una alternativa más accesible e inclusiva a un puesto de trabajo formal que, además, requiere de menos permisos. Por tanto, me interesaba formarme para poder acceder a oportunidades laborales en este ámbito.
Mi experiencia comenzó con un curso de capacitación digital de un mes impartido por una organización sin ánimo de lucro que trabaja con personas refugiadas. El curso se centraba en la adquisición de competencias básicas de informática y en la creación de perfiles en las principales plataformas digitales de empleo por cuenta propia. Aunque se trataba de una prometedora oportunidad, tardé seis meses en conseguir un empleo en línea, ya que las destrezas básicas en informática no eran suficientes. Además, aparte de las reconocidas dificultades asociadas a la infraestructura (como el acceso a un ordenador, a una conexión estable a Internet, a una corriente eléctrica y a una cuenta o plataforma de pago, elementos que el programa de formación no me facilitó), necesitaba adquirir competencias digitales más avanzadas o especializadas en transcripción, traducción o redacción académica para poder conseguir mi primer trabajo y comenzar a desarrollar un perfil sólido.
El desarrollo de las competencias para el trabajo digital
Como demuestra la experiencia de Andhira, las personas refugiadas buscan empleos en el sector digital para superar las limitaciones de su derecho a trabajar a nivel local y a acceder a mejores oportunidades. Sin embargo, muchas carecen de las competencias, redes y conocimientos sobre el sector que necesitan para generar ingresos mediante el trabajo en línea. Capacitar a las personas refugiadas para desenvolverse en la economía digital es esencial para que puedan desarrollar y mantener sus carreras profesionales más allá de las fronteras, a pesar de los obstáculos jurídicos, logísticos y de actitud.
Hay una creciente necesidad a nivel mundial de personas trabajadoras que cuenten tanto con competencias técnicas digitales como con habilidades no técnicas o interpersonales. Se estima que los puestos de trabajo más demandados serán aquellos para los que se exige un alto nivel de estudios, así como habilidades intensivas en tareas sociales e interpretativas. Se espera un crecimiento del empleo en las industrias punteras, por ejemplo, especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje automático, especialistas en sostenibilidad, analistas en seguridad de la información o ingenieros especializados en tecnologías financieras. Estas tendencias están respaldadas por los datos de las plataformas de empleo autónomo, donde ha aumentado la oferta de puestos relacionados con la informática, como especialistas en aprendizaje automático, automatización de tareas y análisis de datos.
La necesidad de competencias interpersonales no técnicas
Según el Foro Económico Mundial, las competencias que los empleadores perciben como más relevantes para los empleos del futuro son las habilidades cognitivas, como el pensamiento analítico y creativo, la eficiencia, la resiliencia, la flexibilidad y la agilidad (capacidades que muchas personas refugiadas poseen por el mero hecho de haberse desplazado), la motivación y la autoconciencia, así como la curiosidad y el aprendizaje continuo a lo largo de la vida. De hecho, en el mundo laboral internacional, la brecha de talento es mayor para las habilidades interpersonales que para las competencias técnicas digitales.
Para aprovechar la oportunidad de participar en el mercado laboral digital, las personas refugiadas necesitan adquirir estas habilidades no técnicas y, además, deben ser capaces de comunicarse y colaborar en un entorno virtual, así como de comprender las diferentes culturas en lo relacionado con el trabajo. Los planes de formación suelen pasar por alto la importancia de las habilidades interpersonales o no técnicas. Organizaciones como Na’amal, una entidad que da apoyo a las comunidades refugiadas mediante capacitación y mentoría centradas en las habilidades interpersonales y el trabajo en remoto, pueden ayudar a conectar a las personas desplazadas por la fuerza con oportunidades laborales. Na’amal también trabaja con organizaciones socias para abordar el acceso a la infraestructura digital y abogar por mejorarlo.
La falta de vínculos en mercado para el talento desplazado actualizado en competencias
Incluso cuando se tiene toda la capacitación demandada y centrada en el mercado, sigue existiendo una brecha crítica: la falta de vínculos en el mercado entre el talento de las personas refugiadas y sus empleadores. Las personas egresadas de programas de formación impartidos por organizaciones de apoyo a las comunidades desplazadas hacen frente a innumerables obstáculos para acceder a oportunidades de empleo en línea sostenibles.
Las restricciones geográficas que imponen las plataformas excluyen a comunidades desplazadas y locales de muchas plataformas conocidas de empleo por cuenta propia y de medios de pago que las empresas internacionales utilizan para encontrar, contratar y remunerar a personal cualificado. Esto afecta de manera desproporcionada a los países con mayores tasas de personas desplazadas. Sin el acceso a estas plataformas, tanto las personas refugiadas como las locales lo tienen difícil incluso para que se las considere para un empleo, máxime para competir y asegurar oportunidades de empleo. Incluso en los países de acogida aceptados por las plataformas, puede que no se encuentren personas con talento o que se confíe en ellas en un mercado de trabajo en línea ya de por sí competitivo. Para lograr el empleo a gran escala de la comunidad refugiada en la economía digital es necesario establecer vínculos deliberados y concretos con los mercados. Una manera de fomentar la creación de dichos vínculos es colaborar con el sector privado para redirigir la demanda existente a fuentes de talento que normalmente se pasan por alto.
¿Cómo fomentan las políticas de externalización de impacto la contratación de personas desplazadas?
Aunque existen plataformas de selección de personal y redes corporativas centradas en facilitar el acceso de las personas refugiadas a un empleo formal, la externalización de impacto supone una oportunidad poco aprovechada de conectar el talento de las personas refugiadas con proyectos de trabajo autónomo justo. El término «externalización de impacto», acuñado por primera vez en 2013 por la Fundación Rockefeller, es «una práctica laboral inclusiva por la que las empresas en las cadenas mundiales de suministro contratan y brindan oportunidades de desarrollo profesional de manera intencionada a aquellas personas que, de otro modo, tendrían pocas posibilidades de acceder a un empleo formal».
Los procesos de adquisición de servicios digitales ya son rutinarios en la actividad de empresas, pequeñas y medianas empresas, empresas emergentes, organizaciones no gubernamentales e incluso organizaciones gubernamentales. En muchos casos, ya se han puesto en marcha iniciativas en materia de diversidad, equidad, inclusión e impacto social para dar trabajo a personas procedentes de comunidades infrarrepresentadas. Por tanto, sin que sea necesario cambiar el comportamiento del mercado, se pueden aprovechar las prácticas corporativas y los proyectos de externalización existentes para dirigir las oportunidades de empleo hacia las personas desplazadas con talento.
Los gobiernos están introduciendo cada vez más requisitos de presentación de informes para que las empresas demuestren su impacto social a través de los bienes y servicios que adquieren. También están exigiendo que sus propios organismos públicos hagan lo mismo. Al externalizar el trabajo en organizaciones que apoyan el empleo de las personas refugiadas, las empresas pueden cumplir con sus compromisos de impacto social, mejorar su competitividad para asegurar contratos con los gobiernos u otras empresas y satisfacer así las demandas de los inversores.
Poner en relación a las personas desplazadas con trabajos digitales dignos
¿Cómo puede conectar el sector privado con las personas desplazadas con talento? Para ello, existen organizaciones intermediarias que se dedican a poner en contacto a empresas, empresas emergentes, pequeñas y medianas empresas, organizaciones no gubernamentales o agencias gubernamentales con equipos talentosos de las comunidades de refugiados y anfitrionas. Un ejemplo de esto es EqualReach, una empresa social fundada por Giselle Gonzales, una de las coautoras del presente artículo. Giselle identificó en el mercado una demanda de fuerza laboral contingente y fiable, para lo que se basó en las prácticas que observó en el sector privado mientras colaboraba con empresas de la lista Fortune 50.
EqualReach pone en contacto a equipos de profesionales autónomos verificados procedentes de comunidades desplazadas que pueden trabajar en proyectos digitales con empresas del sector privado. Estos equipos participan en proyectos para los que se requiere una amplia variedad de competencias. Por ejemplo, hay una empresa que está llevando a cabo dos proyectos con EqualReach: uno sobre automatización de procesos sobre desarrollo web e ingeniería de DevOps y otro sobre investigación web de baja complejidad. Dos equipos de profesionales capacitados y fiables de Kenya y Etiopía están llevando a cabo estos proyectos a través de Na’amal, proveedora de confianza de EqualReach, lo que les permite ganar entre 4 y 10 veces más en comparación con las oportunidades similares disponibles para las comunidades refugiadas en la región.
Los equipos son identificados mediante procesos de selección y la colaboración con organizaciones lideradas por personas refugiadas, empresas sociales e iniciativas gubernamentales o no gubernamentales existentes que apoyen a las comunidades desplazadas y anfitrionas con capacitación, acceso a infraestructuras o tecnología digitales, mentorías, orientación profesional y orientación sobre la regulación local con experiencia a nivel hiperlocal.
EqualReach presenta una cuidada selección de equipos profesionales entre los que las empresas pueden elegir, que se preseleccionan en función de los requisitos de cada proyecto, y facilita la contratación, la remuneración y la comunicación con el personal durante todo el proceso. Esto elimina muchas de las barreras a las que normalmente se enfrenta la comunidad refugiada a la hora de trabajar con clientela internacional, al mismo tiempo que posiciona a las personas desplazadas con talento como sus principales clientes para evitar la explotación y maximizar las ganancias que obtienen.
Desbloquear capital para los medios de vida digitales
Las innovadoras empresas sociales que facilitan la participación del sector privado y las empresas que contratan y abastecen de trabajo a las personas refugiadas, especialmente aquellas lideradas por comunidades desplazadas, necesitan inversión para maximizar el potencial del trabajo digital, pero a menudo se enfrentan a obstáculos a la hora de asegurar la financiación. El creciente ámbito de la «inversión centrada en las personas refugiadas» está bien posicionado para movilizar capital de impacto para abordar este desafío, al tiempo que alivia la presión sobre las necesidades de financiación humanitaria y colma las lagunas de las inversiones tradicionales.
Refugee Investment Network, la primera red colaborativa de financiación combinada e inversión de impacto dedicada a aportar soluciones al desplazamiento forzado mundial, ha desarrollado un marco de inversión centrada en las personas refugiadas para este fin. Esta perspectiva permite a los inversores evaluar y rastrear las inversiones que promueven la autosuficiencia de las personas refugiadas. Abarca la inversión en «empresas de apoyo a las comunidades refugiadas», es decir, aquellas que les ofrecen puestos de trabajo, incluyendo empleos digitales, o que obtienen productos de empresas que lo hacen.
Tim Docking, director ejecutivo de la Refugee Investment Network, lo explica así: «Gracias a nuestro análisis del mercado de la inversión centrada en las personas refugiadas en África oriental, hemos descubierto que algunas de las principales empresas lideradas y respaldadas por personas refugiadas hacen uso de Internet, lo que reduce los costes de inicio de la actividad empresarial y ofrece posibilidades de trabajo en remoto. Los inversores suelen estar familiarizados con los modelos de negocio tecnológicos y les atrae la posibilidad de invertir en ellos».
Es posible incentivar la inversión de capital centrado en las personas refugiadas por parte de la comunidad de inversores, proporcionándoles redes sólidas, herramientas y asesoramiento. Las empresas que apoyan a la comunidad refugiada pueden fortalecerse, de tal manera que atraigan a un mayor número de inversores a través de asistencia técnica para desarrollar sus capacidades en torno a la alfabetización financiera y digital. Es fundamental crear una robusta oferta de empresas con potencial de inversión, así como un flujo constante de propuestas empresariales y de captación de inversiones, para promover un ecosistema de inversión centrada en las personas refugiadas, al igual que destacar los casos de éxito.
Un ejemplo de esto es Chatterbox, un programa de aprendizaje de idiomas en línea con sede en Reino Unido, fundado por personas refugiadas y dirigido a profesionales, que presta servicios a sus clientes corporativos, al mismo tiempo que recurre al talento de las personas refugiadas y otras comunidades marginalizadas, integrándolas así en la economía digital. La empresa ha recibido apoyo por parte de inversores en Europa y en Silicon Valley en vista de su impacto social y su viabilidad financiera.
No obstante, la financiación tradicional en empresas de riesgo no siempre se corresponde con proyectos de medios de vida digitales en contextos de desplazamiento y mercados emergentes. La financiación combinada, la financiación para el desarrollo y los enfoques innovadores, como la financiación basada en resultados, pueden ayudar a reducir los riesgos percibidos y alinear el interés de los inversores con el impacto social a nivel local.
Otros ejemplos de empresas de impacto que proporcionan empleo en la economía digital a personas refugiadas son NaTakallam, una plataforma de aprendizaje de idiomas y traducción; CONCAT, una agencia de desarrollo web, y Humans in the Loop, una empresa que da trabajo a personas refugiadas en Oriente Medio y África en anotación de datos y otros servicios de inteligencia artificial.
Humans in the Loop utiliza sus beneficios para apoyar a sus ONG socias y para ofrecer oportunidades de perfeccionamiento de competencias. Su fundadora y directora ejecutiva, Iva Gumnishka, explica: «Valoramos la posibilidad de obtener inversión dilutiva, pero la valoración por parte de los inversores tradicionales y de impacto no fue buena». Su observación refleja la necesidad de capital en un amplio abanico de expectativas de retorno e impacto para hacer avanzar a empresas sociales eficientes en este ámbito.
Además de la inversión en modelos de empleo, las inversiones de impacto para desarrollar ecosistemas que aumenten la alfabetización digital, la facilitación de la inclusión financiera y la generación de la infraestructura digital necesaria son importantes para apoyar los medios de vida digitales. Invertir en medios de vida digitales con una perspectiva centrada en las personas refugiadas contribuye a «promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos» (el octavo de los Objetivo de Desarrollo Sostenible) y apoya la Agenda de Aceleración Digital de los ODS.
Discusión
Si bien el trabajo digital supone una alternativa para la creación de medios de vida decentes para las personas refugiadas, en la práctica hay muchos desafíos invisibles. Por ejemplo, la falta de una adecuada capacitación en competencias digitales que comprenda habilidades avanzadas como el desarrollo web, la programación o la ciencia de los datos, así como habilidades interpersonales, competencias lingüísticas y orientación profesional. Junto a las competencias transferibles, las personas refugiadas necesitan acceder a redes profesionales, a oportunidades para ganarse la confianza y la experiencia necesarias para una mejora laboral, así como inspirarse para lograr sus metas en un entorno social positivo. Y, lo que es más importante, se necesitan iniciativas que creen vínculos de mercado para conectar a las personas desplazadas por la fuerza con oportunidades laborales dignas y desbloquear la inversión de capital en empresas sociales pertinentes.
Para lograr una sostenibilidad financiera, un impacto social duradero y un empleo justo y escalable, es necesario lo siguiente:
- Proporcionar formación orientada a la demanda que abarque tanto las competencias técnicas como no técnicas y que permita a las personas desplazadas con talento acceder a medios de vida decentes y dignos que se correspondan con sus aspiraciones.
- Dar apoyo a los mercados justos y a los intermediarios que dan empleo a la comunidad refugiada y ponen en contacto a clientes internacionales con personas con talento a través de un abastecimiento de impacto en el marco de contratos que les permitan adquirir experiencia y generar ingresos competitivos a nivel mundial.
- Movilizar al sector privado y el capital de impacto con una perspectiva centrada en las personas refugiadas, mediante una financiación que permita poner en marcha modelos innovadores y ampliar empresas locales que den empleo a la comunidad refugiada y se abastezcan de ella, todo ello con el fin de propiciar su inclusión económica y su autosuficiencia.
- Continuar desarrollando alianzas público-privadas y filantrópicas para invertir en infraestructura digital, desde ordenadores hasta servicios de Internet, y aumentar el acceso para las comunidades refugiadas y anfitrionas.
Este enfoque multifacético que implica a diversas partes interesadas, desde organizaciones comunitarias y emprendedores hasta corporaciones y entidades financiadoras, creará economías digitales inclusivas que beneficiarán tanto a las personas desplazadas por la fuerza como a las comunidades que las acogen.
Andhira Yousif Kara
Investigadora asesora y defensora de las personas refugiadas
annkakaliya@gmail.com linkedin.com/in/andhira-kara-a72121a1/
Lorraine Charles
Directora ejecutiva de Na’amal e investigadora asociada del Centre for Business Research, Universidad de Cambridge
lorraine@naamal.org linkedin.com/in/lorraine-charles/
Giselle Gonzales
Fundadora y directora ejecutiva de EqualReach
giselle@equalreach.io linkedin.com/in/gisellegonzales/
Selen Ucak
Responsable de emprendimiento de la Refugee Investment Network y consultora sobre impacto
selen.ucak@refugeeinvestments.org linkedin.com/in/selenucak/