Más allá de la consulta: crear alianzas significativas a través de la participación

Debido a las tan arraigadas desigualdades de poder, las voces de las personas con experiencia vital en desplazamientos suelen minimizarse o silenciarse dentro de los sectores humanitario, gubernamental y académico. Proponemos un modelo de alianza serio que vaya más allá de la consulta.

Los investigadores, los trabajadores humanitarios y de las ONG, las agencias de la ONU y los Gobiernos que acogen a las personas refugiadas reconocen cada vez más los imperativos prácticos y éticos de consultar de verdad a las poblaciones desplazadas[1]. Muchas de estas partes interesadas han realizado importantes esfuerzos para ampliar la participación de los refugiados mediante la adopción e implementación del Pacto Mundial sobre los Refugiados (GCR, por sus siglas en inglés). El GCR ofrece un plan de estrategias coordinadas de respuesta para aliviar la presión sobre los Estados de acogida y promover una mayor autosuficiencia de las personas refugiadas. Dado que las decisiones tomadas en lo que respecta a políticas y programas repercuten directamente en la vida de las personas desplazadas, no se puede dejar de recalcar la importancia de su inclusión. Sin embargo, ¿cómo es la participación “más allá de la consulta” en la práctica?

Es necesario aclarar qué es lo que supone una participación plena y significativa, y establecer unas vías claras de participación para que todas las partes interesadas puedan trabajar sistemáticamente hacia su consecución. La Global Refugee-led Network (GRN) identifica la participación significativa como algo que ocurre:

Cuando los refugiados —con independencia de su ubicación, reconocimiento legal, género, identidad y demografía— están preparados para participar y participan en los foros y procesos en los que se desarrollan estrategias o se toman decisiones (incluso a nivel local, nacional, regional y mundial, y especialmente cuando facilitan las interacciones con los Estados de acogida, los donantes u otros organismos influyentes), de una manera ética, sostenida, segura y con apoyo financiero[2].

Adoptamos esta potente definición que consideramos apropiada para todos los colectivos desplazados, no solo por su claridad y utilidad para identificar cuándo se produce o no la participación, sino también porque fue establecida por las propias personas desplazadas.

Para proponer un nuevo marco de participación significativa más allá de la consulta, nos basamos en nuestras experiencias personales. En concreto, aprovechamos las experiencias de Christa como una investigadora que frecuentemente ha de consultar y asociarse con personas desplazadas en su labor de investigación académica, junto con las experiencias de Anila como investigadora y como líder femenina de New Women Connectors, una organización dirigida por refugiados (RLO, por sus siglas en inglés), a la que se le consulta con frecuencia pero que rara vez es considerada como una socia igualitaria o como una “experta” en los proyectos a los que contribuye.

Las consultas con las personas y las comunidades desplazadas suelen producirse con muy poca frecuencia y demasiado tarde, si es que se producen. Por ejemplo, los investigadores pueden seleccionar a refugiados como participantes en las encuestas o como asistentes de investigación, pero rara vez les consultan para desarrollar la pregunta que ha motivado el estudio o para establecer el programa de investigación. Del mismo modo, los actores de las ONG pueden observar a las comunidades desplazadas para determinar qué intervenciones humanitarias deben implementar, pero no permiten a los beneficiarios de la ayuda evaluar las intervenciones existentes o proponer otras nuevas. Cuando no se consulta a las personas desplazadas durante todas las fases (desde el diseño hasta la implementación y la evaluación), muchas sienten que se infravaloran sus esfuerzos. Sus voces y su experiencia quedan minimizadas. Esta insuficiente consulta refleja una flagrante brecha de poder entre los actores mundiales de la gobernanza de los refugiados y las personas a las que pretenden ayudar.

Nada sobre nosotros sin nosotros

Proponemos un marco transformador que haga honor al llamamiento realizado por la GRN y otros líderes desplazados de que “nada sobre nosotros sin nosotros”[3]. Nuestro modelo capta cómo la mayoría de los actores, a pesar de sus mejores intenciones, diseñan intervenciones en el ámbito de la investigación, humanitarias o políticas que se basan en el concepto de “hacer a” —es decir, donde las personas desplazadas son receptoras pasivas de una intervención— o quizás “hacer para”, donde hay una participación limitada pero no hay una verdadera representación o poder. El objetivo de una alianza verdadera y significativa requiere “hacer con”.

Al ascender niveles, desde el “hacer a” hacia el “hacer con”, las consultas adquieren más sentido porque se producen con más frecuencia y permiten una participación más diversa. Además, las consultas tienen sentido cuando permiten a las personas desplazadas expresar sus distintas formas de conocimiento (“vitales”, “de experto” o de otro tipo[4]) y cuando estas expresiones son reconocidas y validadas por todas las partes consultantes.

El “hacer a” se produce cuando los actores humanitarios, de investigación y gubernamentales no desplazados dejan de consultar a las personas desplazadas, cuando las consultas son superficiales o simbólicas y las experiencias vitales no se valoran como experiencia, o cuando estas consultas sirven a los intereses y prioridades de los actores externos en lugar de reflejar los de los desplazados. En casos extremos, el “hacer a” puede incluir la cooptación de las voces desplazadas: cuando se representa a las personas o se interpretan sus experiencias sin reconocer su autonomía, su intelecto y sus capacidades.

El siguiente nivel —“hacer para”— supone una mejora, pero las asimetrías de poder persisten. Aunque aparentemente a las personas desplazadas se les da más espacio en la mesa, normalmente solo se les invita de forma selectiva a determinadas reuniones de alto nivel, no contribuyen a la elaboración del orden del día y rara vez se les permite invitar a otros participantes. La falta de acceso pleno e igualitario limita a su vez la capacidad de las personas desplazadas de compartir sus conocimientos y no se les llega a considerar como “expertas”.

El “hacer con” representa el mayor logro en el avance de la participación significativa, aunque solo se produce en raras ocasiones. En este caso, los diálogos participativos son abiertos, sin resultados predeterminados, y las personas desplazadas participan en el establecimiento del orden del día, el diseño del proyecto, la implementación y la evaluación. Este estrecho compromiso de las personas desplazadas garantiza que todos los estudios, intervenciones y programas beneficien a las comunidades desplazadas y les resulten útiles. Se empodera a las personas para que dejen de ser objeto de investigación o “beneficiarios de la ayuda” y se conviertan en expertos e iguales: se reconocen por igual los conocimientos expertos y vitales de las personas desplazadas. A través de la cocreación de espacios para la producción de conocimiento, las persistentes asimetrías de poder comienzan a debilitarse.

Medidas prácticas más allá de la consulta

Anila y su equipo de New Women Connectors han identificado preguntas prácticas para que las partes interesadas evalúen sus actuales enfoques participativos. Esta lista de preguntas no está completa, pero incluye sugerencias acerca de por dónde empezar la autorreflexión.

  • ¿Con qué frecuencia se consulta a las personas desplazadas en comparación con los actores no desplazados?
  • ¿Cómo se consulta a las personas desplazadas y en qué fases (por ejemplo, en el diseño de la investigación o del proyecto, en la implementación, en la evaluación y en la puesta en común de los resultados)?
  • ¿Pueden las personas desplazadas decidir qué responsabilidades (por ejemplo, asistente de investigación, encuestada, ponente en los debates) les gustaría tener dentro de un proyecto o están predeterminadas? ¿Pueden cambiarse los papeles?
  • ¿Quién decide dónde compartir los hallazgos del estudio o de la evaluación del proyecto? ¿Cómo se comunican los hallazgos y se debaten los próximos pasos con las personas desplazadas que participaron en su proyecto?
  • Y lo que es más importante, ¿pueden las personas desplazadas que trabajan con usted decir que no? ¿Crean ustedes un espacio adecuado no solo para escuchar las opiniones, perspectivas y conocimientos de las personas desplazadas, sino también para tenerlas en cuenta?

 

Avances para lograr una alianza significativa

Las siguientes sugerencias no son exhaustivas, pero pueden implementarse para afianzar la participación significativa más allá de la consulta en cualquier fase, incluso después de que se haya lanzado un proyecto. Estas sugerencias pretenden reducir las brechas de poder que minimizan o infravaloran las voces de las comunidades desplazadas, garantizar que las intervenciones sean empoderadoras y ayudar a cambiar la forma en que los actores de la gobernanza global se relacionan con los desplazados.

Participar desde el principio: las consultas son más significativas y productivas cuando la participación se produce lo antes posible. Si las personas desplazadas no se incorporan al diálogo hasta después de que se haya establecido una agenda, se reduce su capacidad de compartir conocimientos y de lograr un poder más equitativo.

Colaborar en todas las etapas: desde el diseño a la implementación, pasando por la evaluación y la difusión de conocimientos tras el proyecto. Una participación coherente y transparente afianza la probabilidad de que cualquier intervención beneficie a las comunidades desplazadas como se pretende.

Ampliar las oportunidades de participación: los profesionales e investigadores deberían explicar siempre sus proyectos, e incluir un debate honesto acerca del cambio que pueden esperar las personas desplazadas una vez finalizado el mismo. Las consultas deben producirse con un diálogo abierto en el que las personas desplazadas puedan elegir qué funciones son las más adecuadas para que las desempeñen, cambiar de función si lo desean, poder decir siempre que no y hacer preguntas.

Considerar el conocimiento y la experiencia como algo multidireccional: en todas las etapas de la investigación, o el diseño de programas o políticas, las personas desplazadas poseen muchas formas de experiencia que pueden contribuir a que las intervenciones externas sean más éticas y tengan más éxito. Permitir espacios flexibles donde las personas desplazadas realicen contribuciones formales e informales para que puedan enseñar en lugar de limitarse a aprender.

Comprometerse a responder a las solicitudes de fomento de la capacidad: los investigadores y las ONG deberían impartir cursos de formación basados en las aptitudes o conocimientos que les indiquen sus socios desplazados. La transferencia mutua de competencias cierra aún más las brechas de poder existentes.

Para las personas que no están seguras de cómo iniciar una colaboración significativa, las redes lideradas por refugiados y las RLO pueden ser de ayuda[5]. Los actuales consorcios de refugiados, como Global Refugee-led Network, R-SEAT (Canadá) o Refugee-led Organization Network (Uganda), están bien posicionados para facilitar las conexiones investigativas y la gestión de proyectos. Creemos que la responsabilidad de garantizar una colaboración significativa recae en los actores no refugiados, pero no necesitan ni deberían sentirse solos a la hora de mejorar la colaboración.

Conclusión

La creación de espacios para que las personas desplazadas aporten sus múltiples conocimientos puede ayudar a equilibrar las asimetrías de poder que actualmente restan mérito y magnitud a las contribuciones de las poblaciones desplazadas. Nuestras recomendaciones pretenden inspirar nuevas vías para que las alianzas significativas sean la norma y no la excepción. A medida que surjan estas colaboraciones, será necesario hacer un seguimiento de lo que funciona bien y atender a las áreas que no lo hagan. Dar pasos graduales desde el “hacer a” hasta el “hacer con” puede ayudar a avanzar en esta agenda hacia una alianza más significativa. Con cada paso, reafirmamos a la humanidad y el valor de todas las personas, una reafirmación que beneficia a todas las personas, con independencia de su condición de desplazadas o no desplazadas.

 

Christa Charbonneau Kuntzelman Christakuntzelman2022@u.northwestern.edu @ChristaKuntzel1

Doctora en Ciencias Políticas, Universidad del Noroeste e investigadora independiente

Anila Noor anoor@newwomenconnectors.com @nooranila

Miembro de la Junta Directiva, Global Refugee-led Network (GRN); cofundadora, Global Independent Refugee Women Leaders (GIRWL); investigadora adjunta, FFVT; fundadora, New Women Connectors

 

[1] Utilizamos el término “poblaciones desplazadas” para referirnos a cualquier persona que se vea obligada a abandonar su hogar debido a un conflicto, a las violaciones de los derechos humanos o a la necesidad de asegurarse un medio de vida no disponible en el lugar en que reside: solicitantes de asilo, refugiados, personas desplazadas internas y otras categorías de migrantes.

[2] GRN y Asylum Access (2019) Meaningful Refugee Participation as Transformative Leadership: Guidelines for Concrete Action https://bit.ly/refugee-participation-guidelines

[3] Nuestro modelo de hacer a, para y con ha sido adoptado de la New Economics Foundation (1998) Participation Works! 21 techniques of community participation for the 21st century https://bit.ly/participation-works y de Cifter A S, Dong H y Cook S (2021) “Sustaining Inclusive Design Collaborations between UK and Turkey through Co-Design Platforms”, Inclusive Design and Social Innovation, ​​Mimar Sinan Fine Arts University Publications

[4] Se ha adoptado la tipología del conocimiento vital y experto de Shakman-Hurd B (2015) Beyond Religious Freedom. Princeton University Press

[5] Véase Alio M, Alrihawi S, Milner J, Noor A, Wazefadost N y Zigashane P (2020) “Por y para refugiados: el liderazgo de los refugiados durante y después de la COVID-19”, Revista Migraciones Forzadas número 64 https://bit.ly/liderazgo-covid-sp

 

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