Un puente entre la juventud y el poder: la Junta Asesora para la Juventud en El Cairo

La experiencia adquirida en el desarrollo de la Junta Asesora para la Juventud en el seno de Saint Andrew’s Refugee Services, en El Cairo, evidencia la importancia y los retos de incluir las voces de los refugiados menores no acompañados cuando se debaten cuestiones que afectan directamente a sus vidas.

Nuestro objetivo al escribir este artículo es concienciar sobre los problemas a los que se enfrentan los menores no acompañados (MENA)[1] e inspirar una mayor inclusión de sus voces —nuestras voces— en la toma de decisiones y los debates políticos. También esperamos llamar la atención sobre lo necesario que es reconocer los conocimientos y habilidades que no encajan en los itinerarios educativos tradicionales, pero que complementan y tienen el mismo valor que los tipos de educación estándar. Los autores son antiguos y actuales miembros de la Junta Asesora para la Juventud y de la plantilla de jóvenes refugiados de Saint Andrew’s Refugee Services (StARS), una organización dirigida por población refugiada que les presta a ellos y a migrantes vulnerables que viven en Egipto servicios jurídicos, psicosociales, médicos y educativos. Como refugiados que somos, nuestras vidas a menudo sufren alteraciones que pueden hacer que nos resulte complicado obtener cualificaciones tradicionales, pero esto no debería ser un impedimento para la inclusión y la representación.

Los retos a los que se enfrentan los menores no acompañados

Egipto acoge a más de 285 000 refugiados y solicitantes de asilo inscritos[2], de los cuales más de 4000 son menores no acompañados y separados[3]. Los menores no acompañados refugiados en El Cairo se enfrentan a dificultades especiales para acceder a la educación, la atención sanitaria y los recursos financieros, además de sus traumas derivados de los viajes migratorios, la discriminación y cuestiones de protección.

Educación: el acceso a la educación es uno de los principales retos a los que se enfrentan los MENA en El Cairo. Aunque los estudiantes procedentes de Sudán, Sudán del Sur, Siria y Yemen pueden asistir legalmente a las escuelas públicas de Egipto en igualdad de condiciones con el alumnado egipcio[4], muchos no lo hacen debido a problemas con su documentación, a la discriminación o a barreras lingüísticas y financieras. Los jóvenes de otras nacionalidades de refugiados habituales en Egipto, como los de Eritrea, Somalia y Etiopía, no tienen garantizado el acceso a la educación pública egipcia. Y la educación privada es muy cara. Algunos MENA asisten a escuelas de la comunidad de refugiados que siguen los planes de estudios sudaneses, pero también se enfrentan a importantes barreras financieras o lingüísticas y a una capacidad escolar limitada, por lo que conseguir la homologación con la educación formal es extremadamente difícil. Por consiguiente, los MENA suelen apuntarse a cursos de formación práctica para la vida cotidiana impartidos por ONG locales, aunque estos no les permiten acceder a la educación superior.

Salud y atención médica: los MENA se enfrentan a varias dificultades para acceder a la sanidad pública en Egipto, como las barreras lingüísticas, los requisitos de documentación, la economía y la discriminación. Los hospitales privados son muy caros. Estos retos afectan especialmente a las personas con enfermedades crónicas que necesitan un tratamiento constante. Algunas menores no acompañadas que se quedan embarazadas como consecuencia de la violencia sexual son rechazadas en los hospitales porque no pueden presentar pruebas de paternidad o matrimonio.

Necesidades básicas y mantenerse a salvo: muchos MENA tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas, como el alquiler y la comida. A menudo viven en situaciones de hacinamiento e inestabilidad. Estos solo pueden optar a la ayuda económica de ACNUR hasta los 18 años y no todos los menores no acompañados pueden recibirla debido a que sus solicitudes de asilo se tramitan incorrectamente como si fueran de adultos[5]. Cuando los MENA no pueden cubrir sus necesidades, algunos asumen empleos peligrosos en los que están sometidos a largas jornadas por las que no les pagan, y sujetos a sufrir discriminación y despidos arbitrarios. Una vez que cumplen los 18 años, se les deja sin apenas ayuda para establecer una vida independiente, lo que les deja expuestos a más retos.

Todos estos factores excluyen sus voces y los conocimientos de la mayoría de los debates académicos y políticos.

El papel de la Junta Asesora para la Juventud

La Junta Asesora para la Juventud (YAB, por sus siglas en inglés) está compuesta por ocho menores no acompañados de entre 18 y 21 años que trabajan en StARS. Sus miembros son de diversas nacionalidades y géneros, pero todos han vivido la experiencia del desplazamiento. Por tanto, se han compartido retos similares. La YAB sirve de puente entre los jóvenes, los clientes MENA, el personal administrativo de StARS y el público externo. La YAB está diseñada como una vía para la participación significativa de los jóvenes en el desarrollo organizativo de StARS. Nos reunimos con la plantilla de jóvenes y con los clientes MENA para debatir los retos, pensar soluciones y crear estrategias de promoción que luego se presentan al personal sénior.

La YAB también se reúne con partes interesadas externas (como donantes y visitantes de otras ONG locales o internacionales) para compartir nuestros viajes y experiencias personales en Egipto y debatir los retos a los que se enfrentan los MENA en El Cairo, los logros de la YAB y nuestras ideas para mejorar. Aportamos un valor único a la conversación y ayudamos a los visitantes a entender mejor las luchas de los jóvenes refugiados y a empatizar con ellas. Proponemos soluciones imaginándonos a nosotros mismos en la posición de poder de los visitantes y dando ejemplos prácticos de las luchas a las que se enfrentan los MENA en cuestiones específicas. Tanto dentro de la organización como con las partes interesadas externas, la YAB eleva las voces de los jóvenes y es un ejemplo de integración exitosa de la juventud en la toma de decisiones a nivel institucional.

Éxitos

Los esfuerzos de la YAB por defender directamente las necesidades de los MENA e incluir las voces de los jóvenes no acompañados en los programas de StARS han tenido éxito en varias áreas. Por ejemplo, a principios de 2019, la YAB detectó que a las madres solteras adolescentes no acompañadas les suponía un reto poder asistir a las clases del programa Unaccompanied Youth and Bridging Program[6] (UYBP) porque no tenían a nadie que cuidara de sus hijos. La YAB elaboró una propuesta que presentó a la dirección de StARS para crear una guardería para los hijos de estas jóvenes madres, de modo que pudieran asistir a clase mientras se los cuidaban.

En 2020, la plantilla de jóvenes observó que la falta de oportunidades laborales, actividades recreativas y de acceso a la educación ponía a los jóvenes en riesgo de consumir alcohol y drogas en las calles. La YAB abogó por abordar esta cuestión abriendo un centro lúdico en las instalaciones de StARS para que los clientes MENA y los alumnos del UYBP pudieran pasar más tiempo en espacios seguros.

La YAB también pone de relieve las preocupaciones de la plantilla de jóvenes refugiados de StARS a la hora de abordar lagunas específicas y promover el cambio. Para la gran mayoría de nosotros, el inglés es nuestra segunda lengua; por ello, la plantilla de jóvenes solicitó tener acceso a clases regulares de inglés para reforzar sus competencias comunicativas. Después de que esto se aprobara, la YAB abogó por fichar a dos profesores de inglés con contratos regulares en lugar cubrir estos puestos con voluntarios. Esto fue importante porque los puestos remunerados ofrecen una mayor fiabilidad y rendición de cuentas. En la actualidad, más de 50 jóvenes miembros de nuestro personal reciben clases de dos profesores a tiempo completo. La YAB también abogó por disponer de más ordenadores y por la creación de una biblioteca de recursos.

Los periodos de prácticas en StARS ayudan a facilitar la transición de un trabajo de asistente juvenil a tiempo parcial a un puesto regular de adulto a tiempo completo (como profesores, asistentes sociales y funcionarios). En 2019, la YAB identificó que los jóvenes a menudo carecerían de las habilidades adicionales necesarias para competir con otros refugiados adultos para ciertos puestos de trabajo. Por consiguiente, abogó por que hubiera más puestos de prácticas para jóvenes en todos los departamentos de StARS. El programa de prácticas ha tenido mucho éxito, y en muchos programas de StARS se ha contratado a jóvenes en prácticas.

Retos: espacio limitado, grandes expectativas y la pandemia

A pesar de los esfuerzos y éxitos constantes de la YAB, todavía quedan muchos retos. Dentro de StARS, la YAB ha conseguido que se les dedique más espacio y reconocimiento; sin embargo, la defensa de las cuestiones que afectan a los MENA más allá de StARS sigue siendo un reto. Sabemos que, como jóvenes refugiados no acompañados, tenemos algo valioso que aportar a los debates mundiales. Sin embargo, las plataformas y espacios son limitados para poder incluir las voces del personal juvenil, tanto en los programas como en los procesos de toma de decisiones entre los proveedores de servicios en Egipto y en contextos humanitarios más amplios.

Uno de los principales retos es la gestión de las expectativas, a menudo elevadas, entre el personal juvenil sobre lo que la YAB puede hacer para abordar los múltiples retos a los que se enfrentan ellos y los MENA. Como plantilla de jóvenes refugiados que somos, es difícil gestionar estas expectativas, ya que conocemos y también experimentamos estas dificultades. Para hacer frente a estas responsabilidades y presiones añadidas, la YAB recibe el apoyo constante de los altos cargos de StARS, pero también necesitamos tiempo y apoyo para seguir reforzando nuestras competencias para la mediación y la resolución de problemas.

La pandemia de COVID-19 interrumpió muchos de los planes de la YAB, como el de hacer reuniones en persona y la divulgación en la comunidad. La Junta se adaptó pasándose a la divulgación móvil, a través de teléfonos y WhatsApp para hablar con la plantilla de jóvenes refugiados. Tras detectar la gran carencia de apoyo a la salud mental, desarrolló actividades para los MENA dentro de los programas de StARS e impartió sesiones de sensibilización a través de conferencias telefónicas, y se hicieron llamadas telefónicas para ponerse al día. El objetivo era implementar un modelo entre pares para la identificación temprana de los problemas de salud mental a los que se enfrentan los MENA, de modo que pudieran recibir apoyo psicosocial a tiempo.

Conclusión y recomendaciones

La YAB puede ser un modelo para otras ONG y proveedores de servicios sobre cómo no solo incluir la voz de la plantilla de jóvenes refugiados, sino de todos los MENA. Las instituciones y los proveedores de servicios que trabajan en Egipto y en todo el mundo deberían crear espacios seguros para que los jóvenes participen en los procesos de toma de decisiones sobre programas y políticas, y dar prioridad a aprovechar sus conocimientos, su voz y su poder. Esto supone reconocer el potencial de los MENA y apoyar su capacidad para abogar por sus necesidades de forma creativa. Las organizaciones comunitarias dirigidas por refugiados también deberían priorizar la participación de los jóvenes refugiados. Para que se dé una auténtica autoría y autonomía en estos procesos, no puede ser que otros creen soluciones para nosotros, sin nosotros. 

Utilizar el conocimiento, ser una voz y tener poder también significa que tenemos responsabilidad. Nuestros logros como Junta Asesora para la Juventud pueden motivar y animar a otros jóvenes a desempeñar el mismo papel activo y a ocupar su lugar en los debates que afectan a sus vidas, sobre todo teniendo en cuenta los numerosos retos que conlleva ser una YAB. Y lo que es más importante, nuestras experiencias demuestran que los jóvenes refugiados deberían ser reconocidos como agentes del cambio y su aportación tener el mismo valor que la de otras partes interesadas en el proceso de toma de decisiones, en especial cuando repercute en las vidas de los MENA.

Somos jóvenes, pero queremos convertirnos en adultos que escuchen a los jóvenes. Propondremos mejores soluciones y planes gracias a nuestras experiencias personales. Con nuestros conocimientos, nuestra voz y nuestro poder seremos las personas adecuadas para implementar un cambio sostenible que mejore las condiciones de vida de los jóvenes desplazados, y para defender sus derechos, su libertad y su paz en Egipto y más allá.

 

Fnan Mhretu

Profesor de Informática, antiguo miembro de la Junta Asesora para la Juventud

 

Lokpiny Bol Akok

Profesora adjunta, miembro de la Junta Asesora para la Juventud

 

Saint Andrew’s Refugee Services (StARS)

info@stars-egypt.org

Junta Asesora para la Juventud de Saint Andrew’s Refugee Services (YAB)

youth-engagement-board@stars-egypt.org

 

[1] Un menor no acompañado es una persona menor de 18 años o de 21 años en el caso de los programas de StARS, y que está separado de ambos padres.

[2] ACNUR (mayo de 2022) “Egypt Monthly Statistical Report” https://bit.ly/Egypt-May-2022

[3] Esta cifra no incluye a los jóvenes no acompañados mayores de 18 años. ACNUR, Child Protection https://bit.ly/UNHCR-child-protection

[4] Hetaba A., McNally C. y Habersky E. (2020), “Refugee Entitlements in Egypt”, Cairo Studies on Migration and Refugees, Paper No. 14, p.144, https://bit.ly/refugee-entitlements-egypt

y Joint Platform for Refugees and Migrants in Egypt (2022), Common Situation Analysis: Education and Health Services for Migrants and Refugees in Egypt https://bit.ly/education-health-egypt

[5] Folache Z y Ritchie (2020) “La evaluación de la edad de los menores no acompañados solicitantes de asilo en Egipto”, Revista Migraciones Forzadas número 65 https://bit.ly/age-assessment-Egypt-sp

[6] El UYBP es un programa educativo de cinco meses de duración que tiene como objetivo ayudar a los MENA a desarrollar habilidades para ser independientes. Incluye clases de matemáticas, inglés, árabe, informática y aptitudes para la vida.

 

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