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De las editoras
  • Catherine Meredith, Emily Arnold-Fernández y Alice Philip
  • November 2024

Las respuestas al desplazamiento forzado, desde la asistencia humanitaria concedida por gobiernos acaudalados hasta las remesas procedentes de comunidades en la diáspora, dependen de la financiación de una variedad de actores y dejan traslucir sus intereses y prioridades. En los últimos años, han surgido nuevos actores y enfoques sobre la financiación. A su vez, las fuentes tradicionales de financiación de las ayudas mutuas para las comunidades, que lideran los gobiernos, están cambiando. Existe una tendencia creciente a localizar la financiación, lo que ha generado debates cruciales sobre la relación entre financiación y poder.

¿Qué implican estos cambios para las personas desplazadas por la fuerza y las estrategias de respuesta a los desplazamientos? ¿Cómo influye la financiación de la respuesta a los desplazamientos en las decisiones de las personas desplazadas por la fuerza y sus comunidades, en las economías locales e internacionales y en las tendencias y acontecimientos geopolíticos en general? El presente número pretende responder a estas y a otras muchas cuestiones.

Queremos agradecer a la Fundación Conrad N. Hilton por su colaboración en este número y por su preámbulo, que pone en evidencia su enfoque dinámico para la inversión en organizaciones lideradas por personas refugiadas y en los mercados emergentes en los que habitan. También agradecemos a nuestro equipo de revisión, compuesto por Bahati Kanyamanza, Helidah Ogude-Chambert, Lauren Post Thomas, Barri Shorey, Andhira Yousif Kara y Leah Zamore, así como a nuestro mentor, Kinan Alajak, por contribuir con sus conocimientos y pericia al proceso de selección y perfeccionamiento de los artículos.

Los autores y las autoras que participan en este número analizan las fuentes de financiación para la respuesta a los desplazamientos y la manera en la que los intereses de estas fuentes afectan a las personas refugiadas y desplazadas. Merve Edilmen explora el impacto de la financiación de donantes del Golfo en los programas destinados a empoderar a las mujeres refugiadas en Türkiye, mientras que Frederike Onland y Mohammad Abu Srour analizan los beneficios y las limitaciones de la microfinanciación colectiva para las organizaciones palestinas que tienen dificultades para acceder a financiación institucional. Davia Davitti et al. analizan las oportunidades y las desventajas de los bonos para personas refugiadas, a partir del ejemplo del bono KOTO, destinado a incorporar a personas refugiadas al mercado de trabajo finlandés.

Diversos artículos analizan las ventajas de financiar a organizaciones lideradas por personas refugiadas y las dificultades que estas tienen para obtener financiación. Alya Al-Mahdi et al. plantean argumentos contundentes sobre la rentabilidad, la sostenibilidad y la eficacia de las organizaciones lideradas por personas refugiadas en Egipto, y explican lo que pueden hacer los donantes para que estos fondos fueran más accesibles. Thomas Gillman et al. abordan el proceso de creación del fondo mancomunado de la Asia Pacific Network of Refugees (la Red de Personas Refugiadas de Asia y el Pacífico), que busca posibilitar que más organizaciones lideradas por personas refugiadas puedan obtener financiación. Por su parte, Barri Shorey et al. reflexionan sobre su experiencia en inversiones con perspectiva de las personas refugiadas, que ponen en contacto a inversores con empresas que propician mejoras en las vidas de las personas refugiadas.

La financiación del desplazamiento derivado del cambio climático es otra cuestión clave en este número. Christelle Cazabat et al. analizan el papel que pueden desempeñar los bancos multilaterales de desarrollo en las soluciones a los desplazamientos como consecuencia de los desastres, a través de inversiones destinadas a la mitigación, la adaptación climática y la infraestructura. Ileana Sînziana Pușcaș y Lorenzo Guadagno examinan los avances en la distribución del Fondo de Respuesta a las Pérdidas y los Daños, así como la oportunidad que representa para que haya más vías de financiación que apoyen el trabajo relativo a la movilidad humana.

Otros artículos analizan las consecuencias de la financiación escasa o inexistente para la respuesta a los desplazamientos. Abdullah Ali Abbou expone la manera en la que las sanciones internacionales limitan la capacidad de los organismos de ayuda de brindar apoyo a la población civil en Siria. Remy Kalombo explica que, en la República Democrática del Congo, los actores humanitarios se ven obligados a ceder en calidad y cobertura, lo que dificulta aún más que las personas desplazadas puedan reconstruir sus vidas. Por último, Frowin Rausis et al. evalúan los desafíos en materia de financiación a los que hacen frente las agencias de Naciones Unidas dedicadas a las personas refugiadas, que han de lidiar con una estructura de financiación vulnerable y dependiente de una cantidad reducida de Estados donantes.

No hay espacio en este editorial para mencionar todos los artículos de este número, pero confiamos en que esta breve panorámica de los principales temas le inspire a leer el número íntegro. Quisiéramos agradecer a todos nuestros autores y autoras por su gran empeño a la hora de transmitir sus perspectivas. Gracias a ello, contamos con un número de la RMF que, a nuestro entender, propiciará diálogos entre las personas que intervienen en la toma de decisiones sobre financiación y facilitará cambios positivos para las personas en situación de desplazamiento forzado.

Un cordial saludo,

Catherine Meredith, Emily Arnold-Fernández y Alice Philip

Editoras de la Revista Migraciones Forzadas

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