Sabemos que los rostros de gente real son importantes para dar vida a las palabras, hechos, pensamientos, ideas y sentimientos que se encuentran en RMF. Siempre hemos buscado imágenes que muestren la realidad de la migración forzada, la trata de personas y la apatridia.
RMF se distribuye por todo el mundo en forma impresa y en nuestra página web mediante libre acceso, sin embargo, también está disponible en otros sitios web, en bibliotecas públicas y en CD-ROM. En realidad, no tenemos manera de estar seguros de que las personas que aparecen en las fotografías han dado su consentimiento informado para que usemos su imagen. ¿Habrán entendido que su imagen puede ser vista por personas de todo el mundo, y que va a vivir en el mundo virtual por, potencialmente, muchos, muchos años?
Consideramos que hay casos en los que las personas no desean que su imagen sea usada de manera que puedan ser identificados para siempre en una situación que es, con toda probabilidad, temporal y que les ha sorprendido en un mal momento de sus vidas . No podemos estar seguros tampoco de que – en algún momento y de alguna manera que no se puede prever- no les perjudicamos o atentamos contra su dignidad al mostrar su imagen. Por tanto, debemos actuar con cautela.
Hemos decidido que siempre que sea posible debemos proteger la identidad de las personas que aparecen en RMF – a menos que sea obvio que esta precaución no es necesaria -, evitando mostrar de cerca imágenes de caras y/o, en su caso, pixelándolas.
Nos damos cuenta de que no existe una manera perfectamente correcta de hacerlo. Las personas que aparecen en las fotografías pueden sentir que esto les priva de su identidad, ya que pueden tener la impresión de que estamos siguiendo la corriente a aquellos que encasillan a los refugiados como ciudadanos de segunda clase o como ‘indeseables’. También puede disminuir el impacto de las palabras. Pero hemos llegado a la conclusión de que este es el camino que debemos tratar de seguir.