Espacios seguros para las adolescentes en Haití

 

Tras el terremoto de 2010, las adolescentes de Haití se empezaron a hacer cargo de sus hermanos pequeños y asumieron la responsabilidad de conseguir ingresos. Unos dos años después, las chicas que vivían en los campos de desplazados internos o que habían sido reubicadas en otros lugares, en especial las que no tenían padres, siguen siendo vulnerables a la violencia y no es extraño que ofrezcan sexo a cambio de comida o alojamiento.

En respuesta a las denuncias de que los programas para las adolescentes eran insignificantes, numerosas ONG nacionales, organizaciones internacionales y sus filiales haitianas junto a grupos locales de mujeres crearon la Red de Niñas Adolescentes de Haití (HAGN, por sus siglas en inglés). Las integrantes de la Red pretenden mantener espacios seguros en los que las chicas puedan reunirse con regularidad, encontrar semejantes que hagan de mentoras y desarrollar destrezas. Esta red se diseñó para el aprendizaje colaborativo y está abierta a cualquier organización que se comprometa a crear uno o más espacios seguros exclusivos para chicas, donde puedan reunirse unas veinte o treinta semanalmente.

Cuando se inició la Red muchas organizaciones participantes ya disponían de programas para la juventud pero todos eran de grupos mixtos (chicas con chicos o con mujeres). Los grupos solo para chicas tienen un potente efecto protector, sirven de detonante para que surjan amistades, ponen en contacto a las jóvenes con mentoras pares, fomentan el sentimiento de pertenencia a un colectivo y la solidaridad, y ofrecen a las chicas un lugar al que poder acudir cuando tienen problemas. Los mismos espacios constituyen también plataformas útiles para proporcionarles nuevas destrezas importantes. Por ejemplo, varios miembros de la Red colaboraron para desarrollar un programa de "alfabetización" financiera por edades en criollo, con la colaboración de estas jóvenes.

Las mentoras pares son la fuerza motriz del programa. En muchos asentamientos de todo el mundo ocurre que la educación por pares omite a menudo a jóvenes que están en mejor posición económica; la Red de Niñas Adolescentes de Haití usa un modelo distinto consistente en crear y promover un equipo de mentoras pares de entre 18 y 24 años de edad que pertenezcan a la misma comunidad que las participantes del programa, más jóvenes. Las mentoras pares no son voluntarias y se les debe remunerar; eso refuerza el mensaje de que su contribución tiene valor y merece la categoría de empleo.

La cifra de organizaciones que están implementando espacios seguros para chicas sigue creciendo. Si este enfoque se impone, ayudará a alcanzar la tan repetidamente mencionada ambición de ‘ mejorar al reconstruir’ tras una emergencia.

 

Jessica Nieradka nieradka.jessica@gmail.com escribió este artículo con la colaboración de la Red de Niñas Adolescentes de Haití, representada por Ella Gudwin y Judith Bruce. Para más detalles sobre la Red, por favor envie un email a Lodz Joseph ljoseph@ippfwhr.org

 

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