Para que la gente joven disfrute de una vida plena y productiva, la comunidad internacional necesita prestar más atención a las vulnerabilidades, el potencial y los derechos de este colectivo.
En una situación de refugio prolongado como Dzaleka, donde nacen y crecen múltiples generaciones, los jóvenes refugiados se aferran con fuerza a unas esperanzas y sueños de futuro que no incluyan la etiqueta de "refugiado".
Puede que los jóvenes refugiados sudaneses se beneficien de una mayor libertad y más oportunidades en los campos, pero el tener que pagar un precio cuando vuelven a su lugar de origen puede suponer severas restricciones a la hora de tomar decisiones y en sus perspectivas de integración.
Con el fin de mantener a los niños y adolescentes a salvo, y mejorar sus posibilidades de vivir una vida plena, tenemos que escuchar y responder a sus puntos de vista y opiniones sobre los asuntos que les afectan.
Estos jóvenes desplazados pueden sufrir, además de efectos colaterales obvios como la pérdida del afecto y la orientación de los padres, la estigmatización por parte de algunos miembros de las comunidades de acogida.
La relación entre la pobreza, la desigualdad y el conflicto agudiza migración de los jóvenes de las zonas rurales.
Los jóvenes que migran sin sus padres desarrollan redes entre ellos que no son necesariamente más vulnerables que las redes intergeneracionales.
Una joven de la Colombia rural evalúa los sentimientos de pérdida y aislamiento tras haberse visto obligada a huir a Costa Rica.
La transición de la infancia a la edad adulta resulta especialmente compleja para los jóvenes con raíces étnicas mixtas, que se sienten ‘fuera de lugar’ por partida doble: como jóvenes adultos y como mestizos. Los retos son obvios en Ruanda.
La historia, la herencia y la incertidumbre condicionan la experiencia de ser hombre, joven y desplazado en Jammu y Cachemira.
Los menores a menudo eligen las calles durante las crisis y se quedan atrapados allí.
Las vulnerabilidades particulares de los adolescentes durante épocas de crisis y emergencias se ven exacerbadas por la falta de acceso a los servicios de salud reproductiva. Una mayor atención a las necesidades de los adolescentes – y el uso de enfoques innovadores para conseguir captarlos – puede ayudar a mitigar los impactos que suelen amenazar sus vidas.
Cuando se les da la oportunidad, las personas jóvenes pueden trabajar juntas de manera eficaz para promover la integración local.
En un entorno urbano, la relación entre un joven refugiado no acompañado o acompañada y su familia de acogida resulta de vital importancia y suele ser la diferencia entre una vida donde predomine la protección o donde lo haga la explotación. Las agencias deberían aprovechar las oportunidades que existen para protegerlos.
Las madres jóvenes que buscan reintegrarse tras períodos de tiempo viviendo con fuerzas combatientes y grupos armados, se encuentran con exclusión y estigmas en lugar de con el apoyo que ellas y sus hijos necesitan encarecidamente.
Ha sido un reto para muchos jóvenes sudaneses escalar la montaña que supone la educación, las tradiciones y las costumbres finlandesas. Para sus familias, el reto era acompañarles.
Jóvenes migrantes forzados en Londres están desafiando - y tratando de renegociar - las relaciones de poder existentes.
Con la asistencia y el apoyo adecuado, los jóvenes refugiados no acompañados pueden adaptarse y prosperar en un nuevo país a la vez que mantienen su identidad cultural.
La experiencia del reasentamiento a menudo supone un choque entre unas grandes expectativas y la dura realidad. La generación más joven suele sufrir una gran presión por "triunfar" en este nuevo mundo, por lo que la orientación personalizada por parte de los voluntarios de la comunidad puede servir de apoyo en muchos aspectos.
Si se tienen que ‘desbloquear’ las situaciones de desplazamiento prolongado –a menudo olvidadas– la comunidad internacional deberá resolver la rigidez de las soluciones existentes y buscar estrategias nuevas e innovadoras.
El servicio de noticias gestionado por los refugiados del campo de Kakuma ha tenido que hacer frente a varios retos – incluidas amenazas físicas – en su intento de dar voz a los refugiados y abordar cuestiones como la falta de seguridad y la corrupción en el campamento.
Las personas que invocan los mismos motivos de protección pueden beneficiarse de diferentes derechos, en función del estatus que se les conceda y del país de la UE.
El reciente compromiso anunciado por el Gobierno de Afganistán de desarrollar una política nacional sobre el desplazamiento interno llega en el mejor momento. Si se lleva a cabo bien durante la transición, ayudará al Gobierno a protegerles mejor y a satisfacer las necesidades de las comunidades de desplazados internos en todo el país.
Continúan existiendo retos jurídicos y políticos en la asistencia y protección de las personas desplazadas en Nigeria
Las agencias sanitarias en los campos de refugiados se enfrentan a un doble reto; en primer lugar, convencer tanto a la población de los campos como a la comunidad internacional de que los trastornos mentales merecen tratamiento en la misma medida que otras enfermedades; y en segundo lugar, generar la suficiente confianza como para animar a la gente a que busque tratamiento.
Abordar las altas tasas de suicidio entre los refugiados reasentados de Bután exige enfoques de la salud mental culturalmente apropiados y basados en la comunidad.
La política migratoria argentina basada en los derechos humanos ha contribuido a regular las corrientes migratorias regionales y también ha beneficiado a los refugiados con necesidades especiales de protección. Lejos de poner en peligro la economía local o de menoscabar la cohesión social, los migrantes y refugiados reasentados han jugado un papel decisivo en la rápida recuperación económica argentina de los últimos años.
El problema de la apatridia pone de relieve una pregunta importante: ¿Por qué algunas cuestiones se incluyen dentro de los programas internacionales y otras no?