El 2018 marca el 20º aniversario de los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos. Se ha logrado mucho en los últimos 20 años, pero con más de 40 millones de personas desplazadas internas como consecuencia de los conflictos y la violencia, y sin que haya indicios de que la cifra vaya a disminuir, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Hacia dónde vamos a partir de aquí?
El nuevo Plan de Acción tiene por objeto impulsar y promover la adopción de medidas más estratégicas para fomentar políticas y prácticas en materia de desplazamiento interno.
Una nueva Base de Datos Mundial sobre las Leyes y Políticas de Desplazamiento Interno revelan cuáles son las áreas —tanto geográficas como temáticas— en las que las disposiciones existentes siguen siendo insuficientes.
Los ejemplos de numerosos Estados que han implementado con éxito sus propias leyes y políticas sobre los desplazados internos revelan distintos factores que pueden ayudar a llevar a cabo una implementación efectiva.
Los Principios Rectores gozan de un largo historial de apoyo en Georgia. Sin embargo, todavía se sigue trabajando para que su implementación sea satisfactoria.
Los redactores de la Convención de Kampala se basaron en gran medida en los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, teniendo en cuenta el contexto africano; esto se pone de manifiesto en su reconocimiento del derecho a no ser desplazado arbitrariamente.
Es necesario prestar más atención a las necesidades lingüísticas y de comunicación de las personas que corren riesgo de sufrir, están experimentando o recuperándose de un desplazamiento interno. Un estudio de caso llevado a cabo en Nigeria pone de relieve estas cuestiones y reta a la comunidad internacional a hacerlo mejor.
Los datos confiables e integrales son fundamentales para una programación y una práctica eficaces. La calidad de los datos se puede mejorar de muchas maneras para reflejar mejor los Principios Rectores y proporcionar evidencia para apoyar su aplicación.
Una vez adoptados los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se debe ayudar a los Estados a hacer realidad su promesa a los desplazados internos de “no dejar a nadie atrás”.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce el vínculo existente entre el desplazamiento interno y el desarrollo, por lo que los Estados deberían incluir el desplazamiento interno en el seguimiento de los progresos para alcanzar sus objetivos de desarrollo. La realidad es decepcionante.
El compromiso entre Estados afectados por el desplazamiento interno al facilitar el intercambio entre pares de información acerca de retos compartidos, y mediante el aprovechamiento del potencial de movilización de los foros subregionales y regionales, podría impulsar la acción nacional y reforzar la implementación de los Principios Rectores.
En los últimos 20 años, muchos gobiernos han desarrollado instrumentos jurídicos y normativos para ayudar a incorporar los Principios Rectores a la legislación nacional o los marcos políticos. Sin embargo, lograr una aplicación efectiva y significativa es difícil, como lo demuestra Afganistán.
La protección de los derechos de propiedad sobre una base justa y no discriminatoria dentro de la sociedad multiétnica de Irak es fundamental para el final del desplazamiento y el inicio de soluciones duraderas.
Millones de desplazados internos viven en zonas controladas por agentes armados no estatales. Se requiere un compromiso humanitario directo con estos agentes para ayudarles a mejorar su comprensión y su cumplimiento de los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos.
Entre varias iniciativas nuevas en Etiopía para abordar las necesidades a corto y largo plazo de los desplazados internos, el Grupo de Trabajo para Soluciones Duraderas (DSWG, por sus siglas en inglés) está dando algunos avances, a pesar del contexto problemático.
Los Principios Rectores tienen potencial para respaldar y complementar el derecho internacional de los DDHH en materia de desplazamiento interno, pero los tribunales y comisiones internacionales y regionales de derechos humanos no los usan de forma explícita.
A falta de una política nacional sobre el desplazamiento interno, Filipinas ha utilizado un marco de gestión de desastres para hacer frente al desplazamiento provocado por el conflicto respecto al terrorismo en la ciudad de Marawi. Sin embargo, esa respuesta carece de una base que se asiente en los derechos.
En Asia y el Pacífico se están poniendo en marcha políticas prometedoras para hacer frente a los desplazamientos relacionados con el clima y los desastres, pero aún no se han establecido las estructuras de gobernanza más profundas necesarias para que se incorporen sistemas de protección, especialmente en el caso de la reubicación planificada. Cabría hacer más hincapié en ayudar a los Gobiernos a establecer estructuras interministeriales que estén preparadas para hacer frente a las complejas cuestiones transversales que entraña la reubicación planificada.
Las estadísticas y los desafíos en torno al desplazamiento interno son abrumadores. Sin embargo, se ha aprendido mucho desde la publicación de los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos en 1998. Lo que se necesita ahora es un esfuerzo conjunto y un impulso sostenido para aprovechar esa conciencia y afrontar los desafíos cambiantes.
Belice se enfrenta a día de hoy a una situación que recuerda en muchos aspectos a la crisis de los refugiados centroamericanos que superó en la década de 1990. ¿Podrían ser las enseñanzas del pasado la clave para dar una respuesta más efectiva en la actualidad?
Los estudios sobre un programa de reasentamiento en Myanmar ponen de relieve la necesidad apremiante de que los encargados de la formulación de políticas comprendan de qué forma el género influye en el modo en que los diferentes colectivos experimentan los efectos del reasentamiento inducido por el desarrollo.
La comunidad humanitaria necesita mejorar la identificación, recopilación, aprovechamiento y difusión de los conocimientos humanitarios locales que desarrollan las ONG nacionales en situaciones de conflicto prolongado.
Los investigadores homólogos refugiados pueden ser una importante fuente de acceso, conocimiento y asistencia a las comunidades de refugiados, y los investigadores internacionales deben considerar la mejor forma de trabajar en colaboración con ellos.
En junio de 2018, setenta y dos representantes de refugiados procedentes de veintisiete países de acogida se reunieron en Ginebra para la primera Cumbre Mundial sobre Refugiados.
Enyimba kwe nu. Cuando trabajamos juntos, conseguimos más cosas.
A pesar de los múltiples compromisos y de las numerosas directrices sobre la conveniencia de que sean los agentes locales quienes lideren la coordinación a nivel nacional, la realidad es que siguen siendo excluidos.